Siempre en mi mente

Summary: La guerra fue el detonante para que las rivalidades se dejaran de lado y la cortesía reinara entre las antagónicas casas. Harry se da cuenta que su amor nunca será correspondido y hace un último intento para saborear la dulce miel del amor. Esto traerá una serie de consecuencias que únicamente el paso del tiempo conseguirá solventar.
Categories: Harry Potter Characters: Harry Potter, Draco Malfoy
Géneros: Romance
Advertencias: Contenido Hetero
Challenges: Ninguno
Series: Ninguno
Chapters: 20 Completed: No Word count: 66843 Read: 1493 Published: 07/03/05 Updated: 16/12/05

 

1º capitulo by Isobelhawk
Este es el primer capi de mi nueva historia, esta no quedara a medias ya que esta completa, pero para no agobiar la subire poco a poco, son aproximadamente 14 capitulos.

Solo en este capitulo hay relaciones hetero, aunque realmente no lo son...ya lo vereis, mejor no digo nada o la lio.


Este capi lo dedico a Selene 2000 por el maravilloso resumen que ha echo para mi fic y por ser la mas incansable lectora que conozco, gracias a personas como ella, muchas de nosotras seguimos escribiendo.


Siempre en mi mente

La guerra producida a mediados de Enero fue cruel y degenerada, padres e hijos se enfrentaban los unos a los otros, lo malo es que todos perdieron.

En los últimos meses de ese curso se produjeron cosas asombrosas, una de ellas, quizás la más notable, fue que Draco Malfoy se unió al ED y con el todos sus seguidores, incluido Zabini que ya tenia la marca.

Todo fueron malos rollos desde el principio, Harry no se fiaba de él y el otro estaba harto de demostrar una y otra y vez que no quería engañar a nadie.

Parecerá increíble, pero al final le dio un voto de confianza y le encomendó una misión. El rubio tuvo un éxito sin precedentes y gracias a su buen hacer y al equipo del cual se rodeo, encarcelaron a unos 15 mortifagos.

Esto sumió a unos cuantos en un profundo dolor, entre esos hombres y mujeres se encontraban algunos de los padres de los nuevos miembros, los padres de Crabble, Goyle, los señores Zabini e incluso el padre y el abuelo de Millicent. Al contrario de lo que se pueda pensar, esto solo sirvió para hacer mas fuertes a los chicos, afianzaron sus creencias y confiaron en que todo era para bien, al fin y al cabo ellos eran el futuro y no querían un futuro negro y sin porvenir por culpa de un loco.

Cuando la lucha avanzo, Draco fue su mano derecha, la ejecutora, su mano izquierda eran Hermione y Ron, las cabezas pensantes, los que planeaban las estrategias y proponían planes, casi siempre con éxito. En pocos más confiaba.

Para ese entonces su mentalidad había cambiado, ya no era un niño mimado por el director, ya no tenía miedo del futuro, iba a hacer todo lo posible para que los chicos que confiaban en él tuviesen una vida sin temor. Eso le incluía a él y a Draco, el muchacho también estaba diferente, el perder a su madre a manos de Voldemort y saber que su padre lo aborrecía profundamente no había minado su fortaleza, al contrario, ahora se sentía mas fuerte y seguro de haber tomado la decisión correcta. La relación con Harry también era diferente, no eran amigos, pero se toleraban bien, utilizaban sus nombres de pila, incluso dicen que una vez los vieron reír juntos.

La batalla llego, dura y cruel, muchos murieron casi sin tiempo a darse cuenta de lo que pasaba. El Lord apareció una tarde sobre Howgarts, dispuesto a matar o ser matado. Dumbledore estaba débil y enfermo, por ello las barreras no resistieron lo que debían, se propuso reforzarlas pero a Harry le pareció una tontería. ¿De qué valía retrasar lo inevitable?, si ese loco no tenia miedo él tampoco lo tendría.

Los mortifagos atacaban sin mirar siquiera a quien lanzaban Avadas kedabras, como el que lanza caramelos en una cabalgata infantil, a mansalva y a manos llenas. Los chicos, valientes en jornadas anteriores, ahora se veían sobrepasados, asustados de la matanza que tenían delante de sus ojos. Harry repartía animo y esperanza, pero incluso a él mismo le hacia falta una mano amiga y un poco de aliento.

Malfoy se le unió en su lucha contra tres mortifagos que no conocían lo que era estar en igualdad de condiciones. Espalda contra espalda lucharon hasta que un rayo rojo como la sangre alcanzo al rubio. Lucius Malfoy precedía a su amo y le habría el camino hacia Potter, no le importo que fuese su hijo quien en ese momento se encontraba en medio.

Harry lo miro con rabia y en ese momento le lanzo un expelliarmus que lo hizo volar varios metros, choco contra un árbol y se oyó el crujido de la muerte en su espalda, ya no podría dañar nunca más a su... amigo.

Voldemort reía en grandes carcajadas, le decía que era asombroso lo que había mejorado y que le encantaba el poco aprecio que le tenia a su propia vida. Cuando Harry consiguió conjurar a un muy herido Draco lejos de allí, se enfrento a Voldemort.

Una rejilla de luz los rodeo, como aquella vez en el cementerio, pero esta vez no había conexión de varitas que hubiesen conjurado ese fenómeno, esta vez fue Harry quien lo provoco. Del cielo hacia ellos brotaban miles de rayos que formaban delgados hilos, estos se entretejían entre sí formando una campana protectora, a su vez sentía como algunos de ellos entraban en su cuerpo. Extrañado pensó que eso no podía ser malo, al contrario, sentía una paz infinita entrando y saliendo de él.

Voldemort se sorprendía por momentos de las habilidades del chico, cuanto lo había subestimado y que ciego había estado tanto tiempo.

Asustado ataco primero, un rayo verde salió de su varita, rápidamente Harry alzo su varita y absorbió el rayo, su cuerpo se convulsiono y la varita escapo de sus manos, la rejilla de luz que se había formado se empezó a replegar sobre él cubriéndolo por completo, ya no era Harry, era luz, pura y simple luz que se arremolinaba en su cuerpo y se dirigía a sus manos, cuando llego a estas, se formo una gran bola luminosa e incandescente.

Harry pensó que era hermosa, parecía formada de miles de llamas y cada una de ellas danzaba para él, en ellas reconoció las innumerables almas muertas a manos de Voldemort, las maravillosas criaturas que encontraron el final por sus locas ideas, todas y cada una de ellas le pedía a gritos que las soltara, que ellas tenían la solución.

- Harry déjanos enseñarle el amor, la paz, la sabiduría de este mundo, déjanos enseñarle que la vida tiene muchos matices y que todos son bellos, que el amor todo lo puede, déjanos hacerlo feliz, déjanos enseñarle a amar a los que odia...déjanos Harry, déjanos.

Cuanto amor tenia en sus manos y que poco rencor. Las manos se fueron abriendo y poco a poco las almas escaparon de ellas, entraron en el cuerpo de un muy asustado Voldemort. Éstas lo atravesaban, entraban y salían, lo acariciaban y susurraban palabras preciosas, lo hacían comprender.

El ser cayó al suelo y se retorció, negros vapores lo envolvían y carcomían su carne, su cuerpo desaparecía en jirones y su lamento era infinito.

La negra nube se desvaneció, solo quedo noche y silencio, miradas confusas y preguntas sin respuesta.

Una de aquellas almas, bailo una vez mas para él, pizpireta danzaba ante sus ojos y en su mente oyó la tan odiada voz que le acompaño por tanto tiempo, le daba las gracias sin rencor y cargado de esperanza, dando una pirueta desapareció.

Harry sonrió feliz, esas almas lo habían utilizado como guía y canalizador, ellas habían acabado con Voldemort, el sólo había sido el instrumento, se sintió dichoso por la victoria y apenado por las víctimas. Ya todo acabo, la paz se había instaurado de nuevo en el mundo mágico y él podría por fin ser un muchacho normal.



Ya hacia casi un año de aquello, recordarlo era doloroso, pero también le ayudaba a saber que estaba vivo, que gracias a Merlín, seguía en este mundo y que la esperanza existía.

Después de la batalla veló a todos los que estaban heridos, no parecía darse cuenta, pero dedico especial interés a Draco, le preocupaba el hecho de haber matado a su padre, tenía miedo de su reacción cuando despertara.

La respuesta a sus dudas no pudo ser mejor, cuando al fin los ojos de Draco se abrieron, buscaron con urgencia los de Harry. El largo abrazo que le dio disipó sus dudas y posibles remordimientos.

Desde ese día fueron amigos, cada día era una aventura, y es que juntar a cuatro jóvenes de tan diferente pensamiento era una aventura en sí misma. Hermione y Ron por fin se hicieron novios, Draco dejo de ser el galán de Slytherin para pasar a ser un chico normal, demasiado normal, pocas novias se le conocieron a partir de ese momento. Harry seguía igual que siempre, ni tenia novia ni la quería, el solo tenia pensamientos hacia una persona.

Sabia que nunca seria capaz de decirle sus sentimientos, así que callo y fue feliz con su sola presencia, la amistad era lo mas importante para el, así que eso serian, amigos nada más.

Pasaba el tiempo y todo eran planes de futuro, Hermione intentaría estudiar abogacía mágica y así poder acceder al ministerio, seguía empecinada con el PEDDO, quería que el ministerio la tomara en serio y poner solución al problema de los elfos domésticos. En cambio Ron cada día tenía más claro que estudiaría para auror. Harry y Draco por fin estuvieron de acuerdo en algo y eso fue en que ambos estudiarían para ser profesores, el rubio sabia que las pociones eran su mundo y a eso dedicaría su vida, en cambio Harry tenia muy claro que lo suyo era DCAO, era su sueño llegar a conocer profundamente y hacerse un experto en esa materia.

así que esas eran sus vidas, seguían con sus estudios y con sus sueños por cumplir, ahora por fin podían decir que sus vidas eran monótonas y tranquilas, después de tanto tiempo de lucha se merecían paz.

Todo seria perfecto sino fuese por el hecho de que Harry amaba con desesperación a Draco, si estaba muy bonito eso de la amistad, pero pronto acabarían el año escolar y no se verían más, eso carcomía por dentro al moreno, había jurado que solo sentía amistad por él, pero se engañaba a sí mismo, pensó que algo debía hacer para poner remedio, pero no sabia la de problemas que sus actos le traerían.

Lo planeo con tiempo, meticulosamente y a conciencia, quería que su última noche en Howgarts fuese perfecta y así conservar un recuerdo hermoso, algo para atesorar en su mente por el resto de su vida.

De sobra sabia que Draco era hetero, nunca se le conoció pareja que no fuese mujer, así que por ese lado le venían los problemas, quizás si a él le hubiesen gustado los hombres habría tenido una oportunidad, pero descartado ese “pequeño” detalle, se dedico a buscar otra solución.

En contra de lo que solía hacer en las vacaciones de navidad, ese año se fue con sus tíos, no le agradaba la idea, pero era necesario.

Los días que estuvo en su ciudad se dedico a sentarse frente a una peluquería muy concurrida de Londres, necesitaba a una chica y no una chica cualquiera. Tenia que ser espectacular, como le gustaban a Draco, pero aun siendo así debía parecerse a él, ya que por unas horas su cuerpo iba a cambiar, por lo menos quería concederse eso.

Un día la encontró, una chica preciosa y de su edad, tenia una mirada dulce y un cuerpo de infarto, pensó que seria una mezcla explosiva, pero efectiva para sus planes. Cuando ésta salió del establecimiento, entro y pago un buen precio por sus cabellos, el peluquero quiso saber para qué los quería, así que la suma había sido considerable, prefirió pagar a contestar.

Las vacaciones acabaron por fin y el llevo a cabo su plan. Lo empezó a poner en practica cuando faltaba poco mas de dos meses para acabar la escuela, quería que todo quedara bien atado.

Cada fin de semana, en la salida a Hogsmeade, siempre ponía una excusa, como cada sábado, escapaba del colegio y se tomaba la poción multijugos, para cuando llegaba al pueblo ya era una preciosa muchacha de negro pelo e intensos ojos verdes.

El plan estaba saliendo a la perfección, ese día hacia dos semanas que Draco se había fijado en ella y por fin la invito a sentarse con él y tomar algo.

Charlaron muy animadamente, por algo le resultaba interesante la chica a el rubio, después de tanto tiempo de conocerse, Harry sabia perfectamente los gustos y aficiones de Draco. Mientras él otro pensaba que era afortunado, la chica de sus sueños por fin había aparecido, lo malo es que no estaba en su colegio, tan solo se quedaría por un par de meses en casa de unos familiares.

Todo salía a la perfección, nunca se habían liado ni quedado fuera de allí, su intención no era dañar a Draco y no quería que este se enamorara de él / ella, todo debía pasar como lo tenía planeado, así el rubio no sufriría y él sería feliz con su recuerdo.

El último día llego. Harry se presento en la escuela justo para la hora de la fiesta, quedo allí con Draco, a sus amigos les había dicho que se encontraba mal y que no bajaría, que se divirtieran.

Estaba muy nervioso y más que se puso cuando lo vio, estaba como nunca lo había visto, desde luego la ropa muggle le sentaba de miedo. Llevaba un traje gris antracita con cuello mao y un jersey fino de cuello a la caja en gris perla, el traje se notaba que había sido hecho a su medida por el mejor sastre del mundo mágico. Que se sintiese poco orgulloso de ser un Malfoy, no quería decir que no se aprovechase de las cantidades ingentes de dinero de las cuales disponía.

Su pelo recogido normalmente en una coleta baja, estaba esa noche suelto, largo y brillante como la luz de la luna, el corazón de Harry brincaba por todo su pecho y creía que en cualquier momento se le saldría por la boca.

Draco se fijo en ella como si no hubiese otra mujer más en el mundo, cuando la vio entrar su respiración le falto y el nudo que sentía en el estómago exploto. Que suerte tenía, jamás había tenido una mujer tan bella a su lado, pero no solo era su belleza, era todo, su conversación amena e inteligente, su risa fresca, su extrema ingenuidad, todo ello hizo que se enamorara en un tiempo record.

Examino el objeto de su deseo con ojos celosos, nadie más tenía derecho a ella, en esos momentos salía el antiguo Draco, el conquistador, el egoísta, el que lo quería todo para él. No era para menos, Harry se había preparado a conciencia para esa noche.

La chica de sus sueños vestía un elegante vestido en palabra de honor, plateado brillante y bordado en el escote con innumerables cristalitos, no era ceñido pero aun así se dibujaban sus perfectas curvas. Lo que más le gusto a Draco fue el leve rubor que siempre acompañaba su bonita cara, siempre la comparo con Potter en ese aspecto, nunca sabia porque se acordaba de él en momentos como ese.

Se acerco despacio hasta ella y con un elegante gesto le ofreció su mano, ella le agradeció con una leve inclinación de cabeza y juntos fueron hacia la barra donde se exponía la comida. Tomaron un vaso de vino y algunos canapés, la conversación fue amena y distendida, cuando ambos acabaron su bebida se dirigieron hacia la pista de baile.

Nunca habían estado tan cerca el uno del otro y eso se notaba en sus torpes movimientos, estaban muy nerviosos y se evidenciaba en el baile. Draco bailaba maravillosamente así que Harry se dejo llevar.

No parecía haber nadie más a su alrededor, tan sólo ellos dos y su propio mundo, esa noche no existía nada más. Giraban y giraban en un torbellino de emociones, las luces creaban dibujos en los ojos verdes, dibujos que le decían miles de cosas a los ojos grises.

Cuando la música paro, el rubor subió con mas intensidad a la cara morena, ella se acerco a su oído y hablo después de mucho rato.

- Ven Draco, necesito hablar contigo.

Salieron del gran salón. Ella lo dirigía a través de los distintos pasillos en rumbo desconocido para él, Draco se preguntaba como sabia los caminos si nunca estudio allí.

Llegaron rápido al lugar que Harry quería, cerro sus ojos e imagino, paso tres veces por delante del muro y hecho esto entro y se quedo satisfecho del resultado.

La habitación estaba suavemente iluminada, decorada en tonos verdes y plata, sabia que a Draco así le gustaría, esta estaba provista de una zona con butacas mullidas y cómodas para conversar. Un fuego caldeaba el ambiente e iluminaba levemente la cama que había al fondo. Ricas alfombras cubrían los suelos y decoraban las paredes.

Se sentó en una de las butacas e invito a Draco a hacer lo mismo, mientras ella servia unas bebidas éste se sentó.

- ¿Cómo conocías esta habitación?, sino me equivoco es la primera vez que vienes a Howgarts.

- Pues no, no te equivocas. Mi hermana estudio aquí hace algunos años y me hablo de esta habitación, es la de los menesteres, en ella encontraras siempre todo aquello que necesites.

- Pues yo no la conocía, aunque nunca me moleste en buscar nada parecido.

- Draco...sabes que mañana me voy ¿verdad?.

- Si ....yo...quería pedirte que nos volviéramos a ver, se que será difícil, pero...

- Sabes que eso no puede ser, ya te lo explique, me tengo que ir y seguir con mis estudios en Francia.

- Lo sé, pero... estoy muy bien contigo, no había conocido nunca a nadie tan especial y...

- No sigas Draco, sabes de sobra que mi vida no esta en Inglaterra, no puedo quedarme aquí.

- Muy bien, lo dejaremos así, dime lo que querías decirme.

- Era...la verdad es que nada, no es importante - dijo ruborizándose otra vez.

- ¿Seguro?, me dio la sensación de que era importante.

- Pues si...esto...esto es una tontería, no nos vamos a volver a ver y...estoy muy confundida.

- A ver, si lo dices fuerte y claro será mas fácil, venga yo te ayudo, dame las manos, mírame y dímelo.

- Bien..Draco yo...quiero que pasemos la noche juntos.

Draco se quedo de piedra, la miro a los ojos y vio ese brillo que tanto le gustaba, acompañado de ese rubor era una combinación irresistible.

- No creo que eso sea una tontería. ¿Por qué?.

- ¿Por qué?, pues...porque lo necesito, creo que no es buena idea, pero lo necesito.

- Ven.

La ayudo a levantarse y la llevo al centro de la habitación, paulatinamente fue sonando una musiquilla que invitaba al baile, rodeo su cintura con sus brazos y la acerco a él. Ella alzó sus brazos y los deposito sobre sus hombros, la cara escondida en su cuello, aspirando el maravilloso perfume que tan loca la volvía.

Sentía que bailaba pero no notaba sus pies en el suelo, parecía flotar en el aire y era feliz, muy feliz, por lo menos eso tendría para sí.

Notaba como le acariciaba el pelo y deseo fervientemente que siendo Harry lo tratase así, que idiota, seguramente después de ese día no volvieran a verse, ni como Harry... ni como... ella. Lo que más le importaba en ese momento era disfrutar de esos brazos, sentirse querida aunque fuese un engaño, atesorar ese momento infinito.

Siguió oliendo el perfume embriagador de esa piel y no pudo reprimir los deseos de probarla, beso el cuello y por fin saboreo la piel del ser que amaba, delicioso. Sus sentidos se embriagaban y sentía su corazón a punto de estallar, no podía evitar los gemidos que salían de su boca y que pronto fueron acallados por los labios de Draco.

El baile los acerco como nunca antes y ese beso parecía fundirlos más aún, las hábiles manos de Draco recorrían su espalda, acariciando cada centímetro de piel. Le quito la chaqueta de su traje sin separarse de sus labios, temía dejarlos y no recuperarlos, pero los tuvo que dejar, seria difícil quitarle el jersey sino lo soltaba.

Cuando después de hacerlo lo miro a los ojos, vio lo que su corazón más ansiaba... amor, simple y primigenio, deseo y también un punto de lujuria, que maravillosas sensaciones. Se entrego de nuevo a los labios de su amado justo cuando este deslizaba lentamente la cremallera de su vestido, con unos suaves crujidos este llego al suelo.

No sabia como habían llegado a ese punto tan rápido, pero se sentía terriblemente vergonzosa... estaba desnuda prácticamente, pero no le importó cuando él la acaricio, suave y tierno. Delineo con los dedos cada una de sus curvas y se deleito con sus pechos, pequeños y prietos, sus pezones recibieron la lengua con deleite y no pudo evitar gemir audiblemente, cosa que encanto al chico.

Los pantalones se resistían, pero al fin cedieron y dejaron libre la enorme excitación, entonces pensó en que nunca antes lo había hecho, nunca había tenido sexo, ni con chicos ni con chicas, casi no sabia lo que tenia que hacer como chico, así que como chica lo tenia muy difícil.

- Draco... espera, yo... nunca - casi no podía respirar por la excitación y le costaba hablar.

- Si quieres que lo dejemos solo tienes que decirlo... yo no quiero nada que...

- No... es solo que... ten cuidado ¿vale?.

- Claro que si mi amor, nada me dolería mas que verte sufrir, pero seguiremos sólo si tú lo quieres.

- Si quiero Draco... es lo que más deseo en el mundo... siempre lo he deseado.

A Draco le extrañaron estas palabras, parecían indicar una relación mucho mas larga que la llevaban hasta entonces, pero pensó que era por la situación o el momento.

La tumbo despacio sobre la cama y le cubrió de besos el rostro, acarició con sus cabellos de plata el rostro de la chica, siguió la línea de su suave cuello bajando hasta su pecho y deleitándose con cada suspiro, continuo bajando hasta llegar a su ombligo y allí se entretuvo con esa curva sinuosa. sentía sensaciones maravillosas, cosas que desde su perspectiva como hombre no había sentido jamás, notaba como su entrepierna estaba muy húmeda y tenia una enorme urgencia de sentir a Draco dentro de ella.

Elevando las caderas le indico que podía deshacerse de la prenda que le quedaba y así lo hizo Draco, despacio bajo la prenda por sus piernas y la saco por sus pies arrojándola al suelo. Cuando volvió a ella jugo con su vello y paseo la lengua por sus ingles, arranco gemidos de placer y no pudiendo esperar más, se deshizo también de lo que le quedaba a él.

Llegando hasta su boca la volvió a besar, esta vez apasionado y solícito, sus manos bajaron por su estómago y acaricio su sexo, despacio... con calma, deleitándose con la imagen que tenia delante de su cara. Nunca una chica le había dado tanto con tan pocos gestos, estos decían mucho más de lo que había, decían que esa mujer que tenia entre sus brazos era su mujer, la que tanto tiempo espero y a la que amo casi al instante de conocerla.

Lentamente la penetro, con mucho cuidado, casi sin moverse, estaba muy húmeda y eso ayudaba mucho, pero aun así no quería hacerle daño, la espalda arqueada de ella le indico que sentía un poco de dolor, pero sus ojos decían otra cosa. Lo miro con pasión y deseo, y eso le transmitió en el beso profundo y urgente que le dio.

Los movimientos eran constantes y controlados, lentos, acariciantes, los gemidos eran mas seguidos y profundos, estaba sintiendo un placer inmenso y a cada movimiento creía que llegaría al final demasiado pronto, no quería dejarse llevar tan pronto, quería deleitarse con cada movimiento y gesto de su amado.

Rodeo con sus piernas la cintura estrecha de Draco y lo apretó contra ella, la penetración más profunda, más intensa, sus caderas se movían al compás de los movimientos del chico, rozándose con él, arañando su espalda con placer, notaba las pequeñas heridas que le hacia y esto la excitaba más.

No quería contenerse, así que cuando estaba por llegar no callo más los gemidos que su cuerpo pedía expulsar, lo atrajo hacia ella y se aferró a su cuerpo, quería fundirse con él, sentir lo que sentía en ese momento cada día de su vida, sentirlo con él, siempre con él. Gritó cuando el éxtasis del orgasmo llegó, tembló de placer, las sabanas se rasgaban con los tirones de sus uñas, miles de estrellas bailaban ante sus ojos, dulces estrellas de placer que la acompañaban en el hermoso viaje del amor.

Draco sintió que ella llegaba cuando notó las fuertes contracciones de su vagina, no pudo retrasar más el momento, quería estar con ella en ese momento primero y único, acompañarla en su placer y dejarse ir con ella.

Cuando las respiraciones se calmaron y el abrazo se aflojo, se besaron, un beso tierno y lleno de amor, de significado.

- No te vayas, yo ya he acabado aquí, mañana empiezo mi traslado a Londres para ir a la universidad mágica, quédate, vive conmigo, estudia aquí... no sé... lo que sea... pero no te vayas.

- Draco... no puedo... no me lo hagas más difícil.

- Bueno, dime por lo menos que lo pensaras, tienes hasta mañana para hacerlo, ¿me lo prometes?.

- Si, te lo prometo.

Después de limpiarse, se acurrucaron entre las sabanas y se durmieron abrazados y sintiéndose los mas felices del mundo, por lo menos uno de ellos lo era, el otro sufría grandes remordimientos. Cuando notó su respiración pausada y lenta, indicio claro de que dormía, se levanto con cuidado y se vistió, dándole un ligero beso y odiándose por todo, se marcho de la habitación... para siempre.


Desde esa noche habían pasado doce años y el dolor en ningún momento había remitido, seguía amándolo con todo su corazón y verlo allí delante suya no hizo sino acrecentarlo.

Estaban en el anden 9 y ¾, viendo esa imagen delante de él se sintió transportado en el tiempo, recordó su primer día en el mundo de la magia y rememoro el momento en que conoció a Draco y lo odio.

Ahora las circunstancias eran muy diferentes, ya tenían 30 años y no eran unos niños, eran adultos con una vida muy diferente a la que habían llevado entonces.

Llevaba siete años siendo profesor en Howgarts, tenia el puesto de DCAO y era feliz, dentro de lo que cabía. Ese año tenia otros motivos para estar allí.

- ¡He Harry, mira a quien nos hemos encontrado¡.

- Vaya cara rajada, veo que estas igual que siempre, mas viejo quizás, jejeje, ¿cómo estas?.

- Veo que peor que tú, Malfoy, ¿todavía tienes fortuna o te la gastas toda en cremas para la piel?.

- Siempre tan agradable, ven aquí.

Lo agarro sin darle tiempo a replica y lo abrazo, realmente llevaban mucho tiempo sin verse y parecía que el rubio era sincero, lo había echado de menos.

- ¿A que te digo una cosa que no sabes?.

- Prueba.

- Vamos a ser compañeros de trabajo, ¿no es genial?, podemos retarnos por los pasillos como antes, jajaja, nos vamos a divertir Harry.

El nombrado se puso blanco como el papel, no sabia donde mirar, sintiéndose peor que una rata y actuando como tal, salió corriendo.

+ OH, por merlín, ¿por qué todo se tiene que complicar justo ahora?, ¿no podía seguir mi vida igual?, todo me pasa a mi, que voy a hacer cuando lo descubra, se le parece demasiado para ser casualidad... lo va a notar. Matare a Snape por esto, lo juro, siendo el director y sabiendo lo que sabe debería habérmelo dicho, ahora...+

- ¡Papa ven!, Hagrid nos ha dicho que tenemos que subirnos ya, ¿tu vienes con nosotros o te vas con el tío Ron?.

- No cariño, yo voy contigo, el tío Ron se queda aquí, así que vete con tus primos y coge un buen sitio, luego nos vemos.

- ¡Vale, hasta luego papa!.
2º capitulo by Isobelhawk
Segundo capitulo, Harry hace un poco de memoria sobre lo que ha sido su vida en todo el tiempo en el que no ha visto a Draco.


Siempre en mi mente 2

Harry se tranquilizo y subió al tren. Estaba muy confuso por su reacción, creía haberlo superado...pero se dio cuenta de que no. Ahora si estaba convencido de que mataría a Snape.

Encontró a su hijo y lo acomodo con los gemelos, se aseguro de que tuviesen dinero para el carrito y lo beso deseándole buen viaje, luego lo vería en el colegio, por nada del mundo se perdería su selección.

Una vez en el anden, agito su mano y vio alejarse el tren, el corazón le apretaba en el pecho, su mayor tesoro iba en él.

Cuando este se perdió de vista, el también desapareció, Howgarts lo esperaba y tenia algo importante que hacer antes del sorteo de las casas.

Un suave plop sonó y se apareció en las puertas de Howgarts, sonrió y cruzo las puertas de su tan amado colegio, cuantos años hacia ya que lo consideraba su hogar.

Como cada año su mente vagó por los terrenos del colegio, era una experiencia muy placentera a la vez que dolorosa. Siempre cometía el mismo error, siempre acababa pensando en lo que más daño le había hecho, la maldita guerra, maldita y bendita a la vez, por ella sufrió pero gracias a ella también amó y por ello tenia un pequeño tesoro que era lo que más amaba en el mundo.

Dray, su pequeño del alma, lo que le uniría por siempre al único amor de su vida. Todavía no se explicaba como paso todo, como pudo ser que el tuviese a ese maravilloso ser que llenaba su vida con cada sonrisa, que cada día se parecía mas a su padre y que hacia que el arrepentimiento doliese a fuego con cada pensamiento de amor perdido.

Flas-back

Harry huyo con las primeras luces del amanecer. La dosis que había tomado era muy fuerte, la hizo así para poder aguantar toda la noche y no tener que pensar en otra cosa que no fuese su amor. Pero algo salió mal, algo debió equivocar, tardaba ya dos semanas en volver a su estado normal, a volver a ser Harry, su desesperación lo llevo a pedir ayuda al único ser que podía solucionar su problema.

Snape, como siempre le dijo una y mil veces lo inútil que era y como podía haber hecho algo así. Por supuesto se negó a ayudarle si no le contaba toda la verdad, Harry sufrió horrores, pero se lo contó, le contó como se había enamorado de su Némesis sin poder evitarlo, su maquiavélico plan para acercarse a el y lo loco que había estado para llevarlo a cabo.

Le contó lo mucho que se arrepentía de haberle hecho eso a el y a sí mismo, que era un engaño y un tremendo error, pero ya no tenia remedio. El profesor por primera vez en su vida, sintió compasión por ese chico que lo había dado todo por un amor sin esperanzas. Decidió ayudarlo, pero eso llevaría su tiempo, la poción que tan mal había hecho su peor alumno, tenia graves errores, la poción que contrarrestaría el problema tardaría un mes en estar lista, así que le sugirió que se acomodara en el castillo y tuviese paciencia.

Los días pasaban tranquilos, sino fuese por las largas peroratas que tenia que aguantar de su profesor, cosa que por otro lado no le venia mal, estaba aprendiendo mas en esos días que en todo un curso escolar, sobre todo a no cometer errores de ese tipo nunca mas.

Faltaba una semana para que la poción estuviese lista, su liberación se acercaba, cosa que por otro lado no le importaba mucho, la verdad es que las largas conversaciones que ahora mantenían alumno y profesor eran muy provechosas. Descubrió que Snape no era un ogro, tan solo un hombre amargado y solo, muy solo, pero cada día que pasaba, le enseñaba una nueva faceta de el. Era capaz de disfrutar con una buena comida y una charla amena, cosa que Harry también le gustaba, descubrió que tenia sentido del humor y que sonreía ante un chiste, aunque fuese muy malo, en el fondo descubrió que se parecían un poco. El también estaba solo, sus amigos estaban lejos, no sabia si Snape tenia amigos, pensó que con la vida que había llevado no tendría ninguno, su único amigo conocido era Dumbledore y este había muerto en la maldita guerra.

Se descubrió tomándole afecto a su antiguo profesor, lo que no había hecho en tantos años, lo hacia ahora, de locos, pero así era, cada día se llevaban mejor.

En los días previos a que la poción estuviese lista se sintió mal, sobre todo por la mañana, no sabia si era todavía por efecto de la poción mal hecha, así que después de preguntarle a Snape y viendo que este le decía que no tenia nada que ver, fue a visitar a Madame Pomfrey.

Esta le hizo un exhaustivo examen, ella solo sabia que era una sobrina de Snape que pasaba el verano con el, así que sin saber muy bien como hacerlo, lo felicito deseándole que fuese deseado. Harry muy confundido la miraba de arriba abajo sin comprender, ¿que era lo que tenia que desear?. Ella se dio cuenta de que la chica no sabia de lo que le hablaba así que la ayudo a vestirse mientras le explicaba que esas cosas eran normales, que posiblemente no puso cuidado y que claro, había que aceptarlo con amor y dedicación.

Harry no sabia si estaba loca o si el loco era el, no entendía nada en absoluto, así que le dijo que hablase claro, que era lo que le pasaba, quería saberlo ya. La enfermera se separo lo justo de el y tomando su característica postura de enfado, con las manos agarradas fuertemente en su regazo y el ceño fruncido, hablo claro y alto.

- Esta usted embarazada, debería saberlo pues esta de un mes mas o menos, ¿no se pregunta dónde estaba su periodo?.

- ¡¡¿Mi que?!!.

- Creo que lo sabe perfectamente, si no ahí periodo es muy posible que haya un embarazo, normalmente, ahí mas causas pero ese no es el caso.

- ¡Pero eso no es posible...yo no soy una mu....¡.

- Creo que ahora lo que tiene que hacer es tranquilizarse hablar con su tío y por supuesto con el padre de la criatura. Venga conmigo, le daré unas vitaminas y la acompañare donde su tío, no la veo en condiciones de bajar sola.

La enfermera le dio las vitaminas y la acompaño hasta las mazmorras, allí hablo con Snape un momento a solas y se marcho.

Cuando estuvieron a solas, las palabras no surgieron por ninguna de las partes, tan solo las lagrimas del amargo conocimiento de uno y la compasión del otro, ahora no era momento de discusiones y reproches, tan solo un poco de cariño conseguiría calmar el profundo dolor de la verdad.

La tarde les sorprendió abrazados, lagrimas de desesperación dieron paso a un sueño agitado y a un profesor tierno que vigilaba los sueños de una nueva vida.

Flash-backend

Todavía recordaba esos días vividos con Snape en las mazmorras, horribles días que dieron paso a una amistad profunda y sincera, la cual, sinceramente, peligraba en este momento. Como había podido hacerle algo así, meter en el colegio a Draco sin ni siquiera decírselo, no es que necesitara su consentimiento, pero si por lo menos su conocimiento del asunto.

En su camino hacia el colegio, pasaba en ese momento por el bosque prohibido, de nuevo los recuerdos embargaban su memoria. Allí descubrió por primera vez lo cobarde que podía llegar a ser Malfoy, aunque la realidad le demostró con el tiempo, que el muchacho tan solo era un poco miedoso, su valor y coraje quedo mas que demostrado en la batalla.

El nudo en su garganta era cada vez mas fuerte y las lagrimas se agolpaban en sus ojos, pero no lloraría, no merecía la pena, si lo hiciera ahora seria por rabia no por sentimiento, la única rabia que debía sentir era contra el mismo. Él si que había demostrado ser un cobarde, ¿qué hombre que sea digno de ser llamado así habría hecho lo que el?, de nada le servia haber conseguido derrotar a Voldemort, hasta eso creía que no tenia merito ninguno si lo comparaba con la traición que el había llevado a cabo contra su amigo.

Flash-back

- Harry tienes que comer, el bebe lo necesita y tu también.

- Déjame Severus, por favor.

- Vas ha hacer que me enfade, abre la boca por favor, es solo un poco de caldo-acerco la cuchara a la boca del muchacho y este en un gesto de rechazo, la empujo haciendo que la sopa cayera al suelo-¡ Ya basta¡, ¡si no lo tomas por las buenas lo harás por las malas, así que abre la boca ya¡.

- ¡No quiero, déjame¡.

- Vamos a hablar como personas razonables, aunque uno de nosotros no lo sea, ¿de acuerdo?.

- Esta bien-Harry se tranquilizo un poco y se acomodo la ropa después de su remojón en sopa.

- Bien, tienes que poner tus prioridades en orden, lo primero, es tu hijo, necesita de ti, tú eres su sustento y quien le mantiene con vida, por ello, tienes que comer, ¿esta claro?.

- Si...pero.

- Pero nada, debes comer, tomar tus vitaminas, cuidarte, llevar una vida sana y dentro de lo que cabe...ser feliz, sé que no es fácil, pero esta amargura tuya no le hace ningún bien.

- ¿Cómo puedo ser feliz?, me siento tan culpable, tan despreciable, me merezco esto que esta pasando, un castigo para toda la vida, un recordatorio de la gran estupidez que he hecho.

- ¿De verdad piensas eso de tu hijo?, ¿piensas que la vida que llevas dentro es para hacerte pagar?. Me decepcionas Harry, creo que nunca lo habías hecho tanto como ahora. No mereces el regalo divino que te han dado.-El hombre tenia la cara desencajada, el enfado salía por cada uno de sus poros, Harry no recordaba haberlo visto nunca así y empezó a sentir miedo.-Un hijo es el regalo más grande que se le puede hacer a alguien, tu no eres consciente, nunca lo has sido, ¡por Merlín!, ¡creía que habías cambiado, creía que eras un hombre, veo que sigues siendo un chiquillo asustado y cobarde, un niño que no sabe afrontar las cosas como vienen!. Tienes que madurar, entender que las cosas que hacemos tienen consecuencias, algunas maravillosas como esta y otras terribles. Pero no ahí problema, nadie te obliga a tenerlo.-El hombre se dirigió hacia un armario y saco una botellita pequeña, dentro había un liquido negruzco y maloliente, lo acerco hasta el chico y se lo ofreció.-Si te quieres librar del “problema”, tómatelo, sino, cuando vuelva quiero que esa sopa ya no este en el plato.

El profesor se marcho de la habitación con el característico sonido de su capa aleteando en el aire y lo dejo allí solo con sus pensamientos.

Se imagino que el liquido era una poción abortiva, su sentido común le decía que la tomara, pero no sabia porque, su instinto le decía que si lo hacia perdería una parte importante de el, la parte de su alma que amaba a Draco. No quería eso, no quería perder lo que aun siendo producido por un error, en si era un regalo de amor, de su amor por él.

Sus pensamientos cambiaron de posición, ya no estaban del lado del sentido común, sino del lado del corazón, jamás dejaría de amar a Draco y egoístamente pensó que un niño suyo y de el, le recordaría constantemente su amor, o lo que él creía que así había sido, eso dolería, pero seria hermoso.

Lentamente se acerco al plato de sopa, estaba frío y los fideos ya se habían apelmazado, da igual, +me lo merezco por tonto+, la tomó de un trago y aguantando las ganas de vomitar, salió de la habitación y busco a su profesor.

Lo encontró a la entrada del bosque, estaba recolectando plantas para sus pociones, pero evidentemente estaba enfadado, las plantas normalmente se cortan, el estaba arrancándolas a patadas. Pararon de inmediato sus patadas cuando sintió unos brazos que rodeaban su cintura y un cuerpo tembloroso que se pegaba a su espalda, sin soltar el abrazo se dio la vuelta y encontró a una linda muchacha de ojos verdes que llorosa, le pedía perdón y le suplicaba su ayuda.

No recordaba cuando era la ultima vez que había llorado, pero esta vez valía por mil, nunca imagino que su llanto acompañaría el de su mas odiado alumno. Sus brazos estrechaban con fuerza el cuerpo delgado del chico, en ese gesto le ofrecía el apoyo y amistad que el muchacho necesitaba en ese momento, por supuesto que cuidaría de el, nada en el mundo le gustaría mas.

Flash-backend

Una vez pasado el bosque, llego hasta el lago, a su adorada haya, sentado en su sombra paso muchos buenos momentos, cuantas travesuras planearon allí los tres, esas travesuras se cambiaron por tácticas de guerra en los malos momentos, momentos en los cuales también estaba Draco. Era increíble como en cada momento de su vida siempre estaba presente el, como en cada cosa que le pasaba, el estaba implicado, siempre el, para lo bueno y lo malo.

Snape tenia razón, siempre habían parecido un rancio matrimonio, siempre discutiendo, peleando, insultándose, pero al final, siempre buscándose con la mirada, no podían pasar el uno sin el otro, claro que eso no siempre fue así, no hasta que llego la guerra y con ella el entendimiento y el mutuo respeto, que lejanos tiempos.

Se sentó, como otras tantas veces y rememoro...

Flash-back

- Vamos a ver, ahora tenemos un problema, ya sabes que en tu cuerpo masculino, no es viable un embarazo, se podría llevar a cabo, pero es complicado. He pensado que lo mejor seria que tomaras la poción multijugos hasta el final del embarazo, esta vez la hago yo, tú ni te acerques. Tenemos el problema añadido de que debemos conseguir mas cabello, espero que conozcas a la chica.

- Si la conozco...bueno no, el pelo lo compre en una peluquería muggle, pero sé donde esta ella, es del barrio de mis tíos, me imagino que se volverá a cortar el pelo.

- Bien, ¿es muggle?.

- ¿La chica?...si.

- ¡Pero...que bajo, que rastrero, no te bastaba hacerle eso a Draco, sino que encima, con una muggle!...no he dicho nada, pero esto no lo olvidare. Tienes que darme las señas de ese establecimiento, yo iré a por el pelo, evidentemente, tu no puedes ir, no debe verte.

Harry estaba dolido por las palabras del profesor, pero también lo comprendía, era muy bajo para un Slytherin estar con un muggle, pero no encontró mejor solución, no podía permitir que la chica fuese una bruja y Draco acabara encontrándosela por casualidad.

Ese mismo día, el profesor fue en busca del cabello y volvió con una gran cantidad, ¿cómo lo habría hecho?.

- ¿Cómo consiguió tanto pelo?, es mucha casualidad que la chica se cortara el pelo hoy, ¿no le parece?.

- Pues no, no me parece, yo tengo mis maneras de conseguir lo que quiero, así que no pregunte o, le contestare.-El profesor le hizo una mueca que semejaba una cara diabólica, desde luego, Harry no quería saber.

- No tengo problema, no me interesa, pero ¿para qué tanto pelo?, ¿no es necesario recolectarlo cada semana?.

- No si le haces un hechizo de frescura, no tenemos todo un verano para andar detrás de una chica caprichosa a ver cuando se corta el pelo. Además, no creo que le queden ganas.

- No preguntare. Es que me acuerdo del falso moody, tuvo a este todo el tiempo que duro su farsa escondido y con vida ¿y si le pasa algo a la chica?.

- OH, por Merlín, ahí que explicárselo todo, ya le dije que con un hechizo de frescura no es necesario, no me diga que eso no existe, yo lo invente el año pasado...es solo que..se me olvido registrarlo.-Que mal mentía Snape.

- Seguro...bueno, ya dije que no preguntaría.

Snape, no tardo en hacer el hechizo de frescura y con los cabellos una vez conservados, hizo la poción, esta la hizo reforzada, el cuerpo debía estar muy fuerte para llevar a cabo, no solo la transformación, sino también, el embarazo, era muy arriesgado y tenia que tener todo bajo control, así que la hizo para que Harry la tuviese que tomar solo una vez a la semana.

Harry empezó a tomar la poción ese mismo día para neutralizar la que el tomo antes, debía expulsar de su cuerpo la poción que tan mal había hecho, así que poco a poco, lo consiguió.

Flash-backend

Se levanto presuroso, no debía olvidar cual era su prisa por llegar a Howgarts, tenia que cometer un asesinato.
Siempre en mi mente 3 by Isobelhawk
Siempre en mi mente 3

Con paso rápido fue hasta el colegio, cruzo sus puertas y a medida que avanzaba, su enfado se reforzaba, crecía como la mala hierba inundándolo todo.

Por los pasillos se cruzaba con alumnos y profesores que esquivaba con rapidez, no podía perder el tiempo, sabia que Draco visitaría a Snape, seria lo primero que hiciera y no quería llegar después que el.

Llego a la puerta del despacho y dijo la contraseña.-Caramelos de limón-. Snape no la cambio nunca, pensaba que seria una manera de olvidar a su único amigo y eso no era de su agrado.

Harry subió los escalones de tres en tres y abrió la puerta violentamente, cruzo el descansillo del despacho y viendo que no estaba el director en su escritorio, se dirigió hacia su pequeño salón, allí estaba.

- ¡Eres un maldito bastardo!. ¡¿Cómo te atreves a hacerme esto?!.

- Harry cálmate, es que...

- ¡Es que nada, nunca me pude imaginar esto de ti!, ¡¿disfrutas humillándome, después de tanto tiempo, aun disfrutas?!.

- No es eso, es por tu...

- ¡No me cuentes mentiras!, ¡sabes que no quiero que este aquí, no quiero que sepa nada, que llegue a averiguar...¡

- ¡Cállate y déjame hablar!, no estamos solos, por si no te diste cuenta.

Harry se giro sobre si mismo deseando no ver a quien se imaginaba, cerro los ojos cuando se confirmaron sus sospechas. quería morirse en ese momento, seguro que lo había oído todo, seguro que todo el colegio lo había oído, no se había contenido demasiado, como siempre se sentía estúpido.

- Draco...no sabia que estabas aquí.

- Ya me di cuenta Harry, me alegro de verte..otra vez.

- Perdona mi reacción de antes, estaba un poco nervioso, ya sabes, el nuevo curso y esas cosas..

- Ya, ¿desde cuando el chico de oro se pone nervioso por cuatro niños?, te creía mas seguro de ti mismo.

- No..no es por los niños, bueno tengo que irme...luego nos vemos...perdona Severus, Draco.

- ¿Vas hacia el gran comedor?-por supuesto no esperó que respondiera-, voy contigo.

