Se sentó enfrente de Malfoy y lo observo, se sentía mal por como lo había tratado, pero considero que era normal, ese ser tan triste que tenia delante se había pasado seis años haciéndole la vida imposible, pero no le gustaba verlo así.

Arriesgándose a lo peor se quito la capa que hasta ese momento lo tenia protegido. El otro chico, que tenia su cabeza enterrada en sus piernas y estas recogidas en su pecho, no se dio cuenta hasta que sintió una mano en su brazo. Todo le daba igual ya, incluso quien osaba tocarle le daba igual, quien fuera, pero no esperaba que fuese él.

- ¿tu?, veo que mi mala suerte me persigue, luego dices que el que se aburre soy yo.

- Eres la ultima persona que esperaba encontrar aquí, ¿qué te ocurre?.

- ¿por qué piensas que te lo voy a contar, acaso como tu dices, somos amigos?

- Pues no lo parece pero aparte de que ayer te conté lo que me preocupaba, ahora me parece que necesitas alguien que te escuche a ti.

- ¿por qué siempre tienes que ser tan asquerosamente bueno?, eso aburre ya, deberías de buscarte otro repertorio.

- Ahora mismo no quería ser bueno, solo quería estar solo y tu, me has interrumpido, así que si no tienes nada de que hablar, ya té estas largando, yo llegue primero.

El rubio, escondió su cara de nuevo y Harry noto como temblaba, estaba sollozando otra vez y parecía que esta vez no pararía. No sabia que hacer, si echarlo a patadas, o abrazarlo y tratar de calmarlo, cualquiera de las dos opciones no era muy buena, pero tenia que escoger y lo hizo.
Se sitúo a su lado y le abrazo, esperaba un bufido que no llego, tenia los ojos cerrados en espera de los gritos y lo único que sucedió es que unos brazos le rodearon y sintió un aliento entrecortado en su cuello, eso si que era llorar, sentía no tener un pañuelo en ese momento, le hubiese venido muy bien.

- Tranquilo Draco, llora, pero cálmate, esto no te puede hacer bien, esto....recuerda que tu no sueles llorar y la falta de costumbre....déjalo, no he dicho nada, si lo que te pide tu cuerpo es llorar, pues hazlo, no te preocupes.

El chico lloro hasta que sus lagrimas se secaron y cayo rendido en los brazos de Harry, cuando este lo acurrucaba entre sus brazos, todavía podía sentir los hipidos lastimeros del otro, así se durmieron, Harry los tapo a ambos con la capa y se quedo con él, no quería dejarlo solo, no hasta saber lo que le ocurría.


- Harry, eh, Harry, despierta, ¡despierta!.

- ¿Qué pasa, Ron?, déjame dormir un poco mas, dile a la pesada de tu novia que se pierda.

- No soy Weasley y despierta ya de una vez, es tarde, tenemos que irnos.

- Malfoy, ya decía yo que estaba incomodo.

- Muy gracioso Potter, son las seis de la mañana, te aconsejo que te vayas a tu torre y te despejes, no falta mucho para el comienzo de las clases.

- Gracias por tan maravillosa noche, un placer absoluto tu compañía.

Harry se dirigió a la puerta, ya la tenia a medio abrir cuando oyó que el otro chico le hablaba, se giro restregándose todavía los ojos que se negaban a despertar del todo.

- Potter.....gracias.

- ¿Por?

- Agudo sentido del humor el tuyo, si esperas que te lo repita vas listo.

- De nada Malfoy, un placer poder ayudarte.

Le sonrió y abandono la estancia, Malfoy lo miro de reojo, no sabia que pensar. La verdad es que no sabia que pensar de nada de lo que paso la anterior noche, solo sabia que estaba tranquilo, que pudo descargar su alma y sentirse bien por un día. Lo que no le hacia tanta gracia era tener que deberle esa tranquilidad a Potter, pero su abrazo le consoló justo como le hacia falta, le gusto sentir que se preocupaba por él, pensó que por una vez nada pasaría y con ese pensamiento abandono la habitación rumbo a su casa.


- ¡¿Dónde has dormido?! .

Ese fue su recibimiento en la sala común, sus dos amigos habían pasado la noche en el sofá y por lo que parecía, no por su gusto.

- Contesta, ¿donde has estado, es que te da igual que nos preocupemos por ti?.