Harry le lanzo una mirada suplicante a Snape pero este, todavía enfadado y dolido por su comportamiento, giro la cabeza y fingió ordenar papeles.

- Si..claro, vamos.

Bajaron las escaleras en silencio y antes de bajar la escalera principal, Harry se llevo el susto de su vida, Draco lo abrazo.

- Te he echado de menos, amigo. No sabes la de veces que he estado a punto de venir a verte, pero siempre pasaba algo, plantas nuevas o alguna poción que se necesitaba con urgencia, tenia tantas cosas que contarte.

Harry estaba anonadado, el perfume de Draco viajaba lento pero certero hasta su mente, en ella recordaba su olor, su sabor, el recuerdo empezó a excitarlo y se obligo a apartarse de el bruscamente.

- Pues has tenido oportunidad de mandarme una lechuza, de todas maneras, no recuerdo que fuésemos tan amigos como para contarnos nuestras cosas.

- Venga ya, sabes que tu eras uno de los pocos al que consideraba mi amigo después de...aquello.

- Pues también eras muy amigo de otros, Blaise por ejemplo, ¿qué ha sido de el?.-El cinismo de Harry podría haber traspasado un muro en ese momento, aunque no puedo evitar una punzada de pena al ver la cara de Draco en ese momento, supo enseguida que su tono estaba fuera de lugar.

- Pues murió el año pasado-la tristeza se instalo en los ojos del rubio, con un cabeceo suave, la aparto como pudo y miro a Harry a los ojos.-Cogió unas fiebres para las que no había cura posible, esa fue una de las razones principales para dejar mi trabajo allí, todo lo que me rodeaba, me lo recordaba.

- Lo siento, tuvo que ser muy duro perder así a un amigo.

- El no solo era mi amigo Harry, era mi pareja.

- ¡¿Qué?!, pero tu no...

- ¿Yo que?, no me iras a decir que tu también pensabas que era hetero, por favor, ¿no sabes que hay muchas mas opciones?.

- Yo no sabia...-Harry sintió deseos de traspasar uno de los muros del castillo y quedarse en el intento, pero que estúpido, cuantas cosas le habían pasado por no preguntar.

- Pues ya lo sabes, ahora vamos o llegaremos los últimos, recuerda que ahora nosotros damos ejemplo, jajaja, pobres niños, creo que me voy a divertir.

Harry lo miro y no pudo evitar sonreír, la tristeza se fue de los ojos de Draco y por un momento creyó ver a su antiguo enemigo, al que siempre estaba planeando alguna jugarreta, el que le hacia la vida imposible. Se sentía feliz en ese momento, pero también, el ser mas tonto del planeta, un tonto que no supo ver, que no supo indagar como debía en su momento y que ahora mismo se sentía terriblemente celoso.

Llegaron al gran comedor y se sentaron en la mesa de profesores, uno junto al otro. Ya estaban allí los demás profesores, Draco no conocía a ninguno y Harry, amablemente se los fue presentando.

Era normal que después de tanto tiempo, el profesorado cambiase, exceptuando al profesor Binns, el seguramente seguiría allí cuando el castillo se cayera de viejo.

En ese momento llegó el director y todos quedaron en silencio, se acomodo en su sitio y le dio paso a la subdirectora Missginni, esta entro en la sala con un suave susurro de su túnica y paso firme, desde luego no tenia nada que envidiarle a la antigua y ahora jubilada, subdirectora McGonagall, su empeño y buen hacer en su trabajo era alabado por todo el profesorado y los padres de los alumnos.

Detrás de la profesora iban una tropa de nuevos alumnos entre los que se encontraba el hijo de Harry, con la mirada buscaba a su padre, una sonrisa iluminó su cara cuando lo vio, con la mano hizo un leve gesto de saludo y volvió a la fila, ya conocía a la profesora y no quería ser regañado por ella el primer día.

La profesora subió unos escalones y los alumnos hicieron una fila ante estos, como todos los años, empezó a llamar a los alumnos por orden alfabético y los fue sentando en la banqueta para ser seleccionados. Harry estaba hecho un manojo de nervios y Draco lo observaba divertido, no entendía porque estaba tan nervioso.

- Ollerton, Helga.-Una niña regordeta y con un pelo que le recordaba a Granger, menuda sabionda, aunque por lo que observó esa mañana, parecía otra, mas agradable.

- ¡Gryffindor!-Jajaja, ya le extrañaba a el que no entrara en Gryffindor, era perfecta para estar ahí.

- Peakes, Victor.-Este seguro que va a Hufflepuff, tiene cara de mozo de almacén, jajaja.

- ¡Ravenclaw!-Vaya, un fallo.

- Plunkett, Elvira.-Esta seguro que si, dos fallos seguidos seria imposible.

- ¡Hufflepuff!-Bien, otro mas.

Ahora le tocaba a un niño, que le resultaba familiar, era menudo, muy blanco, rubio, vamos, su viva imagen, ¿cómo era posible?, lo miro mas detenidamente, un pequeño detalle le hizo sonreír, sus ojos, verdes y vibrantes no tenían nada que ver con los suyos, mas bien con otros...no podía ser, pero si, eran del mismo color que los de ella. Un temblor a su lado le hizo girar la cabeza, Harry estaba nervioso y se apretaba las manos como si quisiera hacerlas desaparecer de este mundo, le apoyo la mano en el hombro a ver si se tranquilizaba, pero solo consiguió que pegara un salto sobre su silla.

- Potter, Dray.-¿Potter?, ¿tendría algo que ver con el?, si era así, seguro que iba a Gryffindor.

- ¡Slytherin!.-¡Vaya!, quien lo hubiese imaginado, un Potter en Slytherin.

- ¿Harry, estas bien?-Este lo miro y sus ojos no lo vieron, el nerviosismo se torno en pánico, temblaba como nunca lo había visto.-Harry, cálmate, ¿qué te pasa?.

- Na...nada, todo esta bien, es normal, tenia que pasar, al fin y al cabo lo tiene en los genes.-Su cara parecía la de un loco, no decía nada mas que incoherencias.

- Harry, me estas asustando-En ese momento Snape los miro y pidió silencio por lo bajo, los dos se callaron de inmediato.

- Rian,Barry.

- ¡Slytherin!.

- Bien alumnos siéntense y disfruten del banquete.

Harry seguía con la mirada a su hijo, no podía creer que el sombrero lo hubiese puesto en Slytherin, nunca un Potter estuvo en Slytherin, claro que nunca un Potter había emparentado con un Malfoy, aunque este no lo supiera

- Harry, ¿estas bien?.

- ¿Qué?...si..si, estoy bien.

- ¿Ese niño tiene algo que ver contigo, ese Potter?.

- Si, es mi hijo.

- ¿En serio, es tu hijo?, ¿y lo han mandado a Slytherin? quien lo diría, no se te parece en nada, si no fuese porque es imposible, diría que es mío, es una gota de agua a mi con su edad, ¿te acuerdas de mi con su edad Harry?

- Si y no se parece a ti...en nada.

- Si tu lo dices, por cierto, ¿quién es su madre, donde esta?.

- Su madre murió.

- Vaya, lo siento...si dije algo inoportuno, perdóname.

- No te preocupes, tu no tenias porque saberlo. –Su cara se relajo, parecía que la conversación se daba por terminada.

La cena transcurrió tranquila, sin sobresaltos, ya que no hablo con Draco en todo el rato, dejo el honor a la nueva profesora de adivinación, que por cierto, era muy bonita, un poco sosa, pero bonita. Los celos le carcomían por dentro, pero no podía dejar que se notara, así que fingió que su conversación con el profesor de Astronomía era muy entretenida.

Cuando la cena acabo, todos se levantaron para pasar la primera noche del curso en el que seria su hogar hasta el verano siguiente. Harry busco a su hijo y lo acompaño hasta sus habitaciones, sin darse cuenta lo llevo a la torre de Gryffindor, los gemelos, que habían quedado en esa casa, le hicieron ver el error. Con todo el dolor de su corazón, lo acompaño hasta las mazmorras y lo dejo entrar en su casa, como le dolía que fuese esa, pero no había duda, el sombrero así se lo hizo saber cuando en un segundo que se pudo escapar se lo pregunto.

Iba de camino a sus dormitorios cuando alguien lo agarro y lo condujo hacia los jardines del colegio.

- ¿Qué haces Draco?, es tarde y por si no lo recuerdas, ahora eres profesor y debes dar ejemplo, además, mañana hay clase.

- Pero que aburrido llegas a ser a veces, déjate llevar, recordemos tiempos.

Con un bufido, se dejo conducir hacia el lago, a su adorada haya, allí se sentaron, Draco se tumbo y puso sus manos como almohada, Harry lo miraba preguntándose cuanto habría cambiado el hombre que ahora tenia delante.

Draco se tumbo de lado y sacando su varita la agito en el aire frente a Harry, una caja envuelta en papel de regalo apareció ante el.

- ¿Qué es esto, un regalito?.

- Vaya, si todavía piensas, ábrelo.

Harry así lo hizo, lo abrió sin fiarse demasiado del rubio, no sabia si seria una de sus bromas de mal gusto, metió la mano y saco una tela, se puso de pie para mirarla mejor, pues creía estar viendo algo que una vez fue destruido.

- ¿Es mi capa invisible?. Pero como...fue destruida..

- Si lo es, yo la mande arreglar, se lo que significaba para ti y me daba pena que perdieses un recuerdo de tu padre.

- No se como...agradecértelo, esto es..

- OH, por favor deja de tartamudear, siempre me pones nervioso cuando haces eso. ¿Acaso no te gusta?, si quieres me la quedo yo y en paz.

- ¡No!, es solo que nunca imagine..gracias Draco, es un detalle que no esperaba.

- Es un detalle que no esperabas de mi, ¿no?.

- Pues si te soy sincero, no, nunca esperaría algo así de tu parte.

- Harry, han pasado muchos años y todavía desconfías de mi, eso esta muy feo, ¿todavía no crees después de todo lo que paso que he cambiado?.

- Si lo creo, lo se, pero fue tan poco el tiempo que tuvimos como amigos, que me resulta extraño, compréndelo.

- Te comprendo, si es verdad que tuvimos poco tiempo de amistad, pero para mi fue suficiente. Todos los días que duro la guerra, te vi tomar decisiones y hacer cosas que no correspondían a un chico de nuestra edad, te aseguro que antes de la amistad sentí por ti admiración, que pena que no descubriera antes que en realidad no eras un estúpido creído.-La cara de Harry se iba tornando roja por momentos y su nerviosismo aumentaba a la par que su turbación- Nunca supe verte con los ojos de un chico normal, siempre me hicieron pensar que eras un muchacho que se lo tenia muy subido, me enseñaron a odiarte, lo siento, quise decírtelo en su momento, pero después del ultimo baile, no te volví a ver mas, ¿dónde te metiste?, te estuve buscando.

Harry ya no sabia hacia donde mirar, las lagrimas peleaban por salir y el nudo en su garganta se hacia insoportable. Se sentía tan mal y a la vez tan eufórico, nunca pensó que Draco lo apreciara como amigo, si es cierto que se habían llevado bien en los últimos tiempos de aquella guerra, incluso una vez Draco lloro en su hombro la perdida de su madre, la echaba de menos y el estaba allí cuando Draco necesito llorar por ella.

Como decirle que se había escondido de el, que se había refugiado en el colegio para tener allí a su hijo, como explicarle todo lo que había pasado, todo lo malo que había hecho, el engaño que durante años, le hizo sentir tan culpable y tan ruin, no podía decirle nada de aquello.
Siempre en mi mente 4 by Isobelhawk
Siempre en mi mente 4

- Ese día conocí a mi mujer.

- ¿Si?, que casualidad, ese día perdí yo a la mujer de mi vida.

Harry se sobresalto, su mente empezó a martillearle con la culpa, no dejaba de decirle que era una mala persona por hacer lo que hizo, ahora descubría que Draco lo amó, no a el físicamente, pero si a su manera de ser, su manera de hacer las cosas, de comportarse. Que dolor sentía por dentro, que nudo tan asfixiante tenia en la garganta, le costaba respirar y sentía que sus ojos explotarían si no los dejaba llorar.

Se levanto airoso y se acercó al lago, sus nudillos a punto de sangrar por la presión con la que apretaba sus dedos, sentía deseos de acabar con todo, ¿cómo se podía ser tan detestable, tan ruin?. Se agacho y cogió una piedra, esta salto tres veces contra la superficie del lago antes de hundirse hasta las profundidades, como quisiera estar allí ahora, en un mundo etéreo, sin sonido, nada que escuchar, nada mas que lo hiciera culpable, ni siquiera su propia mente. Se sentó en la orilla y lloró, como hacia años, cuando todavía le dolía el desamor, cuando todavía no era desprecio lo que sentía por si mismo.

Unos brazos le rodearon los hombros y le acunaron como a un niño falto de cariño.

Cuando su llanto se calmo, no hablaron, solo se levantaron y se dirigieron al colegio, ya tendrían tiempo de hablar de esas cosas y muchas mas. Draco fue hacia los antiguos aposentos de su actual director, le había pedido estar en las mazmorras, cerca de su casa y sus alumnos, ahora era el jefe de Slytherin y debía velar por ellos. Harry en cambio, subió hasta la torre de Gryffindor, cerca del retrato de la dama gorda había una habitación secreta, ese era su lugar privado, cerca de sus alumnos, ya que el era ahora también, jefe de su antigua casa.
Que cosas, después de tantos años Slytherin y Gryffindor ya no eran rivales, al igual que sus respectivos jefes de casa, la verdad es que las rivalidades entre las distintas casas, quedo ahí, en el pasado.

La noche de Draco, prometía ser movida, su cabeza no dejaba de fabricar locas ideas, no dejaba de pensar en ella y lo que podría haber sido, quizás ese niño podría ser suyo, de los dos, quizás lo fuese.

Analizando la situación, podría ser cierto, esa noche ella se podría haber quedado en estado, cosas mas raras se han visto, así que después de que lo abandonara en la habitación, se podría haber encontrado con Harry, quizás sintió por el chico de oro lo que no consiguió sentir con el, quizás a el lo amo.

Esas posibilidades, barajadas por una cabeza loca de celos, podían ser muy dolorosas, de hecho lo eran. Volvió a sentir lo que hacia mucho tiempo...odio, odio por el chico perfecto, el que todo lo gana, el que todo lo hace bien y siempre se lleva la gloria, el preferido de todos. No era justo sentir esas cosas, no ya después de tanto tiempo y tantas cosas vividas, ya no eran niños que jugaban a odiarse, eran adultos y se suponía que sus mentes ya estaban desarrolladas y eran comprensivas, pero no nos vamos a engañar, el odio es algo difícil de olvidar, igual que el amor.

Draco todavía sentía amor por esa mujer que un día lo dejo solo, todo el amor que un día le entrego Blaise, no pudo eclipsar el que sentía por ella, nunca entendió porque estaba tan dentro de el ese sentimiento, no se puede decir que tuvieron una larga relación, pero con ella se sentía tan a gusto, tan compenetrado, sentía que la conocía de toda la vida, con ella no tenia que fingir ser alguien que no era, podía ser el mismo y se sentía bien en su compañía, la amaba, como nunca amo a nadie mas, ni siquiera a la persona que compartió su vida con el tanto tiempo, quiso a Blaise, pero nunca lo amo, no es lo mismo una cosa que otra.

Por todos estos pensamientos llego a la conclusión, si el sentía algo así, cabía la posibilidad de que ella, aunque por poco tiempo, también hubiese sentido lo mismo por el, además, estaba casi seguro que ella era la madre del niño, eso quería decir, que el era el padre, pero no podía llegar y decirle a Harry una cosa así, tendría que indagar, que averiguar si esa posibilidad podía ser cierta, lo que estaba claro es que ese niño, o era suyo, o tenia un pariente con sus mismos genes y que el no conocía, que además se había casado con Harry, dándole a ese niño la opción de ser el hijo del chico de oro, que pesadilla.

Harry por su parte, tenia la cabeza hecha todo un lío también, sus pensamientos no dejaban de vagar hacia Draco, ese abrazo que le dio hace tan solo un momento, le hizo traer recuerdos del ayer, de cuando amo a ese cuerpo, de cuando disfrutó de el y de la persona que era su dueño, el que le hizo sentirse la persona mas especial sobre la faz de la tierra, el que le hizo sentir cosas que nunca antes probó, que nunca mas probó.

Su cuerpo se desvanecía en los recuerdos y su mente se esforzaba por no pensar en ello, no se lo merecía, ¿se podía sentir mas culpa de la que el sentía?,seguro que no. Disipo sus pensamientos en una nube y recordó otras cosas, su hijo, su amor..

Flash-back

El embarazo seguía su curso sin problemas, la poción hizo el efecto esperado, su cuerpo era perfecto para el bebe y el ya no tendría problemas por la poción mal hecha, ya ni siquiera sentía nauseas, cosa normal, ya estaba de cinco meses y esas cosas quedaron atrás, ahora solo disfrutaba.

Su pequeño ya se movía, parecía querer salir por su ombligo a juzgar por las patadas que daba, no se notaban demasiado todavía, pero eso no impedía ver unos diminutos pies pasearse por la fina piel de su estomago, que maravillosa experiencia estaba viviendo. Pensar que hace tan poco quería perderse lo que ahora mismo sentía, movió su cabeza espantando moscas, nunca mas quería acordarse de esas cosas.

- ¿Qué haces Harry?, ¿te encuentras bien?, tienes una cara muy rara.

- Ven.

Snape se acerco y Harry le cogió la mano, coloco esta sobre su estomago y espero, el profesor lo miraba extrañado e interrogante, con un gesto de su cabeza Harry le indico que esperara. Un leve movimiento debajo de la mano, le hizo estremecerse, Harry no pudo reprimir una carcajada, nunca vio antes a su profesor con semejante cara, unos ojos como platos le miraban sin comprender todavía, cuando volvió a sentir el movimiento, se dibujo en su cara la sonrisa mas estúpida jamás vista, era digno de ver, el profesor mas temido de Howgarts estaba a punto de llorar de emoción.

Harry sonrió al ver la tierna expresión del rostro de su profesor, el sentía lo mismo, desde otro punto de vista, pero lo mismo, una vida que comienza es algo maravilloso y sentirlo de esa manera hace que uno se sienta especial, privilegiado, así se sentía el profesor en ese momento. El tenia el honor de vivir la experiencia de ser padre sin serlo, se sentía un poco usurpador, pero era decisión de Harry no decir nada, así que el cumpliría con su promesa y no diría nada...por ahora.

En esos días supieron que lo que venia era un niño, no cabían en si de gozo, parecían colegiales esperando un regalo que tardaba un poco en llegar. Se entretenían en buscar nombres, aunque Harry ya tenia claro uno, Dray, era muy parecido a Draco, pero no evidenciaba parentesco alguno, era aristocrático, como seguro al padre del niño le gustaría, discreto mas o menos, pero sobre todo es que a Harry le recordaba a su amor, así que se decidió que ese seria el nombre del niño.

Severus se sintió dichoso cuando Harry le pidió ser el padrino de su hijo, lo consideraba justo, era el padrino de un Malfoy y debía ser el padrino de otro Malfoy, aunque este acabase llamándose Potter. Que ironía del destino, seguro que si Lucius Malfoy estaba viéndolos en ese momento, se estaría revolviendo en su tumba, su único nieto llevaría el apellido Potter, que humillación para tan largo linaje de sangres puras, Harry sonrió para si mismo, era una muy buena lección de humildad para el ultimo patriarca de los Malfoy.

El padrino del futuro niño cambio radicalmente su comportamiento, bien que hasta ahora sus relaciones con Harry habían sido cordiales, hasta de ligera amistad, ahora todo eso cambio, estaba todo el día pendiente de el, de sus necesidades y caprichos, si Harry suspiraba, enseguida cargaba con el hasta el sofá mas cercano y lo depositaba con cuidado, Harry se reía y le decía que tan solo estaba un poco cansado, que era un exagerado, ahí es cuando el profesor se sonrojaba y enfadado salía de la habitación, no duraba mucho, a los cinco minutos volvía por si el chico necesitaba algo, siempre era así y Harry empezó a quererlo por eso.

La verdad es que el profesor había cambiado mucho, quizás lo que necesitaba para que ese cambio se produjese era precisamente eso, alguien de quien preocuparse y que dependiese de el, aparte de una compañía necesitaba una responsabilidad, algo que le hiciera aferrarse a una vida nueva y maravillosa, una nueva luz cargada de esperanza y de ilusión por algo, ese algo era el hijo de Harry, hasta el propio Harry estaba empezando a ser una parte muy importante de el mismo.

No sabe cuando dejo de pensar en el cómo el estúpido patán que todo lo hace mal, el que todos quieren y todos consideran maravilloso cuando el solo lo ve como un niñato insufrible y pretencioso, ¿cuándo dejo de verlo así?, ¿cuándo empezó a verlo de una manera tan distinta?. Ahora era un chico cariñoso y sencillo que lo único que quería y necesitaba, era un poco de amor y compañía, nunca supo verlo como en realidad era, un chico normal, que sin el quererlo, se había visto llevado por las circunstancias de su desafortunada vida, no había sido nada mas que un peón en manos de un maldito loco, que fortuna tan grande descubrir que el peón era un rey en la sombra, un rey que gano la batalla final siendo tan solo un adolescente, un adolescente que ahora se enfrentaba con los problemas de un chico normal de su edad. Bueno, la verdad es que el problema era mas grave, tan solo por estar en el mundo mágico, ¿acaso en el mundo muggle un chico se transforma en chica y queda embarazada?, nunca, solo en el mundo mágico pueden pasar esas cosas y vaya si pasaban.

Nunca recordó sentir por alguien, lo que sentía por ese muchacho, no era amor, era algo mas, algo que nunca sintió, pues nunca tuvo oportunidad de ser padre, le sonaba un poco extraño, pero lo sentía como a un hijo, que en ese momento necesitaba la ayuda incondicional de su padre, si alguna vez alguien le hubiese dicho que sentiría por Potter amor de padre, seguramente ese alguien, se hubiese convertido en comida de calamar gigante.

Lo mas curioso para Harry, es que el sentía algo parecido por su odiado profesor, hacia tanto tiempo que nadie se preocupaba por el, que temía estar viviendo en una alucinación tangible. Nunca nadie se mostró tan solicito y cariñoso con el, tan pendiente de sus necesidades, no se engañaba a si mismo, sabia que todas esas atenciones eran producto del amor que Snape, empezaba a sentir por la pequeña vida que llevaba en su interior, pero le quedaba la pequeña esperanza, de que alguna de esas atenciones las recibiera por ser el, de que verdaderamente el profesor le tuviese algún aprecio.

No tardo en comprobar que en verdad el profesor le tenia cierto cariño. Un día sintió contracciones, era aun muy pronto, tan solo estaba de siete meses y el bebe no debía salir antes de tiempo, la vida de ambos podía correr peligro. Harry fue llevado a la enfermería urgentemente, Poppy cuidaría de el y procuraría parar las contracciones para evitar un parto prematuro, lo tuvo todo el día a base de pociones y descanso, ni siquiera podía levantarse para ir al baño, así que no le quedo mas remedio que hacer todo lo que le pedía la enfermera.

En todo el día no vio a su profesor, pensó que le dio miedo o algo así y había preferido no estar presente si algo salía mal, con estos pensamientos llego la noche y con ella el sueño. Se despertó sobresaltado por una pesadilla, oía un llanto a lo lejos y no podía llegar hasta el, corría con todas sus fuerzas, sabia que era su bebe, pero no conseguía moverse del sitio, gritaba de frustración y en uno de esos gritos despertó. Sudoroso se incorporo en la cama y enseguida sintió unas manos que lo recostaban de nuevo, mientras volvía a su posición anterior, recogió sus gafas de la mesilla y se las puso, Snape estaba a su lado y le hablaba bajito, no...no hablaba, estaba como diciendo una oración, pero eso no era posible, ellos no tenían ese tipo de creencias, escucho mejor y se dio cuenta de que era un hechizo lo que el pronunciaba. Reconfortado por el leve murmullo, volvió a dormirse, pero esta vez ninguna pesadilla lo despertó, durmió y descanso toda la noche.

A la mañana siguiente, Snape le explico que estuvo de viaje, fue a un país de Centroamérica donde crece una hierba endémica que sirve para retrasar el parto. No era el momento del nacimiento, así que le hizo un ungüento con esta hierba y se lo aplico en la tripa, esto tenia el poder de dormir al niño y relajar el útero, así el parto se retrasaba hasta el momento adecuado, bastaba con dejar de usar el ungüento unos días antes de la fecha.

Harry se pregunto si todo esto lo hacia por el o por el niño, pero al mirar a su profesor y ver el amor y el cariño con el que lo miraba, se desvanecieron sus dudas.

Se sintió feliz de comprobar que en realidad su profesor sentía cierto cariño por el. Desde ese día mucho en los dos cambió, sobre todo la manera de nombrarse y tratarse, nunca mas serian unos extraños que estaban obligados por unas promesas, a partir de ahora se mirarían con otros ojos.
Siempre en mi mente 5 by Isobelhawk
Dedicado a selene y a nigriv y a missgginni y a aloho y....a todas las que quieran estar aqui, todas teneis vuestro sitio y yo lo quiero compartir con vosotras.


Siempre en mi mente 5

La mañana del primer día del curso, se despertó lluviosa, cosa extraña puesto que todavía era verano, así que Harry se tuvo que olvidar de su intención de dar clase en el exterior, se tendría que conformar con unas clases normalitas en el aula de siempre.

Corrió hacia el baño y se dio una ducha rápida, quería darse prisa a ver si podía hablar con Dray antes de sus clases, le echaba de menos, solo había pasado una noche separado de el y ya lo extrañaba, estaba empezando a pensar que era un padre asfixiante.

Bajo las escaleras desde su torre acompañado por los gemelos y varios alumnos de distintos cursos, al llegar al amplio recibidor del colegio, se separo de ellos y espero en la puerta de entrada al comedor a que llegara su hijo.

A los diez minutos de esperar, vio llegar al niño acompañado por varios de sus compañeros, su alma cayo a sus pies y el también se habría caído si no se hubiese sujetado al marco de la puerta, el niño venia sonriendo y charlando animadamente, por un momento creyó ver a Draco en los primeros días de su primer año, era su viva imagen.

- ¡Dray, puedes venir un momento, por favor!.

El niño se despidió de sus compañeros y se acerco hasta donde estaba el, le dio un beso y se le quedo mirando, esperaba que le dijera algo, pero su padre tan solo lo miraba y le acariciaba la cabeza.

- Papa, me están esperando.

- OH, claro..perdona, es que...solo quería decirte que te eché de menos, ¿has dormido bien?.

- Jajaja, papa por favor, no te preocupes tanto, solo estamos separados por paredes, además nos veremos todos los días y créeme, no esta muy bien visto que tu padre sea también tu profesor.

- Pero que borde eres, como te pareces a tu..., en fin, no me has dicho como has dormido.

- Bien, he dormido muy bien, ¿contento?.

- Mucho, anda vete o echaré a perder tu reputación.

Ambos se despidieron con una sonrisa y se dirigieron a sus respectivos sitios, el chico a la mesa de Slytherin y el, a la mesa de profesores. Casi todos los profesores ya estaban en sus sitios, menos Draco, cosa muy rara pues solía ser bastante puntual, por lo menos cuando ambos eran estudiantes. No se preocupo mucho por ello, ya llegaría si es que quería desayunar.

No apareció en todo el desayuno y eso ahora, si le preocupó, pero no debía hacerlo, no era un niño para andar preocupándose por el, pero no podía evitarlo, así que cuando su desayuno acabo, se levanto y salió del comedor en su busca, tenia poco tiempo antes de que las clases empezaran.

No le apetecía nada, pero bajo a las mazmorras a ver si estaba en su habitación, al llegar al tapiz que tapaba la entrada de su habitación, supo lo que debía hacer para entrar, Snape le enseño como hacerlo. Puso el dedo índice sobre un dibujo cabalístico y como movido por un resorte, su mano empezó a apretar distintos dibujos colocados formando una ese, que original era su profesor. La puerta se abrió y antes de entrar llamó al rubio, no quería molestar.

- Draco, ¿estas aquí?.

No recibió respuesta así que entro, tampoco había nadie en la zona de estar, quizás estuviese dormido, se adentro en la estancia y abrió la puerta que daba al dormitorio, este estaba en penumbras, la habitación, al estar en las mazmorras, no tenia ventanas, pero si un hechizo muy bueno que simulaba unas ventanas con bellos paisajes y una iluminación como la del exterior, así que se acerco a las inexistentes ventanas y abrió las cortinas, una suave luz mañanera entro por ellas iluminando levemente la cama. Draco yacía dormido, entre blancas sabanas su cuerpo parecía etéreo, casi del mismo color.

Despacio se acerco al durmiente, este dormía boca arriba, desnudo y tapado delicadamente hasta la cintura, era una bella imagen, no pudo resistirlo y se acerco a contemplar mas de cerca a ese ángel caído. El peso de su cuerpo hundió un poco el colchón, pero eso no hizo que Draco despertara, solo se desperezo un poco y se acurruco mas cerca de Harry, este acaricio la mejilla de Draco, suavemente delineo la delicada mandíbula con un dedo, dibujo su labio inferior y lo dejo bajar por la blanca clavícula.

Su deseo se hacia mas patente que nunca, estaba ruborizado a mas no poder, no supo cuando se puso a la altura de la cara de Draco, pero ya estaba tan cerca, que sentía la respiración del otro en sus labios. Seria tan fácil besarlo, sentir de nuevo su sabor, perderse en las sensaciones, cuando se quiso dar cuenta ya lo estaba haciendo. Su lengua delineo los labios del rubio, era consciente de la locura que estaba cometiendo, pero ni quería ni podía evitarla. Estaba perdido en un mar de sensaciones y placeres cuando noto que el beso era respondido, noto la lengua de Draco abrirse camino entre sus labios y buscar la suya, como esta le urgía a responder, Harry se sorprendió y asustado se separo de el. Se levanto rápidamente, debía aprovechar que este todavía parecía dormir para fingir que había sido un sueño, lo que no sabia es si el rubio creería haber soñado eso.

- Draco, despierta.

El nombrado estaba ya abriendo sus ojos, desperezándose, se medio incorporo en la cama y con los ojos entrecerrados miro a quien tenia delante.

- ¿Harry, eres tu?.

- No, soy un fantasma...¡claro que soy yo!, levanta perezoso, llegas tarde a tu primera clase.

- ¿Cómo has entrado?, déjalo...ya sé, Snape te dijo que me buscaras ¿no?.

- No, tengo iniciativa propia, venga date prisa.

- Vale, vete ahora subo yo....Harry....¿tu me has besado?.

- ¿¡Que!?, ¡despierta ya y deja de soñar!.

Ante la pregunta, Harry se turbo mas todavía, así que aprovecho para hacerse el ofendido y salió de allí lo más rápido que pudo, menos mal que su plan funciono y Draco pensó que había sido un sueño, sino habría tenido que dar muchas explicaciones.

Draco se incorporo hasta quedar sentado en la cama, se estiro y se dejo caer cuan largo era, otra vez en el lecho.

- ¿Te crees que soy tan tonto?, ¿qué no me he dado cuenta de que si me has besado?, ja, nunca aprenderás Harry.

Una mano viajo hasta sus labios y los toco, todavía húmedos y todavía sintiendo el tacto de otros labios.

+¿Por qué me has besado?, esto es muy raro, nunca pensé que te gustaran los hombres y menos yo, aunque a lo mejor a sido un lapsus por tu parte, jejeje, ya sé que soy muy guapo, pero tanto como para no poder resistirte, no sé.+

Se levanto y cogiendo una muda limpia, se metió en el baño, abrió la ducha y se introdujo dentro, a medida que el agua recorría su cuerpo, sus pensamientos vagaban por el ambiente.

+¿Por qué me resulta tan familiar tu tacto Harry?, es como si ya te hubiese besado antes, te recuerdo y no se porqué, ¿es que acaso me has robado mas besos?, creo que tengo demasiadas preguntas aun en mi cabeza y alguien tendrá que responderlas, pero hasta que llegue ese momento, a de pasar un largo día. Bueno a ver como se me da eso de enseñar.

salió del baño ya vestido y abandono la habitación, sus pies lo llevaron hasta la clase de pociones. No tenia tiempo de desayunar así que entre clase y clase pediría algo a uno de los muchos elfos del colegio, ahora debía dar clase a los alumnos de primero de Gryffindor y Slytherin, Snape no había cambiado los horarios en tantos años, era un hombre que se aferraba a los recuerdos, sobre todo a los buenos.

Los alumnos esperaban ya en la puerta de la clase, abrió la puerta y los dejo pasar, cuando todos estuvieron dentro, el pasó y con decisión se dirigió a su mesa. No pretendía ser como Snape, pero un poco de mano dura siempre vendría bien, todavía no tenia muy definidas sus clases ni como las impartiría, pero con todo lo que su mente albergaba, no tendría problema.

Paso lista a la clase sentado, todavía en su mesa observo a los niños, que buenos recuerdos le venían a la memoria, mejor alejarlos o nunca empezaría.

- Bueno, no se si todos ustedes me conocen, me presento, soy Draco Malfoy, profesor de esta asignatura, llámenme profesor o señor Malfoy. Esta asignatura es muy importante, casi todos los trabajos en el mundo mágico exigen un alto nivel en pociones, así que el listón se lo impondrán ustedes mismos, todo depende de adonde quieran llegar el día de mañana, yo estaré aquí para todo lo que necesiten, solo les voy a exigir una cosa, respeto, tanto para mi y sus compañeros, como para la asignatura en si, a medida que pase el tiempo se darán cuenta de que no es fácil hacer una poción en condiciones, por eso deben tenerle respeto. Muy bien, dicho esto, comencemos, en la pizarra tienen los ingredientes y las instrucciones, si tienen alguna duda, pregúntenme.

En otra parte del colegio, Harry soltaba un discurso parecido, pero esta vez a unos alumnos de cuarto de Hufflepuff y Gryffindor.

- Bien, como ya sabéis por otros años, esta asignatura es muy importante, no solo para que paséis de curso,- Lewis cayese y estese quieto o le castigare-, sino también para sobrevivir en el mundo mágico, no penséis que porque Voldemort- murmullo general en toda la clase-este muerto, todo esta bien, siempre hay peligros a los que enfrentarse, no siempre vendrán de una persona, ya sabéis que hay miles de criaturas mágicas, igual o mas peligrosas que los magos, así que este año estudiaremos sobre esas criaturas y como defendernos de ellas. Lewis, te la has ganado, tendrás el honor de ser el primero en enfrentarte a la criatura de hoy, tráeme ese arcón.

El aludido se quedo blanco e intento protestar, Harry lo corto con un gesto de su mano y le indico que trajese el arcón.

- Bien, ponlo ahí, todos los demás situaos en fila detrás de el y observad.

Cuando Remus se jubilo, le regalo su arcón mágico de varios niveles, aquel famoso arcón donde escondía el Boggart que aterrorizo a todos los niños de su cuarto curso y eso es lo que el pretendía hacer en ese momento.

- Venga, ponte aquí, cuando el boggart salga y te muestre lo que mas temes, tienes que decir con decisión y fortaleza Ridiculus, ¿esta claro?.

- Cre..creo que si profesor.

- Bien, prepárate, voy a soltarlo.

Con una floritura de su varita, los distintos cierres empezaron a moverse, como pequeñas culebras, los candados se escurrían entre los dibujos del arca, cuando alcanzo el nivel deseado, Harry dejo de mover la varita, el arcón poco a poco se fue abriendo, de el salía un humillo claro, como niebla....

En el aula de pociones todo iba sobre ruedas, los alumnos estaban haciendo sus pociones casi sin ningún problema, exceptuando a un alumno de Slytherin al que su poción le estallo en la cara y tuvo que ir a la enfermería. Draco estaba divertido viendo a los niños esforzarse, que diferente de su primer año, todavía se acordaba del discurso de Snape y de la cara de Harry cuando este le increpo, mucho habían cambiado las relaciones de los tres desde entonces.

Sus ojos viajaban de un niño a otro y cuando llego a Dray Potter, se le quedo mirando, que poco se parecía a su padre, no solo físicamente, su carácter y maneras eran muy diferentes. El niño no estaba en absoluto nervioso por la tarea impuesta, es mas, tenia cara de estar disfrutando con la elaboración de su poción, que chico tan extraño, no podía apartarlo de su mente, le parecía fascinante.

Tan concentrado estaba Draco en sus pensamientos, que no se dio cuenta de que llego el fin de la clase, le pidió a los niños que dejaran las muestras de las pociones en su mesa e hicieran un trabajo de treinta centímetros sobre la poción de hoy. Hasta dentro de una hora no tendría otra clase, así que decidió ir a hablar con Snape, tenia algunas dudas y el era perfecto para respondérselas.

Recorrió los distintos pasillos hasta llegar al despacho, dijo la contraseña y subió los escalones móviles, toco a la puerta y al abrirla se encontró con Snape sentado en su escritorio.

- Hola Draco, ¿puedo ayudarte en algo?.

- Pues si, me puedes ayudar y mucho.

- Pues tu dirás, pero por favor siéntate, ¿te apetece algo?.

- No..gracias, bueno..un te no estaría mal.

- Muy bien, mientras cuéntame que te pasa.

Snape preparaba la mesita para el mientras Draco se retorcía las manos pensando en que le iba a decir, parecía mentira, pero estaba nervioso, cuando todo estuvo preparado, Snape se sentó y le dio su taza, invitándolo a hablar de una vez.

- Bueno, ¿me lo vas a contar o moriré esperando?.

- Veras...es que es difícil, no se como plantearlo ni ...

- Es sobre Potter ¿verdad?.- Draco lo miro sorprendido, después de tantos años, su profesor seguía leyendo en el como en un libro abierto.

- Si, el es el culpable de mis comeduras de cabeza.

- Pues si no me dices ya que te pasa, llegaras tarde a tu próxima clase, así que empieza.

- Bien...creo que su hijo...es en realidad mi hijo, o algo así, no lo se...es que estoy muy confuso y mi mente no ayuda en absoluto, si no es mi hijo, es que tengo un pariente o algo así....

- Frena Draco, por favor, me mareas. Piensa razonablemente y dime porque piensas algo así.

- ¡Por Merlín!, ¿es que no has mirado bien a ese niño?, es mi viva imagen, es como yo cuando tenia su edad, además...hay otra cosa.

- Todo puede ser casualidad, pero en fin, dime la otra cosa.

- Sus ojos...son los de ella, tienen su mismo color, el mismo brillo. Puede que ella se quedara embarazada, es posible ¿sabes?, no seria la primera vez que pasa algo así, puede que el se casara con ella y le diese los apellidos al niño...hay tantas opciones.

- Pues si que las hay, pero ese niño te aseguro que es hijo de Potter.

- ¿Cómo lo sabes?, ¿cómo puedes estar tan seguro?.

- Lo se, soy su padrino.

- ¡¿Tu?!, jajaja, ¿desde cuando sois tan buenos amigos como para algo así?.-la risa no oculto el dejo de escepticismo que tenia su cara.

- Eso es algo que sabrás...con el tiempo, pero no ahora, si alguien te cuenta algo, no seré yo, solo te puedo decir que el es su padre y que de su madre no se nada. Te voy a dar un consejo, trata mas con el, intenta ser su amigo, el esta muy solo y se que te aprecia...de verdad.

- Ya lo intento, pero esta muy enigmático, me rehuye, se aparta de mi, a veces incluso me ataca. Comprendo que después de tanto tiempo, es normal que no se sienta mi amigo, de todas maneras nunca fuimos muy allegados, encima los dos desaparecimos de la vida del otro...todo es normal. ¿Sabes que repare su capa de invisibilidad?, si, le hizo feliz el regalo, pero aun así, el no confía en mi, pero eso va a cambiar....

Draco se levanto y hablando consigo mismo, cosa que a Snape le dio la sensación de que llevaba haciendo un buen rato, se fue del despacho directo a su aula. Snape no pudo mas que sonreír ante las cosas que le pasarían a lo largo del curso por culpa de estos dos. Se acerco a su butaca mas cómoda y allí se arrellano, presentía que Harry no tardaría en llegar, llenando su despacho de nuevas dudas.

El objeto de los pensamientos de Snape se encontraba andado rápido hacia el despacho del director, cosa que este ya había previsto, que bien los conocía a los dos.

Harry estaba metido en sus pensamientos cuando choco con alguien que instantáneamente cayo al suelo, se apresuro a ayudar pero se quedo quieto en el sitio mirando a la persona en el suelo.

- ¿Me vas a estar mirando toda la mañana o me vas a ayudar?.- Harry no dijo nada, solo le ofreció su mano a Draco y tiro de el con fuerza, tanta que este quedo pegado a el una vez puesto en pie.

- Que bonita vista tengo desde aquí, jajaja.

- Muy gracioso.

- ¿A donde vas con tanta prisa Harry?.

- Tengo que tratar unos...¿y porque te tengo que dar explicaciones?, aparta, tengo prisa.

- Harry, no me trates así...ya no somos enemigos, recuérdalo.- Draco se dio la vuelta y dolido, siguió su camino, Harry lo miro e intento ir detrás de el, pero no lo hizo, solo se empezó a castigar mentalmente por ser tan imbecil, ¿por qué lo trataba como siempre trato a el antiguo Draco?, el ya no era el mismo, ninguno de los dos lo era.
Siempre en mi mente 6 by Isobelhawk
Siempre en mi mente 6

Harry se acerco a la entrada del despacho y dijo la contraseña, subió las escaleras y sin llamar a la puerta entro, Snape lo miraba desde su cómodo sillón.

- Me esperabas ¿verdad?.

- Pues si.

- ¿Draco estuvo aquí hace un momento?.

- Si, siéntate, tenemos que hablar.

Harry se dejo caer con desgana en el sillón que estaba frente al director, arrebujándose un poco empezó a jugar con sus dedos, como un niño culpable que espera una reprimenda.

- ¿Qué te pasa Harry?, no estas actuando como tú eres, siempre estas a la defensiva...sobre todo con el, no es tu enemigo y lo sabes.

- Si el supiera ciertas cosas, no solo seria mi enemigo, me odiaría hasta la muerte.

- No lo creo, lo que si estoy seguro, es que le gustaría saber que tiene un hijo y sobre todo, saber que tú eres el padre, lo difícil seria que aceptara la forma en que fue concebido.

- Ni loco le diré nunca que mi hijo también es suyo, conociendo a los Malfoy, es capaz de intentar quitármelo.

- Por favor Harry, no seas idiota, jamás haría algo así.

- Muy seguro estas tu, ¿no le habrás dicho o insinuado nada no?.

- Harry...¿me crees capaz?.

- Si.

- Muy amable por tu parte, la confianza que demuestras para conmigo es asombrosa.

- Perdona, es que no me fío de que le digas algo, tengo mucho miedo, compréndelo.

- Claro que te comprendo, no me enfado por eso, pero es que tu debes de comprender que no puedes estar toda la vida así...todavía lo quieres, lo sé, deberías divertirte un poco, ser el mismo que el año pasado , ahora tienes un amigo de tu edad, aprovecha la situación.

- ¿Quieres que me haga su amigo y nos vayamos de juerga juntos?, por favor, ¿dónde esta tu sentido común?.

- Creo que donde siempre, además, lo que te digo es una orden, o te diviertes un poco u obrare en consecuencia, avisado quedas.

- ¿Es una amenaza?.

- Tómalo como quieras, lo único que te digo es que no quiero ver nunca mas esa cara de amargado que tienes, así que a salir y divertirse, este fin de semana te toca excursión.

- ¡OH no!, ¿me vas a poner de niñera?.

- Si, pero no iras solo, tranquilo.

- Te veo venir y no me gusta, si algo sale mal, tú lo pagaras, te lo prometo. – Se levanto y dándole un ultimo vistazo a la sonriente cara del director, salió de la habitación.

Era increíble, que manipulador era su “amigo”, ¿cómo podía decirle que saliera por ahí con Draco y quedarse tan tranquilo?, la cuestión para el no tenia ni pies ni cabeza, así que decidió no pensar mas en el tema y seguir con sus clases, ahora le tocaba con su hijo y no podía evitar estar un poco nervioso, pero se prometió a si mismo pensar en el tema.

Las clases acabaron por ese día, por fin ya era la hora de la comida, así que con su paso elegante, aguantando las miradas livinidosas de las alumnas de sexto y séptimo, hasta alguna de otros cursos, se fue hasta el comedor, al llegar allí vio con agrado que estaba lleno, los recuerdos hacen que un poco mas y se siente en su antigua mesa, menos mal que se dio cuenta y siguió hasta la de profesores, allí estaba ya Harry sentado.

- ¿Qué tal tu día Harry?.

- Muy bien, ¿el tuyo?.

- Cansado, tres de mis alumnos me han destrozado media mazmorra, no me mires así, ninguno era tu hijo, gracias a Merlín no se parece a ti.

- Jaja, muy gracioso, pero tienes razón, desde pequeño le encantan las pociones, en casa tiene un pequeño laboratorio y todo.

- ¿Ves?, no se te parece en nada.- Draco seguía con su pose de “no me importas nada”, así que Harry a pesar de la conversación que estaban teniendo, se imagino que seguía molesto por el trato que le dio antes.

- Creo que te debo una disculpa Draco, no quería hablarte así, es que me pillaste en mal momento, lo siento...de verdad.- Draco lo miro de reojo y vio la sinceridad en sus ojos y el leve rubor en las mejillas, sabia que no mentía, así que le dedico su más cálida sonrisa antes de darle un cariñoso capón.

- ¡Ay!, ¿esa es tu manera de decirme que me perdonas?.

- Da gracias de que no te lance una imperdonable.

- Muy gracioso, anda come.

- Por cierto, ¿te apetece luego una vuelta?, te lo aviso porque sé que no te gustan los secuestros. –La cara de Draco estaba contenida en una maravillosa sonrisa, Harry no pudo evitar corresponderla y con la mas amplia de las sonrisas asintió.

La comida transcurrió entre bromas y risas que fueron contenidas de vez en cuando por el enfadado carraspeo de Snape, este lo hacia solo por guardar las formas, estaba mas que encantado por la actitud de esos dos, parecía que Harry le había hecho un poco de caso y estaba cambiando con respecto a Draco, eso era genial.

Desde luego que el parecer de Harry hacia Draco había cambiado, pensó mucho en lo dicho por Snape, no era plan de estar siempre de morros y de mal carácter. Tenia una baza a su favor, si se enteraba de todo se enfadaría y posiblemente le ocasionaría muchos problemas, pero mientras esto no ocurriera, bien se podía divertir un poco. Hacia muchos años que no estaba en compañía de gente de su edad, el colegio no era precisamente un geriátrico, pero tampoco un jardín de infancia, exceptuando a los alumnos y con ellos poca cosa podía hacer.

En la tarde se dedico a preparar su clase de mañana y ordenar un poco el despacho, desde que llegara al colegio no había ordenado ninguna de sus pertenencias y la verdad, al despacho no le vendría mal un poco de arreglo, Snape lo había dejado tal y como estaba cuando el era profesor. Algunas de las pociones ya estaban caducadas y había ingredientes sin clasificar por todos lados, el antiguo profesor se había vuelto muy descuidado en cuanto a las pociones, pero era normal, el colegio le absorbía mucho tiempo.

+Bueno, pues manos a la obra, hay mucho que hacer, por Merlín, que de porquerías, en fin.+

Empezó a sacar botes y probetas de los estantes, los fue catalogando y los que estaban malos, a la basura directamente, poca cosa se salvaba de la quema. Cuando termino con ese estante, siguió con los demás, de veinte estanterías, no se salvo mucho, algunos botes e ingredientes estaban bien, pero la mayoría estaban en muy mal estado. La mayor parte de la tarde, la perdió sacando basura a la puerta, los elfos la recogerían mas tarde, menos mal que el despacho ya estaba mas despejado.

El otro resto de la tarde la perdió colocando sus propias cosas, relleno los estantes con los libros de la mansión Malfoy, los pocos que pudo salvar cuando esta fue subastada y sus secretos revelados. Las cosas de su madre, las puso en el armario de doble fondo que pudo salvar de su dormitorio, junto con lo poco que quiso salvar de su padre, eran muchos recuerdos, algunos dolían, otros solo incomodaban.

Se dispuso a quitar un cuadro que estaba ya viejo y descolorido, este no le gustaba nada y no pegaba con el tipo de decoración que quería para su despacho, lo levanto con fuerza y tiro del, no se movió ni un milímetro. Extrañado miro por detrás del y vio que no estaba colgado, sino que parecía como una puerta, como si ahí hubiese un armarito o algo así, busco el resorte para abrirlo y cuando lo encontró el armarito se abrió.

Un olor a húmedo y rancio se extendió hasta su nariz, con la mano hizo un movimiento de airear y se acerco a mirar dentro del armario, había unos papeles viejos y mohosos y una bolsa de plástico muggle, cosa que le extraño bastante, Snape odiaba todo lo muggle, así que encontrar algo así en su despacho era impensable.
Una vez que todo estuvo fuera de su contenedor y extendido en la mesa del despacho, Draco lo examino, los papeles eran pociones escritas a mano y posiblemente no registradas, como si no conociera a su padrino. La bolsa contenía pelo, una gran cantidad de pelo negro y brillante, metió la mano y lo toco, estaba suave y olía muy bien, como si lo acabasen de meter en la bolsa, estaba claro que tenia un hechizo. Examino con detenimiento la bolsa para ver si tenia alguna inscripción o etiqueta, encontró un nombre escrito con bolígrafo, otra cosa extraña.

+Helena, ¿será mi Helena?, pero ¿cómo llego su pelo aquí?, por merlín, no entiendo nada en absoluto, a lo mejor estoy comiéndome la cabeza por nada y esto no tiene nada que ver, aun así, esto me lo tiene que aclarar Snape, todo esto es muy raro.+

Guardo la bolsa en un bolsillo de su túnica y siguió colocando cosas en su despacho, no se le iba de la cabeza los objetos encontrados, ¿tendrían algo que ver los papeles?, seguro que si, no podía dejar su imaginación quieta, tan abstraído estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que era la hora de cenar.

- ¿Draco?, ¿qué haces aquí todavía?.

- ¿Eh?, ah, hola Melissa, ahora iba a subir a cenar. –Se acerco a la profesora y galantemente le ofreció su brazo. –¿Me acompañáis hermosa dama?.

- Que galante Draco, por supuesto que si, noble caballero, jajaja.- Dijo ella acogiéndose de su brazo.

Con sendas sonrisas en sus rostros se alejaron del despacho en dirección al gran comedor. Cuando llegaron, los alumnos estaban todavía acomodándose en los asientos, entre saludos y risas, ellos hicieron lo mismo, al llegar a la mesa Harry lo miro con los ojos como platos, eso le gusto, la sensación de celos que percibía en el le decían muchas cosas.

Se sentó en su habitual sitio al lado de Harry, después de acomodar a su compañera en su propio sitio, dos asientos mas lejos. Coloco su servilleta elegantemente sobre sus rodillas y procedió a servirse la comida, todo esto sin dejar de observar a Harry por el rabillo del ojo, este seguía mirándolo sin creer lo que veía.

- ¿Vas a seguir mirándome así mucho rato?, me pones nervioso.

- Yo no te miro.-Fingió que no lo hacia removiendo la comida en su plato.

- Ya, claro, si tu no me miras, lo que estoy poniendo en mi plato es hipogrifo en vez de pollo.-Dijo esto dedicándole una sonrisa sarcástica.

- ¿Siempre eres tan chistoso o es tu nueva faceta de enamorado?. Esta vez lo miraba fijamente y como esperando una respuesta.

- ¿Enamorado yo?, jeje, ¿qué has comido, babosas alucinógenas?.- su tono esta vez era divertido, estaba claro que Harry estaba molesto.

- Mira, paso de ti, me da lo mismo lo que hagas y con quien vayas, no me importa.- Dejo de mirarlo y se dedico a machacar con su tenedor lo que quedaba de comida, como si esta fuese la culpable de algo.

- Muy bien, entonces deja de comportarte como una novia celosa, todavía no eres nada mío.

- ¡¿todavía?!, ¡esto es alucinante¡, ¿pero es que te crees que me importas de ese modo?, que equivocado estas, eres un presuntuoso. –Enfadado se levanto y dejando su cena a medio terminar, se fue del gran comedor, su paso airado no dejo indiferente a nadie.

Se fue hasta el lago, tenia un enfado monumental y solo ese sitio era capaz de calmarlo. Se sentó y viendo que su enfado no disminuía, se levanto, paseo un poco por la orilla y después se dedico a tirar piedras al lago, con suerte alguna le daría al calamar.

+¿Cómo puede ser tan idiota, no, como puedo ser yo tan idiota?, me he comportado como un estúpido enamorado despechado, que idiota, seguro que lo ha notado. Me merezco el premio al tonto más tonto de la historia.+

Una vez mas calmado se sentó debajo del Haya, cansado de pensar, se tumbo y miro a las estrellas, amigas lejanas que siempre escuchaban sus penas. Estaba harto de lamentarse todo el día, hasta el mismo se daba cuenta de que era totalmente patético, su actitud era la propia de un niño de cinco años.

Todo estaba mal y eso tenia que cambiar, Severus tenia razón, no podía seguir así, pediría perdón a Draco e intentaría divertirse un poco, aunque después del ridículo que había hecho esa noche, veía difícil el perdón. Se disponía a levantarse cuando oyó llegar a alguien.

- ¿Se puede saber que te pasa?, estas insoportable, ¿acaso he hecho algo que te haya molestado?, no te entiendo Harry, no entiendo nada.- Draco lo miraba con una mezcla de preocupación y hastío.

- Nada Draco, no me pasa nada, lo único es que soy un imbecil que no sabe hacer las cosas bien...lo siento.

El aludido lo miro con desesperación, cada vez entendía menos la situación entre ellos, no podían ser amigos porque Harry siempre estaba de morros y si no era así, es que estaba celoso, pero ¿de que?.

- Mira Harry, yo no se lo que te pasa, desde que he llegado lo único que intento es retomar algo que un día me dolió dejar, una amistad que creo que podría haber madurado, estoy seguro de que podríamos haber sido buenos amigos, pero te recuerdo que no fui yo el que desapareció...tu te fuiste sin darme opciones, ahora solo quiero empezar de nuevo, pero...tu te cierras, ¿por qué?.

- No lo se, de verdad que no lo se, no es culpa tuya...soy yo, llevo tantos años solo, bueno eso no es exacto, tengo amigos...no de mi edad, pero amigos y encima los de mi edad no los veo nunca, creo que mi problema es que soy un viejo prematuro...un aburrido.

- ¿Eso es todo?, que estupidez, no me lo puedo creer, es mas, no te creo.

- Eres libre de pensar lo que quieras.- Harry callaba sus verdaderos problemas, nunca estaría preparado para contárselos a Draco, así que lo mejor era mentir, descarada y tranquilamente.

- Muy bien, ese es tu problema, no tienes amigos. –Se tumbo a su lado mirándolo fijamente, Harry se ponía nervioso por momentos. –Aquí me tienes, soy tu amigo, ¿qué quieres hacer?, ¿damos una vuelta?, ¿te apetece ir a Hogsmeade?.

Harry volvió su cara hacia Draco y lo miro durante un largo rato, parecía querer memorizar sus facciones, como si no las tuviese ya grabadas.

- ¿Tu estas bien de la cabeza?, por Merlín, es lunes Draco.

- ¡Y que!, somos maestros, ¿se te olvido?, ahora podemos hacer lo que queramos, venga, levanta y vamonos.

- De acuerdo ¿a dónde vamos?.

- Pues me apetece una cerveza de mantequilla.

Sonriendo y un poco mas animados, se metieron en el camino hacia el pueblo. Harry se lamento de no haberse despedido de su hijo, pero también pensó que a este no le importaría mucho, era un niño muy pasota, seguro que prefería estar con sus amigos.

Por primera vez en mucho tiempo, se sintió niño de nuevo, pero esta vez su compañero de travesura era alguien bien distinto a Ron o Hermione. Su antiguo enemigo, su antiguo amor, que cierto es el refrán.

Una vez que llegaron a Honeydukes, se adentraron en el pueblo, todavía era temprano y encontrarían los sitios con un poco de ambiente, aunque eso fuese difícil un lunes. Nada mas llegar entraron en las tres escobas, para el día que era, había bastante gente, pero eso no fue problema para encontrar mesa, el tabernero les dio la mejor de la que disponía en ese momento.

- Encantado de verle de nuevo señor Potter, señor Malfoy, ¿qué van a tomar?.- El hombre miro a este ultimo con cierta desconfianza, no olvidaba los relatos sobre la guerra y el papel que su padre tuvo en ella.

- Dos cervezas de mantequilla por favor.

- Veo que sigue tan simpático como siempre.

- No se lo tomes a mal Draco, mucha gente todavía esta resentida por lo que paso.

- No te preocupes, nada de lo que puedan opinar me afecta, me hice la firme promesa de ser feliz. Olvidémoslo.

- Muy bien, ¿por qué no me cuentas un poco de tu vida?, solo se que estuviste en Brasil todo este tiempo.

- Es que tampoco es mucho mas interesante, pero si así lo quieres. Cuando me gradué, como tu, fui a la universidad mágica de Francia, allí estudie pociones con un colega de Snape, el mejor del mundo según sus propias palabras. Termine y volví aquí, me tuve que ocupar de los asuntos familiares, la mansión se subasto y liquide los negocios de mi padre, el dinero que saque me permitió seguir estudiando, aun así me dieron una beca para estudiar en Brasil, así que sigo siendo rico, jeje, el dinero me persigue.- En ese momento las bebidas llegaron y ambos dieron un buen trago, Draco se acomodo como pudo en su silla y siguió hablando.

- Antes de irme a Brasil, me encontré con Blaise, empezamos a vernos a menudo y así nació una amistad mas profunda que acabo con nosotros como pareja, el estudio medimagia, así que no le venia mal estudiar las plantas curativas de Brasil, nos fuimos los dos juntos y allí estuvimos trabajando...hasta que el murió y yo me vine de nuevo aquí. Fin de la historia.

- Hay algo que no has dicho.

- ¿El que?, no me he dejado nada.

- No has dicho si lo querías, me da la sensación de que solo lo apreciabas.

- Siento decirlo, pero nunca lo amé, estábamos bien juntos y lo quería mucho, nunca podría haber estado con nadie mejor, de verdad que lo quería, pero nunca surgió el amor, el lo sabia y lo aceptaba, nunca me reprocho nada, quizás sea un acto egoísta, pero nunca lo engañe.

- Es un poco frío eso que cuentas, pero lo comprendo.

- Yo solo he tenido un amor en mi vida..pero se fue y nunca mas la vi, a lo mejor tu la conociste, se llamaba Helena.- Harry se puso de varios colores, a cada cual mas llamativo, eso dio a entender a Draco que algo sabia.

- No..no conozco a ninguna Helena, ¿es la mujer que me dijiste el otro día?.- Intentaba disimular, aunque le era muy difícil.

- Pues si, el amor de mi vida, es curioso pero siempre me recordó a ti, se ponía igual de colorada que tu cuando mentía, jajaja. Además, tenia unos precioso ojos verdes, dos esmeraldas brillantes que me volvían loco..desapareció, maldita sea, como la busqué.

- ¿La buscaste?, ¿y no diste con ella?.

- Pues si, di con ella, o eso pensé, conocí a una muggle que era su vivo retrato, que equivocación mas grande, físicamente era ella, pero su mente era totalmente distinta. Llámame superficial, pero siempre me guié por el físico, con ella era diferente, su interior era mucho mas hermoso que su exterior, era cálida y cariñosa, sabia como hacerme reír y era muy inteligente, jamás he tenido conversaciones mas amenas que las que tuve con ella, era perfecta para mi, lo que siempre busque. Ya basta de hablar de mi, esto me hace daño. –De verdad que se veía molesto con el tema, Harry decidió hacerle caso, ya había tenido bastante con lo que había oído, su cara no admitía mas calor ni su corazón mas dolor.

- Tienes razón, de los temas dolorosos es mejor no hablar.

- Pues si, pero a ti nadie te va a librar de contarme tu vida, tenemos que estar a la par, ¿no te parece?.

Harry lo miro con miedo en los ojos, sabia que ese momento llegaría, pero le costaba admitir que había llegado tan pronto.
Siempre en mi mente 7 by Isobelhawk
Siempre en mi mente 7

- Mi vida no es en absoluto tan interesante como la tuya, mejor lo dejamos para otro día.

- Ah no, de eso nada, yo te conté y tu me contaras, venga, empieza.

- Es que estoy cansado y no creo que hablar del tema me ayude a relajarme, la verdad. –Lo miro con ojos cansados tratando de que Draco se diese cuenta de que en parte decía la verdad, pero el otro no se dio por aludido.

- Lo que te hace falta es despejarte y de eso me encargo yo. –Se acerco hasta la barra, pidió algo y mientras esperaba Harry se entretuvo en observar a su amigo. Los años lo habían tratado bien, mas que bien en su opinión, la ausencia de túnica le dejaba ver una ancha espalda, a medida que bajaba por esta, se iba afinando hasta acabar en unas estrechas caderas, de las que colgaban unas largas y bien torneadas piernas. Noto su respiración agitada, debería dejar de mirarle, pero no podía, el cuerpo pálido envuelto en ropa muggle, atraía su mirada como si fuese un imán. Cuando Draco se dio la vuelta se encontró con la mirada cargada de deseo de Harry, eso lo hizo ruborizar un poco, pero no denoto conocimiento alguno del deseo del otro, todo lo contrario, se hizo el desentendido y se volvió a sentar en su sitio.

- ¿Pues no quería hacerme creer ese palurdo que no tenia firewhisky?, a mí me va a engañar, ja.

- ¿firewhisky?, yo no bebo Draco, no tengo costumbre y además...

- A callar, tu necesitas relajarte y no hay nada mejor que esto para hacerlo, venga bebe.- Harry lo miro con resignación y se pregunto porque siempre tenia que acabar haciéndole caso, sacudió su cabeza y decidió que una vez mas lo haría, así que bebió un largo trago que lo llevó a toser violentamente.- ¿estas bien?.

- Si...si.-La tos casi no lo dejaba hablar, pero se repuso como pudo.- Ya te dije que no estaba acostumbrado.

- Jajaja, tranquilo, eso se pasa enseguida, ¿por donde íbamos?, Ah si, me estabas contando como a sido tu vida.

- No te estaba contando eso, mas bien lo evitaba, pero si no queda mas remedio. –La mirada socarrona del otro le indico que efectivamente, no quedaba mas remedio. –Bien, pues la noche del baile conocí a una chica que no era del colegio, rubia y muy bonita, ese mismo día intimamos, ella quedo embarazada, no me lo dijo y meses después me encontré con que tenia un hijo y ella había muerto, fin de la historia.

- ¿Esa es la historia?, un poco sosa ¿no?, ¿no hubo amor, promesas, boda...algo?. El otro día en el lago...creía que llorabas por ella.

- No, no hubo nada de eso, fue una estúpida aventura que acabo con un niño y una chica muerta, no hay mas. Mis lagrimas no estaban motivadas por ella...mi llanto era por otra cosa, pero no viene al caso.

- Pues no sé que decirte.

- No hay nada que decir. Aparte de eso, lo único mas que paso en mi vida es que los señores Weasley son como unos abuelos para mi hijo, que ellos lo criaron mientras yo estudiaba con Ron y Hermione, ella también quedo embarazada, ya conoces a los gemelos, así que se juntaron con tres niños y tres casi adultos inmaduros a los que mantener durante sus estudios. Termine mis estudios y Snape me ofreció el puesto que ocupo desde hace siete años, allí he vivido desde entonces con mi hijo, siempre a sido mi hogar y ahora con mas motivo.

- Pero, ¿todo lo que te dejo Black, la fortuna de tus padres...no lo has usado?.

- Solo durante mis estudios, tenia que ayudar a mantener al niño, era demasiado gasto para los Weasley, así que contribuí en los gastos, ellos ahora viven en la mansión de los Black, no sabes como ha cambiado esa casa, esta irreconocible.

- Uff, me has dejado de piedra, siempre pensé que te casarías con la pequeñaja de los Weasley o algo así, siempre pensé que eras un romántico que se casaría por amor y que tendría docenas de niños pelirrojos en una casa abarrotada de trastos muggles.

- ¡Vaya!, bonitos pensamientos tienes de mi.

- Perdona, mi imaginación no da para mas...¿quieres otra?.-La copa de Harry ya estaba vacía, ni se dio cuenta de cuando se la bebió, así que asintió con la cabeza, parecía que esa bebida lo estaba relajando, ¿por qué no seguir?.

Draco se levanto acercándose otra vez hasta la barra, Harry no pudo evitar mirarlo de nuevo. Pero esta vez no eran solo sus ojos los que vagaban por el cuerpo del rubio, también su imaginación recorría el ser que tenia delante. Draco notaba en su nuca la mirada de Harry y decidió facilitarle la tarea de observarlo, despacio se dio la vuelta, apoyo los brazos en la barra y descanso el talón de su pie derecho en la barra del suelo. Tenia una posición totalmente seductora, era muy consciente de su atractivo y también de lo que empezaba a despertar en el hombre que tenia delante, además...al juego de las miradas podían jugar dos.

Harry miraba lascivamente a Draco, no era consciente de ello, quizás cegado por la bebida ingerida, quizás cegado por el deseo que hacia días que sentía, no lo sabia ni su mente estaba en ese momento para analizarlo. Sus ojos recorrían al hombre que tenia delante a la vez que imaginaba una y mil cosas que podría hacer con el, solo con el. Mientras Draco observaba también a Harry, los años también habían hecho un buen trabajo con su físico en general, vale que seguía siendo un poco mas bajo que el, pero no mucho mas, lo que si era mucho mas ancho que el, mas fibroso y musculado, las clases que daba en el colegio eran duras e imaginaba que los entrenamientos que se daba a si mismo también lo serian. Su tez era mas morena, había oído que le gustaba dar clases en el exterior, quizás a eso se debía el tono mas tostado de su cara, su pelo no había cambiado en absoluto, seguía siendo rebelde e impeinable, por eso ahora lo llevaba mas largo y recogido en una coleta, le quedaba bien, a Draco siempre le gustaron los hombres con pelo largo, quizás por eso el también lo llevaba.

Las bebidas llegaron y la conexión entre miradas se perdió, un nervioso Draco se volvió a sentar en su sitio, la mirada de Harry lo acompaño en el trayecto, el nunca se ponía nervioso, pero esos ojos lo estaban poniendo en un mal trance.

- ¿Sabes que Snape nos ha puesto de niñeras este fin de semana?.

- Si, me lo dijo, no me hizo mucha gracia, pero por lo menos podré vigilar a los niños mas de cerca, sobre todo a los gemelos, esos dos hacen pareja prefecta con sus tíos.

- Ya me lo imagino, tienen que ser terribles.

- ¡UF, no sabes cuanto!.

Un incomodo silencio los envolvió, ninguno de los dos sabia que decir, por primera vez en la vida del rubio, sus palabras no surgían solas, su encanto arrollador, se había escondido y no conseguía encontrarlo. Harry, envalentonado por la bebida, no dejaba de mirarlo, cosa que estaba poniendo nervioso por momentos al otro, de un trago se tomo su bebida y se levanto, pensó que ya había tenido bastante juego de seducción para el día de hoy. Harry lo miro entre los vapores del licor y le gusto la imagen que se translucía, un aura parecía rodear la cara de su ángel, se sentía un poco tonto, mirando a Draco como embobado, no pudo contener una risita rebelde.

- ¿De que te ríes?.

- No..de nada, es que...pareces un ángel, jajaja.

- Ya..muy gracioso, anda vamos, que me parece que no he hecho bien dándote de beber.-Se acerco hasta el y lo cogió del brazo, dando trompicones llegaron hasta la puerta y salieron del local al desierto callejón.

Draco casi tuvo que cargar con el ahora bebido Harry, no debería haberle ofrecido el firewhisky, si hubiese sabido que de verdad le iba a sentar tan mal, de seguro que no le hubiese dado ni agua. Al poco rato llegaron a la casa de los gritos y atravesándola, llegaron de nuevo al colegio, este ya estaba desierto pues eran las dos de la mañana, así que con mucho cuidado y silencio, Draco subió a Harry hasta su dormitorio.

Del seductor Harry no quedaba nada mas que el nombre, estaba desplomado sobre Draco y no le faltaba mas que roncar, el colchón andante no pudo mas que subir hasta la torre de Gryffindor y a base de zarandeos y amenazas, sacarle la contraseña de su dormitorio al dormido. Una vez dentro, lo llevo hasta la cama y allí lo empujo, con tan mala suerte que no noto que Harry lo tenia cogido por el cuello de la camisa, así que los dos cayeron sobre esta. Intento librarse de el pero su abrazo era imposible de soltar.

- Harry, suéltame, tengo sueño y quiero irme.

- ¿Hum?..no te vayas...quédate aquí.

- Harry..por favor.

Harry no tenia noción de nada, tan solo de los maravillosos vapores que rodeaban a su ángel y que le incitaban a no dejarlo marchar. Hizo su abrazo mas posesivo, acercando mas a su boca el cuello del rubio, saco la lengua y lo lamió, rastros húmedos iban quedando en el pálido cuello que hacia suyo. Draco se excito, no por las caricias que recibía, sino por quien se las inflingía, no pudo evitar cerrar los ojos y disfrutar de esa sensación en su piel. Las caricias de Harry se olvidaron del cuello para apropiarse de los labios entreabiertos de Draco, no pudo frenar el deseo de contestar a su petición de entrada...pero lo hizo. Como pudo se separo de el y se puso en pie, Harry tenia la mirada perdida y confusa, pero puesta sin remedio en el, lo coloco bien sobre la cama y lo tapo con las mantas.

- Harry...esto no puede pasar así...cuando seas tu realmente, estaré encantado...pero no ahora.

Lo beso dulcemente en los labios y se dispuso a levantarse, antes de llegar a hacerlo, Harry ya dormía profundamente, sonrió para si mismo y volvió a besarlo, ahora si se levanto y después de mirarlo por unos segundos, se marcho.

Nunca como aquella mañana, quiso estrellar el despertador mágico, su tintineo martirizante le estaba haciendo enormes socavones en la mente, ya de por si muy maltratada. Se incorporo un poco y unas enormes ganas de vomitar lo invadieron, salió huyendo de la cama y logro llegar al baño antes de ponerlo todo perdido con lo que guardaba en su interior.

Después de la ducha, se sentía algo mejor, pero no mucho, las nauseas seguían allí, martirizándolo, pero no tanto como su cabeza...y su conciencia. Sabia que algo que había hecho no estaba bien, pero no conseguía recordar el que. Decidido a recordar se encamino al gran comedor.

Iba con retraso, era su segundo día de clase y el segundo que se dormía, menudo estreno como profesor, desde luego no era el mismo que estudio allí hace ahora tanto tiempo, se había relajado demasiado. Camino apresuradamente por los pasillos del colegio, ya llegaba a la puerta del gran comedor cuando choco contra alguien, estrepitosamente cayeron los dos al suelo.

Justo cuando iba a reprochar la torpeza del que lo había tirado, pues suponía que era un estudiante, su mente recupero lo que su conciencia trataba de hacerle ver desde que se había levantado.

- ¡Te bese!.

Draco se le quedo mirando, pero rápidamente se levanto y alargando su mano, cogió a Harry y lo levanto del suelo.

- Si quieres lo podemos publicar en corazón de bruja.

- Yo...no se que decir...lo siento, estaba muy borracho...te dije que no bebía....por favor.

- Harry...tranquilo, no es para tanto.- pensó que eso no había sonado muy bien, si que era para tanto, besaba muy bien, no sabia si por la borrachera o porque, pero ese beso lo había excitado muchísimo.- Perdona quiero decir...no se lo que quiero decir, mira mejor hablamos después ¿vale?.

- No creo que tengamos nada de que hablar, metí la pata y lo siento...que pensaras de mi.

- Desde luego nada malo, pero empezare a pensarlo si retrasas mas mi desayuno, venga entremos.

Draco entro en el gran comedor mientras Harry lo observaba, quería morirse de vergüenza en ese instante.
Mientras entraban en el gran comedor alguien los observaba.

- ¿Missiginni?.

- ¿Si Director Snape?.

- Me debe tres galeones.

- ¿Y eso porque?.

- Si mira hacia la entrada verá que acabo de ganar la apuesta que hicimos el otro día.- La subdirectora levanto la cabeza y vio a los dos hombres acercarse hasta la mesa. Uno rubio, en su cara se veía contenida la felicidad del primer beso, el que venia detrás, moreno de ojos verdes, casi no levantaba la mirada del suelo, se distinguía levemente un rubor en su cara, su paso nervioso denotaba algo mas.

- ¿Usted cree que...?.

- OH si, estoy seguro de que ya se besaron por primera vez, dentro de poco sabremos algo mas.

- ¿No le parece que actuamos muy mal como celestinas?.

- ¿Qué es una Celestina?.

- OH...perdón, se me olvidaba que usted no conoce la literatura muggle, se lo pasare algún día.

El desayuno paso sin pena ni gloria para Harry, toda la vergüenza de su vida pasaba por su enrojecida cara sin poder evitarlo, el paso de las horas no lo disminuía y para colmo la mañana había sido un desastre en su clase. Varios alumnos de sexto habían resultado heridos al practicar el hechizo tarantallegra, era prácticamente imposible que a tantos chicos les saliera el hechizo a la vez y que además fuesen tan torpes.
Menos mal que la mañana se termino para el, a los alumnos que no estaban en la enfermería, les dio el resto de la clase libre, así el tendría tiempo de ver a Snape, le tenia que consultar algo que había visto en su cuerpo esa mañana y no sabia lo que era, desde luego no era algo normal.

Llego al despacho y entro en la salita directamente, Snape estaba allí tomando un te, costumbre adoptada de Dumbledore y que no podía dejar, era como un recuerdo palpable.

- Hola Harry, ¿qué haces aquí tan pronto?.

- Hola Severus, es que esta mañana me han tocado unos alumnos que son un desastre, ¿cómo puede romperse alguien un brazo con un tarantallegra?, es increíble.- Llevándose las manos a la cabeza, se sentó en una butaca al lado del director.

- ¿No será que esta mañana no estas muy centrado?.

- Es posible, es que no sabes que mañana llevo...mejor no te cuento, pero si te digo que he venido por algo importante.

- Pues cuéntame.

Harry se levanto y colocándose delante de el, se quito la túnica y el fino jersey que llevaba, Snape lo miraba sin comprender.

- Mírame la espalda.

- Ya la veo Harry, ¿dónde debo mirar exactamente?.- Harry se retorció un poco y señalándose con el dedo justo al final de la espalda.- Espera, es que no se ve.- Se bajo un poco los pantalones, sobre la nalga derecha tenia una marca, como dos líneas marcadas a fuego, abultadas y un poco deformes, empezaban en la mitad de la nalga y acababan donde la espalda pierde su nombre, parecía un dibujo inacabado.

- No quiero imaginarme que entre alguien.

- Muy gracioso, dime si sabes lo que es.

- No tengo ni idea, espera.- pronuncio unas palabras y hasta el voló una lupa, la acerco a la señal y la inspecciono. – No, no se lo que es, pero estoy casi seguro de que no es nada malo, estate tranquilo, ya lo sabremos, consultare mis libros y mas tarde te diré algo.

- Eso espero, no me molesta, pero me pica un poco.

- ¿Desde cuando lo tienes?.

- Creo que desde anoche, no estoy seguro porque como no...., nada...bueno tengo que irme, la siguiente clase, ya sabes.- Se vistió tan pronto como pudo e hizo el amago de irse corriendo, pero Snape lo retuvo un poco mas.

- ¿No quieres contarme nada Harry?.

- No...¿debería?-Snape lo miro sin poder creer lo que oía, un poco molesto, le hizo un gesto con la mano indicándole que ya podía irse.

- Hasta luego...nos vemos luego.

Salió del despacho rumbo a su clase, todavía le quedaba mañana para pensar, pero antes tenia que dar clase a unos niños de primero entre los que estaba su hijo. Le tenia miedo al día en que eso pasara, pero ese día había llegado y estaba aterrado, nadie lo sabia, pero le había estado dando clases a su hijo antes de empezar en Howgarts, casi sabia tanto como el, claro que era un crío, pero si desde los cinco años estas rodeado de magia y de hechizos, algo se pega, por eso temía lo que el niño podía hacer en sus clases. El crío no tenia modestia ninguna, como su padre y eso le daba miedo, sin querer podía tener un accidente con los demás niños y el era el responsable, a ver como salía todo.

Cuando llego estaban todos los niños allí, los hizo entrar y les dio varios apuntes, cuando iba a empezar con la clase practica, tocaron a la puerta.

- ¿Se puede?.

- ¡Profesor Malfoy¡...claro...pase.

Draco se acerco a través de las mesas, hacia donde estaba el y le hablo al oído.

- ¿Te molesta si me quedo a mirar?, es que no tengo nada que hacer ahora y me aburro.

- Claro..quédate...pero tendrás que ayudar, jajaja, se me acaba de ocurrir una idea.

- ¿Qué tramas?.

- Nada, si luego no te gusta...no haber venido.

- No te pases...Potter.- Harry lo miro con una medio sonrisa, notaba como su animo subía por momentos, la vergüenza de toda la mañana iba remitiendo. Sin mas se volvió a sus alumnos y siguió con la clase.

- Bien niños, me imagino que ya conocéis al profesor Malfoy...el cual..amablemente se ha ofrecido a explicar junto conmigo, en que consiste un duelo.

- ¡¿Qué?!.

- Como iba diciendo...amablemente. Bien...apartaros voy a hacer un poco de sitio.

Los niños se alejaron y el, mediante la varita y varios hechizos, transformo el salón, este volvió a ser el salón de duelos en el que años atrás, Malfoy mordió el polvo.

- Muy bonito Harry, haciendo bromas eres único.

- No es una broma, jaja, venga sube. –Ambos subieron a la tarima y se colocaron en posición- Niños, observad, esta posición es la correcta, debemos empezar de cara, varitas en alto frente al rostro, un saludo y nos damos la vuelta hacia los extremos, una vez hecho esto, nos ponemos en posición, brazo de la varita extendido delante de nosotros apuntando al enemigo y el otro, flexionado sobre la cabeza, bien, vamos a empezar.

Los dos estaban frente a frente y se miraban a los ojos, no eran los dos adultos responsables que ahora daban clase en Howgarts, volvían a ser los niños que se odiaban a muerte en su segundo curso, pero esta vez no se miraban con odio, lo que se apreciaba en sus caras, era una expresión entre divertida y retadora, querían divertirse.

- ¿Asustado Potter?

- Que mas quisieras.
Siempre en mi mente 8 by Isobelhawk
Este capitulo esta escrito y pensado para mi amiga Aloho, quizas por esto algunas cosas no las entendais, os pido perdon, a cambio, prometo que queda poco para lo bueno.

Otro aviso, cuando hablo de hechizos y maldiciones, siempre lo hago en base a las peliculas de HP, por eso cuando leais la parte del duelo, las que visteis la pelicula os parecera bien, pero las que leisteis el libro direis que esta mal, teneis razon las dos. Un besito y espero que os guste.

Siempre en mi mente-8

Cada uno se dirigió a su sitio y se pusieron en posición, Draco con su típica pose elegante y Harry con un poco mas de garbo del habitual. Los alumnos estaban expectantes, nunca habían visto un duelo, todos menos uno contenían el aliento, Dray estaba mas que acostumbrado a los duelos, había tenido muchos con su padre y lo había visto batirse con Snape también, pero nadie le quitaría el sitio preferencial que había cogido, no quería perderse la oportunidad de ver como su padre ganaba a ese presumido.

Draco fue el primero en atacar y lo hizo como entonces, el mismo hechizo, quería ver si conseguía mas que la ultima vez.

- ¡Talantallegra!

Un rayo ambarino cruzo la distancia que los separaba y acertó de pleno en el pecho de Harry, este salió volando por los aires, pero no cayo de bruces como hace tiempo paso, cayo en precario equilibrio, pero de pie. Un oh¡¡¡, inundo la estancia y un sorprendido Draco lo miraba sin poder creerlo, reponiéndose enseguida, Harry volvió a su posición de ataque y apunto a Draco.

- ¡Rictusempra!.

Draco todavía no se reponía de lo visto, cuando vio viajar hacia el un rayo azulado que le dio de lleno en el pecho, su cuerpo salió dando vueltas por encima de las cabezas de los alumnos y aterrizo sobre su dolorido trasero, su cara cambio de color y su semblante se endureció, le había hecho daño de verdad, así que ahora el también se lo tomaría en serio.

Dificultosamente se levanto y lo miro con ira, ahora si se parecía un poco al Malfoy de segundo curso, el que lo odiaba, lo estaba humillando y eso no era plato de su gusto.

- ¡Serpensortia!.

Un oh¡¡¡ profundo volvió a sonar por la estancia, la mayoría de esos niños conocían los efectos de ese hechizo y se sorprendieron de oírlo. Una serpiente surgió de la varita del rubio y cayo en la tarima, después de reponerse del golpe, la serpiente avanzo por el suelo hacia Harry, este ya estaba en guardia y se disponía a actuar como debía cuando alguien lo interrumpió.

- No ataques a mi padre o te arrepentirás

Harry no podía creer lo que veía y escuchaba, su hijo estaba hablando en parsel y el no sabia que podía hacerlo, los niños se apartaron del y lo miraron con miedo. Harry asustado solo atinaba a mirar a Draco y a su hijo, estaba bloqueado y sin soluciones, Draco le miro y no entendió el porque de sus miradas, el debería saber que hacer, pero no hacia nada, así que actuó como imagino que debía hacerlo, apunto su varita hacia la serpiente y antes de que lo hiciera Harry, actuó el.

- ¡Vipera evanesca!.

La serpiente desapareció, mientras Harry seguía un poco confundido, nunca pensó que su hijo tuviese ese poder y de verdad que se sorprendió, no debería pues era totalmente normal heredar un color de ojos, también debería serlo heredar ciertas habilidades o poderes, eso lo tranquilizo un poco.

- Niños la clase termino por hoy, traedme para la próxima clase una redacción de cuarenta centímetros sobre los duelos del siglo veinte, Dray...Potter, quédate.

Los niños se marcharon y el chico se quedó donde estaba, Harry se acerco a el y para sorpresa del chico, lo abrazo.

- No lo sabia Dray, ¿tu si?.

- ¿Qué podía hablar parsel?, Sí...lo sabia.

- ¿Por qué no me lo dijiste?.

- Tenia miedo papa...después de todo lo que tu pásate por culpa de Voldemort...no quería darte este disgusto.

- Esto no es un disgusto cariño...es solo que...te pareces a mi, no sabes cuanto tiempo he soñado poder decir que mi hijo se parece a mi...ya, ya sé que es una tontería lo que digo...no me hace feliz que hables parsel...pero si comprobar que tienes algo que te hace mas mío.

- Papa..¿estas desvariando no?.-Dray lo miro como el que mira algo muy extraño y que no comprende. Harry lo miro con los ojos como platos y se rió como hacia tiempo que no lo hacia.

- Pero...¿de donde he sacado a este niño?, ¿nunca te he dicho que...?.

- ¿Qué me parezco a mama?, montones de veces..eres un pesado.-Harry le dio un pequeño capón y lo dejo marchar sin poder dejar de reír. Draco presencio divertido toda la escena y no pudo evitar reír a su vez, desde luego ese chico era hijo de su padre y no lo podía negar, lo que tampoco podía negar es que si se parecía a su madre, esta era una mujer un tanto desagradable.

- Veo que si que se parece a ti, eso no lo podía heredar de otro que no fueses tu.

- Pues si, ese es mi hijo, ¿no es adorable?.

- Jajaja, lo que es, es un niño muy borde.

- Pues si, eso también, jajaja.-Continuaron riéndose por un rato y cuando se calmaron se dieron cuenta de que era casi la hora de comer.

- ¿Tienes hambre Harry?.

- Pues si, ya va siendo hora de comer, ¿vamos al comedor?.

- No...se me ocurre algo mejor, vamos.

- ¿A dónde?.

- Calla y vamos.-Draco lo cogió de la mano y recorriendo pasillos y dependencias, lo saco del colegio, lo llevo hasta el haya y allí saco de su bolsillo un pequeño medallón.

- ¿Qué es eso Draco?.

- Es un medallón que me regalo mi madre, en realidad es un traslador, pero es muy particular, no se activa cuando lo tocas sino cuando dices el sitio donde quieres ir, solo te transporta a distintas ciudades y hoy vamos a ir a comer a donde tu quieras. Harry puso cara de sorprendido y sonrió.

- ¿Dónde yo quiera?, jejeje, ¿seguro que puedo elegir yo?.

- Si...claro.-Lo miro de reojo como temiéndose lo peor.

- Bien, pues vamos a ir a mi sitio preferido, esta en España, te va a encantar.

- No sé si fiarme de ti, pero bueno, tu eliges así que no digo nada.- Se colgó el medallón del cuello y le explico a Harry lo que debía hacer para activarlo, una vez que tenían unidas sus manos y Harry estaba pronunciando el hechizo, Draco habló.-Me lleves donde me lleves, espero que no comamos sop...-Desaparecieron con un suave plop.

- ....a, ¿dónde estamos Harry?. Draco se agarro a el pues todavía estaba un poco mareado, así pudo apreciar bien la sonrisa en la cara del moreno y ver brillar maliciosamente sus ojos verdes.

- Estamos en Cataluña, España...aquí vive una vieja amiga que tiene un restaurante maravilloso y que cocina de miedo, ya veras, te va a encantar.

Cogiendolo de la mano lo condujo por entre la gente hasta llegar a una zona preciosa. Estaban en la costa, en un pequeño puerto de esos que la civilización todavía no ha descubierto y destruido, pequeñas barcas de pescadores se mecían lentamente con las olas mientras el sol bronceaba a turistas tardíos. Sorteando las abarrotadas mesas de la calle entraron en un local, este estaba adornado con aparejos de pesca y redes, pequeñas mesas de madera se esparcían por el local ofreciendo una bella estampa antigua, los viejos marineros tomaban cerveza en la barra mientras turistas quemados saboreaban sardinas, asadas como ellos mismos. Se acercaron hasta la barra y mientras Harry hablaba algo con el camarero, Draco inspeccionaba el lugar, pensó que era bonito y tranquilo, demasiado rustico para el pero agradable, cuando noto que le tocaban el brazo, vio que era el otro hombre y le decía que se sentaran.

- ¿Qué te parece, te gusta?.

- Si...es bonito y muy acogedor, no es muy digno de mi, pero no esta mal.

- No digas tonterías, acabaras pensando que eres tú el que no es digno de estar aquí, en cuanto pruebes la comida se te quitaran los prejuicios.

Un camarero se acerco dejando sobre la mesa dos cervezas y unos pinchos de carne hechos a la brasa.

- Bebe Draco, es cerveza de malta, te va a gustar.

- Si tú lo dices.-El rubio acerco la cerveza a sus labios y saboreo la crujiente espuma, era espesa y un poco amarga, tomo una sorbo del oscuro liquido y sintió como este le enfriaba la garganta, no pudo mas que cerrar los ojos y disfrutarla.

- ¿Esta buena eh?.

- Deliciosa, ¿cómo dices que se llama esto?.

- Es cerveza de malta y pinchitos, anda come uno antes de que se enfríen.-El rubio hizo lo que le pidió el otro y comió uno de los trozos de carne, los sabores de las especias se mezclaron en su paladar y pensó que como pudo vivir tanto tiempo sin probar algo tan delicioso.

- ¡Por Merlín!, ¡es exquisito!.

- Jajaja, no se si he hecho bien en traerte aquí, ahora querrás venir cada dos por tres.- Mientras Harry reía con ganas se acerco hasta ellos una mujer joven de aspecto lozano, cabello corto y oscuro y finas gafas, sus amigos siempre decían que si no era hermana de Harry era porque sus padres no se conocieron.

- ¡Harry, que alegría verte de nuevo!, ¡Te he echado mucho de menos!, ¿cómo estas?.

- ¡Maria!.-Harry se levanto y le dio un gran abrazo a su amiga, la había echado mucho de menos, desde hacia dos veranos que no se veían, aunque siempre se escribían. –Perdón, Maria este es Draco, Draco ella es Maria, Aloho para los amigos.

- ¡así que tu eres Draco!, que alegría ver...-Harry la miro de reojo y le hizo un gesto negativo con la cabeza.- ¿Pues sabes que nunca he oído hablar de ti?.-Después de decir esto y dejar a Draco con cara de no saber que estaba pasando se dirigió a Harry y hablo con el.-¿vais a comer aquí no?.

- Claro, que cosas tienes, hemos venido desde Howgarts expresamente para comer tus deliciosos platos, así que cuando quieras nos traes la carta, aunque yo me la se de memoria, jejeje.

La chica hizo una floritura con la varita que saco de su delantal y en la mesa aparecieron dos cartas con los platos del día. Harry le hecho un vistazo por encima, cosa que no hacia falta, pues en verdad se sabia la carta de memoria, lo mismo que su hijo, este pueblo era su sitio preferido para ir de vacaciones y este su restaurante favorito del mundo entero, el lo tenia muy fácil para elegir.

- Quiero una de esas maravillosas calderetas de pescado que haces y un enorme filete de carne.

- Veo que sigues con tu buen apetito Harry, jejeje, ¿que te pongo a ti Draco?.

- Eh...pues no se, algo de pescado que no sea muy pesado y también un buen filete.

- Marchando.-Se dio la vuelta y se alejo de ellos mientras le gritaba el menú al cocinero.

- Harry, ¿este sitio no es muggle verdad?.

- No, ¿cómo te has dado cuenta?.-El moreno se rió mientras lo miraba socarronamente.-Este restaurante es para magos y los muggles no entran porque tiene un hechizo antimuggles, como Howgarts, cuando algún muggle lo mira solo ve un sitio sucio y lleno de cucarachas, así que no les apetece mucho entrar, son muy tiquismiquis.