- ¿Desde cuando tu madre te ha prestado su carácter Ron?, a lo mejor tu tienes que darle cuentas a los demás de los pasos que das, yo, no, y a ti menos.

Esta vez fue Hermione quien hablo, la chica no podía creer que Harry les hablase de esa manera, no después de que lo querían como un hermano y como tales se preocupaban.

- Por favor no nos hables así, te queremos y creo que no nos merecemos esto, solo temíamos que te hubiese pasado algo, como están las cosas no es para coger y perderse toda una noche.

- Lo siento, tenéis razón, no es momento de escapadas nocturnas, pero es que no sabéis lo que es soñar todas las noches lo mismo, no tener descanso, ni para mi cuerpo ni para mi alma, necesito estar solo, ordenar mis ideas y encontrar una solución a toda esta mierda, no quiero amargaros con mis problemas.

- Harry, tus problemas son los nuestros, no solo porque se supone que tu solucionaras este caos, también porque, por lo menos para mí, eres como el hermano que no tengo y si no me preocupo por mi hermano, ¿por quien debo hacerlo?.

- Lo sé, yo también os quiero, pero ahí cosas que vosotros no podéis comprender y ahí cosas que aunque quiera no os puedo contar, no os preocupéis, estaré bien, es solo, que necesito tiempo, ¿vale?.

Los dejo rumiando sus palabras y se fue directo a las duchas, mientras el agua corría por su cuerpo, pensó en la noche pasada.

No pudo ver a sus padres, lo bueno de la noche fue que la pena de alguien quedo aliviada, aunque no la suya, todavía no podía creer a quien había estado consolando, pero así había sido, curiosa ayuda.

Malfoy tan solo necesitaba un hombro sobre el que llorar, intentaría averiguar que le afligía tanto, tuvo el pensamiento egoísta, ya que el no tenia solución aparente, puede que el otro tuviera arreglo.


Las clases seguían su curso con normalidad, es decir, aburridas, excepto la de Snape, que como siempre seguía quitándole puntos hasta por respirar.

Sus amigos seguían a su lado, pero a la vez, cada día mas lejos, lo entendía perfectamente, si el tuviera a quien amar, también procuraría estar con esa persona, no echaba de menos la compañía de alguien, pero si quizás, de vez en cuando por lo menos, un abrazo menos “fraternal” que el de un amigo.

* No me voy a engañar a mí mismo, nunca he sentido la llamada del amor, solo un montón de interesados en mi fama, hasta eso tiene que joderlo Voldemort, nunca se acercan por mí, la verdad es que no me importaría enamorarme y sentirme querido, seguro que es algo fantástico.

Total, que más da, no tengo derecho, no seria justo que alguien me quisiera, para luego hacerlo sufrir, seguro que al día siguiente estaría muerto, seria un alto precio a pagar por alguien como yo*.

Estos son los pensamientos que lo acompañaban todos los días, se sorprendía a si mismo pensando un poco en el amor cada día, sus pensamientos siempre acababan igual, un ligero movimiento de cabeza, como para quitar un mal sueño y a pensar en otra cosa, no creía necesario que su mente volara hacia algo que sinceramente en ese momento no tenia cabida en la locura de esa maldita guerra.

También tenia como novedad sus clases de oclumancia, estas no tenían nada de divertido, sobre todo teniendo en cuenta que se las impartía Snape. No era agradable tenerlo en su cabeza, hurgando en sus pensamientos, en su dolor, pero Dumbledore lo había obligado, decía que era por su bien, en el fondo pensaba que era por fastidiarlo.

Le consolaba los adelantos que estaba teniendo en estos días. Ya casi tenia su mente lo suficientemente fuerte como para cerrarla sin dolor, no era suficiente, pero era un gran adelanto, si no le dolía, seria más fácil.

También seguían sus paseos nocturnos al espejo, no podía evitarlo, la necesidad de ver a lo que más quería era superior a el, vale que muchos de esos momentos, los compartía con Malfoy, pero ese era un mal menor.

Nunca habían tocado el tema de la primera noche, es mas, apenas cruzaban palabra, siempre se sentaban juntos, frente al espejo, y juntos miraban su interior, cada uno deleitándose en sus deseos, en sus anhelos.

Todo eso cambio una noche.



- ¿Qué ves Malfoy, que imagen te devuelve el espejo?.