- Ya veo. Harry. ¿te puedo hacer una pregunta?.

- Claro.

- Se que no viene a cuento, pero desde el otro día no paro de darle vueltas a un asunto, si no quisiste a la madre de tu hijo y no tuviste nada que ver con ella aparte del hecho de que te dio un hijo, ¿por qué o por quien llorabas el otro día en la orilla del lago?.-Harry sabia que esa pregunta llegaría tarde o temprano, así que tomo aire y se dispuso a contestar.

- Lloraba por pena, por la pena que me tengo a mi mismo. Nunca he tenido la oportunidad de entregar mi amor y el día que me dijiste que la mujer de tu vida desapareció, no pude mas y estalle, soy un sentimental y no pude reprimir el llanto, lo siento.

- ¿Nunca has amado a nadie?, me cuesta creerlo, me consta que mucha gente quería tener algo contigo, tuviste ocasiones.

- Si las tuve, pero nunca con quien yo quería...si he amado y todavía lo hago, pero nunca le dije nada y no creo que lo vaya a hacer nunca.

- ¿Por qué Harry?, tu te mereces amar y que te amen..no me imagine decirte nunca esto a ti, pero creo que si alguien merece ser querido eres tu.

- Draco...vas a hacer que me sonroje...déjalo ya.

- ¿Y se puede saber quien es la que te roba el sueño tanto tiempo?.

- No...no se puede, solo te diré que lo amo desde la escuela y que no creo que nunca pase de ser un amor platónico, sin solución.

- ¿Lo amo?, ¿es un hombre?. No sabia que tenias esas inclinaciones, que pena no haberlo sabido antes.

- ¿Por?.

- Es que nunca fuiste muy claro en cuanto a gustos se refiere, claro que tu y yo nunca hablamos de esas cosas, no era el tema a tratar mientras luchábamos por nuestra vida...siento no haber pasado mas tiempo contigo en ese sentido.

- Eso no es culpa de nadie, como ya te dije cuando nos volvimos a ver, nunca fuimos los mejores amigos, mas bien todo lo contrario, así que no me extraña que casi estemos empezando de cero.

- Esa es una bonita manera de expresarlo y estoy de acuerdo, empecemos de cero. Hola, soy Draco Malfoy.-El rubio le tendió una mano a la vez que le ofrecía una amplia sonrisa.

- Jajaja, eres un payaso, pero vale, empecemos de cero. Hola a ti también, soy Harry Potter, encantado.-Dicho esto se apretaron las manos sin dejar de sonreír, sin saber el porque se sentía feliz, ya no tenia dudas de que Draco era el mismo del que se había enamorado hace tanto tiempo, ahora era mas feliz y ya no tenia ese dejo de amargura que acompaño al rubio mientras poco a poco se hacían amigos entre las penas de la batalla.

- ¡Chicos aquí traigo la comida!, haced un poco de sitio.-Apartaron las cervezas del camino de la chica y esta dejo varios platos sobre la mesa.-Espero que te guste mi comida Draco, he hecho un plato especial para ti, sopita de elfo, te chuparas los dedos.

- ¡¿sopa?!, ¡odio la sopa y si es de elfo mas!, ¿qué aberración es esta?.-Miraba a Harry que estaba partiéndose de risa mientras a el se le desecanjaba la cara.

- ¿Aberración, mi sopa una aberración?.-La chica lo miraba con ganas de lanzarle unos cuantos hechizos imperdonables.-Nadie llama aberración a mi sopa y se queda tan tranquilo.-El cabello de esta empezó a elevarse y brillar mientras las facciones de su cara cambiaban, un aire inexistente agitaba sus ropas y arremolinaba sus brillantes cabellos, Harry ya no reía y miro a Draco asustado, este no daba crédito a lo que veía y cada vez que la mujer lo miraba se escondía un poco mas en su silla sin saber que pasaba.

- Draco...empieza a comerte la sopa, ¡ya!...Maria es mitad Banshee y de verdad no quiero que sufras daño, así que come, no la mires y come.-Draco cogió la cuchara y empezó a meterse en la boca toda la sopa que podía almacenar en ella, la chica al verlo comer, se fue calmando, a los pocos segundos era la misma de antes. Alisándose el pelo y la ropa, les dirigió una bella sonrisa y recogiendo los vasos vacíos de la mesa, se dio la vuelta y se marcho, dejándolos comer tranquilos.

- Esta me la pagas Harry, ¿cómo se te ocurre no avisarme de una cosa así?.-con las cosas ya calmadas, el moreno volvía a sonreír.

- Es que nunca pensé que no te gustase la sopa, Aloho es fanática de la sopa y te la pone la pidas o no, es su único defecto, lo siento, no volverá a pasar. Te veías muy gracioso con la cuchara en la boca, ¿de verdad no te gusta?.

- ¿A ti te gustas la sopa de elfo?.-Bajando la voz le hablo a Harry casi en susurros.-Esta mujer mata elfos para hacer estas sopa, ¿eso no es delito?.

- Jajajaja, pero que tonto eres, aquí se le llama elfo a la merluza, es lo único que lleva esa sopa, se le llama así porque al igual que los elfos, la merluza sirve para todo.

- Pufff, menudo susto, de verdad pensé que me haría tomar elfo hervido, pero si te digo la verdad, no esta mal la sopa, ahora que ya se de que es.

Después del buen rato pasado, se despidieron de su amiga prometiendo volver pronto, regresaron al colegio y siguieron con sus quehaceres, las clases de la tarde no perdonaban.


Actualizare el proximo Domingo, mañana no, al otro, jeje. Besitos.
Siempre en mi mente 9 by Isobelhawk
Por favor, si alguna vez no entendeis algo, preguntad, sino nada tiene sentido y no lo puedo arreglar. Un besito y que lo disfruteis.


Siempre en mi mente 9

Después de la cena, en la que ninguno de los dos probo bocado, se despidieron hasta el día siguiente, Harry puso de excusa que tenia exámenes que preparar y Draco dijo que tenia que preparar unas pociones para Snape, las excusas dadas, a cada cual le sonaron a mentira, pero a ninguno de los dos les apetecía mucha compañía esas noche, no porque no quieran estar juntos, sino porque sus cabezas estaban muy ocupadas después de la conversación durante la comida.

Harry vio como Draco descendía las escaleras hacia las mazmorras y se adentraba en ellas, así que no dudo mucho mas de las excusas y se dispuso a subir hasta su dormitorio. Cuando estaba por llegar, desvió su camino y se dirigió hacia otro sitio, al llegar a un pasillo en penumbra, paso dos veces por delante de una pared de fría piedra y a la tercera vez que paso, apareció una puerta, sin dudar entro por ello. La estancia estaba igual que siempre, su decoración no había cambiado en todos los años pasados, verde y plata lo inundaba todo, los mullidos sillones delante de la chimenea y la cama con dosel al fondo detrás de estos.

Sin mirar hacia ninguna lado se sentó en uno de los sillones y mirando el fuego se acurruco en el. Sus pensamientos le acompañaban, como siempre no podía librase de ellos, pero esta vez solo estaban ahí, no molestaban como otras veces, solo le hacían compañía a otros pensamientos nuevos. Se sentía un poco mal, le había dicho a Draco que había amado una vez, quizás si hubiese juntado valor, le hubiese dicho la verdad, pero todavía se sentía cobarde para dar ese paso.

- Hola Harry.-Se removió confuso en su asiento y volvió la cara hacia el otro sillón, allí estaba el protagonista de sus pensamientos, el fuego que crepitaba en la chimenea danzaba por la cara del rubio, este no lo miraba, imagino que hacia rato que sabia que estaba allí, pero no le dijo nada hasta entonces.
- No sabia que estabas aquí. ¿Cómo has llegado antes que yo?.

- Hay cosas que todavía no conoces de los Slytherins, ¿Desde cuando conoces este sitio Harry?.-Harry se tuvo que dar por satisfecho con esa respuesta.

- Desde siempre, aquí dábamos las clases cuando formamos el ED, en ese tiempo tu no eras parte de el todavía.

- Veo que ninguno es bueno dando excusas, ¿qué haces aquí?.

- No..no somos muy buenos, no es que no quisiera estar contigo hoy...es que necesitaba pensar un poco...en soledad.

- Ya veo...yo también quería estar solo, pero si quieres podemos tener soledad acompañada.

- Claro...no me importa.

Los dos se quedaron en silencio mirando las llamas de la chimenea, cada uno en su mundo y sumidos en sus propios pensamientos, pasaron solo unos minutos cuando Draco hablo de nuevo.

- Hoy me lo pase muy bien...gracias.

- No hay de que, si lo pasamos bien fue gracias a ti, tuya fue la idea.

- Pero tuyo fue el lugar.-Harry asintió con la cabeza y siguió mirando el baile de las llamas.

Harry estaba nervioso, quería quedarse allí pero a la vez quería irse, sabia que Draco necesitaba estar solo, se le notaba en la cara, se le veía triste y cabizbajo, hizo lo único que pudo hacer para que este se encontrara mejor, intentar ayudarlo.

- ¿Necesitas hablar de algo?.

- No...solo necesito olvidar, no te preocupes.

- Si me preocupo, no eres el mismo de estos días atrás.

- Solo me dio un bajón, estoy un poco melancólico, nada mas.

- Si quieres puedo irme, no me importa.

- No....por favor..quédate, me hace bien tu compañía.

Un silencio incomodo, volvió a instaurarse entre ellos, Harry quería hablar pero no sabia como, así que pensó que lo mejor era abordar el tema lo mas rápido posible.

- Siento mucho lo de la otra noche...no era mi intención que tuvieses que aguantar a un borracho.

- Fue culpa mía, debí hacerte caso y no obligarte a beber...de todas maneras...no estuvo mal, seguro que sin borrachera besas mejor.-Sonrió picaronamente pero aun sin mirarlo y Harry se arrepintió de haber sacado el tema, así que lo cambio radicalmente.

- ¿Puedo hacerte una pregunta?.

- Claro.

- ¿Tanto la amaste?.

Draco lo miro por primera vez en toda la noche y entonces pudo ver las lagrimas ya secas que antes habían cruzado su cara, se levanto y se acerco al sillón de Harry, una vez enfrente de el, se quito la sencilla camiseta que llevaba y se dio la vuelta.

- ¿Ves este tatuaje?, es mágico, cuando encuentre al amor de mi vida, se supone que lo sabré gracias a el...pero hace años que lo tengo y nunca pasa nada, nunca reacciona.

Harry observo el tatuaje, era un impresionante dragón verde y plateado que le ocupaba toda la espalda, la cabeza estaba situada entre los omoplatos y su cuerpo se paseaba ondulante por la pálida espalda hasta acabar en una cola que no pudo ver pues se escondía dentro de los pantalones, supuso que acababa en una de las nalgas.

- Desde luego tu y yo no hemos nacido para encontrar el amor, anda vístete.

Mientras decía esto Harry se levanto y ya recogía la camiseta de Draco del suelo cuando este le levanto a el mismo la camiseta, le había visto asomar por debajo de esta, parte de su tatuaje.

- ¿Tu también tienes uno?...a no, te lo estas haciendo, es muy parecido al mío.

Harry se ruborizo al darse cuenta de que lo que el tenia era un tatuaje, el mismo que estaba en la espalda del rubio, estaba en un buen lió, ahora que conseguía averiguar lo que era, el otro se daba cuenta, esperó que no le hiciese muchas preguntas.

- Si...me hizo gracia y pensé que no seria mala idea, si me dice quien es mi amor quizás valga la pena el tenerlo.-Mintió consiguiendo ponerse aun mas rojo.

- Desde ya te digo que no sirve para nada, ya te dije que lo tengo hace años y no me ha ayudado en nada...Harry, gracias, ahora me siento mucho mejor, jeje, verte eso me hace pensar que no soy el único estúpido que cree en esas cosas.

Sin poder evitarlo Harry recibió un abrazo de su amigo, cuando este le estrecho entre sus brazos no pudo evitar tocar la blanca piel desnuda de su espalda, eso hizo que se le erizase el cabello a la vez que sentía un fuerte aguijonazo en la espalda, contraído por el dolor se aparto del otro.

- ¡Agg¡ duele.

- ¿Qué te pasa?.

- Es mi espalda, no lo se, pero me duele mucho.

Draco lo rodeo y le quito la camiseta inspeccionando la dolorida espalda, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, el pequeño tatuaje que estaba en la espalda de su amigo, estaba creciendo, laceraba la piel levantando pequeñas líneas inflamadas de color rojo sangre, el cuerpo de un dragón se iba contorsionando por la morena espalda provocando un terrible dolor.

- ¡El tatuaje esta creciendo!, ¡por Merlín, nunca había visto algo así!.

- ¡Duele mucho Draco, llama a Snape...por favor!.

Con cuidado lo acompaño hasta la cama, lo dejo boca abajo y salió corriendo de la habitación en dirección al despacho del director, cuando consiguió despertarlo y le explico la situación, salieron corriendo los dos y llegaron donde estaba Harry en cuestión de minutos.

Cuando entraron en la habitación encontraron a Harry dormido, su cuerpo estaba surcado por líneas palpitantes y sudorosas que formaban el cuerpo de un dragón, ahora estaba tranquilo y descansaba, imaginaron que se había desmayado por el dolor.

- No lo entiendo Severus, estábamos tan tranquilos cuando de pronto empezó a gritar y esa cosa empezó a crecerle por la espalda.

- ¿Lo que paso no tiene nada que ver con que los dos estáis sin camiseta?.

- ¡No!, yo estaba enseñándole mi tatuaje y...todo resulta extraño, lo abrace agradeciéndole que hoy me hiciese el día un poco mejor y fue cuando se puso así.

- No creceréis nunca, sois como niños, debería castigaros como a tales, pero no lo haré, bastante castigo tenéis ya.

- No entiendo a que te refieres.-Snape lo cogió del brazo a la vez que elevaba sus ojos clamando justicia divina para los tontos, lo alejo del dormido profesor de DCAO y le hablo en voz baja.

- Mira Draco, yo no debería decirte nada, de hecho si dices que yo te dije algo, lo negare hasta la muerte, me juego mucho...

- Déjate de rodeos y habla.

- quédate aquí con el y cuídalo, por la mañana hablaremos mejor.

- Pero...

- Mañana Draco.-Dicho esto se dio la vuelta y se marcho, Draco se quedo perplejo preguntándose que seria lo que tenia que decirle, pero como no podía imaginar que seria, decidió hacerle caso, de todas maneras no creyó prudente mover a Harry de donde estaba.

Se acerco hasta el fuego y lo avivo un poco, pensó sentarse un poco en los sillones pero desecho la idea, ya era tarde y no sabia como amanecería el día siguiente, a lo mejor el dormido no estaba en condiciones y quería despertarse antes de que lo hiciera el otro, fue hasta la cama y se sentó en el lado vació.

Le quito los zapatos y los pantalones a su amigo y lo tapo como pudo hasta la cintura, después de eso se entretuvo en admirar el dibujo en su espalda. Era un imponente dragón, los contornos de este todavía estaban un poco inflamados, parecía que el dibujo había salido del interior del cuerpo, como si una fuerza interior hubiese obligado a la piel a autoflagelarse con el resultado final que veía ante si. Si bien aquello era un tatuaje, este no tenia color, tan solo el delineado en negro sobre la piel, puesto a analizar, se fijo mejor en el dibujo en si y comprobó que efectivamente era el mismo dragón que descansaba sobre su espalda, cosa que le extraño sobremanera, su dibujo se lo hizo en Francia y no conocía ningún tatuaje que se hiciese a si mismo.

Tumbándose a su lado y con la cabeza apoyada sobre su mano derecha, se atrevió a tocar la enrojecida piel, esta se notaba abultada bajo sus dedos, extremadamente sensible pues podía notar como el vello de Harry se estremecía bajo su toque, paso un dedo por el cuerpo del dragón y observo maravillado que el rastro que este dejaba atrás hacia aparecer colores de la nada, se incorporo un poco para ver mejor y volvió a pasar el dedo por otro sitio, el resultado fue el mismo.

Su mente empezó a imaginar e inventar todo tipo de teorías para lo que estaba pasando, pero solo se le ocurría una que fuese factible.

Cuando se hizo el tatuaje no confiaba mucho en lo que le dijo el tatuador, este le informo de que el dibujo le haría saber que su amor había sido encontrado, pero nunca entendió muy bien estas palabras, así que investigo y al fin averiguo que el tatuaje marcaría a su amor y así el sabría que lo había encontrado, pero nunca imagino que seria algo así, doloroso, claro que siempre dicen que el amor duele.

Cuando al fin asimilo lo que pasaba pudo decírselo a si mismo, Harry era su amor, pero eso no podía ser, el amaba a Helena, todos estos años así lo había creído, así lo habría jurado si le hubiesen preguntado. Nunca sintió nada mas que amistad por el que dormía a su lado, vale que lo admiraba y que incluso en aquellos tiempos le termino por caer muy bien, sus charlas eran variadas y se divertían estando juntos, pero fue durante tan poco tiempo que casi no se dio cuenta.

Solo esperaba que de verdad mañana su padrino le dijese algo que explicase todo lo que esa noche había pasado, ahora tan solo sentía deseos de dormir y no pensar mas, el creciente dolor de cabeza que tenia lo estaba dejando peor de lo que pensaba.

Se tumbo y no pudo evitar tocar con su hombro a Harry, lo miro durante un momento y lo abrazo, casi lo hizo sin pensar, pero se sentía bien en contacto con esa piel, así que se pego un poco y lo abrazo con suavidad atrayéndolo hacia el, Harry solo se desperezo un poco y se puso de lado haciendo mas contacto con el cuerpo de Draco, movió la cabeza y decidió dejar de pensar, cerro los ojos y al poco rato ya dormía.
Siempre en mi mente 10 by Isobelhawk
Bueno aqui llega el capi tan esperado por algunas, jeje, no hablo de la confesion de Harry sobre la paternidad de Dray, nop, eso ya llegara y no muy tarde, este capi tiene lemon, si no te gusta o no te sientes a gusto, no lo leas, aviso. Para las demas, que lo disfruteis.

Reitero lo dicho en el capi anterior, si no entendeis algo o lo que sea, me teneis aqui. Besitos.


Siempre en mi mente 10

Harry se despertó sobresaltado, no sabia donde estaba, solo sabia que estaba abrazando la espalda de alguien y rezo porque ese alguien no fuese Draco. Se incorporo un poco soltando el amarre con el otro cuerpo y miro su reloj, las cinco de la mañana, debía de haber dormido desde temprano, no recordaba nada después del abrazo que le dio Draco y que tanto dolor le provoco.

Se levanto despacio y sin ruido para no despertar al durmiente, al otro lado de la habitación apareció un espejo de cuerpo entero, se acerco hasta el y retorciéndose un poco se miro la espalda temiendo ver lo que vio, un dragón enorme ocupaba gran parte de esta, si bien el dibujo no se veía completo, observo leves trazos de color, líneas burdeos y oro del grosor de un dedo, solo dos, como si un pintor caprichoso se hubiese cansado de pintar y dejara su obra a medias. Se dio la vuelta para observar su rostro y se sorprendió de ver negras huellas bajo sus ojos, la verdad es que no había dormido nada bien esa noche, no era una pesadilla, todo lo contrario, pero el haberlo recordado le hizo revivir el dolor de sentirse solo.

Flash-back

Harry se encontraba en la enfermería, a su lado un Snape extremadamente nervioso le cogía una mano y le susurraba palabras tranquilizadoras que no conseguían su propósito.

- ¿por qué no esta aquí?...esto no es justo...el debería estar aquí...conmigo.

- Helena no te angusties...no es bueno y sabes que eso hará todo mas difícil...tienes que relajarte, Madame Pomfrey esta preparándolo todo, solo tienes que relajarte y seguir sus instrucciones.-Harry lo miro con los ojos cansados, su cara sudorosa reflejaba el dolor que sentía, no era su cuerpo el que sufría por un duro parto, era su alma la que sentía romperse por no estar con el padre de su hijo.

- Todo lo hago mal...esto no debería pasar sin el a mi lado...¿qué clase de vida llevara mi hijo sin su padre?.

- A tu hijo nunca le faltara un padre que lo ame...yo te ayudare, juntos lo sacaremos adelante y será un niño feliz...ya lo veras.-En ese momento una contracción agarroto el cuerpo del Gryffindor y grito con toda su alma al sentir como su cuerpo quería partirse en dos.

- ¡Aun no puede empujar Helena, no esta suficientemente dilatada para eso!, profesor Snape ayúdela con la respiración, todavía falta un poco.-El profesor hizo lo que la enfermera le pedía y se puso a jadear al mismo ritmo que la chica.

- Inspira..expira...inspira...expira, así...muy bien.

Harry no podía aguantar mas el dolor, creía que moriría en cualquier momento, otra punzada en sus riñones le devolvió a la realidad de lo que estaba pasando, intento relajarse y pensar que ya quedaba menos para ver la cara de su bebe, un bebe al que tendría que querer por dos, ya que no tendría a su padre el debería darle amor multiplicado.

La enfermera se movía por toda la habitación preparando las cosas necesarias para la llegada del bebe, la cunita, la ropa, pañales...etc., así como todo el instrumental para el parto, parecía una eficiente hormiguita corriendo de un lado a otro. Cuando un grito corto nuevamente el silencio de la habitación, la enfermera se acerco a examinar a la parturienta y le indico al profesor que todo estaba listo, el momento había llegado.

- Helena, tienes que seguir con las respiraciones pero cuando yo te diga, tienes que empujar con todas tus fuerzas, al hacerlo procura acompañarte con la respiración, será mas fácil, profesor, colóquese detrás de ella y cuando llegue el momento de empujar sujétele fuerte de las manos, ella necesitara su apoyo. Bien, vamos a empezar.

Harry vio como la mujer se colocaba entre sus piernas y le palpaba para prevenir la contracción, cuando esta llego le indico que empujara, sus palabras de animo llegaban a sus oídos, donde se perdían presa de la presión de la sangre en sus venas, sus dientes parecían quebrarse bajo la presión, le dolía como mil cruciatus a la vez, en segundos todo paso, la relajación le devolvió el aire y pudo respirar de nuevo.

Recordó a tiempo que tenia que acompañar la contracción con su respiración, así que empezó a hacerlo como le había enseñado Snape, cuando la contracción empezó de nuevo, maldijo a todos los magos del universo por no disponer de la maldita epidural, eran unos arcaicos sin entrañas que no sabían apaciguar el dolor de un parto. Snape le sujetaba fuertemente mientras intentaba que se calmase, lo maldijo por imbecil e intento que lo soltara sin conseguirlo, mientras empujaba solo podía pensar en que si Draco estuviese con el quizás no le doliese tanto.

En su ultimo esfuerzo noto como si de pronto le hubiesen arrancado todo sufrimiento, su interior estaba vacío de dolor, no sentía nada, solo un enorme y profundo alivio. Sus oídos se llenaron de un sonoro llanto y su corazón de una enorme alegría, su bebe estaba llorando, estaba vivo y fuera de el, por fin vería su carita y lo tendría con el.

La enfermera limpio cuidadosamente el cuerpecito rosado y lo envolvió en una mantita de fina franela, se acerco hasta la cansada madre y deposito con cuidado el preciado paquetito en los brazos de ella. Cuando vio por primera vez esa carita, supo que nada en el mundo se podía comparar con algo así, esa cosita que había salido de su cuerpo se movía y respiraba, era su mayor logro, su mayor alegría, nada en el mundo podría darle semejante satisfacción. Solo una cosa empañaba esa felicidad, estaba solo, tenia un hijo y nadie con quien compartirlo.

Flash-back end

Ahora el que debía haber compartido todo eso estaba durmiendo detrás de el, en la cama que reflejaba el espejo, por fin se atrevió a mirar a través del espejo y vio al hombre que amaba, dormido y aparentemente feliz.

Se dio la vuelta y camino hasta la cama, tenia dos opciones, marcharse y dejar todo como estaba o quedarse y afrontar lo que la mañana quisiera depararle. Decidiendo que era hora de hacer las cosas como su corazón pedía, aparto a su conciencia del camino y se volvió a meter en la cama, se tapo con la sabana y miro la espalda que se movía al ritmo de la respiración de Draco.

El enorme dragón verde lo miraba como retándolo, parecía moverse sinuosamente por la superficie pálida que le servia de lienzo. Su mente nublada por el sueño y la imagen del durmiente, no entendía como era posible que se moviese un tatuaje, pero aquel lo hacia y lo incitaba a tocarlo y deleitarse con su tacto. Movió perezosamente su mano hasta la espalda delante de el y suavemente delineo el contorno del dibujo, inmediatamente noto como su propia piel se erizaba, como si a el mismo le hubiesen acariciado, volvió a pasar el dedo, esta vez un poco mas fuerte y ahora si pudo notar como si alguien hiciese lo mismo con el.

Cerro los ojos por el pequeño placer que el mismo parecía haber provocado y cuando los abrió se encontró con unos impresionantes ojos grises que lo miraban soñolientos, Draco se había dado la vuelta y el ni lo había notado. Se quedo mirando esas nubes de tormenta con sueño, poco a poco de fue acercando hasta que llego a estar a milímetros de ellos, adelanto un poco su cara y sin dejar de mirar los ojos grises beso los labios que estaban mas abajo, tan solo un leve roce.

Draco había notado la leve caricia en su espalda y despertó con ganas de mas, se dio la vuelta despacio y lo que vio le hizo feliz al instante, Harry seguía allí, tenia los ojos cerrados pero no dormía, su cara tenia un deje de placer, el mismo que le había despertado a el, por lo menos eso intuía. Harry abrió los ojos y se quedaron mirando, nunca imagino que esos ojos se vieran tan bellos y perfectos recién despiertos, era una delicia estar así de cerca, mas cuando el otro acorto la distancia y le rozo los labios en un amago de beso, se quedo sorprendido, esta vez estaban los dos despiertos y ninguno borracho, el momento era mágico, mas cuando el mismo fue el que se acerco esta vez al moreno y lo beso, suave y despacio beso los finos labios que sorprendidos no hicieron nada por responder.

Harry solo lo miraba hasta que reacciono y sutilmente entreabrió sus labios, pegando mas su boca a la del otro, este aprovecho para acariciar con su lengua el labio inferior de la boca amada antes de introducirla en la suave cavidad, cuando las lenguas se encontraron iniciaron una suave lucha de poder, acariciando despacio, mas fuerte después, el beso se volvió mas apasionado y hambriento, hasta que de una de las gargantas escapo un gemido, imposible saber de cual.

Draco acariciaba la cara del otro y lentamente mientras lo besaba, su mano se enredo en sus cabellos atrayéndolo hacia el, el beso se hizo mas profundo sin dejar de ser tierno. La mano fue bajando lentamente por el cuerpo moreno hasta llegar a la espalda, donde la piel todavía se notaba un poco abultada, paso sus dedos despacio por encima y ambos notaron una oleada de placer, esta vez los gemidos eran mutuos. Se separaron un momento para mirarse, para ver si alguno de los dos sabia el motivo, no pudieron aguantar las ganas de volver a sentir sus respiraciones unidas.

El Gryffindor se incorporo y se posiciono sobre el otro hombre que sorprendido por lo inesperado del movimiento se dejo hacer, se apodero de su cuello y lo saboreo como la primera vez, con deleite y aspirando profundamente el maravilloso aroma que casi había olvidado. Los recuerdos vagaron por la mente de ambos, en Harry sus recuerdos eran felices y en Draco eran desconcertantes, no se explicaba porque esa caricia le era tan conocida.

Su mente empezaba liarse por tener dos personas en ella a la vez, se sentía mal por acordarse de la chica estando con Harry, pero esa caricia le hizo recordarla y sentir que no era la primera vez que la sentía, cada vez se encontraba mas extraño de lo que le rodeaba, menos de con quien estaba, por supuesto que sabia que estaba con Harry, con quien deseaba estar desde no sabia cuando, eso indicaba que quizás Helena no era la persona que siempre había amado, quizás era quien en ese momento le estaba haciendo sentir cosas que hacia mucho que no sentía.

Mientras Draco se debatía con sus pensamientos, Harry seguía recorriendo el tan deseado cuerpo que tenia debajo de él, acariciaba despacio con su lengua toda la piel que podía abarcar con ella, arrancando profundos suspiros de Draco que a el le sonaban como la mas bella música, pellizcaba con los labios y daba pequeños mordiscos que luego besaba como pidiendo perdón, Draco se estaba volviendo loco, así que se incorporo y suavemente hecho a Harry sobre la cama cambiando posiciones.

Harry lo miro con sorpresa y deseo, una sonrisa asomo a sus labios y el rubio, devolviéndosela se lanzo a atacar su cuello, Draco era menos suave, estaba en su naturaleza ser un caballero, pero también ser posesivo y salvaje, ahora lo único que deseaba era hacer suyo a aquel hombre y sentirlo temblar bajo su toque, hacerle el amor sin descanso, oírle gritar su nombre presa del placer, pero eso tendría que esperar, ahora debía ser suave y amoroso, delicado y paciente. No había olvidado que Harry no tenia experiencia en ese campo, a pesar de haber amado a un hombre, nunca había estado con uno y no quería que saliera lastimado o asqueado por una mala experiencia, eso no podía pasar, ahora que por fin estaban juntos, debían permanecer así, juntos.

Cuando Draco llego a su ombligo, se entretuvo jugando con el, la excitación de Harry era ya muy evidente y sentía que explotaría si no sucedía algo pronto, el rubio noto que no podía aguantar mas y deslizo sus manos por las caderas del otro, cuando llego a los boxers, metió las manos por debajo de estos apropiándose de sus nalgas y provocando un nuevo gemido, cuando se disponía a bajarlos y liberarlo de su prisión, unas manos lo detuvieron.

- Draco...yo nunca...-La mirada de Harry estaba llena de deseo pero también de ligero miedo a no saber lo que venia ahora.

- Harry...yo nunca te dañaría, no tenemos porque seguir...eso solo lo decides tu...

- Si quiero Draco...es lo que mas deseo en el mundo..siempre lo he deseado.

Draco tuvo otro deja vú, eso si es verdad que se lo habían dicho antes y recordaba perfectamente que fue ella quien lo hizo, no sabia que hacer, no sabia realmente que estaba pasando ni a quien le estaba haciendo el amor realmente, era como repetir una escena del pasado una y otra vez, tuvo que olvidar sus pensamientos cuando Harry lo cogió del cuello y le beso furiosamente, con fuerza.

- Hazme el amor Draco...

Ante esta petición Draco se sintió perdido en un mar de dudas y deseos, decidió hacer caso a sus deseos y dejar las dudas para después, no tenían cabida en un momento así.

Mientras lo besaba termino de deshacerse de las prendas que les sobraban a ambos, despacio acaricio su miembro mientras lo hacia, Harry gemía y eso enloquecía a Draco, dejo su boca para ir bajando por su cuerpo, lentamente besaba su pecho y lamía sus pezones mientras acariciaba cada trozo de piel que sus manos encontraban.

Draco llevo su mano hasta la boca de Harry, delineo sus labios entreabiertos e introdujo un dedo en su boca, el moreno lo lamió con deleite excitando mas si cabía al otro, Draco miraba extasiado como despacio se iba apropiando del resto de sus dedos, despacio le quito su juguete y dirigió sus dedos húmedos a la suave entrada entre sus nalgas, acaricio despacio esa preciada parte mientras lo besaba con pasión, despacio introdujo un dedo, noto la tensión de Harry en su beso, pero este no lo soltó, con ello le pedía mas. Su mano se movía despacio, en un movimiento rítmico, otro dedo fue introducido con un pequeño vaivén, Harry estaba tan excitado que no le fue difícil acompañar el movimiento con otro dedo mas, acariciaba por dentro con delicadeza mientras su lengua seguía dándole calor y reconfortándolo.

Harry mientras le acariciaba la espalda, provocando pequeños espasmos de placer en ambos, cada vez que tocaba el tatuaje del otro, una corriente de inmenso deseo acariciaba el cuerpo de los dos. Lentamente fue bajando por su espalda, no aguantaba mas y quería sentirlo dentro de el cuanto antes, sus manos sujetaron las caderas del rubio empujándole hacia sus propias caderas, sus excitaciones rozándose enviaban miles de señales a sus cerebros, Draco entendiendo el mensaje, saco sus dedos de el y pronunciando un conjuro de invocación, hizo aparecer un pequeño bote, lo abrió y untando un poco de su contenido en su propia excitación, se posiciono en la entrada del otro.

Harry sintió como el miembro de Draco quería entrar en el, se relajo y mirándolo a los ojos, le indico que podía hacerlo, que estaba preparado. Despacio fue entrando en el, una vez dentro Harry lo atrajo hacia si mismo y le beso acostumbrándose poco a poco a tenerlo dentro de el, cuando el beso fue cobrando intensidad, Draco empezó a moverse en un suave vaivén, lento y cuidadoso se fue adentrando en la pequeña estrechez, se sentía tan bien así. Harry no sentía dolor, solo el mas maravilloso de los placeres, el hombre que amaba le estaba haciendo el amor y era dichoso por eso.

Los movimientos eran lentos y rítmicos, acompasados, suaves, Harry hincaba sus uñas en las pálidas caderas, atrayéndolo hacia si mismo, profundizando en las sensaciones que estaba sintiendo, pidiendo un ritmo mas rápido, no se hizo esperar, si Harry estaba preparado el no se detendría. Sus movimientos se hicieron mas rápidos, mas erráticos y llenos de deseo, los jadeos llenaban la habitación y el calor lo inundaba todo, Harry se movía debajo de el arqueando su espalda por el placer, sus piernas enlazándose en su espalda acercando mas sus cuerpos, sintiendo mas si podía.

Draco abrió los ojos y miro a quien le estaba proporcionando tanto placer, su cara le decía todo lo que quería saber, estaba disfrutando y era feliz, lo mismo que el, nunca en todo el tiempo que había durado su vida sexual, había sentido algo así con alguien, eran uno, un solo placer compartido por dos personas, en ese momento sintió que era cierto que lo amaba, su tatuaje no se equivoco, era a el y no a otro a quien siempre había querido.

Entre los vapores de la habitación empezaron a alzarse dos sombras informes, que rodeando a los amantes, iniciaron un baile sin fin, justo cuando estos llegaban al tan ansiado orgasmo, dos luminosas figuras se despegaron de los cuerpos sudorosos que yacían exhaustos sobre la cama amándose todavía, desapareciendo en las llamas de la chimenea.

Harry se abrazo a Draco cuando noto que llegaba al final, derramándose entre los cuerpos sudorosos, no pudo evitar decirle que lo amaba, el rubio sintiendo las contracciones del otro, llego también y derramándose dentro de el, se dejo caer sobre el besándolo con el mas sincero de los besos que podía darle.

- Yo también te amo...Harry, no lo sabia hasta ahora...pero...

- ¿Me amas...de verdad me amas?.-Harry lo miraba extasiado, sus brillantes ojos escrudiñaban los grises ojos oscurecidos por la pasión del momento.

- Si Harry...te amo.-+ Ahora si se que eres tu a quien amo de verdad, a quien mi corazón estuvo tanto tiempo buscando y al que al fin he hallado +.
Siempre en mi mente 11 by Isobelhawk
Hola¡¡¡¡¡¡, solo una cosita, lo que esta en cursiva son recuerdos. Que lo disfruteis y gracias por seguir aqui.



Siempre en mi mente 11

El momento de despertar llego dos horas después, se desperezo en la cama y busco el calor de otro cuerpo, pero no lo encontró, una nueva coincidencia, maldijo los recuerdos que le hacia compararlos.

Se levanto rápido y vistiéndose a medias abandono la habitación, dirigiéndose a su dormitorio, debía arreglarse para el desayuno. Mientras caminaba, su mente no dejaba de trabajar, de dar vueltas y enfadarlo mas y mas, no entendía la actitud del otro, el porque de su comportamiento, si lo amaba ¿por que hacia estas cosas?.

Se dio una ducha rápida y se vistió, recorrió pasillos y escaleras y llegando a las puertas del gran comedor, encontró a quien ocupaba su mente con dudas y desilusiones.

Un sonriente Harry le dio los buenos días y un muy poco casto beso en los labios. El rubio lo miro con extrañeza y enfado.

- ¿Eres feliz Harry?, porque yo no, odio que me dejen solo después de...algo así, no lo entiendo, ¿tanto te costaba despedirte de mi?.-El tono en la voz de Draco no era de enfado, era de decepción, se sentía herido, por la primera vez que le hicieron eso y ahora por la segunda, no sabia porque, pero culpaba a la misma persona.

- Yo...Draco lo siento...no pensé...tenia cosas que hacer.

- Ese es el problema...no pensaste...tu nunca piensas, solo actúas y no miras si a los demás les conviene lo que tu haces...eres muy egoísta.-Harry se empezaba a sentir mal, tenia razón, era un egoísta y nunca miraba por los demás, los hechos pasados así lo demostraban.-No vuelvas a dejarme solo o dejare de quererte...lo prometo.-Dicho esto lo abrazo y le devolvió el beso, acariciando su rostro y borrando la decepción de su cara hizo un ademán invitándolo a entrar primero en la sala.

El gran comedor estaba lleno, como era normal a esas horas y en la mesa de profesores solo faltaban ellos, mientras se acercaban a sus sitios, dos personas hablaban sobre apuestas.

- ¿Missginni?, creo que gane de nuevo.

- No me lo creo...no puede ser, usted me lleva ventaja, sabe cosas que yo no.

- Ventaja de padrino, jajaja.

- Muy bien, usted gana, pero esta vez...la apuesta la pongo yo...y no la va a ganar tan fácilmente, lo prometo.-Una mirada picara le indico que sus “niños”, habían llegado a la mesa.

- Draco, Harry, después de las clases os quiero ver en mi despacho, es importante.-Les dirigió una mirada de advertencia y siguió con su desayuno, mientras los dos aludidos se preguntaban que querría.


El día transcurrió sin contratiempos, tranquilo y apacible, por lo menos para uno. Harry estaba tremendamente feliz, pero tenia un deje de tristeza que no podía evitar, a pesar de hacer el firme propósito de olvidarse de los problemas, no podía hacerlo, su mente no dejaba de bullir por la culpa, estaba obsesionado y nada evitaría que se sintiera así, ni siquiera los besos furtivos que se daban entre clases y que tan feliz le hacían.

Al llegar la tarde y con ella el fin de las clases, se cruzo con Draco en su camino hacia el despacho de Snape. Tardaron mas de la cuenta en llegar, ya que ninguno quería soltar al otro, el sentido común los hizo reaccionar.

- Vamos Draco, Snape nos espera.

- Que espere, yo llevo mucho mas tiempo esperando y sigo vivo.-Su mirada picara y sus movimientos felinos hicieron que Harry quedara acorralado contra la pared.-No sabes como deseo repetir lo de anoche.-Esto lo dijo muy cerca de su oído, la respiración de Harry se aceleraba por momentos y no pudo reprimir un gemido cuando Draco le lamió el cuello, las manos veloces de este ya recorrían su cuerpo y su pulso se aceleraba, es lo que mas deseaba en el mundo, pero...

- OH por Merlín...no pares...si...para, debemos subir, cuanto antes acabemos con esto...antes podremos repetir...y repetir y..

- Calla...no sigas o no podré parar.-Sus respiraciones agitadas se iban tranquilizando poco a poco, las terminaron de calmar con un beso y subieron las escaleras cogidos de la mano.

Entraron en la habitación y no vieron a Snape, así que siguieron hasta su saloncito privado y allí lo hallaron, su cara se veía preocupada y sus manos, que no paraba de restregarse y retorcerse la una con la otra, indicaban que estaba nervioso por algo. El director levanto la mirada y al verlos, una sonrisa se dibujo en su cara.

- Hola chicos, pasad...sentaos, ¿queréis un te?.

- Si claro, gracias.

- Si, yo también quiero.

- Muy bien, acomodaos que vuelvo enseguida.-Salió del saloncito y se perdió en un rincón de su despacho.

- Harry, ¿no crees que esta muy raro?.

- Un poco si...pero no se que puede pasarle.-Harry se empezó a poner nervioso a su vez, tenia el leve presentimiento de que todo esto tenia que ver con el y su mentira.

El director llego de nuevo a su sitio, en sus manos portaba un objeto parecido a una escudilla pequeña, Harry lo reconoció de inmediato, era el pensadero de Snape, este lo dejo sobre la mesita pequeña, al lado de su butaca, se sentó e invoco unas tazas con el te.

Harry miro a su antiguo profesor, los ojos de este decían muchas cosas, pero la mas importante, la que llego al corazón de Harry, fue que ya había llegado el momento, no debía permitir que esta farsa siguiera adelante, no después de lo que había pasado. Asintió con su cabeza y se levanto, cogió la pequeña vasija y salió de la salita.

Draco miraba a uno y a otro sin entender nada, cuando Harry se levanto, el hizo lo mismo, pero Snape lo detuvo con unas palabras.

- Draco...déjalo, tiene que hacer algo importante, espéralo aquí.

- Pero no entiendo nada...¿qué esta pasando?.

- Muy pronto lo entenderás...tomate el te, se esta enfriando.

Draco hizo lo que le pedía su padrino, se sentó y cogió su taza. Su mente funcionaba a mil por hora y pensaba en mil posibles opciones por las cuales Harry no estaba allí, no le convencía ninguna de ellas. Miraba a su padrino buscando un signo de entendimiento, pero este le rehuía la mirada, solo tomaba su te y hacia como que leía un grueso libro que tenia sobre un atril a su lado.

Los minutos pasaban y Harry no volvía, ya se estaba impacientando y lo peor es que no sabia el porque se sentía tan inquieto, su mente no encontró la solución a la ausencia del moreno, pero si encontró en el fondo de su subconsciente, la seguridad de que nada bueno se avecinaba.

Oyeron un ruido, una puerta se había abierto y vuelto a cerrarse, Draco se levanto como con un resorte y fue hasta la entrada de la salita, Harry acababa de entrar, estaba pálido y sus ojos estaban rojos, había llorado y eso era evidente. Se acerco hasta el pero el moreno solo lo cogió de la mano y lo acompaño de nuevo a su sitio haciendo que se sentara.

La vasija fue puesta en su sitio de nuevo y Harry se sentó, Snape que estuvo observando la escena, le cogió de la mano y se la apretó en señal de comprensión, una tímida sonrisa apareció en la cara pálida y llorosa.

- ¿Me vais a contar ya lo que pasa o tengo que esperar mucho mas?.

- Tranquilo Draco, ahora mismo Harry te lo explica todo.-Mirando al otro chico le pregunto.-¿quieres que me vaya?.

- No...por favor quédate.-Sus ojos eran silenciosos suplicantes de un poco de ayuda.

- De acuerdo, me quedo aquí contigo.

Harry miro a Draco y lentamente se levanto, fue hasta el y se arrodillo ante el, le cogió la cara con sus manos y le beso lenta y tiernamente, sin prisa, como si no quisiera terminar nunca ese beso, cuando el final de este llego, lo miro de nuevo, sin soltar su cara y directo a sus ojos.

- ¿Me quieres Draco?.

- Si Harry...sabes que si...pero...

- Draco...no lo olvides, nunca olvides que me quieres y que yo te quiero, veas lo que veas y sientas lo que sientas, ¿me lo prometes?.

- Claro que si, pero sigo sin entender.

Harry se sentó en su sitio de nuevo y miro a su antiguo profesor y ahora amigo buscando fuerzas, cosa que le hacia mucha falta en ese momento, después volvió la mirada hacia Draco, su antiguo enemigo y ahora amor de su vida.

- Draco, en mi vida han pasado muchas cosas que tu no sabes, estos años en los que no nos hemos visto, han sido muy duros para mi, muy difíciles, he tenido que pasar por muchas cosas y pocas de ellas agradables...me he sentido muy solo, muy culpable, sobre todo esto ultimo.-Draco hizo ademán de interrumpir, pero Harry levanto una mano en señal de que callara.-Si oigo tu voz ahora posiblemente no pueda seguir y de verdad que necesito acabar con esto, necesito que sepas. Todo lo que me ha pasado mientras no estabas, esta relacionado contigo, mi pena y sufrimiento, mis pequeñas alegrías y todo aquello que me ha podido hacer feliz, en todo esto estaba tu mano, pero no por tu culpa sino por la mía. Tu mismo me has dicho esta mañana que soy un egoísta, que solo pienso en mi...es cierto, soy el mayor egoísta del mundo entero, mis propios deseos y sentimientos me hicieron llegar a cosas que una persona normal no hubiese llegado a maquinar jamás...pero yo lo hice y eso tuvo consecuencias, se que no entiendes nada de lo que digo, por eso mismo te he traído esto, es el pensadero de Snape, en el esta cada uno de los momentos por los que he pasado, mi vida esta ahí y quiero que la veas y que juzgues por ti mismo, solo así podrás ver cuanto te amo y cuanto hice por estar junto a ti, cuantas locuras y estupideces, ninguna de mis palabras podrá hacerte entender mejor por todo lo que he pasado. Por favor, entra en mi mente y perdóname.

Draco lo miraba con los ojos como platos, no entendía nada de lo que el otro había dicho, pero estaba deseoso por saber, despacio acerco su mano hasta el pensadero y toco la sustancia gris y brillante que contenía este.

Su mente se nublo y sintió como un torbellino lo llevaba en volandas hacia delante. Sus pies tocaron suelo y su mente confundida empezaba a centrarse, sus ojos se acostumbraron a la oscuridad que lo rodeaba.

No sabia donde estaba, pero aquello parecía un dormitorio, uno de los dormitorios comunes de la escuela, vislumbro una luz en uno de los laterales y se acerco hasta ella. Estaba en uno de los dormitorios de Gryffindor, ahora podía ver los banderines de esa casa, imagino que era el dormitorio de Harry, se acerco un poco mas y lo vio.

Harry estaba tumbado en su cama, hecho un ovillo, una pequeña vela en la mesilla iluminaba su rostro, estaba surcado por lagrimas, pequeños hipidos de llanto salían de su garganta, quiso acercarse y consolarlo, pero se acordó a tiempo de que eso no era posible. Lo miro por largo rato y reconoció al chico que hacia tan solo horas en ese tiempo, había vencido al señor tenebroso, su amigo en ese entonces, al cual apreciaba pero del que no sabia nada de su vida todavía, en esos días, siempre lo veía feliz, no se explicaba esta escena ante sus ojos.

Alguien paso a través de el y se sentó en la cama.

- Harry...no llores, eso no te lleva a ningún lado.

- Lo se Neville, pero no lo puedo evitar, esto me duele tanto...no se como sacármelo de dentro.

- ¿No has probado a decírselo?, a lo mejor el siente lo mismo...pudiera ser.

- No...no puedo, el nunca a mirado a otro hombre, ¿como me voy a acercar yo?...precisamente yo, por años me ha odiado...se reiría en mi cara.

- No lo creo Harry...el ha cambiado mucho, no es el mismo de hace años.

- No...nunca lo haré.

La escena se diluía ante sus ojos poco a poco y aparecía otra. El mismo Harry que acababa de ver, estaba en la biblioteca y leía un libro, sus manos copiaban con avidez. Se acerco y miro por encima de su hombro.

+Poción multijugos, ¿para que quería el una poción así?, que cosa mas rara?+.

Sus pensamientos todavía no acababan cuando la escena cambio de nuevo. Ahora veía a Harry en una calle muggle, estaba saliendo de una peluquería con una bolsa en la mano y se dirigía a casa de sus tíos. Lo vio llegar a su dormitorio y sacar el contenido de la bolsa, cabellos negros, los deposito en un cuenco al lado de un pequeño caldero que burbujeaba en una esquina del dormitorio, le vio echarlos y terminar con ello la poción.

Su cuerpo fue trasladado de nuevo y esta vez se encontraba en Hogsmeade. Se veía a si mismo, estaba compartiendo unas risas con la comadreja y Granger, recordaba ese día. De pronto la vio, el otro Draco doblo una esquina y se encontró con Helena, su amor.

Mientras cambiaba de escena, su mente fue juntando los trozos que ya había recopilado, empezaba a entender mucho de lo que había visto.

El día del baile, que maravillosa estaba Helena ese día, como la amo sin fin en ese momento. Su estancia en la sala de los menesteres, cerro los ojos, no quiso ver eso, no quería recordar cuando le rompieron el corazón.

Lo siguiente que vio al abrirlos fue a Helena llorando en los brazos de su padrino, este lo llamaba Harry y le decía que no llorara, que todo tenia solución.

Su corazón se encogió cuando la verdad le abofeteo con todas sus fuerzas, se sintió mareado y sentía un profundo dolor en su pecho, justo donde estaba su corazón, se estaba rompiendo por dentro, desgarrando dolorosamente sus recuerdos.

Las lagrimas lo acompañaron en su viaje de nueve meses, no dejaban de salir de sus ojos. Se sentía engañado, usado, abandonado...el podría haberlo dado todo por ella y ella...era Harry, su mente no dejaba de dar vueltas, pedía una razón para no gritar, pero no la hallaba.

Las imágenes pasaban rápido por delante de sus ojos. Harry en una revisión, Harry tomando sus vitaminas...acariciando su vientre...a su hijo.

Su hijo...tenia un hijo, ese niño que tanto llamaba su atención...que tanto se parecía a el...era suyo, no se había equivocado, pero no era esa la manera en la quería tener razón, no así.

Un sol cegador lo obligo a cerrar los ojos, gente por todos lados reían y eran felices...no sabia donde estaba, pero imagino que seria el jardín de los Weasley. Montones de cabezas pelirrojas cruzaban por delante de su vista, entre ellas diviso una morena. Harry estaba al fondo del jardín, cargaba con un bebe de unos tres meses, rubio platino, casi blanco...perfecto, a su lado estaba Granger y la comadreja, ellos también cargaban con sus bebes, dos cabecitas pelirrojas asomaban entre los arrullos azules. Se les veía felices...muy felices, estaban celebrando el nacimiento de sus hijos, nada los podía hacer mas felices en ese momento.

Todo cambio, sus ojos tardaron en acostumbrarse a las imágenes que pasaban muy rápido, todo lo que veía era pequeños flasesh sin sentido. El niño en el colegio, jugando con los gemelos, de compras con su padre...miles de pequeños recuerdos que para Harry significaban algo y que el no conocía...que no le habían dado la oportunidad de conocer.

Una imagen se quedo fija ante el, ante el estaba Harry en la estación de tren, se le veía feliz...radiante, pero su cara tenia un deje en el cual no se fijo ese día, en su interior estaba triste, notaba sus sentimientos encontrados, la felicidad por verlo de nuevo era opacada por la culpabilidad, se sentía vacío por dentro, lo notaba, se había castigado a no amar a nadie en todo el tiempo que había pasado y esos sentimientos apretados en su pecho, estaban estallando con toda la fuerza de un hechizo mal hecho.

Otro recuerdo vino a el, uno compartido, en su mente también estaba. La noche en la que había descubierto que amaba a Harry, vio a este pasear por la habitación y a si mismo dormido en la cama, lo vio dudar y lo vio metiendose de nuevo en la cama, acariciar su espalda y besar sus labios, recordó la sensación que sintió cuando al fin se tocaron, sus labios besando su cuello, las miles de similitudes que lo acosaban, las dudas que sintió...todo estaba resuelto, todo estaba claro ahora, miro por ultima vez al ser que amaba, amándolo a su vez y odiándose por eso.


Su mano se alejo bruscamente de la bruma gris del pensadero y miro a las personas que tenia delante, no los reconocía, esas personas ya no eran nada suyo...nada que a el le importase, no merecían nada de el, habían traicionado su confianza y amistad...su amor por ellos y no quería saber nada mas de lo que pudieran decirle.

- Draco, ¿estas bien?.

- Si profesor Snape, estoy muy bien.

- ¿Profesor?, ¿desde cuando soy un profesor para ti Draco?.

- Desde que me ocultaste algo así.

- Draco...

- No Harry...no es el momento.

Se levanto y mirando por ultima vez a los dos, se dirigió a la puerta, al llegar a esta se dio la vuelta y sin levantar la cabeza hablo.

- Mientras este aquí, cumpliré con mis obligaciones, continuare con las tutorías que me quedan para esta tarde y mis funciones para el fin de semana, pero el lunes ya no estaré aquí, así que le doy este tiempo para que busque otro profesor de pociones. Buenas tardes.

Dicho esto, se dio la vuelta y salió de la habitación. Los otros dos que quedaban no supieron que decir o hacer, uno de ellos tan solo podía contener las lagrimas y el otro se mesaba la barbilla en busca de soluciones.

Una sombra rubia bajaba hasta las mazmorras de la escuela, no oía nada a su alrededor, no veía nada, tan solo hacia su camino habitual a sus dormitorios lo mas rápido que podía.

Llego a sus aposentos y se sentó en la cama, paso allí unas horas, no supo cuanto tiempo, su mente estaba vacía, no pensaba en nada...el dolor no le dejaba hacerlo, un dolor instalado en su pecho, que apretaba mas y mas, cada vez mas fuerte, en su garganta un nudo luchaba por explotar, necesitaba liberase y lo hizo.

Un grito desgarrador cruzo todo el castillo y fue a enterrarse profundamente en el corazón de un hombre que lloraba su condena y su castigo.
Siempre en mi mente 12 by Isobelhawk
Gracias como siempre a todas las que estais ahi siguiendo esta historia y por supuesto a las dos amigas que sufren el beteo de mis locuras, os quiero.


Siempre en mi mente 12

Harry seguía llorando en la oscuridad de su cuarto, no sabia cuanto tiempo llevaba allí, cuanto tiempo su alma había llorado por la perdida que el mismo había provocado.

Se sentó de golpe en la cama y tomo una decisión, seco sus lagrimas con furia y se dijo a si mismo que no volvería a llorar, no merecía la pena, todo lo que pasaba era justificado y el tenia la culpa, así que acarrearía con las consecuencias de sus actos y dejaría de ser el cobarde que se había escondido durante casi doce años. Cayó en la cuenta de ese pensamiento llegaba tarde, el siempre llegaba tarde, así le iba todo de mal.

Para colmo, llevaba varios días sin hacerle mucho caso a Dray, cosa que el chico seguramente no noto, era un chico cariñoso y atento, pero demasiado parecido a su padre cuando niño, muy metido en sus cosas e ignorante de los demás, siempre intento que se preocupase un poco mas por los demás, pero no lo consiguió, así que lo dio por perdido. Mañana seria otro día y aprovechando que era sábado y había salida a Hogsmeade, pasaría un rato con él.

Se levanto y cansado se dirigió al baño, cuando regreso de este, fue hasta su baúl y saco de el un plano viejo y desgastado, el mapa de los merodeadores, como no estar en esas circunstancias después de por todo lo que había pasado, seria ilógico pensar otro estado para el.

Lo abrió he hizo el hechizo sobre él, cuando apareció el plano del colegio, busco a Draco en el, estaba en su habitación, pero no dormia, sus pasos iban y venian por el mapa de su cuarto sin parar, sin pensar siquiera, se levanto y fue a su encuentro.

Los pasillos estaban desiertos, pero eso no evitaba que se sintiera como en sus años escolares, inquieto y temeroso, no debia temer al nuevo conserje, este no se parecia en nada a Filch, era amable y comprensivo con los estudiantes, a veces hasta hacia la vista gorda y no decia nada, aun asi no queria tener que dar explicaciones, asi que por si acaso, no hizo ruido.

La habitación de Draco aparecio ante el, hizo los movimientos adecuados para abrir el muro y entonces aparecio la puerta, toco fuerte y espero.

- ¡Fuera!.-No esperaba esa respuesta, penso que por lo menos preguntaria quien era, pero parecia que su enfado no perdonaba a nadie.

- Draco soy yo, abre por favor.

- ¡He dicho fuera!.

- Si no abres...abrire yo.

La puerta se abrio de manera muy brusca y aparecio la cabeza de un rubio muy enfadado, se acerco hasta el sorprendido moreno y casi pegándose a su cara, le habló.

- Lo dire solo una vez...vete de aquí.-Volvio a entrar en la habitación y empujo la puerta, pero esta no llego a dar el portazo esperado, Harry la detuvo a tiempo y entro en el cuarto.

- Draco...solo quiero hablar...por favor.-El rubio lo ignoraba por completo mientras seguia guardando sus cosas en los baules que tenia desperdigados por la habitación, esta estaba muy desordenada y algunos muebles rotos se veian por todos lados, Harry penso que su noche habia sido movida.

- Vete.

- No me voy a ir hasta que hablemos.-Se adentro en la habitación y se sento en la cama.-Es lógico que reacciones asi, se que estas enfadado...lo que he hecho no es normal, pero debemos hablarlo...por nuestro bien.

Draco se acerco a el y empujándolo sobre la cama, se subio a horcajadas sobre el, sujeto sus manos en alto sobre su cabeza y le hablo muy cerca de su cara.

- ¿Tanto me deseabas...Harry?, ¿tanto como para engañarme y aprovecharte de mi?, ¿acaso no podias decirme algo?...no, debias actuar, tu siempre actuas...eres el jodido niño de oro que todo lo consigue, me querias a mi y hasta que no me tuviste...no paraste.-Paro un momento de hablar y miro a su rehen a los ojos, estaba asustado pero el no podia parar...no ahora que se habia lanzado, que su enfado tenia por fin una victima. Lentamente se acerco a la cara del otro y lo beso, lento y tierno, suave, como a el le gustaba, con todo el sentimiento de su alma rota y todo el amor de su corazon desecho.-¿Era esto lo que querias?, ¿tenerme a tus pies rendido de amor?.-Lo volvio a besar, esta vez de manera mas brusca, haciendo daño en la boca que amaba.

- Draco...por favor...me haces daño.

- A lo mejor te gusta...a lo mejor eres masoquista y no lo sabes...¿tu sabes lo que a mi me gusta?...¿lo que quiero?, ¿lo que siempre he buscado?.

- No...no lo se.

- Me gustas tu, te quiero a ti...siempre te he buscado a ti...y no lo sabia...maldita la hora en la que te encontre...en la que me hiciste amarte.-Se levanto de encima suya y fue hasta la puerta.-Ahora...vete y no vuelvas...me haces daño y no necesito eso en este momento.

Harry lo miraba atonito, tan solo un momento antes pensaba que el rubio lo iba a matar y ahora, lo veia derrotado, sin fuerzas, realmente dolido. Se levanto y llego a donde estaba el otro.

- Draco...no se que decirte...solo que no esperaba que las cosas pasaran asi...yo no busque el desenlace que tuvieron las cosas, solo queria amarte por una vez y sentirme querido por ti...nada mas, nunca quise que mi vida se complicara de esta manera...ni hacerte daño. Ya no te pido por mi, te pido por ese niño que no pidió venir a este mundo...pero lo hizo, conócelo antes de irte.-Acercándose un poco mas, se aventuro a acariciar su mejilla, no encontro resistencia, pero tampoco colaboración en el acto.-Se parece tanto a ti...ha sido un continuo recordatorio...un doloroso recuerdo de mi error, pero aun asi...es lo mejor de mi vida, lo que le da sentido...me da fuerzas para seguir.-Su mano seguia posada en la palida mejilla y su boca deposito un beso suave en la otra, sus labios se acercaron a su oido y susurro.-No he dejado de amarte ningun dia desde entonces...el no me ha dejado olvidarte y aunque ahora te vuelva a perder...no te olvidare...nunca.-Hundio su cara en la suave curva del cuello del otro y aspiro su perfume, ese que nunca cambio en su mente, que seguia oliendo igual que aquella vez en que lo amó. Dolorosamente se separo de el y fue hasta la puerta.

- Harry...

El nombrado se dio la vuelta esperanzado, pero el otro no lo miraba.

- Por favor...no vuelvas.

Harry lo miro una ultima vez mientras la puerta se cerraba ante el.

La mañana se desperto nublada, los pajaros no cantaban y los rayos del sol no acariciaban su cara como otros dias, el dia estaba como el, triste y cansado.

En otro lugar mas sombrio, alguien tambien despertaba, el no veria rayos de sol aunque los hubiese en ese momento, las mazmorras eran tan tristes y frias como el dia que habia en el exterior.

Se levanto del suelo donde habia caido dormido rendido por el llanto, le dolia todo el cuerpo, pero eso era lo de menos, tenia otro dolor mas profundo. Una ducha ayudo a relajarlo un poco, pero el dolor seguia en su alma y no queria irse.

Desayuno en su cuarto y a las diez se presento en la entrada del colegio para guiar la salida a Hogsmeade, esa seria su ultima responsabilidad en el colegio y como habia prometido, la cumpliria.

Montones de niños de distintos cursos, corrian por todos lados emocionados por la primera salida del año. Cuanto habian cambiado las cosas desde que el terminara la escuela, ahora los de primer curso tambien podian ir, penso que era una irresponsabilidad, pero de todas maneras, ya no habia mucho peligro para esos niños, ademas con ellos iria san Potter, el gran mago que derroto al señor tenebroso, el los protegeria...valiente protección.

En las escaleras, la subdirectora Missiginni recogia los pases y después de comprobarlos, los iba entregando a el señor Quick, el conserje. Mientras, el formaba las filas con los alumnos mas pequeños, dejaria los mayores para Potter, cuando todos estaban listos, salio sin esperar a nadie.

Hogsmeade estaba como siempre lo recordo, ni una tienda menos, ni una de mas, siempre las mismas, esto podria resultar aburrido, pero no en el mundo mágico, cada una de ellas guardaba tesoros sin descubrir cada vez que entrabas, las tabernas, el salon de te...las tiendas escondidas que su padre solia frecuentar y que todo el mundo pensaba que solo existian en el callejón Knockturn, que incautos, sacudio la cabeza y dejo de pensar. Dio breves instrucciones a los niños sobre donde debían ir y donde no, la hora de regreso y la ultima advertencia de que tuviesen cuidado.

El se dirigio hacia Honeydukes, le apetecían caramelos u algo de chocolate, echaba de menos el delicioso chocolate importado de paris que le enviaba su madre todos los meses cuando estaba en la escuela, ese era el unico sitio en todo el reino unido donde lo encontraba.

Cuando tenia en sus manos los dulces, se dirigio hacia la casa de los gritos, en realidad queria ir cerca de ella nada mas, nunca le gusto entrar en ese lugar, pero se encontraba a gusto cerca de la casa. Cuando iba a salir ya del pueblo vio una escena que no le gusto nada.

Su hijo estaba ante el, este no le veia y ninguno de sus amigos tampoco, fue como verse a si mismo hace tiempo, esa sonrisa, esa actitud, ese modo de amenazar...tan Malfoy, le dieron ganas de golpearlo y decirle que las cosas no se hacian asi, pero penso en su padre y su manera de arreglar las cosas y no pudo mas que apretar los puños y darle la razon a Harry...se parecia tanto a el.

Un niño sollozaba mientras Dray lo cogia del cuello de la camisa, la varita en su mano y una mirada fiera en su cara.

- Dame lo que has comprado en Honeydukes o veras lo que te pasa.-El chico ya estaba alargando la bolsa hacia el cuando esta desaparecio delante de sus ojos.-¿Quién mierda la ha cogi...?.-No pudo terminar la frase porque alguien lo cogio de la cintura y lo elevo del suelo.

- Toma tus dulces y vete, vosotros esperadme aquí, tendremos una charla cuando el señor Potter y yo volvamos.

La victima salio corriendo y los compinches de Dray se quedaron estaticos en el sitio mientras veian a su cabecilla como era llevado en volandas fuera del pueblo.

El chico no paraba de patalear y quejarse, pero hasta que no llegaron donde Draco pretendia, no lo solto.

La casa de los gritos estaba un poco mas vieja y le faltaban algunas maderas mas de las que recordaba, por lo demas, estaba como siempre.

Soltó al niño y se sento en una roca, este lo observaba furioso y sin saber que hacer. Draco lo miraba sin entender porque era asi, porque el mismo fue asi una vez, el tenia justificación, su padre era un sadico que disfrutaba enseñando a su hijo a ser cruel, en cambio este niño habia crecido rodeado de amor y cariño, de eso estaba seguro.

Era de ley reconocer que por mucho que odio al Weasley, su familia era cien veces mejor que la suya, sus padres lo querian y trataban de darle lo mejor y ayudarlo a ser mejor persona, no se equivocaba al pensar que seguramente ese niño habia tenido a Arthur y Molly como abuelos y que estos le dieron lo mejor de si mismos como a uno mas de sus nietos o hijos, asi que por eso le costaba entender.

Dray acabo sentándose en el suelo y dejo que el hombre que tenia delante le observara, ya se cansaria.

- ¿Por qué haces esas cosas?.

- ¿Qué cosas?.

- Amenazar, pegar, intimidar...ser un capullo.

- ¡No tiene derecho a hablarme asi!.

- Si que lo tengo...soy tu profesor y el jefe de tu casa y no me gusta que hagas esas cosas, asi que por favor no me grites, estoy a tu lado y te oigo perfectamente. Cuentame que te pasa.

- No me pasa nada y aunque me pase...no es de su incumbencia.

- Tiene que pasarte algo para que te comportes de esa manera...yo conozco a tu padre y se que esas cosas no las has aprendido de el.

- ¿Cuánto conoce a mi padre?.

- Mucho.

- ¿Se lo va a decir?.-El chico lo miro con los ojos llorosos, tenia la misma mirada que Harry cuando se encontraba mal, asi que tuvo que mirar hacia otro lado para no recordarlo.

- Si no me das motivos...no.

- Es por mi padre...le pasa algo y no se lo que es.-Ahora si lloraba, casi le falto el aliento en la ultima palabra.-El siempre me lo ha contado todo, pero desde que llegamos aquí para empezar el curso, no es el mismo.

Draco se sento junto a el y lo abrazo, le seco las lagrimas y le acaricio el pelo.

- Ya veo, pero la mejor manera de solucionar un problema, no es creando otro...¿lo haces por llamar la atención?.

- Mi abuelo dice que si, que siempre quiero llamar la atención, que me parezco a mi madre.

- Dicen mucho esa frase...demasiado. ¿Qué sabes de tu madre?.

- Se que no era una mujer.-Draco lo miro sorprendido.-Es decir, que mi padre es el que me tuvo, el no sabe que yo lo se...me lo dijo mi abuelo.

- ¿Arthur te dijo eso?.

- No, mi otro abuelo, el director Snape.- Draco puso los ojos en blanco y no pudo reprimir la enorme carcajada que solto.

- Jajaja, perdon, no sabia que lo trataras de abuelo.

- Es que lo es, siempre me ha tratado asi, mi padre no tiene a los suyos y no se nada de mis otros abuelos.

- Tambien estan muertos...lo siento.

- ¿Tu los conoces?...perdon..usted.

- Puedes tutearme...si los conoci, tu abuela era maravillosa, una mujer muy buena y muy bella, te pareces mucho a ella.

- ¿Y mi abuelo?.

- Siento decirte que el no era tan bueno, hizo cosas muy malas y pago por ello...pero eso no tiene nada que ver contigo, asi que quita esa cara y sonrie un poco.

- Me alegra saber algo de ellos, aunque uno no fuese muy bueno.-El chico habia dejado de llorar hacia rato y ahora sonreia por fin.

- Asi estas mejor, no quiero que tu padre se ponga triste por verte asi...el te quiere mucho...me lo ha dicho y lo unico que quiere es que estes bien, si esta raro últimamente es por problemas de adultos que no deben afectarte a ti, quizas por eso no habla contigo tanto como antes.

- ¿Tu eres Draco verdad?.

- Si...Draco Malfoy para servirte, jeje.

- Siempre he oido hablar de ti en mi casa, si que debes de ser muy amigo de mi padre, llevo toda la vida oyéndote nombrar.

- ¿Si?, vaya, no lo sabia. En el colegio no nos llevábamos muy bien, nada bien, es mas, eramos enemigos.-El chico lo miro pensando que mentia.-Es cierto, nos odiábamos, siempre estabamos peleando y haciendonos la vida imposible, hasta que llego la guerra, ¿has oido hablar de ella verdad?.-El chico asintió y lo miro esperando que le contara mas.-En aquel entonces ya no nos llevábamos tan mal, luchamos juntos y el dia en que tu padre mato a ese...ser, yo estaba protegiendo su espalda, desde aquel momento fuimos amigos, no los mejores del mundo, pero lo suficiente como para tolerarnos y hasta tomar una cerveza juntos de vez en cuando, la verdad es que le tome aprecio...mucho, pero luego no nos volvimos a ver...hasta ahora.

- ¿Te puedo hacer una pregunta?.

- Claro.

- ¿Conociste a mi padre...al otro?.

- Si, pero no me preguntes por el...eso es algo que tu padre debe decirte, no me corresponde a mi.

- Es que creo que se quien es.-Ahora era Draco el que lo miro pensando que el chico mentia.-Mi padre no lo sabe...pero desde hace tiempo mi abuelo me cuenta cosas...y yo indago, una vez descubri una foto que mi padre guardaba entre las cosas de mi abuela Lily, esta borrosa y no se ve muy bien, pero es de un chico igual a mi, va montado sobre una escoba y viste los colores de Slytherin.

- Vaya...pues ya sabes mucho. Creo que es hora de que volvamos, queda mucho dia y no quiero que lo pierdas aquí conmigo.-Estaba cada vez mas nervioso y no queria que el niño notara nada.

- De acuerdo, me voy pero...¿no me vas a poner castigo?.

- No...pero tienes que cambiar de carácter, no creo que si esto llega a oidos de tu padre lo haga muy feliz.

- Vale, procurare portarme mejor y...no llamar tanto la atención.-Los ojos del niño brillaban, no tanto por el brillo del llanto pasado como por la alegria que ahora reflejaban.- ¿Puedo seguir tuteandote?.

- Claro que si, me enfadaria si hicieras lo contrario.-Draco acaricio el suave pelo de su hijo y le dedico una sincera sonrisa.

- Me voy.-El chico empezo a andar hacia el pueblo, pero unos pasos después se paro y dio la vuelta.-Me gustas, no eres tan estirado como parecias, ahora comprendo porque mi abuelo me habla tanto sobre ti.-La mirada que le echó en ese momento le dijo muchas cosas a Draco, como por ejemplo, que sabia mucho mas de lo que decia.
Siempre en mi mente 13 by Isobelhawk
Siento mucho el retraso, pero mi ordenador se nego a corregirme el word, cada vez que empezaba a corregir el capi, se me apagaba, si alguien sabe el motivo que me lo diga, que estoy intrigada.
Si tiene algun error, lo siento, pero lo corregi en casa de mi hermano deprisa y corriendo, asi que no se como queda, por lo menos espero que os guste, con faltas y todo. Besitos y gracias por seguir ahi.



Siempre en mi mente 13

Draco observo como su hijo se alejaba en dirección al pueblo, lo miraba alejarse sin creer todavía que habían estado hablando. Tenia un hijo, todavía le costaba creérselo, tanto como el hecho de que habían mantenido una conversación...tan intima, tan personal.

El también se fue hacia el pueblo, se dedico a dar vueltas y a comprar cosas que realmente no necesitaba pero que le daban algo de entretenimiento hasta la hora de comer. Hacer estas cosas le distraía y así no pensaba en las muchas cosas que tenia en la cabeza.

Harry llego y se encontró comiendo solo en las tres escobas. Alumnos por todos lados, risas y alboroto, un maestro solo y triste y otro enfadado en la otra punta del local. Su hijo se acerco para hacerle compañía, pero le indico que era lógico que comiese con sus compañeros, el chico se fue no sin antes dirigirle una mirada a Draco. Se paro pensativo y después de sopesar pros y contras se acerco al rubio profesor.

- ¿Puedo sentarme?.

- Claro Dray, pero...¿no estarías mejor con tus amigos?.

- Ahora me voy con ellos, solo he venido a decirte algo.

- Pues dime, soy todo oídos.-Le miro con toda su atención puesta en el y deseando saber que tenia que decirle.

- Quizás no sea el mejor momento ni el lugar mas adecuado, pero no soporto ver a mi padre así, míralo, ¿te parece alegre, feliz?, ¿te parece un hombre que a recuperado a alguien que quiere y que es feliz por eso?.

- No te entiendo Dray.-Draco estaba nervioso, últimamente se ponía muy nervioso por tener dos potter tan cerca.

- Mira...tendré once años pero no soy tonto, desde que tu estas aquí mi padre no para de tener cambios de humor, lo mismo esta eufórico que totalmente derrotado y eso solo puede deberse a una cosa...a ti.

- Mira creo que te estas metiendo en algo que no entiendes y...

- Ya te he dicho que no soy tonto.-Saco la foto que anteriormente le enseño al lado de la casa de los gritos y la puso sobre la mesa.-Este eres tu, si te dije que no sabia quien eras fue para ver tu reacción, para ver si tenias el valor de decirme la verdad...ya veo que el sombrero te puso en el sitio correcto, nunca podrías haber sido un Gryffindor, no eres muy valiente.-Draco estaba estupefacto, el descaro de ese chico era increíble, desde luego el sombrero no se había equivocado con el, era un Slytherin de los pies a la cabeza, osado e imprudente.-así que creo que este tema me interesa bastante, así como el estado de mi padre...me caes bien así que lo jodas todo, si se quieren ¿por qué mandarlo todo a la mierda por una tontería como esa?, aprovecha que ya sabes todo para ser feliz...y hacerlo feliz, se lo merece desde hace mucho tiempo...a mi también me haría feliz, pero de eso ya tendremos tiempo de hablar.

- ....

- no hace falta que digas nada, solo arregla las cosas ¿vale?.

- Dray yo...no se que decir, todo es mas complejo de cómo lo pintas, son muchas mentiras y mucho tiempo...

- Ya hablaremos, tengo hambre.-Le cogió una patata del plato y le dio un beso en la mejilla.-¡Hasta luego¡.

Draco se quedo sorprendido por la conversación, le parecía increíble la verborrea que tenia el chico para su edad, desde luego que se parecía a el, pero no recordaba ser tan inteligente con la edad de su hijo, ni tan osado.

Mientras esto ocurría, alguien observaba la escena, alguien que estaba totalmente sorprendido de lo que sus ojos veían, ¿desde cuando su hijo repartía besos a cualquiera?, lo hubiese visto lógico si el supiera que ese hombre era su padre, pero el no....lo sabia, su mente despertó de golpe, claro que lo sabia, pero...¿desde cuando?, ¿cómo?. No sabia que hacer ni que decirse a si mismo para no caer en lo mas profundo, su primer impulso fue ir hacia Draco y pedirle explicaciones, si el niño lo sabia es que el se lo había dicho, no veía otra explicación, no quería ver otra, lo pensó mejor y decidió no hacerlo, fríamente calculo las mejores opciones, dejar que todo lo que pasaba siguiera su curso, observar y no entrometerse.

Por muchos años el había sido el padre abnegado y responsable, si draco quería asumir ese papel, dejaría que lo hiciese, así quizás entendería por todo lo que había pasado y llegara a perdonarlo, era una actitud un poco egoísta y descuidada, pero por intentarlo no pasaba nada.

Se levanto sin perder de vista al otro hombre, intentado que su cara de sorpresa cambiase por una de indiferencia, si quería que lo dejara solo, no tenia problema, no se acercaría a el para nada, así comprendería como se sentía el, solo y abandonado por la persona que ama.

Salió a la calle en espera de que llegaran todos los chicos, ya era hora de volver a la escuela. Poco a poco fueron llegando todos y formando las filas correspondientes, emprendieron la marcha, el delante y Draco detrás con los niños mas pequeños, podía oír las risas, entre ellas distinguía la de su hijo, siempre podía hacerlo, pero ese día era diferente, ese día no se reía con el sino con su “padre”, eso dolía, no sabia si era exactamente eso o simples celos, pero si sabia que le dolía.

Llegaron al castillo con el tiempo justo de darse una ducha rápida e ir a cenar, todo era un torbellino de niños corriendo por los pasillos, iba abriéndose camino como podía hacia su habitación. Llego y lo primero que hizo fue darse una larga ducha, el agua corriendo por su cuerpo parecía llevarse con facilidad cada uno de sus quebraderos de cabeza, cuando su piel amenazaba con arrugarse, salió de la ducha y se vistió, bajo al comedor y se sentó donde no solía hacerlo, justo al otro lado de la mesa.

Draco también se demoro en su ducha y cuando llego a la mesa de profesores se quedo parado por lo inesperado de la situación, el sitio de su lado estaba vacío y su dueño sentado en el otro lado, así que había decidido hacerle caso, muy bien, el se lo pidió así que aceptaría el juego.

El director Snape miraba a uno y otro, moviendo su cabeza en gesto negativo, esos dos eran unos completos cabezotas, pero eso era algo que ya no le sorprendía.

- ¿Snape?.

- ¿Si Missginni?.

- Veo que por ahora yo gano.

- Todavía no acaba el día...querida, todavía no acaba.

- Lo se, solo espero que este pendiente de esos dos, me harán ganar por fin.

La subdirectora sonreía mientras decía esto, estaba muy segura de ganar esta vez, aunque el director confiaba en sus chicos, sabia que esta vez era muy posible que perdiera, cosa que por otro lado no le importaba, el premio que debía dar por perder, le era muy fácil de dar.

La cena acabo pronto ya que todo el mundo estaba muy cansado y con ganas de dormir. Siguiendo una orden no pronunciada, todo el mundo se levanto y fue hacia su cuarto, Harry dio un beso a su hijo y acompañado por los gemelos, llego a la torre de Gryffindor.

En otra parte del castillo, Draco ya estaba en la cama, su mente no paraba de viajar de un lado a otro de sus recuerdos, por un lado sabia que debía ser fuerte en su decisión, por otro, no quería dejar de descubrir cosas sobre ese ser que tan pronto le había demostrado que podía llegar a sentir algo como padre.

El pensamiento sobre su hijo le llevo a pensar en el otro progenitor del niño, Harry...a el le debía ese honor, honor que pensó que nunca tendría, hacia mucho tiempo que una mujer no le atraía y eso dificulta la opción de ser padre, que maravillas del mundo mágico, había sido padre con otro hombre, hombre que por otra parte amaba, no le dolía admitirlo, le dolía el engaño y la ocultación, ahora todo eso no tenia remedio, pero todavía escocia un poco.

Cerro sus ojos para sumirse un poco mas en sus pensamientos, rememoraba cada uno de los momentos vividos con Harry desde que llego a Howgarts por ultima vez, como se había insinuado al moreno, al principio como un juego, le encantaba ver como se ruborizaba, el juego paso a algo mas serio cuando empezó a ver signos inequívocos de que sentía algo mas, confundido por su deseo de amistad, siguió con el juego, nunca pensó que seria el propio Harry el que diera el primer paso.

Se encontró con el momento en que despertó sintiendo un tímido beso en los labios, una mano recorriendo su espalda, sensaciones que no sentía desde hacia mucho tiempo, se dio la vuelta esperando que fuese el, no sabia porque pero deseaba que fuese Harry el que le estuviera haciendo sentir esas cosas, ahora también lo deseaba, pero no podía ser, no debía dar su brazo a torcer tan pronto, no deseaba hacerlo, por lo menos una parte de el no lo deseaba, la otra parte ansiaba como loca volver a sentir el tacto de Harry por su piel.

Sus labios recorriendo la zona de su cuello cercana al lóbulo, esa que tan sensible era, sentía su lengua recorriendo la clavícula, la suave brisa que era su aliento susurrando palabras inconexas llenas de deseo, podía sentir sus manos por todo el cuerpo, sus finos dedos recorriendo su torso, pellizcando su piel y erizando su vello, podía sentir como lamía sus pezones y soplaba sobre ellos, oía sus gemidos y su voz suave llamándolo por su nombre, como poco a poco bajaba por su cuerpo, lamiendo cada trozo de piel, acercándose a su erección mientras le acariciaba lentamente, el mismo ya no podía mas, necesitaba gritar y pedirle mas...

- ¡Harry!.

Su respiración era entrecortada y su frente estaba perlada de sudor, incorporado sobre la cama notaba como su pecho se movía rápidamente buscando aire, malditos sueños que se reían de el, no sabia cuando se había dormido pero maldita la gracia que le hizo soñar algo así. Todavía alterado se tumbo en la cama de nuevo, pronuncio una vez mas el nombre que le atormentaba y girándose sobre un costado, durmió un sueño lleno de manos y susurros.

La oscuridad le amparaba en su escondite, pero temió que su corazón revelara donde se encontraba, tan fuerte le latía al oír su nombre, que no pudo mas que ponerse de pie rápidamente para intentar buscar una excusa, no hizo falta, pero su corazón no callaba, había dicho su nombre, lo amaba, era imposible que fuese una pesadilla lo que Draco tenia en ese momento, reconocía esos jadeos, los había escuchado dos veces en su vida y sabia muy bien porque eran producidos.

Después de comprobar que Draco dormía, escapo de la habitación, ya había comprobado lo que quería, Draco seguía amándolo, no podía dudarlo, sin saberlo le daba la razón al que ahora dormía, no debía dar su brazo a torcer en su trato con el, no quería seguir sufriendo por tantas cosas que ya no tenían solución, lo que tuviese que pasar, ya pasaría.
Siempre en mi mente 14 by Isobelhawk
Siento decir que mi word sigue igual, pido perdon por las innegables faltas que pueda tener el texto.


Siempre en mi mente 14

Ni siquiera los Domingos era capaz de dormir mas de las nueve de la mañana, una costumbre adquirida con el paso de los años. Los suaves rayos de sol acarician la piel de su cara, un suave vello cubre parte de su mandíbula, un afeitado seria lo mas conveniente en ese momento, pero nunca antes de estirar sus músculos, siempre se quedaba varios minutos mas en la cama desperezándose, otra costumbre adquirida, ser profesor de DCAO le proporcionaba un bonito dolor de espalda todos los días, así que sus estirones matutinos eran ya un habito.

Estaba de un estupendo humor esa mañana, su mente albergaba mil y una esperanzas. Se sentía querido, medio abandonado, pero querido. Tenia el trabajo que siempre soñó; un hijo que se podría llamar adorable sino fuese por su carácter, un tanto antipático, pero al que amaba con toda su alma, no se podía pedir más. Quizás un poco de correspondencia, pero ya la tendría cuando el otro declarase que no podía vivir sin él. Y lo haría...tarde o temprano.

Bajo alegremente los escalones hasta el comedor y entro, se quedo mirando la mesa de profesores, Draco lo observaba feliz, solo quedaba un sitio libre en la mesa y este estaba a su lado, le sonrió picaramente y con la mirada fija en el se fue hacia la mesa de su hijo, allí saludo al niño y a sus compañeros y cogiendo unas tostadas, salió del comedor rumbo al lago.

Le encantó ver la cara del rubio cuando se dio la vuelta para irse, pero de pronto le dio miedo, Draco no era de los que van detrás de los demás, aunque quien sabe, quizás por el lo hiciera.

Salio fuera del castillo y se encontró con una hermosa mañana, un sol espléndido alegraba todo con sus calidos rayos, parecía mentira que todavía hiciese calor. Con una mano en su bolsillo y la otra sosteniendo la tostada, avanzo hacia el lago, admiraba la maravillosa vista que allí tenia.

El lago estaba tranquilo, solo el calamar gigante perturbaba su cristalina superficie, destellos dorados viajaban hasta sus ojos, los entrecerraba, pero no con disgusto, no le molestaba el sol, todo lo contrario, era agradable sentir los rayos de sol en su cara.

Estaba en su refugio, el haya proyectaba su sombra y los pequeños matorrales que rodeaban su tronco, le escondían de miradas indeseadas, lo único que le apetecía en ese momento era estar solo, por eso siempre recurría a su viejo amigo el haya, encubridor de planes cuando era estudiante y amigo apreciado en la madurez de sus días.

Se tumbo a la sombra del viejo árbol y dejo vagar sin rumbo su mente, pensaba anticipadamente en lo feliz que podía ser junto a Draco, no tenia motivo para pensar en algo así, todavía no, si observaba detenidamente las cosas que estaban a su alrededor, la única certeza que tenia en su vida, era su hijo, todo lo demás estaba por ver, pero aun así, el estaba feliz, quizás fuese su mente que le obligaba a estarlo, quizás lo necesitaba e inconscientemente lo estaba, ni lo sabia ni quería saberlo, solo quería estarlo.

Su cabeza descansaba entre sus manos, su mente, arrullada por el calor matinal, iba cayendo en el sopor, pensamientos placenteros lo llevaban al mas dulce de los sueños.

Mientras, en el comedor el desayuno llegó a su fin, todos los que allí estaban salieron despacio, no había prisa, los domingos en Howgarts son aburridos. Casi todos los alumnos salieron a los jardines, unos a practicar con la escoba, otros simplemente a pasear. Los menos se dispusieron a estudiar o adelantar trabajos, otros simplemente intentarían continuar con el sueño interrumpido por el desayuno.

Draco salio echando humo hacia su despacho, no pensaba mas que en llegar y destrozar algo, era la única manera efectiva que conocía de calmarse, un método que utilizaba a menudo. Antes de llegar sintió como lo cogían del brazo, rápidamente se dio la vuelta dispuesto a golpear a quien osase tocarle en tal estado de agitación.

- ¿Draco estas bien?.
-
- No.-Miro al niño con una mirada arrepentida, el no tenia la culpa de nada y aun así, casi le hace pagar su frustración.-No es mi mejor momento.-rápidamente bajo su mano, relajándola un poco, la acerco a la cara del niño y le acaricio suavemente.-¿querías algo de mi?.

- Si, me gustaría hablar contigo un momento, si no hay problema.

- Claro que no hay problema, siempre tengo un momento para ti, ¿de qué quieres que hablemos?.

- Pues...no es importante, si tienes algo que hacer lo podemos dejar para otro momento.-El chico bajo la vista, un tímido intento de no obligar a su padre a nada.

- No, te preocupa algo y quiero que me lo cuentes.-Le levanto la carita y lo obligo a mirarlo.-Te dije antes que siempre tengo tiempo para ti, no quiero que lo dudes nunca.

- No lo dudo, es solo que no quiero obligarte a nada.-En ese momento Draco se puso a su altura y lo abrazo.

- Esto no es una obligación, es un placer, no sabes lo que ansiaba tener un hijo, ahora lo tengo, te tengo a ti y creo que eres el mejor que podría tener.-Sus ojos miraban al niño atentamente, como si pudiera meterse en su mente y así hacerle entender de una vez que era lo que mas deseaba, ser su padre.-No lo olvides nunca, ¿de acuerdo?.

- No lo olvidare, lo prometo...por eso quería hablar contigo, necesito saber mas de ti y que tu me conozcas, quiero que seas mi padre y no un extraño que acaba de llegar a mi vida.

- Eso es lo que más deseo en el mundo.-Sonrió levemente. Cada vez se convencía mas de que ese niño era un autentico Slytherin, un manipulador adorable.

- Bien, yo tengo que ir a mi dormitorio un momento, ¿me esperas en el haya junto al lago?.

- Muy bien, ahora nos vemos.-Vio como su hijo se alejaba en dirección a los dormitorios y cuando lo perdió de vista, el salio al exterior.

**************************

El sol toco su cara por primera vez en el día, sintió el suave calor recorriendo sus facciones, era muy agradable sentir el sol en un día tan luminoso, sobre todo después del tonto enfado que Harry le había provocado. No sabia él porque de su enfado, solo sabia que lo hecho por el otro le parecía un desprecio, era una tontería pensar así, el mismo le había dejado claro que ahora mismo se sentía engañado y no quería saber nada de el, así que no entendía porque le había dolido lo que vio esa mañana, tuvo la sensación de que perdía el sentimiento encontrado y no le gusto pensar que Harry ya no lo tenia, tan claro se lo había dicho que en el fondo de su corazón temía que el otro le hubiese hecho caso y ya no le quisiera.

Sus pasos lo llevaron hasta el haya a través del amplio jardín del colegio y como en una invocación, Harry apareció ante el. Estaba dormido y su cara era el espejo de la felicidad, la sonrisa que tenia definitivamente era de felicidad.

Su sola visión hizo que sus sentimientos volvieran a enredar su mente, no lograba aclarar si el otro seguiría queriéndolo o no, no sabia si la sonrisa que veía en el rostro amado, era por el o por un sueño placentero que no le incluía.

Se sentó junto a el sin saber que hacer, solo podía mirarlo y recordar el porque lo amaba. Conoció mas de el siendo Helena que como Harry, por eso se enamoro de ella, era abierta y alegre, no temía mostrar sus sentimientos, sus emociones, era real, desinhibida, no como su autentico yo.

Harry era todo lo contrario a ella, retraído, siempre temeroso de mostrar sus sentimientos, nunca seguro de nada, el mismo era la noche y el día. Por todas esas cosas lo amo, era cambiante, pero a la vez podía ser totalmente estático, amaba ambas personalidades por ser tan solo una.

Se sentó en el suelo mirando al lago, los brazos apoyados en sus piernas flexionadas y una mirada triste en los ojos. Tenia el dilema mas grande del mundo entre sus manos, perdonar al hombre que tenia a su lado y seguir con su vida, que de seguro seria feliz...o seguir enfadado eternamente, la solución era fácil, pero el no lo veía tan claro.

Nunca había sido rencoroso, por lo menos en los últimos tiempos, pero esto no tenia nada que ver con el rencor, mas bien con el dolor. Dolía mucho sentirse engañado por la persona amada, ya sintió una vez ese dolor y ahora volvía a pasar por ello...con la misma persona además, eso era demasiado. Sabia que Harry no lo había hecho con malicia ninguna, no estaba en su naturaleza ser así, pero pecaba de precavido, siempre pensando en los demás sin ver que se equivocaba...siempre se equivocaba, su hijo era la mejor prueba.

Cruzo los brazos sobre las rodillas y apoyó su mentón en ellos, miro el lago por largo rato y sin querer dijo sus pensamientos en alto, pensó que de todas maneras nadie lo escuchaba.

- No sabes como me gustaría decirte lo mucho que te quiero.

- ¿Y porque no lo haces?.-Giro su cabeza tan rápido que su cuello crujió, miro al que hasta hace un segundo dormía y lo vio recostado sobre sus codos mirándolo fijamente.