- No te importa Potter.

- Si tu me dices lo que ves, yo te digo lo que veo.

- No me interesa lo que tu puedas ver, seguro que te ves como campeón de tu casa, o como capitán del equipo, a saber, lo mismo hasta te devuelve imágenes calenturientas, seguro que tu mayor deseo es un polvo, jajaja.

- De verdad que a veces puedes ser muy desagradable, me das pena, ¿cómo puedes corromper algo tan bello como lo que veo?, olvida lo que te pregunte, me importa una mierda cuales son tus deseos.

- ¡Vale, no te pongas así!, es que no me gusta hablar del tema, es mas, a nadie le he hablado del tema, dime, ¿qué ves?.

Receloso, pero con ganas de descargarse, empezo a hablar.

- A mis padres, a Sirius, una casa con jardín, una vida que no tengo, a veces hasta me veo a mí, sin cicatriz, soy un chico que juega en la calle, con amigos que me quieren por como soy, no por lo que represento, ojala fuera cierto todo lo que veo.

- Pero tu tienes amigos, tienes al Weasley y a la sang......., a Granger, ellos están contigo porque te quieren, por lo menos nunca los he visto interesados en ti de esa manera que dices.

- Pues si, pero ahora me siento muy solo, ellos tienen su propia vida y no siempre los puedo arrastrar conmigo. No es justo para ellos, ahora se tienen el uno al otro y no puedo arriesgar mas sus vidas, no es que quiera hacerlo, pero siempre están ahí, así que procuro alejarlos un poco, espero que esto los hagas felices en el futuro, yo no lo tengo y espero que ellos si.

- ¿No tienes futuro, de donde te sacas eso?, tu tienes que ser el salvador del mundo. Cuando todo esto acabe, todas las puertas estarán abiertas ante ti, eres un poco fatalista.

- Menos cachondeo Malfoy, yo tengo una misión que cumplir, pero antes de eso tengo un objetivo claro, cuando lo lleve a cabo, me da igual lo que venga después.

- ¿Y cual es ese objetivo, que puede ser más importante que acabar con Voldemort?

- Matar a Bellatrix Lestrange.

- ¡¿Qué, esa es tu prioridad?!, no me lo puedo creer, todo el mundo volcado en ti y tu pensando eso, ¿desde cuando esa mujer es más importante que Voldemort?.

- Desde que mato a mi padrino y con él, lo único que me quedaba en el mundo.

- Pues siento decirte que eso va a ser imposible, mi tía no se va a dejar tan fácilmente, para acercarte a ella, tendrías que acercarte a quien tu sabes y desde luego el no te concedería la gracia de matarla, es su favorita y su arma más destructiva.

- ¡¿Tu tía?!, ¡ no me gustan este tipo de bromas Malfoy!.

- No es una broma, aparte de prima de tu padrino, es hermana de mi madre, Pero no me importa que la mates, es un demonio.

- ¡¿Y té quedas tan tranquilo, me dices eso y no te importa?!.

- ¡No, no me importa, mátala, así lo harás todo más fácil!

Harry, estaba confuso, no entendía la reacción de Malfoy. Se llevo las manos a la cabeza y se meso los cabellos. El jamás le podría dar permiso a alguien para acabar con la vida de su tío, eso era impensable, pero por lo que intuyo de las palabras del chico, eso era algo que le traía sin cuidado, ¿querría a alguien en este mundo, o es que sus males tenían algo que ver con ella?, mañana se interesaría por eso, por hoy ya tuvo bastante.

- Me voy.

- ¡Espera!

- Ahora que quieres, me duele la cabeza Malfoy, mi cupo de tonterías esta completo.

Mientras se giraba iba diciendo todo esto, solo cuando se giro del todo pudo ver bien a quien tenia delante, el rubio estaba de pie, delante de él y le extendía una mano.

- ¿Hasta mañana?

Harry no contesto, solo se acerco lentamente y le estrecho la mano, con una ligera inclinación de cabeza asintió y se quedo mirando al rubio a los ojos, quería creer que ese amago de amistad era sincero.

Si en ese momento hubiesen mirado el espejo, en el cual ambos se reflejaban, habrían visto otra imagen, dos chicos iguales a ellos, sus reflejos, haciendo realidad un deseo oculto, un abrazo profundo, una amistad emergente, algo que los dos necesitaban mas que el aire.