- ¿Tu no estabas durmiendo?.-Se volvió hacia el lago intentando ignorarlo y visiblemente enfadado.

- Alguien me despertó...¿no me vas a responder?, ¿qué te impide decirme que me quieres?.

- Tu.

- ¡¿Yo?¡, eso es irracional Draco.-Para ese momento Harry ya estaba incorporado del todo y se acercaba hasta el otro.-Explícate.

- ¡No tengo nada que explicar, estoy harto de dar explicaciones y harto de ver como tu las ignoras completamente. No te perdono lo que me hiciste. Me parece lo mas horrible del mundo ocultarle a alguien la existencia de su propio hijo, es cruel!.-Mientras hablaba se puso en pie y lo miro amenazadoramente, como retándole.

- ¡ Muy bien, vamos a hablar de crueldades!.- El también se puso en pie y encaro al rubio, mejor estar en igualdad de condiciones.-¡¿Qué te parece que llegue alguien y te diga que te engaño, que va a tener un hijo tuyo y que quiere que te responsabilices?!. ¡¿Qué tal te sentaría dejar tu vida de lado para dedicarla a alguien que apenas conoces y que además odiabas hasta hacia muy poco?!, imagina que te obligan a abandonar tus estudios, que te obligan a llevar una vida que no has pedido, con tan solo dieciocho años, ¿lo harías, lo dejarías todo porque te obligan?.-Sus ojos brillaban llenos de furia, estaban al borde de las lagrimas, pero no lloraría, en ese momento sentía que debía ser fuerte, para el las tonterías y los rodeos debían terminar.

Draco lo miro, nunca imagino que Harry tuviese ese genio, ni siquiera en sus mas cruentas peleas se había comportado así.

- Pero...

- ¡Pero nada!...¿de verdad piensas que lo que yo te hecho es cruel?, bajo mi punto de vista no lo es. Considero que te hice un favor...Draco no lo entiendes, te he regalado una vida, tu vida, la que has tenido hasta ahora. Yo he cargado con mi vida y con la que tu podrías haber tenido si yo te hubiese dicho la verdad. ¿Sigues pensando que soy cruel?.

- No he dicho que tu fueses cruel, he dicho que el engaño lo es, tu nunca has sido cruel...no podrías serlo. No te creas que mi vida hasta ahora ha sido de color de rosa, no ha sido fácil, pero desde luego no ha sido como la tuya. Harry siempre piensas en que es lo mejor para los demás, pero nunca miras que es lo mas conveniente para ellos, si tan solo preguntaras de vez en cuando lo que desean los demás, todo seria mas fácil. Yo no te pedí ni que llevaras en tu seno un hijo mío, mucho menos que me lo ocultaras, eso fue decisión tuya, te aseguro que me hubiese gustado saberlo. No pienses que te recrimino, no quiero seguir haciéndolo, pero no pensaste en Dray...ni en mi, yo siempre he deseado tener una familia y tu me has negado esa familia por años...eso es lo que no puedo perdonarte. Pero si debo agradecerte que me la des ahora, que me des la oportunidad de tener a mi hijo conmigo.

- Me alegro de que por lo menos algo te parezca bien.-Harry giro la cabeza hacia otro lado y se sento en el suelo otra vez esperando a que Draco se marchara, pero este no lo hizo, solo se sento a su lado.

- Claro que me alegro Harry, aun sin yo pedírtelo me has dado lo mejor del mundo, pero eso no quita que me sienta mal por todo lo que me he perdido. Son muchos años, muchas vivencias y sensaciones, tu has vivido la vida de los dos, pero no me preguntaste si yo la queria, solo actuaste...como siempre.

- Si...lo siento, pense que era lo mejor para ti, la verdad no pense ni en Dray ni en lo que tu realmente querrias.-Lo miro a los ojos y el otro pudo ver en ellos las disculpas que salian de su boca.

- Ahora ya es tarde para eso, pero por lo menos puedo conocer mas a mi hijo.-Su cara resplandecio al decir esa palabra.-Todavia es algo increíble para mi y no sabes las ganas que tengo de disfrutar todo lo que me perdi estos años.-Harry aparto su mirada de el, los remordimientos lo consumian, pero ya nada podia hacer.-No pretendo seguir culpandote.

- Pues dejemos ya el tema, no eres el unico al que le duele esta situación.

- Muy bien.-Draco volvio su vista al lago mientras un incomodo silencio se instalaba entre los dos. Harry no parecia notar el silencio, tan solo agradecia la paz que su mente tenia ese momento. Estaba sentado con las piernas plegadas en su pecho, sus brazos, apretando con fuerza todo su cuerpo. Se sentia mal, todo se le escapaba de las manos, como agua resbalando sin poder evitarlo, pero el no podia dejar las cosas asi, aun pareciendo el ser mas tonto del planeta necesitaba intentarlo de nuevo.

- Antes de mirar en el pensadero, dijiste que nunca olvidarias que me amas...lo prometiste.-Parecia que las palabras las traia el aire, el no se movio un apice, aun asi, las palabras salian de sus labios.-No lo has cumplido.-Draco no sabia que decir, todo aquello era cierto, pero el no sabia lo que vendría después de aquella petición, ni lo imaginaba, ni podria haberlo sabido.-Tienes razon...siempre la tienes, ya todo da igual. No me quieres, ni yo quiero intentarlo mas...asi es mejor.-Dicho esto, se levanto y sin mirarlo, se dirigio al colegio.

- No Harry, espera...sigues sin entender.

- Es posible que no entienda, o que no me esfuerce por hacerlo, pero ya no quiero hacerlo. Si quieres que seamos amigos, que tan solo seamos padres del mismo hijo, asi sera. Nunca mas te pedire que me ames, nunca mas te dire lo mucho que yo te amo, nunca mas intentare que hagas algo que no quieres. Sere tu amigo, sin pedir nada a cambio, todo sera como antes, como tu quieres.

El rubio se quedo alli mirando como Harry y su dolor se alejaban. Queria correr hacia el, decirle que eso no era lo que el queria, que lo unico que el queria, era tener una familia con el, amarlo y despertar cada dia junto a el. Pero no podia, el mismo lo impedia, ponia obstáculos a su felicidad, todo por el tonto orgullo. Ahora ya era tarde, muy tarde.
Siempre en mi mente 15 by Isobelhawk
Hola, lo primero tengo que pedir perdon, siento mucho el no haber actualizado antes, pero ahora mismo estoy como la Rowling cuando escribia ese libro que todas deseamos tener ya entre las manos, embarazadisima y con un calor del demonio. Es un poco dificil actualizar en estas circunstancias, por eso os pido un poquito de paciencia, se que sois buenas y lo comprendeis. Muchas gracias por seguir leyendo esto que sale de mi cabeza, de verdad. Perdon si veis algunos signos de mas o de menos, mi word sigue en huelga y no se que hacer para que quede mejor.



Siempre en mi mente 15

Draco paso la mañana apoyado en el haya, ni cuenta se dio de la hora que era, hasta que apareció Dray. El niño se sentó junto a el, presentía que algo le pasaba, quizás por su cara, quizás porque había visto a su padre pasar como una exhalación por la entrada del castillo, tenia cara de pocos amigos, ni siquiera lo miro al pasar junto a el.

- ¿Me cuentas lo que te pasa?.-Draco lo miro con
- ternura y una media sonrisa en la cara.
-
- Eres muy joven todavía para contarte mis penas de
- amor.

- Prueba.-El niño no bromeaba, quería que le contara,
- porque no, al fin y al cabo, también le atañía el tema.

- Pues si te digo la verdad...estoy perdido, no se porque
- soy tan...idiota.
-
- ¿No lo quieres?.-Este niño entendía mas de esas cosas
- de lo que el pensaba.
-
- Mas que a mi vida...pero no es tan fácil.
-
- Si es fácil, tu lo quieres, el te quiere, no hay problema,
- ¿o si?.
-
- Mira, tu conoces a tu familia...a mi familia, durante
- generaciones, los Malfoy hemos sido orgullosos y eso
- ha regido siempre nuestras vidas. Yo no me considero
- Malfoy, ya no, pero esas cosas se llevan muy dentro y
- en mi caso, siguen fastidiando mi vida. Por eso mi
- maldito orgullo me impide perdonar a tu padre...se
- que tu no lo entiendes pero me ha hecho mucho daño.

- Si que te entiendo, yo también podría enfadarme con
- el, pero por lo mucho que lo amo...no puedo. El lo ha
- sido todo para mi, claro que hubiese querido tenerte a
- ti también, pero el ha sabido compensar muy bien tu
- falta.-Compungido miro al suelo.- Creo que estoy metiendo la pata.
-
- No, para nada, entiendo lo que me quieres decir.-Su
- mirada se perdió por un momento en la contemplación
- del lago y luego lo volvió a mirar. ¿Qué querías
- decirme antes?.
-
- Nada, era una excusa.-Dray lo miro un poco
- avergonzado.-Pensé que no te vendría mal un
- empujoncito.
-
- Así que tu sabias que el estaba aquí, vaya vaya.
-
- Lo siento, no era mi intención crear problemas.

- No te preocupes, los problemas están ahí, tu no creas
- ninguno...por lo menos espero que ninguno mas.-Dray
- se enrojeció al recordar la pelea del día anterior.-
- ¿Estas mejor?.
-
- Si, ahora me siento mas tranquilo.-Draco lo miro de
- reojo y con la ceja derecha levantada.-De verdad,
- prometo no volver ha hacer tonterías de esas.
-
- Te creo, pero se que te pasa algo mas, si no estarías
- así.-El niño lo miro y se pego a el, buscaba un poco de
- calor para decir lo que quería. Draco sorprendido, le
- paso un brazo por los hombros y lo atrajo un poco
- mas hacia el.

- Yo te engañe para que vinieras aquí, quiero que estéis
- juntos. Si supieras como yo, la de noches que ha
- llorado pensando que no lo oía, se que te quiere, dale
- una oportunidad...por favor.-Draco no pudo reprimir
- un escalofrío.

- Dray...no me hagas esto, es muy difícil para mi, no
- me obligues, sabes que por ti lo haría, pero no me
- fuerces.-Padre e hijo se miraron, ambas miradas
- llorosas, pero comprensivas a la vez.
-
- Yo no te obligare, es solo que me gustaría tener juntos
- a mi padres, no pido nada raro.
-
- No, no lo pides, pero todo lleva su tiempo y si
- debemos estar juntos, tarde o temprano lo estaremos,
- de verdad.

Padre e hijo se miraron fijamente a los ojos, dejando que el tiempo pasara nuevamente para ellos, dejando que el día pasara, deseando que todo volviese a ser normal, que la rutina envolviese sus vidas y ayudara a olvidar los malos momentos.

La hora de la comida llego y nada se supo de Harry, cosa que no le extraño a Draco, seguro que no deseaba verlo por un tiempo y el desde luego no le culpaba por ello.

La tarde asomo lánguidamente, regalando todavía pequeños rayos de sol. Los niños seguían practicando con sus escobas, o corriendo de un lado para otro, todavía quedaba domingo por delante y estaban dispuestos a aprovecharlo, quien podría culparles, dentro de poco sus juegos tendrían que transcurrir entre montones de helada nieve.

Para la cena supuso que tampoco vería al moreno, después de entrar al gran salón y echar un vistazo vio que no se equivocaba, ni estaba ni aparecería. Esperando no sonar preocupado le pregunto a Snape.

- ¿Sabes algo de Harry?.
-
- Si...el esta bien.-Lo miro a los ojos, dando a entender
- que sabia lo que había pasado, pero no por el
- moreno.-De todas maneras, me gustaría hablar
- contigo después de cenar...si tienes un momento
- claro.
-
- Si claro, no hay problema.-El rubio le dedico una
- sonrisa, complacido por la información y siguió con su
- cena.-El director observo la alegría en el rostro de su
- ahijado y se alegro.
-
- Missiginni, creo que esta vez la apuesta la gana usted.-Dijo con un leve tono de pena.

- Por el tono de su voz, no se si debo alegrarme o sentirme ofendida.-El profesor la miro un poco aturdido y por la expresión en la cara de la mujer, comprendió que su tono no había sido el mas acertado.
-
- Las cosas que tengo en mi cabeza no me dejan actuar como realmente quiero.-Cogiendo la suave mano de la subdirectora, la llevo a sus labios y como el caballero que era, tan solo la rozo brevemente con los labios.-Desde luego que debe usted sentirse alegre querida, es todo un honor para mi haber perdido esta apuesta frente a tan bella dama.-La profesora, totalmente sonrojada, retiro su mano y obsequiándole con una ultima mirada, prosiguió con su cena, no sin antes deslizarle una pequeña notita entre las manos.

************

Llegó al despacho del Director y entro esperando verlo entre papeles, como siempre, pero allí no había nadie, así que se sentó tranquilamente a esperar. No tuvo que hacerlo durante mucho rato, un acalorado Snape apareció en la chimenea, volutas de humo cubrían sus vanos intentos de colocarse bien las ropas.

Draco no pudo evitar estallar en carcajadas, su padrino estaba de lo mas gracioso, jamás en la vida lo había visto así de desmadejado.

- ¡¿Se puede saber de que te ríes?!.-Snape termino de salir de la chimenea, ya repuesto y con la ropa en su sitio, aunque sacudiéndose ruidosamente la ceniza de la ropa.

- De nada.-Y estallo de nuevo en carcajadas.-Perdóname, no puedo evitarlo.

- Espero que tu vida amorosa, sea tan sumamente graciosa a tus ojos como lo es la mía.-Nada mas decir esas palabras, se dio cuenta de que no había sido nada oportuno, intento acercarse a su ahijado, pero este, dejando de reír en el acto, levanto una mano y no lo permitió.

- Touche.-Su expresión seria, hizo que el director se sentara, con un gesto cansado, avanzó hasta su butaca y se tiro en ella.-¿Querías verme para algo importante o solo para darme donde mas duele?.

- Tu te reíste primero, pero eso no viene al caso.-Hizo una pequeña pausa y apareció un servicio de te ante ellos.-¿quieres?.

- No, quiero que me digas lo que sea, tengo sueño.

- Muy bien. ¿Te vas a ir del colegio?, lo digo por seguir buscando sustituto o no.

- No me tomes por tonto Severus, se de sobra que no has buscado sustituto.

- Muy bien, esta vez me has pillado tu a mi. Ahora, responde a mi pregunta por favor.

- No, no me voy, he decidido quedarme y conocer a mi hijo. Quiero darme esa oportunidad, ya que otros no me la dieron.-Su mirada estaba cargada con el máximo sarcasmo posible.-Ahora, ¿puedo irme o quieres decirme algo mas?.

- No puedes irte.-Snape se levanto y cogiéndose las manos a la espalda, paseo por la habitación.-No te entiendo, de verdad que no se a que punto llegara tu estupidez. Sigues sin entender, que hablarte sobre ese tema, no era una opción que yo tenia, no era algo que yo pudiese hacer, eso solo correspondía a una persona.-En ese punto, se dio la vuelta y apoyando sus manos en el respaldo del sillón, enfrento de nuevo a su ahijado.-¡Por Merlín¡, ya lo ha hecho, te ha confesado todo, tu mismo lo has visto, ¿qué mas quieres?.-Estaba tenso y visiblemente molesto.

- Lo que quiero es algo que tu ya no puedes darme, confianza. Admito que no es culpa tuya, que no era tu obligación, pero yo soy tu ahijado, casi tu única familia. Pero lo preferiste a el, pusiste su felicidad por delante de la mía, llámame egoísta, pero pensé que yo era mas importante.

- Eres lo mas importante de mi vida, tu lo sabes, no pretendas ponerme en un compromiso. Por favor, solo quiero que comprendas las situación, el era un pobre niño asustado que no veía futuro, ¿sabes que pensó en abortar?, pensó que así dejaría de sentirse culpable por engañar a la única persona que quería...que aun quiere. No seas injusto, el te ha dado lo que siempre has querido y nunca ibas a tener, una familia, no desperdicies tu tiempo en absurdos rencores, guarda tu orgullo y búscalo.

- Por ahora no puedo, lo amo mas de lo que soñé amar a nadie, pero no puedo.

- Lo vas a perder.-Snape se dejo caer de nuevo en el sillón, apretó el puente de su nariz y con la otra mano hizo un movimiento pendular, indicándole que podía irse.-Estas avisado.-Draco estuvo tentado de decir algo, pero permaneció callado y abandono la habitación, mañana seria otro día.

***********

Draco despertó sobresaltado, grandes gotas de sudor recorrían su espalda y perlaban su frente. Hacia mucho tiempo que no tenia esas pesadillas y la ultima vez que la tuvo, alguien estaba ahí para consolarlo. Blaise, su sempiterno amigo, su amoroso amante, al que siempre echaría de menos, al que nunca olvidaría, pero al que nunca amó. No quería mancillar su memoria, pero hubiese dado la vida porque los años que paso con el, este hubiese sido Harry.

Precisamente Harry era el protagonista de su pesadilla. Esta siempre era igual, estaban en el ultimo momento de la batalla, justo cuando espalda con espalda, lanzaban maldiciones a diestro y siniestro para salvar su vida, en ese momento aparecía su padre y le lanzaba el maldito hechizo que lo separaba de Harry, acto seguido, este lanzaba a su padre contra un árbol y se oía el sonido de la muerte en su cuerpo. En la batalla real, la que recordaba perfectamente, Voldemort se carcajeaba y se jactaba de sus progresos, pero en sus pesadillas, eso no pasaba nunca.

El maldito asesino del mundo mágico, simplemente apuntaba a Harry con su varita y este moría, después de impactar sobre su cuerpo la maldición asesina. Todo entonces se volvía un tremendo caos, todo era muerte y destrucción a su alrededor, pero a el no le importaba.

En su mente solo existía la cruel realidad, Harry estaba muerto, el niño de oro, el salvador del mundo mágico...su amigo. Eso es lo único que ocupaba su mente y era por eso por lo único que lloraba, nada le importo que su padre intentara matarlo, que este hubiese muerto o que todo el maldito mundo estuviese a punto de hacerlo, ese no era su problema, lo único que ocupaba su mente, era el cuerpo inerte de un joven de ojos verdes.

Montones de veces hizo analizar su sueño, magos, adivinos, expertos en sueños, todo el mundo había intentado ayudarlo, pero nadie le dio nunca una respuesta a su pregunta, ¿por qué lloraba por el y solo por el?, era algo que nunca entendió, pero esa mañana todo quedo claro en su mente.

Lo amaba, siempre lo hizo y hasta ese día no se dio cuenta, su sueño hacia años que intentaba despertarlo, hacerle ver la realidad, al final lo hizo, pero ya era un poco tarde, ya lo había perdido.

Con un tremendo dolor de cabeza, salió de la cama y se dio una ducha, intentando pensar que este lunes, seria normal. Un estúpido intento de convencerse de que podría lograr que así fuese. Gracias a Merlín, esa tarde no tendría clases y podría descansar.

Camino lentamente hasta llegar al gran comedor, atravesó las grandes puertas y avanzo entre los alumnos hasta llegar a su sitio. Se quedo parado momentáneamente al ver a Harry sentado allí, pero no por ese hecho, sino por ver su cara, sonreía y se veía feliz, desde luego no era el Harry que llevaba sin ver casi veinticuatro horas, el mismo que supuso abatido y que ahora sonreía mientras tomaba su café.

Sorprendido todavía, ocupo su asiento y saludo a los restantes comensales, el hombre a su lado lo miro y con una gran sonrisa, le hablo.

- Buenos días Draco, ¿descansaste bien?.

- Buenos días Harry, muy bien, gracias.-Lo observo detenidamente mientras le hablaba y pudo ver bien sus ojos, estos no mentían nunca. Brillaban con luz propia, ni rastro de una mala noche, ni una ojera, ni una lagrima. Ciertamente no parecía el mismo hombre triste del día anterior, mas bien parecía el muchacho alegre de hace muchos años.-¿Te encuentras bien?.

- ¿Yo?, claro, ¿debería pasarme algo?.-Ahora sus ojos tenían un tono de sarcasmo que hacia que su tono verde fuera mas luminoso.

- No, claro que no.-Extrañado, siguió con su desayuno sin darle mayor importancia a todo el asunto de la alegría de Harry.

Cuando salió del gran comedor, se dirigió hacia su clase, toda la mañana se presentaba agotadora, así que se conciencio y comenzó su rutina.

***

Todo el día transcurrió de la misma manera, alumnos torpes, otros brillantes, algún accidente y muy mal humor. No sabia el porque de este, pero presentía que el comportamiento de Harry era el culpable; Se habia pasado la mayor parte del dia sin verlo, pero cada vez que se cruzaba con el, esperaba verlo con mala cara, no lo sabia a ciencia cierta, tan solo se sentia molesto por la subita alegria del Gryffindor, no comprendia porque el estaba feliz cuando deberia estar amargado, su cara asi lo demostraba la ultima vez que lo vio triste, pero no, estaba alegre y el se sentia mal.

Lo lógico en estos casos, es que el dejado este sin ganas de sonreír, sin ganas de nada, pero Harry no estaba así, su estado de animo era todo lo contrario, aunque no sabia a que atenerse con el, a lo mejor fingía muy bien y era un excelente actor, pero el poco tiempo que lo conocía en su etapa adulta, le había demostrado lo contrario. El hombre era un ser impulsivo y sentimental, no sabia mentir y dejaba todo el dominio de su persona en manos de sus sentimientos, por eso se encontraba tan molesto, Harry era una persona muy pasional y no se estaba comportando como tal, se estaba comportando como el mismo, frío y distante, sin sentimientos, como si toda su personalidad estuviese feliz de la situación, quizás se había resignado por fin.

Por un momento su corazón se encogió, el súbito pensamiento de la perdida se instalo en su mente y pensó que quizás a Harry no le seria difícil olvidarlo, pero la descarto enseguida, lo había amado por años y después de todo lo pasado, seria difícil olvidarlo, el mismo no podía hacerlo, claro que tampoco quería, lo amaba, incluso descubrió que siempre lo había hecho, pero estaba dolido y ese sentimiento estaba mas implantado que el del amor.

Dejando sus pensamientos de lado, fue hacia su despacho, quería terminar de ordenarlo y de paso, despejar un poco su cabeza de tanto pensamiento.

* * *

Harry acababa de terminar sus clases del día y antes de la comida, necesitaba hablar con alguien y nadie mejor que el.

Llego a la gárgola y diciendo la contraseña, se adentro en la escalera ascendente. El despacho estaba desierto, así que se sentó en el saloncito y se dedico a esperar, aunque no tuvo que hacerlo demasiado. Snape entro por la puerta y rápidamente se dirigió al pequeño saloncito donde Harry esperaba, nada mas entrar se dejo caer en su sillón favorito y se llevo una mano al rostro, parecía muy preocupado.

- ¿Qué te pasa Sev, te encuentras bien?.-Este levanto la cabeza y cerrando los ojos asintió brevemente.

- Si Harry, estoy bien, tan solo un poco enfadado. No entiendo como catorce alumnos pueden ser heridos por la misma planta en tan solo cinco minutos, desde luego la nueva profesora de herbologia es un desastre.

- No seas tan duro, es muy joven y solo necesita mas tiempo.-Snape le miro de reojo y acto seguido relajo su rostro un poco.

- Tu no has venido a hablar de ella y además tampoco creo que te importe mucho lo que le pase, así que dime lo que te ronda.-El hombre sonrió un poco y se acomodo un poco mas.

- Tengo un plan, tan solo quería contártelo, por si me ves raro.

- ¿Tu raro?, jajaja, eso seria nuevo. Pero me parece que ya conozco tu plan. Pretendes poner celoso a Draco para ver si reacciona, ¿me equivoco?.

- ¿Sabes que eres repelente cuando quieres?.

- Gracias. No se si tu plan funcione como esperas, ya sabes lo orgulloso que es y dudo que de su brazo a torcer, ¿no seria mejor esperar y dejar que el tiempo arregle esto?.

- Es una opción, pero no sabes lo desesperado que estoy, lo que siento cada vez que lo veo y se que no quiere nada conmigo.-Su cara cambio, la alegría se borro y salió el autentico animo que tenia en ese momento.-Es que no lo entiendo, si me ama ¿por qué se porta así?, ¿por qué se cierra en banda?, así sufrimos los dos y no tiene sentido, la verdad es que nada tiene sentido, me trata como si todo hubiese sido planeado, como si fuese un plan maquiavélico.

- Tienes que tener paciencia, ponte en su lugar, ¿cómo te sentaría a ti semejante cosa?.

- Me imagino que no muy bien, pero yo no soy como el, yo estaría feliz, tendría un hijo, a la persona que amo y todo lo que siempre quise.

- El quiere lo mismo que tu, lo se, pero como tu mismo dices, no sois iguales.-Harry se quedo pensativo un momento, calibrando sus pensamientos e intentando desenredar las ideas en su mente. Con un suave movimiento, se echo hacia atrás en el sillon.

- Estuve investigando sobre el tatuaje.-Severus le miro sorprendido por el cambio de tema, pero asintió esperando que le contara.-Es un ritual chino de amor, cada dragón, es el alma de un guerrero que vaga por el mundo en busca de su alma gemela, cuando la encuentra, hace que esta se transforme a su vez en otro dragón, con el primer encuentro sexual, el que reforzara el vinculo del amor, estos vuelven a su forma de espíritu y juntos escapan de los cuerpos que los aprisionan en forma de dibujo.

- Es muy interesante, nunca oí nada parecido, sigue.

- Muy bien, cuando esto pasa, provocan que las almas que habitan esos cuerpos, se unan como deberían haber estado por siglos, haciendo que los amantes se amen eternamente. Todo esto tiene un pero, si uno de los amantes, desconfía del otro o teme que no lo ame lo suficiente, las almas antiguas vuelven a separarse, apareciendo de nuevo el dragón hasta que todo se solucione, pero esto solo ocurre una vez, si la desconfianza vuelve, todo vuelve a ser como al principio, las almas se separan para siempre, condenando a las cuatro almas a vagar por siempre, sin encontrar nunca el amor.

- Seria lamentable que eso pasara, pero si como tu dices, se amaran para siempre, seria raro que la desconfianza anidase en ellos, ¿no?.

- Nunca se sabe Sev, nunca se sabe, tal y como están las cosas, dudo que Draco me siga queriendo para siempre.

- Yo no diría eso Harry, se que eso no es así, pero es tan obstinado y cabezota.

- Tu has hablado con el, ¿qué te dijo?.

- Nada que pueda ayudarte, de verdad, el solo necesita mas tiempo. Una vez un amigo me dijo algo muy cierto, “si lo amas déjalo libre, si regresa es tuyo, si no lo hace, es que nunca lo fue”, de todas maneras, yo te ayudare, no es que vea con buenos ojos tu plan, pero aun así, te echare una mano.-Harry sonrió asintiendo, su cara estaba algo mas alegre.-Venga, vete ya, Dray debe estar esperándote, pasa la tarde con el y no pienses mas, me das miedo cuando lo haces.-El otro lo miro, como si la cosa no fuese con el y se levanto.

- Me voy y, tranquilo, no pensare mas, jajaja.-Se dio la vuelta y salió de la habitación.

- Eso espero, no haces mas que liarlo todo.-Eso lo dijo para si mismo, convencido de que el hombre que abandonaba su despacho, seguiría metiéndose en problemas, era su sino.
Siempre en mi mente 16 by Isobelhawk
Quiero dedicar este capi a todas las que pacientemente siguen por aqui, muchas gracias por eso, gracias por seguir esperando por estos dos y sus comeduras de cabeza, me alegrais el dia cada vez que una de vosotras entra y lee mis paranoias, jeje.

Que disfruteis del capi. Besos.




Siempre en mi mente 16

Harry paso toda la tarde con su hijo, hablando de los últimos acontecimientos, tema importante que debían dejar claro. Este le aseguro a Dray que nada cambiaria en su relación, todo lo contrario, esto afianzaría mas lo que sentían el uno con respecto al otro, con la ventaja añadida de que tendría alguien mas a quien querer, un padre mas con el que contar.

Le pidió millones de veces perdón por no contarle antes toda la historia, pero según le dijo, lo consideraba pequeño todavía para hablarle de ciertos temas, la actitud de Dray en la conversación, le dio a entender que hacia tiempo que el niño estaba mas que preparado. Este a su vez, le dijo mil y una veces, que nada tenia que perdonar, que comprendía que era su vida, aunque esta lo incluyera a el, que no le importaba haber estado en un segundo plano, bastante tiempo le había dedicado a el en exclusiva como para echarle algo en cara.

La conversación acabo muy tarde, lo suficiente como para llegar por los pelos a la cena.

***

Dray se sentó con sus compañeros y Harry, en su mesa, al lado de Draco, el cual, le miraba muy extrañado todavía.

- Draco, ¿té pasa algo?.

- No, nada, ¿por qué lo dices?.

- Desde esta mañana no dejas de mirarme de manera muy extraña y mi curiosidad no deja de preguntarse el porque.

- Dile a tu curiosidad que no sea tan inquieta y no se pregunte tanto.-El rubio bufo un poco y siguió comiendo, sin poder evitar que su mirada vagase hasta Harry de vez en cuando.

La cena acabo y cuando todo el mundo salió del comedor para ir a su cuarto, Harry fue hacia el lado contrario, a la salida, Draco vio los pasos que daba el otro y no pudo evitar seguirlo, ahora el curioso era el.

Harry caminaba seguro de su trayectoria, perfectamente trazada en línea recta hasta las puertas de Howgarts, de vez en cuando se daba la vuelta, tenia la sensación de que lo seguían, pero Draco se cuido mucho de esconderse en los momentos oportunos.

Cuando el moreno atravesó las puertas del colegio, saliendo a las afueras, miro a su alrededor y viendo que no había nadie, se desapareció, dejando a Draco con la intriga de a donde había ido, cosa que le fastidio de manera notoria. De mala gana volvió al colegio y yendo a su habitación se acostó, quizás la tranquilidad de su cuarto calmara el profundo enfado que tenia.

***

La noche no ayudo en absoluto a calmar sus nervios y dudas, no paro de dar vueltas y mas vueltas en la cama, esta estaba desordenada, parecía mas el fruto de una noche de pasión, que una superficie de descanso, las sabanas estaban todas liadas y tiradas por el suelo, la almohada perdida en combate desde las tres de la mañana y Draco con todo su cuerpo destrozado, como un amante satisfecho, pero abandonado al amanecer. Después de desentumecer sus músculos agarrotados, se alisto y fue a desayunar.

Llego al comedor y como hiciese Harry días antes, se acerco a la mesa de su hijo y saludándolo, le robo una tostada y salió al jardín, no sin antes mirar a la mesa de profesores para comprobar que su ex –amante lo miraba, cosa que no estaba pasando, parecía muy entretenido por todo lo que le rodeaba y no se percato de su presencia, cosa que enfureció mas al rubio.

Furioso, salió al amplio jardín del colegio, con pasos amplios y fuertes, se dirigió hasta el haya y se dejo caer contra su tronco. Pensaba que el moreno lo buscaría como hizo el mismo el día anterior, pero no fue así, espero por mucho tiempo, pero el otro nunca llego, así que se levanto resignado y se fue para empezar con su rutina diaria.

***

Harry estaba perfectamente consciente de que Draco se había ido al jardín, pero decidió ignorarlo, así sufriría un poquito, aunque el dolor fuese mutuo, merecía la pena.

Todo el día transcurrió de esta manera, provocaciones por ambas partes, encuentros en los pasillos con palabras amables cargadas de ironía, con un deje de batalla iniciada, tirantez por parte de Draco, pero una extrema diversión para Harry, este veía con total claridad que el rubio estaba incomodo, así que seguía provocando su cólera, pero con mucho cuidado, quería a un Draco molesto pero no furioso, solo lo suficiente como para seguir siendo su centro de atención.

Al llegar la noche, se repitió la misma escena, Harry salió del comedor en dirección al jardín y Draco lo siguió, pero esta vez, hizo notar su presencia.

- Harry, ¿a dónde vas?.-La pregunta sonó inquisitiva, pero el moreno ignoro el tono y contesto divertido.

- Voy al pueblo, me apetece una cerveza, además no tengo sueño.-Se dio la vuelta y siguió andando, justo cuando iba a cruzar las puertas de Howgarts, le agarraron del brazo.

- ¿Puedo ir contigo?, yo tampoco tengo sueño.-Draco parecía en ese momento, un pequeño niño reclamando cariño, el corazón de Harry volteo al ver los ojos que le miraban y no pudo evitar sentir una pequeña alegría en su interior, le reclamaba un poco de atención y claro que se la daría, el mismo sufría por el desplante de la otra noche, si el otro supiera que tan solo se apareció a unos metros y que acto seguido se fue a su cuarto.

- Si, claro que si, tu compañía es agradable y no me apetece beber solo, vamos.-Al otro no le hizo mucha gracia que aquello sonase a compañía por aburrimiento, pero menos daba una piedra.

Ambos se aparecieron en la plaza del pueblo y caminaron hasta las tres escobas, entraron y después de pedir, se sentaron en la única mesa que encontraron libre, al fondo del todo, cerca del aseo.

Harry se recostó en la silla y dio a un sorbo a la cerveza que acababan de servirle, miraba a Draco descaradamente, insistía con sus ojos solo para disfrutar la molestia que provocaba, era evidente que el rubio estaba nervioso, notaba que Harry lo miraba intensamente, pero no quería darle el gusto de verle inquieto, cosa que disimulaba bastante mal.

Sin cambiar su posición, el moreno hablo.

- ¿Cómo van las clases?, ¿te adaptas bien a la escuela?.-Esto sorprendió a Draco, desde luego no era el tipo de conversación que esperaba, aun así contesto.
-
- Todo va muy bien, es un poco diferente al método de Dumbledore, pero que se podía esperar de Severus, son muy distintos.

- si que lo son.-Dio otro trago mientras seguía sin apartar sus ojos de la cara pálida que tenia enfrente-¿Y que tal con Dray?.

- Muy bien, es un chico...adorable no es la palabra que busco, pero anda cerca.-Sonrió un poco a la vez que Harry también lo hacia.

- Pues no, adorable no es la palabra.

- Es muy inteligente, extrovertido y alegre, es feliz y tiene amigos, parece mentira que sea nuestro, nosotros no pudimos ser así.

- Nunca nos dieron la opción Draco.

- Es cierto, no nos dejaron disfrutar de la maravillosa infancia que el esta teniendo, gracias Harry.- El moreno levanto la vista intrigado y sorprendido.

- ¿Por qué?.

- Por hacer de mi hijo un niño normal, con una infancia y una vida normal.-Las barreras que Harry levanto en su momento, estaban a punto de caer gracias a estas palabras, pero fue fuerte y siguió con la mascara puesta.

- He intentado que el sea como nunca fui yo, feliz, que tenga todo lo que yo no tuve, una familia llena de amor y sobre todo, he intentado que cuando mire hacia el futuro, vea una salida, no solo un túnel sin final y abocado al fracaso.

- ¿Nunca has sido feliz Harry?, ¿ni siquiera una vez?.

- Si, una vez si, en marzo hará doce años.-Su mascara caía por momentos, pero el se empeñaba en levantarla una y otra vez.

- Comprendo, pero yo me refería a otra forma de felicidad, no a una que consigas a través de un hecho o un estado, sino a alguna que consideres propia, merecida, no se como explicarlo, la felicidad que da...

- ¿El amor?.-Levanto una ceja robada al estilo Malfoy y lo observo un momento para ver su reacción y continuo.-Si Draco, no creas que no intente olvidarte, incluso una vez estuve a punto de hacerlo, pero no funciono.

- ¿Qué paso?.-Su curiosidad crecía por momentos, quería saber quien era la persona que estuvo a punto de hacerle olvidar y los motivos por los cuales no funciono.

- Dicen que la distancia mata el amor, en algunos casos es cierto,-diciendo esto, lo miro directamente a los ojos con toda la intención-,en otros no. Su trabajo lo tenia fuera de la isla demasiado tiempo y no me gusta desperdiciar mi propio tiempo con algo que no va a llegar a nada. Aunque es bien cierto que sino hubiese sido por eso, posiblemente estaría con el ahora, quien sabe, quizás hasta lo hubiese querido.-Esto se clavo en el corazón de Draco como una espina, pequeña y dolorosa, difícil de quitar.

- ¿Lo conozco?.-Esto lo pregunto casi sin esperar respuesta.

- Puede ser, no creo haberte visto nunca junto a el, pero quien sabe.-Lo miro adivinando sus intenciones.- Antes de que sigas preguntando, te advierto de que no te diré quien es, en su momento no se lo dije a nadie y no lo voy ha hacer ahora, no es que sea un secreto o algo así, es que no quiero y punto.

- Me parece bien, es tu vida y puedes decidir sobre ella lo que quieras, pero yo te dije con quien estuve.

- Esa salida es infantil Draco, si me lo dijiste fue por iniciativa propia, nadie te obligo.

- Vale, no hace falta que te pongas así.-De verdad que su actitud se torno un poco infantil, pero era contrario a su carácter el no obtener lo que quería. En un ultimo intento, volvió al ataque.-Dime al menos como fue tu relación.-Harry sonrió y elevo los ojos al cielo.

- Tus estratagemas me las conozco bien, son las mismas que utiliza Dray, aunque en el esos ojitos quedan mejor.-Soltó una carcajada al ver la cara de asombro del otro.-Pero vale, te contare lo que pueda. Lo conocí cuando estaba en el colegio, el año del torneo de los tres magos, pero no estaba en el colegio, el ya era un adulto entonces. Cuando Dray tenia tres años, lo volví a ver y enseguida entablamos una bonita amistad, el estuvo aquí durante unas vacaciones y aprovechamos ese tiempo estando siempre juntos, nos llevábamos muy bien.-Hizo una pausa mientras bebía de la copa y después prosiguió.-Era todo lo que siempre busque, atento, cariñoso, siempre amable y pendiente de mi, el amante perfecto-los ojos de Draco se agrandaron enormemente y ya iba a preguntar por su supuesta virginidad cuando Harry continuo hablando-si es que alguna vez me hubiese acostado con el, creo que debería haberlo echo, pero ese es mi problema, soy un tonto romántico en espera de mi príncipe.

- Pero...

- Estuvimos juntos tres meses.-Siguió hablando como si el otro nunca hubiese dicho nada.-Tres maravillosos meses llenos de ternura y complicidad, pero todo lo bueno acaba, el se tenia que marchar y me pidió que abandonara todo por el, pero no pude hacerlo, tuve miedo, jajaja, el salvador del mundo mágico tenia miedo a enamorarse.

- ¿Por qué no lo hiciste Harry?, te negaste a ti mismo una oportunidad.-Harry se inclino sobre la mesa y lo miro directamente a los ojos.

- No quería esa oportunidad, ¿todavía no lo entiendes verdad?, prefería estar solo a estar con alguien al que no quería, no soy como otros que se van con otro desesperados por no encontrar lo que buscan.-Draco sabia perfectamente que se refería a el, hacia referencia clara a su relación con Blaise y su cobardía al conformarse con lo que tenia delante de las narices, en vez de seguir buscando al ser que tanto amaba.

- Eso es un golpe bajo Harry.-Se sentía dolido, por mas que razón que tuviese el moreno.-No me conforme con el, es solo que yo no soy tan fuerte como tu piensas.

- Draco, yo te he visto luchar, te he tenido a mi lado y se de que lo que eres capaz, no me vengas con tonterías.

- La lucha no tiene nada que ver con esto, tu mismo has dicho que fuiste cobarde, que tenias miedo a enamorarte, ¿qué te hace pensar que yo podría estar eternamente buscando el amor?.

- Yo lo hice.-Se levanto de la mesa dando por finalizada la conversación, se acerco a la barra y pago las consumiciones, con amplios pasos fue hacia la puerta y abriéndola, espero al rubio, una vez que este salió a la calle, el salió detrás adelantándolo con unos pocos pasos se dirigió a la plaza del pueblo para desde allí, aparecerse en las afueras de el colegio.

- Espera Harry, vayamos andando.-El nombrado lo miro un segundo y cambio de camino, se dirigió a la salida del pueblo, en dirección a la casa de los gritos.-No me refería a que cogiéramos este camino precisamente.

- Pues si quieres ir andando será por aquí, no tengo ganas de tirarme toda la noche andando.

- Te estas volviendo muy gruñón.

- Y tu muy miedoso.-Draco sabia perfectamente que la frase iba con doble intención, pero aun así siguió sus pasos.

Caminaron un rato hasta que llegaron a la casa. Esta se movía suavemente al compás de la brisa de la noche, a medida que se acercaban, se oían mejor sus múltiples crujidos. Draco se maravillo de que todavía siguiera en pie después de tanto como había pasado.

Harry entro primero y seguido de Draco, se adentro en el pasadizo polvoriento y húmedo. Ninguno de los dos decía nada, tan solo caminaban con paso decidido hacia la salida, al llegar a esta, Harry toco el nudo que impedía moverse durante un momento al árbol y salió de su interior, se apoyo en el árbol y tendió su mano hacia Draco ayudándolo a salir, una vez fuera los dos, se alejaron rápidamente del árbol antes de que este empezase su desesperado baile de golpes.

Caminaron entre las rocas hasta llegar al camino y divisar por fin el castillo en toda su grandeza. Para entonces Draco ya tenia un tremendo nudo en su garganta, se sentía fatal por Harry y por el mismo, porque tenia que admitir que el moreno tenia razón, se había dado por vencido en su búsqueda y se había conformado.

Se adelanto hasta donde estaba el otro y lo abrazo por detrás a la altura de sus hombros, deteniendo su paso en el acto, recostó su cabeza en la amplia espalda y dejo salir las lagrimas que apretaban su corazón.

- lo siento, perdóname.

- no tengo nada que perdonarte, cada uno es libre de regir su vida como le plazca. No soy nadie para decirte como vivirla.

- Pero es que tienes razón, soy un cobarde. Solo quería oírte decir que habías tenido un compañero, así yo no me sentiría tan mal por haber estado con alguien, por haber abandonado lo que realmente quería.-Harry seguía mirando al frente y Draco apoyado en su espalda, se sentía realmente bien en ese estado, pero no se sentía nada cómodo hablando de ese tema.

- Mira, no quiero hablar mas de esto, ni siquiera se el porque cedí a contarte algo tan personal, no te veo como la persona mas adecuada para hacerle confidencias de amor, mas cuando sabes lo que siento hacia ti, me parece ridículo.-Harry cogió las manos del rubio y con suavidad las aparto de su cuerpo y se dio la vuelta.-Esto ya lo hablamos, tu me quieres pero no harás nada al respecto, bien, pues sigamos así, la amistad es algo que perdura mas que el amor, así que seamos los mejores amigos, ¿vale?.-Draco lo miro durante un segundo y volvió a abrazarlo, lentamente rodeo su cuello y se pego a su cuerpo, notando el calor y los rápidos latidos del corazón de Harry, volviendo a hablarle.

- Creo que es la mejor opción.-Se aparto lentamente de el y lo miro a los ojos.- Solo te pido una cosa, deja de comportarte así.

- ¿Así, como?.

- Ignorándome, como si no estuviese delante de tus ojos, los amigos no se hacen eso Harry.

- Yo no te ignoro, es tan solo que mi vida no gira alrededor de ti, tengo otras cosas en las que interesarme, ¿sabes?.-Se llevo una mano a los ojos y se los restregó con gesto cansado.-De acuerdo, intentare no ignorarte.

Acto seguido emprendieron la marcha de nuevo, pero esta vez fue Harry el que provoco un nuevo paron.

- ¿Me perdonas tu a mi?.

- ¿Por qué?.

- Por decirte como llevar tu vida, por juzgarte cuando no tengo derecho.

- No has hecho nada malo, solo me has dicho unas cuantas verdades, fui un cobarde por abandonar mi búsqueda, pero tuve miedo de quedarme solo y me agarre a Blaise como si fuese mi ultima oportunidad.

- Bueno, pues entonces quedamos en paz.

- De acuerdo.

Con una sonrisa en la cara, emprendieron el regreso, esta vez sin volver a parar.

Al llegar a la escuela, se separaron y cada uno se encamino a su dormitorio.

Draco no tardo mucho en llegar al suyo, mientras entraba en la estancia, su mente iba dando vueltas sola, vagando por la conversación tenida con Harry, cuanta razón tenia en todo lo que le dijo, como se podía tener tanto miedo de la soledad cuando toda la vida había estado así, solo.

Quitándose la ropa, se tumbo en la cama y casi sin proponérselo, se quedo dormido.

El durmió, pero su mente no dejo de trabajar, le pasaba una y otra vez las imágenes de la noche, sobre todo una en especial. Se sentía tan bien encerrado en sus brazos, sintiendo su calor y percibiendo su olor.

Soñó que el abrazo había durado mas de lo que recordaba, soñó que Harry se lo devolvía, que le acariciaba con amor, un amor eterno y protector, soñó que después del abrazo venia un beso, mas de uno, miles, solo suyos, solo para el.
Siempre en mi mente 17 by Isobelhawk
Hola a todas de nuevo, primero que nada pido disculpas por la tardanza, ya todas sabeis mi situacion y si unimos eso al gran calor que hace (son las 1:04 de la noche y estamos a 32º) y a que estamos en los ultimos capis, pues imaginad mi desespero, hago todo lo que puedo, pero bueno, a veces no sale, solo espero que me comprendais.

Este capi lo quiero dedicar a Nigriv y missginni, a una por tener tanta paciencia y a la otra por ser tan buen draco, jeje y por supuesto a las dos en conjunto, sois las mejores betas del mundo mundial.
A todas las que leeis y dejais rew y por supuesto a las que leeis y no dejais nada, solo la constancia de vuestra presencia, de verdad mil gracias por seguir ahi.
Mencion especial a Missiginni por su ayuda con el caracter tan Sly de mi rubio favorito.

A todas, os quiero, (me puse cursi verdad?, seran la hormonas, jeje), que lo disfruteis.





Siempre en mi mente 17



Harry, necesito verte, te espero esta noche en el caldero chorreante, no faltes por favor.

CW




- ¿Es algo malo Harry?, has puesto mala cara.

- No Draco, no es nada malo, es solo algo que no esperaba.

Guardando la pequeña nota, traída hacia tan solo unos momentos por su lechuza, prosiguió con su desayuno.

Draco continuo mirándolo, leía perfectamente los signos de preocupación en el rostro de Harry, pero para su desgracia, eso es lo único que iba a averiguar...por ahora.


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No volvió a ver a Harry en todo el día, ni siquiera en la comida. Aprovechando que este tenia varias clases practicas que preparar y avisado por su hijo, ambos se fueron a comer fuera del recinto escolar, querían estar un rato a solas y así seguir conociéndose un poco mas.

La orilla del mar mediterráneo, les acogió con suaves olas y un perfecto sol en el cielo, con este fondo no había visto día mas perfecto.

La encantadora dueña del restaurante los acogió con alegría, si bien a Draco le lanzo una mirada de enojo, a Dray lo abrazo hasta casi asfixiarlo.

- Maria...suéltame...me ahogas.

- Ay, lo siento pequeño, es que hace tanto que no te veo, estas tan crecido.-Por fin lo soltó y después de revolverle un poco el pelo, miro hacia El hombre que lo acompañaba.-También me alegro de verlo, Señor Malfoy, veo que hoy también viene en buena compañía.

- Pues si, como ya ve, todos los hombres Potter son de mi agrado.-Ignorando el mohín de sorpresa en la cara de la mujer, la siguió hasta la mesa donde les serviría la comida, esta se alejo y ambos siguieron con su charla.-

- Draco, ¿no te cae bien Maria?.

- Pues no se decirte, el día que estuve aquí con tu padre, por poco me mata.-El chico sonrió alegre.

- Seguro que te dio su sopa de elfo, ¿verdad?.

- Pues si, menudo susto cuando pensé que era elfo de verdad, menos mal que tu padre me salvó.

- Jajaja, ella es así, siempre pone a prueba a la gente que viene con papá.-Draco lo miro con cara de sorpresa.

- ¿No soy el primero al que trae?.

- Eres el primero que ama que trae aquí, normalmente venimos aquí con los tíos y los gemelos, que yo sepa, nunca trajo aquí a ningún ligue.

- ¿Por?.

- Porque no los tiene.-El niño lo miro dubitativamente y poniendo su pequeña mano sobre la del mayor, volvió a hablar.-¿De verdad piensas que queriéndote como el lo hace seria capaz de buscar a alguien?.

- Pues...no lo se, después de tantos años pensé que habría buscado compañía, no es fácil estar solo, yo no lo hice...en eso fui mas cobarde de lo que nunca pensé que podría serlo.

- No te martirices por eso, simplemente fuiste débil y yo lo veo muy normal, seguramente yo habría echo lo mismo.

- OH, por favor, dime donde esta mi hijo y que has hecho con el.

- ¿Por qué dices eso?.

- No me engañas, tu eres un viejo de noventa años y no un enano imberbe de once, ¿cómo puedes saber tanto de la vida cuando apenas empiezas a vivir la tuya?.-El chico estallo en carcajadas ante la cara de incredulidad de su padre.

- Vamos, no es tan difícil llegar a una conclusión como esa. Tengamos en cuenta varios factores, primero, el siempre te ha querido, ósea que tenia muy claro que quería estar contigo, así que era inútil buscar un sustituto sabiendo que no iba a ser feliz con el y como bien dice el refrán...mas vale solo que mal acompañado.

- Si lo miras así, esta bien planteado, a ver, sigue.

- Segundo, si tu lo hiciste fue porque sabias que querías a alguien pero no a quien, así que no te fue difícil crear la ilusión de perfecta compañía. Tercero, el es salvador del mundo mágico; si le dices que yo pronuncie esas palabras te matare; Esta acostumbrado a que su vida vaya justo por donde el no quiere, así que su resignación era obvia.

- Pues si, pero no nos tuvo muy en cuenta, ¿no te parece?.

- No, nos tuvo en cuenta, el pensó lo mejor para los dos. Si te decía que yo estaba en este mundo, seguramente tu lo habrías dejado todo por estar ahí y eso no era lo que el pensaba mejor, quería que tuvieses el futuro que siempre soñaste y lo has tenido, ¿verdad?.

- Si...pero eso no es...

- Déjame terminar. También pensó en la posibilidad de que no quisieses hacerte cargo de mi, con lo cual yo salía perdiendo, no es lo mismo criarse con un solo padre y todo el amor del mundo, que con dos padres divididos y siempre enfrentados. ¿Sigues pensando que hizo mal?.

- ...

- Draco.

- La verdad Dray, ya no se que pensar, cada día me siento mas confuso con todo esto. Por una parte estas tu y eso me hace el hombre mas feliz del mundo, pero por otra parte, esta esa traición que cada día veo mas estúpida, estoy convencido de que todo lo joroba mi orgullo y ahora no se que solución darle.

- Pues yo la veo clara.

- Claro tu lo ves muy fácil, pero no puedo llegar y decirle, eh Harry, que no pasa nada, dame un besito y empezamos de nuevo, la he jorobado bastante como para llegar en ese plan.

- La verdad es que si haces algo así, puede que necesites a todo el personal de san mungo para que te sane.-El chico reprimió una sonrisita, justo en el momento en que les servían la comida.

- Que aproveche.

- Gracias Maria, seguro que esta buenísimo.

- Veremos que opina tu amiguito.-Dijo la mujer mirando al rubio mayor de reojo.

- ¡Ey¡, que a mi me gusto mucho la comida, es solo que no comprendía el termino culinario.-Dijo con un gesto inocente.

- Ya, claro...bueno, si necesitáis algo, llamadme.-La mujer se fue dejándolos de nuevo solos.

- Que genio tiene.

- No lo sabes tu bien, jajaja, una vez casi le arranca la cabeza a un chico porque dijo que en su sopa de Yeti había un pelo, imagínate.-Viendo la cara de asombro de su padre, le aclaro rápidamente.-Es sopa de ternera, no pongas esa cara.

- Uf, es que en este sitio ya no se que esperarme, podría ponerle nombres normales a los platos, digo yo.

- Pues si, pero perdería la gracia.

Ambos comieron de forma tranquila, charlando mientras la comida desaparecía de los platos. Dray le estuvo contando un poco mas de su vida, como fueron sus primeros años y el tipo de relación que tenia con Harry y con el resto de su familia postiza. Draco escuchaba atento cada una de las palabras que decía el niño, a cada momento se sorprendía mas y mas de la madurez del chico que tenia enfrente, hasta dudaba a veces que ese niño fuese un Malfoy de pura cepa. Era sarcástico y a la vez comprensivo, antipático y amable, la verdad es que poseía la dualidad perfecta entre Gryffindor y Slytherin, así que analizando la increíble personalidad del chico, no podía dudar que era la perfecta mezcla entre sus genes y los de Harry. Una sonrisa adornaba su cara ante ese pensamiento.


Cuando todos los platos estuvieron vacíos y rebañados, Maria se acerco con una mirada poco amistosa en la cara.

- ¿Estaba todo bien esta vez?.-Draco la miro fastidiado.

- En efecto, la sopa estaba exquisita y no encontré ningún pelo ni nada por el estilo.-El rubio vio la mirada irritada en la cara de la mujer y tembló imperceptiblemente.-No, en serio, eres una gran cocinera, aunque me siga asombrando con los nombres de los platos, es algo que debo reconocer, nunca comí tan bien como aquí.-La mujer relajo un poco su postura y con una gran sonrisa, se dio la vuelta en dirección a la cocina.

- ¡Vaya!, te acabas de ganar postre gratis para el resto de tu vida, eres un gran embaucador.

- No por nada soy un Slytherin.

- Que bien, entonces nadie me puede negar que yo sea como mi padre, jejeje.-Draco lo miro dispuesto a regañarlo, pero no pudo negar que el niño tenia razón.

Justo entonces llego una sonriente Maria con una enorme bandeja repleta de exquisiteces, que por supuesto, desaparecieron en un suspiro.

Después de charlar un poco con la ahora amabilísima Maria, partieron de nuevo hacia el colegio. Ambos tenían clases y muchas cosas que hacer.


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Era noche cerrada cuando Harry abandono el castillo, seguido de cerca por Draco. Antes de que tocara las puertas de salida del colegio, lo abordo.

- Harry...espera.-El nombrado se volvió lentamente, pues sabia de sobra que le seguían, lo mismo que sabia quien era.

- Dime Draco, llevo prisa.

- ¿Vas al pueblo?, ¿puedo ir contigo?.-Harry agacho la cabeza un poco para ocultar sus ojos a la vista del otro.

- Si Draco, voy al pueblo...pero hoy no puedo aceptar tu compañía, lo siento.

- OH, ya veo, una cita ¿no?.-Harry levanto la cara de golpe y lo miro sorprendido.

- Pues no, es solo algo que tengo que hacer y que no admite compañía.-Envalentonándose un poco ante el tono del otro prosiguió.-Además, si voy o vengo, no es algo que te incumba, buenas noches.-Dándose la vuelta, se marcho sin mirar atrás.

Era evidente que Draco no se iba a quedar conforme con una respuesta tan escueta, así que hizo lo que desde que salió del castillo tenia en mente, seguirlo.

Harry ya se había aparecido, así que sabiendo su destino, no fue difícil pensar que el sitio mas lógico para el era la plaza principal.

Un leve plop sonó en el silencio de la noche, antes de que alguien notara su presencia, se escondió de las miradas tras un muro cercano, desde allí escudriño las sombras hasta localizar a su objetivo.

Harry estaba parado justo en la puerta de la taberna, miraba nervioso hacia los lados, evidentemente esperaba a alguien y el ya estaba mas que impaciente por ver quien era.

Pasaron breves minutos hasta que alguien hizo su aparición. No podía ver bien su cara, ya que estaba de espaldas a el, solo pudo distinguir un pelo rojo y rizado recogido en una coleta acompañado de un cuerpo similar al de Harry, complexión fuerte aunque de estatura normal, pero eso no era lo que realmente llamaba su atención, lo que le hacia no apartar la vista de esos dos, era el efusivo abrazo que compartían, estrecho e intimo, como el de dos amantes antiguos.

Noto como sus puños se cerraban fuertemente, como sus uñas lastimaban su delicada palma y lo peor de todo, como su corazón latía mas fuerte y deprisa, bombeando sangre a su desconcertado cerebro. Estaba celoso, terriblemente celoso.

Mientras observaba la escena, pensaba en montones de maneras de matar a ese ser que osaba tocar a Harry de manera tan intima, “su Harry”.

Antes de que se diese cuenta, los dos hombres entraron en la taberna y antes de un segundo, ya estaba el a punto de entrar en ella. Se detuvo en la ventana mas cercana a la puerta y miro por los sucios cristales hasta hallar la ubicación de los dos hombres, una vez localizados, se coloco la capucha de su capa y entro.

El ambiente estaba cargado de humo y el local atestado de gente, mejor para el pensó, así pasaría mas desapercibido. Sorteando cuerpos, llego al otro extremo del local, se sentó a una mesa destartalada y procedió a espiar a la pareja, como odió pensar en esa palabra, pero es que justo eso era lo que parecían, estaban muy juntos y se tocaban las manos, cosa que lo enfurecía mas todavía.

No sabia de que hablaban, pero si podía observan bien las expresiones de sus caras, por fin podía ver la cara al otro hombre. Su rostro era afilado, pero de suave contorno, casi se podía apreciar que su piel era perfecta, limpia y clara, adornada por un pequeño bigote y una perilla bien recortada. Tenia los ojos azules, de un azul que le sonaba conocido, pero no lograba ubicar en ninguna cara concreta, bajando por el rostro, encontró la nariz, pequeña y coqueta, haciendo perfecto juego con los labios finos que en ese momento, eran mordidos en un gesto de nerviosismo.

Harry en cambio, estaba tranquilo, su cara estaba relajada y sus ojos miraban al otro hombre con cariño, otra punzada de celos, ¿qué es lo que hacia que Harry lo mirara así?, no lo sabia, pero estaba seguro de descubrirlo.

Estuvieron en la taberna por una hora mas o menos una hora, hablando y sin parar de tocarse, no como amantes, gracias a Merlín, pensó Draco, pero si como viejos amigos, muy viejos amigos, de esos que han compartido algo mas que unas risas y lagrimas. Ambos hombres se levantaron y después de pagar, salieron a la calle, Draco hizo lo mismo, una vez en la puerta, se aseguro que ya no estaban cerca y salió también.

Los observo caminar lentamente por la calle, hasta llegar a la plaza, Draco, convenientemente escondido contemplaba todo, los vio cruzar unas breves palabras mas y fundirse en un abrazo, esto encendió la sangre del rubio, que noto como le subía de sopetón a la cara y hacia que sus ojos quisieran estallar. Harry rompió el abrazo, miro al otro hombre a la cara y le limpio una solitaria lagrima que corría por ella, sus ojos lo miraron con ternura y le regalaban una sonrisa, dándole un ínfimo beso en los labios, se despidió de el, cada uno se fue por un camino diferente.

Draco no podía creer nada de lo que había visto, pero para su desgracia todo era real. Rápidamente desapareció en pos de Harry, decidido a pedirle una explicación que no merecía, pero que reclamaba como suya.

Cuando apareció en los terrenos, Harry ya le llevaba unos pasos de ventaja, así que corrió hasta alcanzarlo, cosa que no consiguió hasta estar dentro del colegio, en el recibidor.
- ¡Harry!.

El aludido se dio la vuelta rápidamente, no esperaba encontrarse con el rubio, ya era muy tarde.

- ¿Qué haces aquí a estas horas?.

- Lo mismo que tu no, desde luego.-Lentamente se acerco hasta el, tanto que cuando hablo pudo sentir su aliento.-¿Quién era ese hombre?.

- ¿Qué hombre?.-Draco no se despegaba de el.

- El que ha estado contigo, el que te ha tocado y hablado tan cerca que seguro que pudiste oler su pestilente aliento...el que te ha besado, ¿te acuerdas ya?.-El moreno se echo un poco hacia atrás para poder mirar directamente a los ojos que lo interrogaban y levantando un ceja al mas puro estilo Malfoy, le hablo.

- ¿Estas celoso?.

- No.

- Entonces estas borracho, buenas noches.-Diciendo esto se dio la vuelta, pero fue cogido del brazo para impedirlo.

- No estoy borracho, estoy furioso.-Se volvió a acercar a Harry.-No te ha faltado tiempo para buscar a otro, ¿verdad?.

- No se de que me hablas, así que explícate por favor, no tengo toda la noche.

- Te seguí.-Draco rodeo a Harry despacio, hablando casi en su oído.- Te vi en Hogsmeade con ese tipo, a pesar de que dijiste que no habías quedado. Me mentiste.

- -No te mentí, me preguntaste si tenia una cita y te dije que no, además, ¿desde cuando tengo que darte explicaciones?.
-

- -¿Un chico te toca, te acaricia, te abraza y te besa y eso no es una cita? Ilústrame, Harry, ¿como exactamente llegaron sus labios a tu boca? -dice ignorando deliberadamente la última pregunta de Harry - ¡¡¡porque no vi que te molestara en absoluto!!! -gritó más fuerte de lo que pretendía.

- ¿Será porque no me molesto?.-Harry lo miro a los ojos fijamente, estos tenían un brillo intenso, casi de burla, hasta que cambiaron a un tono enojado, molesto.-Creo que te estas pasando, no soy nada tuyo que puedas manejar a tu antojo.

- -¿NO ERES NADA MÍO?- chilló Draco, absolutamente fuera de si, dejando que la rabia y la impotencia lo dominasen- Yo no soy el que decidió incluirme en medio de esta locura, teniendo un hijo, ocultárselo al otro padre, y fingir que nada pasó en el reencuentro, que todo es igual que antes, como 'amigos' -dice despectivamente, mientras lo coge fuertemente de un brazo, haciéndole daño sin darse cuenta.- Piénsalo de nuevo si crees que puedes mantenerme al margen.

- Me estas haciendo daño.-Harry no separo sus dientes para decir esto, realmente se estaba enfadando y mucho, ¿quién se creía que era para hablarle de esa manera?.-Suéltame, no soy propiedad de nadie y menos tuya. Te he dado muchas oportunidades y tu sigues empeñado en dejarme, ¡eres tu el que no quiere nada conmigo!.-Dio un brusco tirón para soltarse, cosa que consiguió.

- -¿Daño?¿Tu hablas de daño?-pronunció Draco, arqueando una ceja, con los ojos ardiendo de furia y la voz helada-No tienes ni idea, Potter. ¿oportunidades? ja, yo no acepto oportunidades, yo las ofrezco.

- Vaya, se me olvido que eres una maldita serpiente, tan engreído como siempre, no se porque pensé en su momento que habías cambiado...sigues siendo un maldito Malfoy que solo atiende a sus deseos y caprichos.-Se acerco cuanto pudo a la cara frente a el.-Aléjate de mi hijo y de mi, no queremos nada contigo y tus “oportunidades”, guárdatelas donde te quepan.

- No podrás evitar que me acerque a “mi” hijo, porque lo es, aunque tu trataras de ocultármelo tanto tiempo...además, eso es algo que el deberá de decidir y no estoy dispuesto a dejar que tenga contacto con la asquerosa compañía que te buscas para olvidarme.-Harry dejo escapar una sonora carcajada.

- Jajaja, pero que creído te lo tienes.-Su cara volvió a cambiar, se endurecieron sus rasgos y apretó los puños conteniendo las ganas de pegarle la paliza que se merecía.-Que pena que algo tan bello como el amor que te tenia acabe así. Eres un estúpido que no merece que malgaste mi tiempo con el.-Se dio la vuelta dispuesto a irse cuando fue cogido de nuevo del brazo.

- ¡No!, ¡tu eres el estúpido!, ¿Crees que dándome celos conseguirás que perdone todo lo que me has hecho?, ¿crees que acostándote con otro y restregándomelo en la cara redimirás todas tus culpas?....no eres mas que un desgraciado que esta comportándose como un asqueroso calientap...-No pudo terminar de hablar pues un certero puñetazo le cerro la boca y lo envió de espaldas al suelo.


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Salió despacio de la habitación procurando no hacer ruido, cubierto por su capa, aquella que sin saberlo su padre, le había regalado su abuelo Snape, cuantas peripecias tuvo que hacer para mantenerla oculta.

Cruzo la sala común y salió en dirección al pasadizo secreto que tanto conocía, aquel que lo llevaría a la casa de los gritos, endeble lugar que había convertido en su refugio particular y pequeño escondite de sus secretos de niño.

Cuando se encaminaba al recibidor para salir a los terrenos del colegio escucho unos gritos, sonaban a pelea y las voces que emitían esos sonidos le sonaban muy familiares, así que corrió a ver que pasaba esa vez.
Siempre en mi mente 18 by Isobelhawk
Otro capi mas y acercandonos al final. No, no me he puesto de parto ni nada de eso, jeje, es solo que cada dia me cuesta mas ponerme a escribir, ya me direis vosotras algun dia lo comodo que es escribir mientras te patean sin piedad, jeje, pero bueno, todo esta bien y desde luego que terminare esto antes de salir de cuentas, si me adelantara, tranquilas, todo esta previsto, se seguiran subiendo los capis, ya tengo quien se encarge de eso.

Nada mas, espero que os guste y que lo disfruteis, gracias a todas por seguir ahi.

Dedicado a mis niñas, a las cuales adoro y ellas lo saben, Nela, virgi, para vosotras que tanto me apoyais, os quiero.



Siempre en mi mente 18

La loca carrera le llevo al suelo mas de una vez, pero eso no le dolía, solo la desesperación de saber lo que pasaba ocupaba su pensamiento.

Cuando llego al recibidor se quedo observando detenidamente la conversación, aunque bien parecía una discusión, entre sus padres. Escucho palabras hirientes, insultos y hasta miradas cargadas de veneno, pero cuando su padre atacó a Draco, no pudo soportarlo más.

- ¡BASTA!.-Se acerco un poco mas hasta ellos sin poder creer todavía lo que había visto.-¡¿Qué estáis haciendo?, ¿a que viene todo esto?!.

Los dos hombres se giraron rápidamente hacia la voz, quedándose inmediatamente parados al ver quien era. Sus caras se tornaron pálidas por la impresión de ver allí a quien menos esperaban en ese momento.

Harry en un intento de aliviar la tensión, tendió una mano hacia Draco para ayudarlo a levantarse, pero este lo miro con odio en sus ojos y le dio un manotazo para apartarlo de el, se levanto pesadamente a la vez que masajeaba el dolorido rostro.

- ¿Desde cuando estas ahí?.

- El tiempo suficiente.-El niño miro a Draco y enfrentando su mirada volvió a preguntar.-Quiero saber que esta pasando.

- Nada que tenga que ver contigo Dray, vete a tu habitación.-Harry se apretó la nariz en claro gesto de desesperación.-Por favor...vete.-En ese momento lo interrumpió el rubio.

- ¿Por qué debería irse?, creo que tiene derecho a saber lo que pasa, ¿o acaso te gusta ocultarle cosas a nuestro hijo?.-Harry lo miro con furia en los ojos y un claro mensaje en ellos, “no te atrevas a meterlo en esto”.

- ¿De que estas hablando Draco?, ¿qué me ocultáis?.-Dray observaba a los dos hombres con mirada interrogadora, alternando entre ellos esperando una contestación.

- OH, nada, por mi parte esta todo a la vista, soy un maniático que piensa que hace mal por dar de lado al hombre que quiere...perdón.-Draco actuaba como un comediante en ese momento, haciendo gestos propios de un charlatán de barrio que cuenta una truculenta historia.-Que quería, pero claro, mientras yo me siento estúpido por mi orgullo, otros.-Se acerco a Harry dejando la pantomima y lo miro de cerca y fijamente a los ojos.-Otros, simplemente buscan consuelo en otros brazos, sin remordimientos ni dolor.

Dray no entendía que estaba diciendo el rubio, solo captaba la súbita subida del nivel de magia de su padre, estaba enfadado, muy enfadado. Pocas veces había notado ese estado en el y una de esas veces era esta.

Harry miraba a Draco como hacia mucho tiempo atrás, con odio, rencor, con aquella saña que cuando niño lo hizo querer estrangularlo mas de una vez, como deseaba hacerlo en ese momento.

Se acerco a el y una aura de magia salvaje golpeo a Draco, dándole de nuevo la oportunidad de probar el duro suelo bajo el, esto pillo por sorpresa al rubio que rápidamente se incorporo dispuesto a defenderse.

- ¡NO!.-Dray se interpuso rápidamente entre ellos, pero no lo suficientemente como para evitar el golpe que Draco asesto en el rostro del otro hombre. Harry se levanto del lugar donde había caído y apartando bruscamente al niño de donde estaba, se lanzo a pelear con sus propios puños, no le hacia falta la magia para arreglar las cosas que ese imbecil no entendía.

Ninguno de los dos se dio cuenta de que Dray había caído al suelo y lastimado, comenzó a llorar, tanta era la rabia de esos dos que ninguno se dio cuenta de cuando el niño se arrastro fuera de su vista, hacia las mazmorras, donde no podría oír como las dos personas que le habían concebido, peleaban como salvajes por un sin sentido.


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- ¡Expelliarmus!.-Una luz rojiza los lanzo contra la gran puerta de entrada del colegio, dejándolos aturdidos y sin comprender que pasaba.-¡¿Qué demonios estáis haciendo?, quiero una explicación y la quiero ya!.-El director Snape bajo las escaleras y colocándose delante de ellos, hablo de nuevo.-¡Estoy esperando y ambos sabéis que no tengo paciencia!.

Los dos hombres se incorporaron como pudieron y observando las variadas heridas que cada uno tenia en su rostro y cuerpo, bajaron la cabeza avergonzados.

- Vaya, que tierno, ahora resulta que os da vergüenza. ¡Podríais haber pensado eso antes de armar este espectáculo!.-Se acerco un poco mas a ellos con la clara intención de que solo ellos dos lo escucharan.-Mirad hacia la escalera y arrepentios.-Dijo, apretando los dientes.

Hicieron lo que el director les había dicho y se sintieron las personas mas estúpidas y avergonzadas de la tierra, cientos de pequeños e inocentes ojos los observaban, pequeños niños con cara de espanto ante lo que habían presenciado hacia tan solo unos momentos.

Snape se alejo de ellos y juntando a los prefectos, les ordeno que se llevaran a los niños a sus dormitorios correspondientes.

- Bien, espero que estéis orgullosos de semejante demostración de fuerza bruta.-Echando sus brazos hacia atrás, se cogió las manos y empezó su paseo tan característico.-No me lo puedo creer, dos de los mejores magos que conozco dándose puñetazos, ¿es que no os enseñe nada durante todos estos años?, parece mentira.-Deteniéndose de golpe se giro hacia ellos.-Dad gracias de que Slytherin esta lejos, eso ha evitado que vuestro hijo presencie semejante acto de barbarie.

Harry levanto de pronto la cabeza, recordando impotente que su hijo si había presenciado eso, el niño había visto y oído todo lo que había pasado, pero no sabia porque, hacia mucho rato que había dejado de pensar en el, ignoraba donde estaba su hijo y eso hizo saltar todas sus alarmas.

- Dray...¡Por Merlín, Severus...el lo vio todo!.

Salió corriendo como alma que lleva el diablo en dirección a las mazmorras, sede de Slytherin y donde esperaba encontrar a su hijo. Draco despertó de un mal sueño al escuchar a Harry y no tardo en darle alcance, no se perdonaría que su hijo lo odiase por todo lo visto, tenia que explicarle.

Solo tardaron unos minutos en llegar y a pesar de golpear insistentemente la entrada, no conseguían entrar en el interior de la casa de las serpientes, Draco probo las mil y una contraseñas de sus años de estudiante y ninguna funcionaba, tal era su incertidumbre, que no cayo en que el era el nuevo jefe de Slytherin y que por tanto conocía la contraseña perfectamente, pero tenia tal caos en su cabeza que tuvo que ser Snape el que la dijera para poder acceder a ella.

Una vez dentro buscaron el dormitorio del niño y cuando por fin lo encontraron, sus almas abandonaron sus cuerpos, la habitación estaba vacía.

Harry se derrumbo contra el marco de la puerta, sollozando y diciendo palabras inconexas, mientras Draco entraba en la estancia con el fin de localizar algo que les dijera del paradero de Dray.

Sobre el escritorio, Draco encontró lo que parecía ser una nota y cogiéndola, se acerco hasta Harry, agachándose, se puso a la altura del moreno y le dio la nota, colocándose a su lado para poder leerla también.

“No puedo mas, estoy cansado de luchar por vosotros y no ver ningún resultado, ¿queréis mataros?, bien, hacedlo, pero no me obliguéis a verlo. No me busquéis, estaré bien.

Dray”

Las lagrimas rodaban por las mejillas de Harry, mojando sus temblorosos labios, temblando todo su cuerpo por la culpa que sentía. Draco paso su brazo por el hombro del moreno y acaricio su pelo en un gesto tranquilizador, cosa que no fue bien recibida por este.

- ¡Déjame!, ¡todo esto es culpa tuya!.-Bajando un poco el tono de su voz, se levanto del suelo.-¿Por qué tuviste que volver?, mi vida estaba bien sin ti, era feliz con mi hijo sin tu presencia.-Levantando la vista hasta enfrentarla con la gris, lo cogió por la túnica y apretó la tela como queriendo rasgarla.-Te odio, no sabes cuanto te odio.-Dándole un fuerte empujón, lo estampo contra la pared a la vez que el se daba la vuelta corriendo hacia la salida.

Draco solo pudo agachar la cabeza en un gesto culpable y apartando suavemente al director, salió en dirección a su dormitorio.


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Harry se encontraba en el despacho del director, sentado de mala manera en un butacón, masajeando sus sienes en un vano intento de calmar el dolor de su cabeza.
Snape lo observaba mientras acariciaba el filo de su taza con los dedos, iba a decir algo cuando fue interrumpido por el leve toque a la puerta de su despacho.

- Adelante.-Un ojeroso Draco entro en la estancia y se sentó en el sillón al lado del director, sin percatarse siquiera de la otra presencia en la habitación.

- ¿Qué hace el aquí?.-Harry hablo sin cambiar un ápice su postura, tan solo levanto un poco su vista hacia el que consideraba un intruso en ese momento.

El director se levanto del sillón que ocupaba y dejando la taza sobre la mesa, abrazo sus manos por detrás de la espalda.

- Yo le dije que viniese Potter.-Colocándose entre las dos butacas que ocupaban ambos hombres, carraspeo un poco antes de seguir.-Bien, vamos a lo importante, están exentos de las clases.-Viendo que Harry iba a interrumpirle, levanto la mano para silenciarlo.-Como iba diciendo, están exentos, deben buscar a Dray, pero antes de hacer eso, considero necesario que dejen clara su postura, deben hablar y hacer algo al respecto. No me vale que ahora digan que se odian y todo eso, no es cierto y ustedes mismos lo saben.

- Sev...

- Déjeme terminar señor Malfoy.-El rubio, que se había incorporado un poco, volvió a coger su postura y se dispuso a dejarle hablar.-Yo también me siento como Dray, pero gracias a Merlín que no son mis padres, no los soportaría.-Miro a Harry de mala manera cuando soltó un bufido de..¿alivio?.-No tienen la edad propia que les exoneraría de comportarse como lo hacen, ¡hasta el mismo niño es mas adulto que ustedes!, ¿eso no les dice nada de lo mal que lo han estado haciendo hasta ahora?, yo mismo me complacería en castigarles si no fuese por la urgencia de buscar a Dray.-A paso lento, volvió a hasta su sillón y dejándose caer, hizo un gesto con su mano indicando que había terminado.-Ya se pueden ir y les aconsejo por su bien que no vuelvan aquí sin mi nieto.

Los dos hombres se levantaron y salieron por la puerta sin apenas mirarse.

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Draco seguía a un muy silencioso Harry por los pasillos del colegio, no sabia el paso que debían dar ahora, ya que el no conocía los hábitos del niño todavía, debía confiar en que Harry sabría por donde empezar a buscar.

Así era, nada mas llegar al despacho del moreno, este se acerco a la gran chimenea que lo presidía y cogiendo un puñado de polvos flu, le acerco la vasija a Draco, quien cogió otro puñado. Harry ignoro deliberadamente la mirada interrogadora del Sly, colocando la vasija de nuevo en su sitio, se introdujo en la chimenea hablando alto y claro.

- ¡ Grimmauld place 12 ¡.

Draco no se sorprendió de la dirección escuchada, tan solo un poco, ya que sabia por el propio Harry que esa casa ahora pertenecía a los Weasley, claro que tampoco era raro, ya que el niño consideraba a Arthur y Molly como a sus abuelos, pero dudaba que el chico estuviese allí, era demasiado obvio y dray desde luego, no era tan previsible como Harry creía, eso es algo que había aprendido de su hijo con solo verlo.

- ¡ Grimmauld place 12 ¡.

Cuando consiguió salir de la enorme chimenea que presidía la cocina, se encontró con la amable presencia de la matriarca de los Weasley, quien no tardo mucho en darle un gran abrazo, cosa a la que no estaba muy acostumbrado, pero que tampoco le molesto.

- ¡Que alegría teneros aquí!, Draco, no te quedes ahí parado, ven siéntate aquí, ¿te apetece un te?, está recién echo.-Draco se sintió un poco avasallado, pero bueno, tenia que aceptar que esa mujer era todo un torbellino, así que amablemente, acepto su ofrecimiento.

Mientras tanto Harry jugueteaba con el azucarero, intentando no mirar directamente a los ojos de Molly. La mujer termino de servir el te para los tres y se sentó frente a los hombres.

- Bueno, ¿a que debo esta visita tan agradable?, ¿esta todo bien?.-Harry aparto la cara evitando sus ojos de nuevo.

- Dray se ha escapado.-El moreno miro a Draco fulminándolo con la mirada por haber hablado.-¿Qué?, tu no ibas a decírselo.

- Podrías haber sido mas suave por lo menos.

- No discutáis...ya lo sabia.-Los dos hombres habían dejado de mirarse de manera asesina, para ahora mirar de manera interrogadora a la mujer que tenían delante.-Ayer hable con el vía flu, me dijo que “sus” padres estaban discutiendo y que acabarían matándose.-Miro a los dos fijamente.-¿Os parece bonito pelearos de esa manera delante de el?.

- Molly...tu no lo entiendes.

- Yo creo que si Harry, yo sabia que esto pasaría tarde o temprano, alguna vez teníais que volver a veros, ¿no?, es normal que todo se haya desmadrado un poco, quizás Dray necesite mas tiempo...

- No Molly, el problema no es que “su” padre haya vuelto y que por fin lo sepa todo, el problema es que este...animal no sabe como comportarse y después de decirme que no quería nada conmigo por mentirle, va y me monta una escena de celos.-Dejo de mirar a Draco y bajo un poco su tono de voz.-Como si tuviese derecho.-El aludido lo miro con la boca abierta.

- ¿No tengo derecho?.-Volviéndose hacia la mujer hablo de nuevo.-Este...descerebrado, me embauco sin decirme nada de la existencia de Dray y después de decírmelo pretendía que todo siguiese igual, eso es mucho pedir, vale que es lo mas maravilloso del mundo tener un hijo, ¡pero me mintió! Y encima para olvidarse de mi, se va con otro, ¿es para estar celoso o no?.

Los dos hombres empezaron a pelear de nuevo y Molly solo pudo hacer lo que hizo en ese momento, reír.

- Jajaja.-Los dos la miraron como si estuviese loca mientras ella seguía riéndose a mas no poder.-De verdad que sois tontos los dos, jajaja.-Viendo que estos estaban serios y no comprendían nada, se enjugo los ojos y dejo en sus labios una leve sonrisa.-Vamos, ¿es que no lo veis?.-Miro alternativamente a uno y a otro.-No, ya veo que no. estáis discutiendo como si fueseis un viejo matrimonio, que si el me dijo, que si el otro me hizo. Si Arthur y yo no discutiésemos así a veces, no llevaríamos tantos años casados, os lo aseguro.

La mujer se levanto de la mesa y después de recoger las tazas, se dio la vuelta hacia ellos.

- Mirad, os aseguro que Dray esta bien, es solo que necesita un poco de tiempo para pensar, pero os aconsejo que empecéis por sus sitios favoritos, tu sabes cuales son Harry.

- Gracias por todo Molly, eso haremos.

Harry abrazo y beso a la mujer afectuosamente y cogiendo a Draco bruscamente del brazo, se desaparecieron de la cocina.


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Cuando aterrizaron, Draco tuvo que entornar los ojos por la cantidad de luz que los rodeaba. Ya una vez acostumbrado, echo un vistazo a su alrededor admirando el paisaje.

Parecían estar en algún lugar del caribe por la gran cantidad de palmeras que observo a su alrededor, montones de ellas y de todos los tamaños, pero esto no impedía que se viera el maravilloso mar que se apreciaba entre ellas, de un azul tan claro que casi se confundía con el cielo.

Totalmente maravillado, se dio la vuelta y se encontró con algo que le dejo igualmente impactado. Una enorme construcción se alzaba ante el, una mansión de estilo victoriano con brillantes ladrillos rojos y largos listones en blanco que servían de adorno a la formidable fachada. Se levantaba en una majestuosa planta en cruz, sus paredes provistas de numerosas ventanas y presidía su entrada un fabuloso porche de intrincadas filigranas en madera, era realmente bella.

- Cierra la boca o te entraran moscas.-Draco lo miro aun con la boca abierta y conocedor de lo ridículo de la situación, solo pudo cerrarla.

- Es que...tu no lo entiendes...mi madre tie...tenia una casa igual a esta, en miniatura, pero exactamente igual.

- Lo se, Snape se la regalo cuando tu estabas por nacer, tenia la esperanza de que tu fueses una niña.-Después de observarse por breves segundos, Harry aparto la mirada y empezó a andar.

- Pareces conocer muy bien a mi padrino, ¿Por qué?.

- He vivido con el desde que nació Dray, es normal que lo conozca tan bien, ¿no te parece?.-Sin esperar respuesta, entro en la casa.

Cuando Draco consiguió alcanzarlo, se encontró en un amplio vestíbulo totalmente decorado igual que la casita de su madre, preciosos muebles de rica madera inundaban el ambiente cálido y hogareño.

Estaba tan embelesado que casi ni se dio cuenta de la aparición de varios elfos.

- ¡Harry, señor!, ¡cuánto tiempo sin verle!, ¡Trixi se alegra de verle señor!.

- ¡Hola Trixi!, yo también me alegro de verte, ¿cómo estas?.

- OH, bien señor, Trixi siempre deseando que vuelva pronto con el pequeño Dray.-Harry agacho su cabeza y desapareció su sonrisa.

- Eso quiere decir que el no esta aquí.-El elfo le miro con pena en sus enormes ojos y asintió.

- No señor Harry, el no esta aquí, ¿le ocurrió algo a el pequeño señor Dray, señor?.

- No te preocupes Trixi, tan solo decidió tomarse unas vacaciones sin mi.-Aun cabizbajo, se adentro en la casa hasta atravesar un gran ventanal que daba a lo que parecía ser un jardín.

Draco lo observo y antes de seguir sus pasos, fue detenido por el elfo.

- ¿Los señores se quedaran a comer señor?, Trixi estaría feliz de prepararles el almuerzo.

- No Trixi, no nos quedaremos, gracias.

- Muy bien, señor Malfoy.

- ¿Cómo conoces quien soy Trixi?.-El elfo no contesto, tan solo señalo la pared mas cercana y después desapareció.

Toda la pared estaba plagada de fotografías mágicas, en las cuales se veía a todos los seres queridos por Snape. Las mas altas mostraban a Draco en las distintas fases de su crecimiento, desde un bello bebe rubio en brazos de un serio hombre moreno, hasta una foto en grupo de todos los chicos que lucharon en la ultima batalla.

El resto de ellas mostraban al pequeño Dray, en todas se veía el mismo bebe que Draco observo antes, con la particularidad de que este tenia los ojos de un intenso verde, el mismo que su padre.

Mezcladas entre todas, había fotos de Harry, Narcisa y hasta una pequeña foto de Lucius, esto no sorprendió a Draco, ya que Snape y su padre siempre habían sido grandes amigos, sin embargo si le extraño, él odió tanto a su padre que quemo todas sus fotos, pero no pudo reprochárselo a su viejo padrino, solo el era capaz de mirar esa foto y tener gratos recuerdos del hombre que fue su amigo.

Después de acariciar con cariño la fotografía de su madre, salió al encuentro de Harry.

El hombre moreno estaba apoyado en una amplia balaustrada de madera y admiraba el bello paisaje que se extendía ante el. Palmeras se mezclaban con setos de graciosas formas y árboles centenarios, al fondo, una piscina completaba la vista. Draco se acerco a el y espero que quisiera hablar, no tuvo que hacerlo por mucho rato.

- Aquí dio sus primeros pasos.-Draco descanso también sus brazos sobre la balaustrada a la espera de que siguiera hablando.-¿Ves ese Boj con forma de Pegaso?, era su sitio favorito, cuando era pequeño el seto no estaba tan crecido y el se escondía entre sus ramas, siempre salía todo arañado y con algún bicho en el pelo, pero imposible regañarlo, se le veía tan feliz.

- ¿cuánto tiempo estuvisteis aquí?.

- Dos años, luego nos mudamos a Grimmauld place, tenia que ir a la guardería, relacionarse con otros niños.

- ¿Cómo era de pequeño?.-Harry lo miro con una sonrisa en la cara.

- Era el niño mas guapo del mundo.-Su sonrisa se ensancho mas todavía.-Era tan tierno, siempre estaba intentando llamar la atención...como tu, pero cuando conseguía que lo miraras, te regalaba la sonrisa mas bella que tenia, te echaba los bracitos y sentías que no podrías dejarlo marchar nunca.-Draco escuchaba mientras miraba con celos el Pegaso donde su pequeño jugaba.-todavía recuerdo cuando le salió su primer diente, estaba tan gracioso. Un día le dolía tanto la boquita que se metió en ella lo primero que pillo, pobre Snape, le dejo la nariz marcada durante una semana, creo que esa fue la única vez que Dray lloro por su culpa, chillaba como un poseso cuando le mordió.-Draco no podía mas que imaginarse la escena y de verdad que le resultaba graciosa.

De improviso, Harry le cogió la mano.

- Creo que deberíamos seguir buscando.-Acto seguido, desaparecieron.

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El siguiente sitio que visitaron era un parque, un pequeño lugar lleno de hermosos árboles y tupidas matas repletas de flores, serpenteantes caminos de tierra color albero lo cruzaban de un extremo a otro, convirtiéndolo en un delicioso laberinto verde.

Draco observaba, maravillado de cómo un sitio tan normal pudiese antojarse tan acogedor e intimo, se encontró dejando vagar su imaginación y se vio paseando por esos caminos, cogido de la mano de Harry y viendo jugar a su hijo, lo extraño es que pese a ser producto de su imaginación, veía a su hijo mas pequeño, quizás con unos cuatro años, este reía mientras era perseguido por un perro, un golden retriever, apenas un cachorro, pero lo suficientemente grande para hacerle daño si se lo proponía.

despertó del pequeño trance en el que se encontraba cuando alguien le toco el brazo.

- ¿Estas bien?.-Harry lo miraba preocupado.

- Si...estoy bien, pero no se que me paso, vi a Dray...

- Lo se, yo te transmití esa imagen.-Draco lo miro sorprendido.-Lo siento, pensé que te gustaría ver la actividad favorita de Dray cuando era pequeño.

- No te preocupes, es tan solo que me asuste, nunca me he fiado mucho de los perros y aunque ese no parecía peligroso, estaba demasiado cerca del niño.

- Ese es Roger.-El rubio lo miro con una sonrisa en sus ojos.-Ya se, es un nombre estúpido para un perro, pero a Dray le gusto el nombrecito.

- Ósea, que el perro es de la familia, ¿no?.

- Si, es la mascota de Dray, pero no dejo que lo lleve al colegio, es demasiado revoltoso y en el colegio hay demasiados gatos, ya sabes...es mejor evitar la tentación.-La mirada de Harry se refería a cualquier tentación, no solo la ofrecida por unos gatos para con un perro y eso desconcertó un poco a Draco.

- Claro, lo entiendo.-Dando una vuelta completa sobre si mismo a la vez que observaba de nuevo el pequeño parque, le preguntaba al moreno sobre donde estaba el perro.

- Durante el curso lo tienen Hermione y Ron.-Draco volvió a preguntar, pero esta vez mirando a Harry directamente.

- ¿Y que tiene este lugar para que estemos aquí buscando?.

Harry entendió que se habían entretenido demasiado hablando de algo que no venia a cuento en ese momento. Alejándose de el un poco, se acerco a unos arbustos mas altos que el, alzo su mano y posándola sobre el esta emitió una suave luz, al momento se abrió el arbusto en dos permitiendo el paso, Harry se aparto y haciendo un gesto, invito a Draco a adentrase en el.

El hombre estaba sorprendido, pero aun así cruzo al interior. Lo que descubrió era como un sueño, si el no hubiese sido un mago, con seguridad pensaría que sitios así no existían.

Un jardín aun mas maravilloso que el anterior, se extendía ante el, enormes árboles situados estratégicamente, tapaban una hermosa casa, que a su vez estaba flanqueada por numerosos arbustos de graciosas formas.

La casa en si no era espectacular, era mas bien pequeña y desde luego no merecía un premio a la mejor arquitectura, pero emanaba una paz y tranquilidad que el nunca había sentido en ningún otro lugar. Esta tenia dos alturas, de techo a dos aguas en pizarra gris y sólido ladrillo rojo formando sus paredes. Lo que mas llamaba la atención de su exterior era la formidable parra virgen que casi engullía a la casa, escondiéndolo casi todo tras un manto verde y dándole a la construcción un aire tremendamente romántico.

- Tu casa.-No era una pregunta, era una afirmación, no podía imaginar a Harry viviendo en otro sitio que no fuese ese. Un nudo en su garganta se instalo, consciente de que el nunca disfrutaría de ella ni de sus moradores.-Es hermosa Harry, aquí Dray debe ser muy feliz.

- Si, por eso estamos aquí.-Sin mas camino hasta llegar a la entrada, inmediatamente la puerta se abrió, dejando paso a su dueño, pero cuando Draco quiso entrar, algo se lo impidió.-Es la protección de la casa, te analiza para ver si eres digno de entrar en ella.-Cuanto Harry termino de hablar, sintió que era liberado.-Es lógico que te dejara entrar, reconoce en ti la huella de Dray.

Entraron en la casa y Draco descubrió lo que era un hogar en segundos. Todo estaba recogido y limpio, pero aun así se notaba que allí vivía una familia.

A la izquierda del recibidor pudo ver la zona mas vivida de la casa, cómodos sofás rodeando una chimenea, contenedores de colores por los cuales asomaban juguetes infantiles, una pesada mesa de comedor que en cualquier momento parecía que iba a llenarse de alimentos y risas, todo rodeado de enormes estanterías repletas de libros mezclados con curiosos adornos. El sitio ideal para las reuniones familiares.

Al otro lado, una enorme cocina sacada de un cuento infantil, pesados muebles y finas alacenas con coloridos platos en su interior, coquetas cortinas bordadas y viejas sartenes colgadas en las paredes, mezclado todo entre si con los mas extraños objetos muggles y mágicos. Casi podía oír a Dray pidiendo su desayuno a gritos mientras saltaba por la escalera y a su amoroso padre sirviéndoselo solicito. Una escena nunca antes vivida por el. La congoja se apodero de el mientras notaba como una lagrima rodaba por su mejilla.

- Ven, te enseñare su dormitorio y de paso veremos si estuvo aquí.-Harry vio su lagrima, pero no hizo nada, tan solo aparto su cara y subió las escaleras con la seguridad de que Draco le seguía.

En la parte de arriba de la casa se veían varias puertas, todas ellas cerradas, tan solo una estaba abierta y enseguida imagino que esa era la habitación del niño.

Efectivamente, así era, nada mas cruzar el umbral sintió su aura en ella, hacia poco que había estado allí, el armario se veía abierto, así como varios cajones de la alta cómoda.

Mientras Harry revisaba todo para ver que faltaba, el analizo la habitación en busca de detalles sobre su hijo.

Desde luego era la típica habitación de un chico de su edad, o mejor dicho, de un mago de su edad, posters por doquier, montones de zapatillas debajo de la cama, una escoba colgada sobre la cama y otros miles de detalles mas, pero le llamo la atención la pulcritud de su escritorio y zona de estudio en general. Todo estaba completamente ordenado, la mesa dispuesta para poner los pergaminos en ella, las plumas afiladas y el tintero listo para usarlo, una nutrida biblioteca ordenada alfabéticamente flanqueaba la mesa por la derecha y un pedestal para aves adornaba la izquierda de esta.

- ¿Seguro que esta es su habitación?.-Harry lo miro sonriendo.

- Parece increíble, ¿verdad?, pero si lo es, es muy estudioso e incluso cuando no tiene nada que hacer, sigue estudiando, tiene una enorme necesidad de conocimientos, ¿adivinas quien le proporciona tanto libro sobre pociones y otras materias?.-

- Snape, quien sino.

- Efectivamente, esta empeñado en que será el mejor maestro en pociones que conocerá el mundo mágico.-Harry se sentó en la cama mientras observaba un libro cogido de la mesita de noche, por supuesto, de pociones.-todavía faltaba mucho para que recibiera su carta y ya sabia casi tanto como yo de pociones, aunque ya se que yo no se mucho, pero el siempre ha tenido una curiosidad nata para ese mundo...Snape siempre dice que en eso es como tu.-Draco se sentó junto a el y casi sin darse cuenta, le cogió la mano mientras que con la otra, acariciaba levemente su mejilla, sentía que Harry necesitaba un apoyo y el único que podía brindárselo en ese momento era el.

- Se que lo encontraremos, tranquilo.-Harry lo miro a lo ojos y supo que no mentía, lo mismo que supo que si no se levantaba de allí, la caricia que le estaba dando Draco sobre su mejilla, se volvería mas intensa y eso no lo sentía correcto ni para ese momento, ni para cualquier otro.

- Vamos, nos queda mucho por buscar.
Siempre en mi mente 19 by Isobelhawk
Bueno, otro capi mas y ya queda menos. Siento decir que puede que no me de tiempo a publicar el siguiente, pero prometo que si consigo terminarlo dejare a alguien encargado de subirlo, no me gustaria dejaros sin capi final, pero los niños mandan y si todo va como debe, este viernes saldre de cuentas, asi que ya comprendereis, entre arreglo de ropitas, nervios, comienzo del cole y demas, pos no tengo mucho tiempo, sorry.

Este capi va dedicado a cada una de vosotras que con tanta paciencia seguis esta locura que tantas alegrias me da, de verdad, es una maravilla saber que estais ahi, gracias.

Por supuesto tambien a mis maravillosas betas, missi y nigriv, que haria yo sin vosotras, que suerte tengo, os quiero.



Siempre en mi mente 19


El día estaba llegando a su fin y ellos estaban ya agotados. Habían buscado en la pequeña cabaña que Snape tenia en los Alpes suizos, donde Dray disfrutaba de su segundo deporte favorito, el esquí. En casa de Hermione y Ron, donde los recibieron sin asombro, ampliamente conocedores de la noticia, ya que Snape desde su despacho también había buscado e informado a todo el mundo conocido por el chico, allí ni estaba ni había ido.

Se encontraban tan desesperados que ya no sabían dónde mirar, no quedaba piedra por remover ni recoveco donde poder estar escondido. Harry daba vueltas sobre el acantilado donde se encontraban mientras Draco se sentaba sobre una piedra sin saber ya que hacer.

De repente la respuesta apareció tan obvia en su cabeza que le parecía imposible no haberla contemplado antes. Sin dudar un segundo, cogió la mano de Draco y sin esperar a que se pusiera en pie, se apareció.


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Un tremendo golpe sonó contra el suelo, con las prisas, el moreno no calculo bien y gracias a eso habían aterrizado de forma precaria al aparecerse, en ese momento Draco estaba tirado en el suelo y sobre el estaba Harry en frágil equilibrio, no le incomodaba el aterrizaje, sino la posición, para el era algo comprometedora.

- Lo...lo siento, no pensé.-de un salto se levanto ofreciendo a Draco su mano para ayudarlo, este lo miro y acepto la ayuda sin pensarlo mucho mas.

- ¿Dónde estamos?.-Draco hizo la pregunta pero después de dar un rápido vistazo al lugar, levanto la mano en un gesto de entendimiento.-Aloho, me lo temía...¿cómo no caímos antes?.

- No lo se, pero es lógico, no hay sitio mas seguro para el, sabe de sobra que nadie se atrevería a meterse con una banshee, ni siquiera nosotros.

- Yo desde luego ni lo intentaría.-Harry lo miro con cara risueña.-No me mires así, no le tengo miedo...solo es respeto, ya sabes, ella es una dama.

- Si claro, una dama.-Echo a andar mientras se reía y dejaba atrás a un muy colorado Draco.

El restaurante ya estaba cerrado, eran las diez de la noche de un día agotador que por fin parecía llegar a su fin.

Todo estaba oscuro, exceptuando un pequeño farol encima de la puerta, dentro del local no parecía haber nadie, aun así, Harry toco a la puerta y espero con la poca paciencia que aun le quedaba. Unas luces se traslucían por las ventanas, estas se movían siguiendo el recorrido de lo que parecía ser una escalera, un movimiento en la puerta indico que estaba siendo abierta.

Una somnolienta cabeza asomo por el escaso espacio entre el marco y la puerta, la luz se acerco también para iluminar los rostros, una vez reconocidos, la puerta se abrió del todo.

- Habéis tardado mucho.-La mujer abrió la boca en un sonoro bostezo mientras se rascaba la cabeza, evidentemente la habían despertado.-¿Vais a entrar u os traigo unas mantas?, aviso que las sillas de la terraza son para muggles, así que son un poco duras.-Harry miro a Draco y entro en la estancia seguido de este.

- ¿Dónde esta, Maria?.

- Esta durmiendo, como todo el mundo, id a dormir y mañana hablareis con el, te prepare la habitación de siempre, ya sabes donde esta, buenas noches.-Dando un nuevo bostezo, se giro en dirección a la escalera dispuesta a irse a la cama.

- ¿No pensaras que me voy a ir a dormir sin ver antes a mi hijo, no?.-La mujer se paro en seco y lentamente se giro hacia el.

- ¿Y tu no pensaras que lo voy a despertar para que vea a alguien que le hizo llorar todo el día, no?.

- ...

- Me lo imaginaba, veo que te queda algo de sentido común.-Medito durante breves segundos y hablo de nuevo.-Esta en su habitación, pero no lo despiertes, voy preparando un poco de te.-Ella se dirigió hacia la cocina mientras los dos hombres subían los escalones que conducían al piso inmediato.

El piso superior del restaurante estaba compuesto por un largo pasillo flanqueado por varias puertas, todas ellas habitaciones, sin dudar mucho, Harry se fue directo a la puerta del fondo, la que tenia el numero 6 en ella.

Harry entreabrió la puerta con mucho cuidado, chirriaba un poco, cuando consiguió abrirla del todo, entro seguido de Draco. La habitación estaba en penumbras, tan solo la luz de la luna que se filtraba por la ventana, ofrecía algo de claridad para ver por donde iban. Se acercaron lentamente a la cama donde descansaba el pequeño y rodeándola, se sentaron en ella, cada uno a un lado.

El niño dormía placidamente, ajeno a todo el día de ajetreo que habían tenido sus padres, los cuales ahora lo miraban con una mezcla de amor y ganas de despertarlo para regañarlo como nadie jamás en su vida lo haría, pero desde luego no lo llevarían a cabo, seguro que bastante mal rato había pasado ya el pobre, el día de mañana seria largo y daría para mucha conversación y muchas aclaraciones. Lo único que Harry hizo en ese momento fue lo mas tierno que Draco vio jamás.

Limpiándose una lagrima que mojaba su cara, se agacho lo suficiente para poder hablar en susurros al pequeño dormido mientras le acariciaba el suave pelo.

- Lo siento mi vida, no sabes cuanto, pero te prometo que nunca mas volverá pasar, tu eres lo mejor de mi vida y nada ni nadie te volverá a apartar de mi lado, lo prometo.-Limpiándose una nueva lagrima, imprimió un suave beso en la frente de su pequeño y se levanto de la cama, saliendo a continuación de allí.

Draco no sabia muy bien que pensar, pero imagino que Harry querría darle la oportunidad de hacer lo mismo que el pero sin ser escuchado.

Despacio, se levanto de donde estaba para cambiar de sitio y así poder ver la cara del pequeño durmiente iluminada por la luna. Se arrodillo frente al niño y observo el cuerpecito que descansaba ajeno a todo.

- Yo también quiero hacerte la misma promesa, nunca mas veras entre nosotros ese comportamiento, pero te haré otra mas, te prometo que siempre confiare en el, nunca mas dudare de lo que hace. ¿Sabes?, hoy entendí aquello que me dijiste el otro día, soy tan injusto, no vi que realmente se sacrifico por mi, me dio la vida que el creía que merecía y la tuve, pero también prometo que recuperare cada uno de los segundos perdidos contigo-Draco sonrió cariñosamente mientras dedicaba esas palabras a su dormido hijo.-Me tendrás que apartar de ti por ser un pesado, pero intentare conocerte tan bien como si hubiese vivido contigo todo este tiempo, ya lo veras.-Acariciando el suave pelo, se levanto y salió de la habitación para reunirse con los otros.


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- ¿Por qué no me avisaste Maria?, no tienes ni idea de lo preocupado que he estado.

- Me lo puedo imaginar Harry, pero Dray me lo pidió.

- Entonces por lo menos me explicaras como llego hasta aquí desde el colegio, ¿verdad?, un niño de once años no tiene permiso para usar un traslador y mucho menos para aparecerse.-Harry la observaba impaciente por saber.

- El me llamo.-Maria miraba el suelo, no quería enfrentar la mirada de Harry.-Te preguntaras como ¿verdad?, bien, este verano Dray estaba nervioso por su inminente entrada en Hogwarts, el ya lo conocía bien, son muchos años de visitas a ti y a Snape, pero no es lo mismo. El me explico que se sentía muy inseguro sobre como comportarse una vez allí, no sabia como debía trataros a los dos y que además se iba a sentir muy solo ya que el esta acostumbrado a estar en el colegio muggle y vivir con Molly y Arthur, compréndelo, iba a ser un cambio muy grande.-Maria por fin levanto la vista y se encontró con un Harry un poco desconcertado.-No lo tomes a mal si no te dijo nada, es que tu eres su padre, si me lo dijo a mi es porque yo soy su amiga, ya sabes como son los niños, piensan que cuanto menos sepan sus padres de todo mejor.-Maria le dedico una amable sonrisa que reconforto un poco a Harry.

- Eso lo entiendo, por desgracia nunca lo lleve a la practica, pero es que no veo que tiene eso que ver...

- Déjame que termine anda. Bueno, como te iba diciendo, el se encontraba un poco mal por esto, así que buscamos una solución, ¿te acuerdas del espejo que te regalo Sirius?, pues resulta que una vez tuve un novio, era muy guapo y estaba loco por mi...-Viendo la cara de desesperación de Harry tomo aliento y continuo mas calmadamente.-Bueno, eso no viene al caso, la cuestión es que yo también tengo unos espejos de esos, así que le di uno a Draco y le dije que cuando tuviese algún problema o cualquier otra cosa, me llamara, que yo estaría siempre dispuesta a oírle y así fue, me llamo echo un mar de lagrimas y me explico lo que pasaba, como comprenderás no podía dejarlo así.

- ¡Pues no lo comprendo, la solución no era llevártelo del colegio sin decirme nada!.-Harry se levanto de golpe llevándose las manos a su sien.-¡¿Tu sabes como me he sentido todo el día sin saber donde estaba?!, eres una irresponsable Maria, no me esperaba esto de ti.

- ¡¿Qué yo soy una irresponsable?!, ¡ja!, ¿te parece ser responsable liarse a tortas con el padre de tu hijo en su presencia?, ¡vamos Harry, has perdido el norte y no te has dado cuenta!.-Maria se había levantado y gritaba a pleno pulmón contra el hombre frente a ella.

- ¡Haga lo que haga delante de el o con el padre de mi hijo es algo que a ti no te incumbe y mucho menos te da derecho a hacer las cosas que haces!.-Harry estaba apoyado contra la mesa frente a la mujer y le chillaba sin miramientos.

- Creo que lo que hacéis ahora si es irresponsable, ¿queréis que se despierte y vea como os chilláis?.-Draco estaba parado en el ultimo escalón y los miraba con los brazos cruzados sobre su pecho, una ceja levantada en clara señal de regaño, como si fuesen niños a los que castigar. Maria y Harry se dieron cuenta de la situación tan estúpida que tenían entre manos y se calmaron un poco, volviendo cada uno a su sitio. Draco se acerco al aparador donde aun humeaba la tetera y se sirvió en una taza, seguidamente se sentó en la cabecera de la mesa, con cada uno de ellos a un lado.-Bien, así esta mejor.-Dio un pequeño sorbo a su Te y hablo de nuevo.-Tengo la sensación de que todos hemos sido unos irresponsables.-Sutilmente levanto la vista hacia Harry.-Unos mas que otros.-Harry dirigió su vista hacia el rubio y al ver que le miraba fijamente, se sintió atacado directamente.

- Me parece que no estas siendo justo Draco, yo no soy el único culpable de esa pelea, es mas, aun no se porque te pusiste así.

- Tienes razón, no estoy siendo justo Harry, no tenia motivos para ponerme de esa manera, pero es que verte con ese pelirrojo me encendió la sangre...lo siento, tu eres libre y yo no debería de meterme en tu vida privada...no tengo derecho.-Harry sintió un nudo en su pecho, Draco le había visto y se había puesto celoso, ¿como no lo había imaginado antes?, pero este razonamiento le trajo otro mas esperanzador, Draco estaba celoso, así que todavía quedaban esperanzas de que lo volviese a aceptar en su vida, eso le hizo sonreír.

- ¿así que era eso?, ¿me espiaste?, ¿por qué?.-Draco estaba sufriendo en ese momento un ataque mas propio de Harry que de si mismo, el nunca se ruborizaba, pero en ese instante tenia la cara color Weasley.

- Después de que recibieras esa nota por la mañana, me quede muy intrigado, no lo pude evitar, parecías contento y a la vez un poco indispuesto, así que mi curiosidad pudo mas y te seguí por la noche, aunque no esperaba ver lo que vi.

- Lo que viste no es nada raro Draco, tan solo dos amigos que no se veían hacia tiempo, nada mas, ¿es por eso el ataque que sufrí por tu parte?.-La pregunta sonó divertida en voz de Harry, realmente estaba disfrutando, un Draco sonrojado no era algo que se viera todos los días.

- Si quieres que te diga que estaba celoso...vale, lo estaba, ¿Contento?.

- Esto, chicos, no quisiera interrumpir, pero veo que esta conversación no me atañe y estoy muerta de sueño, así que me voy.-Se levanto despacio y dejo su taza sobre el aparador, cogiendo seguidamente una vela para iniciar su ascenso por las escaleras, antes de poner un pie sobre estas, se dio la vuelta un poco.-Harry tu ya sabes cual es tu cuarto, Draco, el tuyo es el nueve, hasta mañana y por favor, no os peleéis.-Ante la mirada de Harry, sonrió y empezó a subir, una alegre risilla se oía por el hueco de la escalera mientras la luz desaparecía a medida que ascendía.

Al sentirse solos de nuevo el silencio se materializo entre los hombres que estaban a la mesa, cada uno miraba su taza como si estas en cualquier momento les fuesen a decir el mayor secreto del universo, pequeñas toses incomodas entre bostezos cansados y miradas furtivas cazándose unas a otras.

- ¿Estabas celoso?.-Harry sujetaba su taza y miraba a Draco de medio lado.

- Si.

- ¿Por qué?.-Harry dejo de mirarlo y se concentro de nuevo en su taza.-Bueno en realidad no importa, ya no.

- Si importa, por lo menos a mi. Desde hace unos días no paro de darle vueltas a una conversación que tuve con Dray y me estoy dando cuenta de cuanta razón tiene...pero creo que hoy no es el momento de hablarlo, ya tendremos tiempo después de aclarar las cosas con nuestro hijo.-Harry se mordisqueaba el labio nervioso, deseaba saber mas sobre esa conversación, pero no era cuestión de intentar sonsacarle algo mas, si le presionaba quizás no conseguiría mas que evasivas y no quería pasar la noche comiéndose la cabeza.

- Puede que tengas razón, será mejor dejarlo para otro día.-Se levanto y dejo su taza también sobre el mueble.-Me voy a dormir, aquí te dejo una vela para cuando quieras subir, hasta mañana.- Quedo frente a Draco dudando un poco, movió un poco la cabeza, como despejando su mente y se agacho lo suficiente para depositar un suave beso en la frente del hombre, echo esto, subió las escaleras hasta perderse en la penumbra del piso superior. Draco se quedo un poco anonadado, sin saber muy bien como reaccionar, pero oyó un pequeño sonido que lo hizo salir de sus pensamientos, Maria salía en ese momento de la cocina.

- Vaya, yo también quisiera un besito como ese de vez en cuando.-Draco la miro extrañado sin comprender.

- ¿Eso no es un beso de amigo?.

- No cariño, eso es mucho mas que un beso, es toda una declaración de amor.-Eso si que dejo a Draco confundido.-Bueno, ya cogí lo que me deje en la cocina, ahora si me voy a dormir, por cierto, me confundí de habitación, la tuya es la siete, que descanses.-Dicho esto subió las escaleras mientras dejaba oír su risilla de nuevo, Draco tirito como si tuviese un presentimiento, esa risa le helaba la sangre, era un poco siniestra, pensó que quizás era porque la mujer era medio Banshee, pero no estaba muy seguro de que ese fuese el motivo.


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- Lumos.

Las paredes iban apareciendo ante su varita iluminada, cada pequeño espacio, una puerta, hasta que dio con la suya, la numero siete. Despacio la abrió, no quería hacer ruido, imaginaba que chirriaría como la de Dray, realmente esa casa era vieja y no dudaba que eso pasaría, cuando entro en la habitación, la cerro de nuevo suavemente.

Acercándose a un pequeño farol que estaba sobre una mesa, lo encendió, poca pero suficiente luz para ver su alrededor. La típica habitación de Hotel, muy parecida a las que tenia el caldero chorreante, aunque quizás no tan anticuada como estas, muebles sólidos y una gran cama con dosel, típico.

Una de las puertas que se veía en un lateral, era el baño, después de quitarse la ropa de cintura para arriba, entro en este y se aseo un poco, cuando salió, se quito el resto de la ropa y se introdujo en la cama.

- ¿Se puede saber que haces aquí?.-Draco salto rápidamente fuera de la cama e inmediatamente busco su varita.

- ¡Lumos!.-La débil luz lo ilumino, dejando a la vista de Harry su cuerpo totalmente desnudo, este se quedo boquiabierto y sin poder evitar mirarlo.

- ¿Sabes que esa luz te sienta muy bien?, remarca muy bien cada parte de tu anatomía.-Harry se debatía entre reírse o enfadarse, no sabia el propósito del otro, pero en ese momento no le importaría no saberlo. Draco al ver que era Harry el ocupante de su habitación se tapo como pudo mientras encendía de nuevo la pequeña vela.

- Maria me dijo que esta era mi habitación.

- No, ella te dijo que era la nueve.

- Cuando tu te fuiste, ella bajo otra vez y me dijo que era la siete, que se había equivocado.

- Ya veo.

- ¿Por qué me dijo que era la siete si esta es tuya?.

- Cómo te lo diría, ¿Maria tiene un extraño sentido del humor?, si, es eso.-Harry volvió a su sitio y se arrebujo en las mantas.-Yo me quedo aquí, si te molesta dormir en la misma cama podemos transfigurar el sofá.

- No...no me molesta, siempre y cuando a ti no te moleste.

- Claro que no, pero estaría bien que te pusieras algo de ropa.-Draco se miro el cuerpo, el y su manía de dormir desnudo, se puso rápidamente los calzoncillos y se metió en la cama procurando no pegarse demasiado al otro hombre.

- Buenas noches.

- Si, buenas noches.-Pasaron algunos incómodos minutos en silencio, sabiendo los dos que el otro no dormía y ambos con ganas de hablar.

- Harry, quiero pedirte perdón de nuevo por mi comportamiento, te juro que yo no soy así, no se lo que me paso, pero si se que no se volverá a repetir, lo prometo.-Harry se dio la vuelta quedando boca arriba, sin mirarlo.

- No te preocupes, ya lo olvide.

- Bien, no quisiera que algo así pusiera freno a nuestra amistad, es muy importante para mi y también por el bien de Dray.-A Harry le volvió a apretar el nudo en el pecho, amistad, preciosa palabra que en ese momento a el se le antojo el peor de los puñales.

- Si...tienes razón.-Harry volvió a darse la vuelta y se hizo un ovillo, quería llorar, pero el nudo le apretaba tanto que hasta las lagrimas se negaban a salir, así que solo podía suspirar a la espera de que este desapareciera y así pudiese fluir su llanto.

- ¿Estas bien Harry?.-Temiendo saberse descubierto, este contesto de forma alegre.

- OH si, no te preocupes, es que no encuentro la posición, es solo eso.

- ¿Estas seguro?, ¿necesitas algo?.

- Estoy seguro.-Harry notaba como el nudo iba desapareciendo y las lagrimas pugnaban por salir de sus ojos, tragando bruscamente contesto.-Anda duérmete, es tarde.

- Esta bien, que descanses.-Draco se quedo mirando el techo no muy convencido con la respuesta del otro, sus brazos puestos de almohada y el pecho descubierto. así pasaron de nuevo varios minutos, mientras Draco notaba como el sueño iba llegando, llego a la conclusión de que Harry se había dormido, estaba muy silencioso, pero parecía que tenia una pesadilla o algo así, su respiración, aunque regular, se salpicaba de suspiros.-¿Harry?, ¿estas dormido?.-El moreno no contesto, así que pensó que realmente dormía y soñaba con algo que le ponía nervioso, moviendo el brazo mas cercano al otro, le acaricio el pelo para ver si así lo tranquilizaba un poco, pero de pronto se vio rodeado por los fuertes brazos del que creía dormido y noto en su pecho la mojada suavidad de las lagrimas.-¿Estas bien?.-Harry enterró su cara en la curva del pálido cuello.

- No, no lo estoy.-Draco lo abrazo contra si.

- Dime que te pasa, por favor.

- Solo necesito llorar, déjame que eche lo que llevo dentro, pero no me pidas que te lo explique, solo necesito librarme de esta tensión y me quedare mas tranquilo.

- Esta bien, llora si lo necesitas, no te preocupes por nada.-Draco lo abrazo mas fuerte mientras acariciaba una y otra vez la espalda que tenia sobre el.-Llora y duerme, yo velare tu sueño.-Le decía mientras besaba el moreno pelo y notaba correr por su pecho las tibias lagrimas.

Harry lloro todo su dolor, hasta que por fin se quedo dormido, Draco mientras no dejaba de acariciarlo intentando tranquilizar el tembloroso cuerpo y preguntándose que le pasaría para estar así, solo pudo llegar a la conclusión de que ese día había sido muy duro para el, que había pasado por demasiadas emociones y que tan solo necesitaba descargarse un poco, era la explicación mas lógica que encontró, si hubiese pensado un poco mas detenidamente, habría llegado a otras que se acercaban mas a realidad.

Moviéndose como pudo, se adentro un poco mas debajo de las mantas, quedando su cara a la altura de la otra y así pudiendo observarlo, se dio cuenta de lo mucho que le gustaba ese rostro y lo mucho que amaba a su propietario, apartando un mechón que tapaba sus bellos ojos cerrados, beso su frente y mientras se dedicaba a mirarlo, le llego el sueño también.
Siempre en mi mente 20 by Isobelhawk
Bien, por fin llego el ansiado dia en el cual por fin pude actualizar. Siento mucho mi extenso retraso en publicar, se que algunos entendeis mi situacion, tambien se que otros no, pero que le vamos a hacer, mis fieras estan antes que nada y la ultima que llego es realmente acaparadora.
Solo espero que os guste y que lo disfruteis, no sabeis lo dificil que ha sido para mi escribirlo.

Dedicado a todos aquellos que me tuvieron paciencia y tambien a los que no, jeje, no hago distinciones. Besos.

Siempre en mí mente 20


Las pestañas se fueron separando poco a poco y sus ojos asimilando la suave luz que entraba por entre las cortinas, cuando consiguió abrirlos del todo encontró un paisaje distinto al que esperaba, esa no era su cama ni su habitación, así que haciendo un pequeño esfuerzo intento recordar donde estaba, mientras pensó que eso de no dormir en un par de días no iba con el, demasiado trastorno para su mente.

Mientras recordaba, se desperezo y ahí fue cuando recordó, mas que nada por el pelo que cosquilleo su nariz, negro, largo y con el olor característico de Harry, el cual estaba profundamente dormido.

Draco se sintió feliz de sentirlo junto a si, la sensación de tener a Harry descansando sobre el mismo le llenaba de dicha, podía sentir la suave respiración que acariciaba su pecho, sentir como los morenos brazos rodeaba su cintura, indescriptible. Pero también recordó el porque Harry estaba en esa postura, la noche anterior había llorado hasta quedar dormido entre sus brazos y ese recuerdo desde luego, empañaba las sensaciones recién adquiridas.

El sabia el porque de su llanto, por lo menos eso quería creer, demasiada tensión para un padre preocupado, un día duro para cualquiera que no sabe donde esta su hijo, ni si este esta bien, claro que el también se había preocupado, también quería a Dray, pero reconocía que era diferente, en tan poco tiempo había asimilado muy bien que tenia un hijo y lo adoraba, pero realmente se sentía un poco desplazado, no tenia con el esa confianza que habita en el corazón de dos personas que se conocen desde siempre, todavía le faltaba tiempo y esperaba conseguirlo de ahora en adelante...y sobre todo, no quería estar solo en esa tarea.

- Harry...despierta.-Lo zarandeo un poco, pero solo consiguió que este se acurrucara mas contra el mientras murmuraba cosas entre sueños, sintió una inmensa ternura ante el gesto y no pudo evitar besar la morena cabeza y revolverle un poco el pelo.-Vamos dormilón, tenemos una charla pendiente con cierto crío.-La cabeza se movió de su sitio rápidamente, mostrando unos verdes ojos, algo embotados todavía por el sueño, Draco los miro y no pudo reprimir la sonrisa de felicidad que le dirigió. Harry se aparto como pudo e incorporándose un poco, se desperezo del todo.

- Lo siento, te debe de doler todo el cuerpo, no te deje cambiar de postura.

- Que va, hacia tiempo que no dormía tan bien.-Draco seguía sonriendo y Harry no pudo evitar devolverle la sonrisa, lentamente, se fue levantando y se acerco a donde estaba su ropa.

- Perdona por lo de anoche, no se lo que me paso.

- Yo si, estabas a punto de ebullición y explotaste, es comprensible y no te culpo, demasiada tensión en tan poco tiempo.-El rubio estaba sentado en la cama y lo observaba mientras ordenaba distraídamente sus ropas.- ¿Estas ya más tranquilo?

- La verdad es que si.-Después de cansarse de jugar con su ropa, se dirigió despacio hacia el baño.-Fuiste de gran ayuda, gracias.

- No hice nada que tu no hicieras antes, si te digo la verdad, ayer fue un día extraño, de locos, pero...no me entiendas mal, ojala Dray se escapara mas a menudo, gracias a eso conocí un poco mas a mi hijo y...a ti.-Levantándose de la cama, hizo un gesto para que harry no hablara, a la vez que ponía una cara entre seria y decidida.-Eso no quita que no se merezca una buena bronca por el mal rato que nos hizo pasar...sobre todo a ti.-Harry sonrió entendiendo lo que quería decir.

- Pues si, aunque eso tampoco evitara la bronca que nos merecemos nosotros.-Abriendo la puerta, entro en el baño y abrió el grifo de la ducha.

- Eso es cierto.-Después de pelear un momento con sus pantalones, consiguió ponérselos y acercándose un poco al baño, siguió hablando.-Pero tenemos que recordar una cosa, nosotros somos los padres, así que no podemos permitir que un enano se nos suba a las barbas.-De dentro del baño se oyó una tremenda carcajada y emergió la cabeza de Harry.

- Como se nota que todavía no lo conoces del todo, pero no te preocupes, ya tendrás tiempo de saber quien manda en casa.-Harry volvió a meterse en el baño y Draco se quedo mirando a la puerta satisfecho de lo que acababa de oír. Quizás Harry no se dio cuenta, pero con esas palabras lo había incluido en su vida de un solo plumazo, lo invitaba a conocer a su hijo en su propio entorno, a lo mejor no estarían juntos, pero le daba la opción de ser parte de la familia y de sus vidas.

- ¡Voy bajando Harry!-Termino de vestirse y salio de la habitación. Mientras Harry sonreía feliz, claro que se había dado cuenta de lo que había dicho, quizás su destino no fuese estar con Draco, pero si que este estuviese con su hijo y quien sabe...solo el tiempo decide lo que pasará.

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El bullicio en el restaurante era obvio, a pesar de lo temprano que era, todas las mesas estaban llenas y en el ambiente reinaban miles de conversaciones, Maria se movía entre las mesas como pez en el agua mientras daba ordenes a los camareros.

- ¡Draco!.-Maria lo llamaba a voces, indicándole con la mano donde podía sentarse, cosa que hizo rápidamente.-Buenos días, espero que hayas dormido bien.-El rubio no pudo evitar una sonora risa después de que la mujer le guiñara un ojo de manera muy entusiasta.

- Si Maria, he dormido muy bien, gracias.

- Jejeje, me alegro, si te esperas un momento te traeré el desayuno.-Ya se iba a dar la vuelta cuando Draco le hablo.

- ¿Dónde esta Dray?, ¿sigue durmiendo?

- No cariño, esta en la playa y allí seguirá hasta que vosotros tengáis el estomago lleno, te aseguro que no saldrá corriendo.

- ¿Sabe que estamos aquí?-La mirada de Draco se notaba un poco asustada y eso a Maria le pareció tierno, con un mohín cariñoso, le acaricio la cara.

- Si lo sabe y no tengas miedo, no va a pasar nada, el os quiere, ¿lo sabes verdad?-Draco asintió con los ojos y Maria, después de darle un pellizco cariñoso en la mejilla, se fue alejando.

Mientras esperaba su desayuno, apareció Harry, el cual se sentó a su lado.

- ¿Has visto ya a Dray?

- No, todavía no, Maria me dijo que esta en la playa y que no se va a mover de allí hasta que desayunemos.-Harry cabeceo dentro del entendimiento.

- Muy bien, pues...desayunemos.-Nada mas decir eso, apareció un cargado camarero que dejo sobre su mesa unos cuantos platos, vasos y jarras, después desapareció tan rápido como apareció.

- ¿No te parece mucha comida?-Draco miraba anonadado la ingente cantidad de alimentos que había sobre la mesa, en cambio Harry lo miraba divertido.

- No digas nada y come, cuando no puedas mas, escabúllete hacia la puerta.-Y así lo hicieron.

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Cuando consiguieron terminar de desayunar y escapar sin ser vistos, se dirigieron a la playa, allí donde María les había dicho que estaría Dray.

Nada mas salir del restaurante, había un pequeño mirador desde el cual se podía admirar la amplia playa, desde uno de los laterales bajaban unas raquíticas escaleras hacia la arena y al pie de estas, un camino de baldosas de madera conducía a los playistas hacia lo mas cercano de la orilla y mantenía sus pies a salvo de la calurosa arena mediterránea.

Dray estaba al final de las baldosas, como en el cuento muggle, lo que buscas siempre esta al final del camino, jugaba a hacer castillos con la húmeda arena y después dotarles de pequeños habitantes, no tenia su varita y aunque la tuviese, no podría utilizarla, cosas de las leyes mágicas mezcladas con menores, pero nadie le podía decir como utilizar su propia magia, el la hacia con sus manos y eso no era ilegal.

Harry al verlo, agrando sus ojos y corrió hacia el, inutilizando inmediatamente a todo pequeño aldeano que paseaba por el arenoso castillo.

- ¡Dray!.-Se agacho para estar a su altura y que así el niño lo oyese mejor.- ¿Es que quieres que te vean esos muggles?, es peligroso, no lo vuelvas a hacer.-Dray lo miro como si la cosa no fuese con el y siguió añadiendo almenas a su castillo, mientras Draco ya se había sentado también y observaba la bien formada construcción.

- Esta muy bien tu castillo Dray, ¿lo has hecho tu o la magia?-Dray levanto la cabeza y miro a su rubio padre.

- Lo he hecho yo.-Harry se sentó y se dedico a observar la táctica de Draco.

- Pues esta genial, veo que tienes talento para las artes manuales.-Dray miro a su padre y sonrió lo justo para agradecer sus palabras.-Yo también utilizaba mucho mis manos cuando tenia tu edad, me gustaba pintar, eso de observar el paisaje y plasmarlo en un lienzo para que se conserve igual por siempre es algo que me fascina.

- ¿Me enseñaras alguno de tus dibujos?-Por fin el niño hablo.

- Claro que si, aunque pensándolo mejor, estaría bien que tu y yo hiciéramos algo juntos, tu haces una escultura y yo la dibujo, ¿qué me dices?-El niño lo miro pensativo, calculaba las posibles opciones de diversión que tendría ese echo y llego a la clara conclusión de que seria estupendo hacer algo así con su padre.

- No estaría mal, podríamos probar a ver que sale.

- Yo creo que de la unión artística de dos Malfoys saldría algo grandioso.-Harry sonrió ante el simple echo de pensar en Draco y Dray haciendo algo juntos, como padre e hijo. Dray lo miro y un extraño brillo apareció en sus ojos.

- Veo que hablas muy bien de la persona que querías matar hasta hace bien poco.-Ambos padres se miraron, sus ojos un poco culpables y sus mejillas algo coloreadas.

- Bueno Dray, veras, las cosas no son como parecen, o como parecían el otro día, todo se debió a un terrible error.

- Pues para ser un error, los gritos llegaban hasta bien lejos.

- Mira, todo fue por mi culpa.-Harry miro a Draco dispuesto a llevarle la contraria, pero Draco no lo dejo abrir la boca.-Yo vi a tu padre con un amigo y mis celos pudieron mas que mi cordura, fui un entupido que en vez de hablar decidió actuar.

- ¿Celos?

- Si Dray, celos, no pude soportar ver a Harry con otra persona y actué como no debía, debí hacerte caso a ti y confiar en el, darle un voto de confianza, no cegarme con el echo de que siempre me engaña, ya que no es así, pero entiende que una vez me mintió y mi cabeza esta predispuesta para pensar que siempre lo hará, ese es mi gran error.-Harry estaba atónito ante lo que oía, estaba disculpándose con Dray, pero también lo hacia con el.

- Pero es que no lo entiendo, tu mismo has dicho montones de veces que el te traiciono, te mintió, que no querías estar con alguien así y ahora tu vas y le pides cuentas de con quien esta y lo que hace, eso no es lógico.

- Mira Dray, estamos entrando en un tema que tan solo nos atañe a tu padre y a mi, yo tan solo quiero decirte que lo siento mucho, que jamás quise portarme como lo hice delante de ti, que me sentí como lo peor de la tierra cuando vi lo que nuestra actitud provoco en ti...Yo jamás pensé en comportarme como un energúmeno delante de mi hijo, delante de lo que mas quiero.-Draco no lloraba, pero sus ojos amenazaban con hacerlo, una pequeña tonalidad rojiza se instalo en ellos demostrándole a Dray que su padre no mentía, que de verdad estaba dolido por su actitud y que realmente estaba arrepentido.

- Papa...

- No Dray, no hemos terminado.-Esta vez hablo Harry, adelanto su mano hasta Draco y acaricio brevemente su mejilla, provocando que el otro se calmara un poco.-Yo también soy culpable de todo esto. Cuando el llego recriminándome mi comportamiento he de confesar que no sabia muy bien como actuar, no sabia de quien me hablaba ni el motivo por el que me chillaba de esa manera, pero también he de confesar que me sentí...complacido, no se si esa sea la palabra correcta, pero creo que me sentí así, estaba dolido por haberme visto con otra persona, eso me hizo pensar que me quería, que realmente le importaba y me deje llevar, pero cuando vi que no se explicaba que tan solo gritaba y me amenazaba, no pude mas, mi orgullo me impedía dejarme tratar como un trapo y no medí mis actos...yo jamás quise hablarte así y muchos menos empujarte, tu sabes que nunca te he tratado así, que eres lo único que tengo en el mundo y que por ti haría lo impensable, pero en ese momento estaba cegado por la rabia, lo siento, de verdad que lamento haber dado ese espectáculo.-Dray miraba a sus padres sin saber muy bien que decir, las palabras no querían salir de su boca, pero en su mente estaba claro, ellos se querían y quizás el tardara un poco en entenderlo, no tenia experiencia en ese campo, pero estaba claro que se querían y el era el único lazo que los unía, su vinculo, alguien que no había sido buscado pero que era amado por esos hombres como lo mas preciado de sus vidas.
- Yo...os perdono, pero quiero que sepáis que nunca en la vida me he sentido así antes, me habéis echo daño, pero también se que con mi huida vosotros habéis sufrido, yo no pretendía eso, tan solo me encontraba frustrado con vuestra actitud, que si no lo quiero, que si me traiciono...blablabla, me teníais harto.-El niño se puso de pie y se sacudió un poco la ropa.-así que si no hay represalias, por mi todo esta en paz.-Diciendo esto extendió su mano hasta Draco y cuando este la estrecho, la acerco a Harry y unió sus manos.-Ahora dejadme en paz y hablad un rato, Maria me prometió que me enseñaría a hacer pasteles, hasta luego.-Dicho y echo, el niño se alejo en dirección al restaurante dejando solos y sorprendidos a ambos padres.

Sus ojos vieron alejarse al chico y se pregunto en su interior cuanto tiempo tardaría en volver a tener problemas con el o con su padre, no sabia cual llegaría antes. No tuvo que preguntarse durante demasiado tiempo.

- Harry, nos toca.

- Esto no es la carnicería Draco, no hemos cogido numero.-El aludido lo miro extrañado y Harry hizo un mohín de incomprensión.-Déjalo Draco, hablan los nervios por mi.

- Todos estamos nerviosos, es normal.

- Si lo es, pero ya paso todo, ya podemos estar tranquilos y volver a nuestra vida de nuevo.-El moreno se levanto alargando su mano hacia el otro, invitándolo a levantarse también, pero no lo hizo, tan solo la cogió y tiro de ella para sentarlo de nuevo en la arena.

- Harry, ¿estas intentando evitar una conversación que nos debemos?-Este le miro con cara culpable, pero intentado que tan solo pareciese sorprendido, cosa que no consiguió.

- No intento nada Draco, es tan solo que me muero por llegar a Hogwarts y descansar, estos dos días han sido demasiado largos para mí.

- ¿Y no crees que once años han sido demasiado largos para mí?

- No te entiendo Draco.

- Muy bien, entonces te lo explicare. Quiero que me devuelvas los once años de la vida de mi hijo que me he perdido, todas esas noches en que podría haber besado su frente después del cuento antes de dormir, todos esos días que podría haberle acompañado al colegio y no lo hice, no lo se, tantos momentos que quisiera tener en mi memoria y no tengo Harry, los quiero, ¡son míos! -Harry estaba empezando a asustarse, Draco tenia puesta su mascara, esa que no dejaba translucir ninguna de sus emociones, ahora mismo no le llegaba una lectura clara de lo que sentía el hombre frente a el, pero estaba dispuesto a plantar cara si era lo que quería, no perdería el control, quería dejar las cosas claras de una vez y ese era el momento.

- Draco, estas pidiendo cosas que ya no están en mi mano…

- No he terminado, aun quiero mas cosas que me pertenecen y tu no me has dado.-El hombre rubio agachó la cabeza y copio un puñado de arena.- ¿Ves como se escapan los granos de arena entre mis dedos?, así se han escapado mis años Harry, mis ilusiones. Llevo toda la vida detrás de algo que nunca he sabido que es, cuando niño pensé que eras tú, destruirte más bien, hacer feliz a mi padre mediante tu sufrimiento, pero el tiempo y conocerte mejor me enseño que eso no era lo que buscaba. Luego crecimos y pensé que el amor podría darme lo que buscaba, pero el amor se me escapo también, una mujer, que ironía que no existiese aquella que me dejo tan solo.

- Sabes que lo siento…-Draco fue rápido llegando hasta sus labios, callando las palabras de disculpa que no quería oír, solo quería que sus intenciones llegaran hasta el otro, mas que sus palabras o sus hechos, quería quitar su mascara para siempre y que harry tuviese certeza de sus sentimientos. Cuando se separo del moreno esta tenia los ojos cerrados y apartaba su cara, Draco le acaricio la mejilla evitando así que se apartara del todo.

- Se que lo sientes, pero no sabes lo mucho que yo lo siento también. He sido un completo egoísta Harry, te lo he hecho pasar tan mal si haber necesidad, tan solo porque mi orgullo estaba herido. Me reconozco culpable de haber querido hacerte daño, de haber deseado que sufrieras tanto como yo sufrí cuando supe la verdad, de haber querido irme de tu vida y no volver jamás, para que supieras lo que es que te priven de la persona que amas. Pero soy un completo estupido, estaba tan cegado por la rabia que no me di cuenta que tu ya has pasado por todo eso, tu ya has vivido sin la persona que amas, con una vida que ha sido feliz pero no todo lo que podría haberlo sido, siempre te falto algo, como a mi, por eso creo que es el momento de dejar atrás tanto sufrimiento sin sentido, nos queremos Harry, devolvámonos el uno al otro todo lo que nos debemos y sigamos adelante como una familia, juntos, los tres.-Harry se reconocía a si mismo que estaba pletórico de alegría escuchando hablar a Draco, pero también era consciente de que eso no era bastante, seguía teniendo miedo de que nada fuese real, de que todo se viniese abajo otra vez y que esta vez no pudiese resistirlo.

- Yo..Draco, yo necesito estar seguro de que todo va a ser como dices, no soy tan fuerte como parece ¿sabes?, necesito saber que será como dices, porque si todo vuelve a fallar no se como sobreviviré, yo…necesito un poco de tiempo.-Acto seguido se levanto y tendiéndole una mano al otro, este se levanto también.

- Lo entiendo Harry, será como tu quieres.-Harry lo miro a los ojos y le sonrió levemente mientras acariciaba la pálida mejilla, Draco cerro sus ojos disfrutándola mientras rogaba por mas.

- Gracias Draco.-El aludido abrió sus ojos justo para ver como Harry se acercaba hacia su cara y plantaba un dulce y casto beso en su mejilla. El rubio sonrió suavemente mientras buscaba la mano de Harry para juntos dirigirse hacia el restaurante y acabar de una vez con el periplo que su hijo había organizado.