Se cubrió con la capa y con paso rápido se dirigió a su torre, no era el momento de cruzarse con Filch.

Todo estaba en silencio, aparte claro de los ronquidos de Ron, no entendía como podía roncar de esa manera, se compadeció de Hermione, no pensaba dedicarle ni un segundo de su tiempo a callarlo, se metió en la cama, hecho las cortinas y dijo el hechizo de silencio exterior.

Miraba las telas que hacían de techo de su cama con sus manos como almohada, no podía dormir, ni siquiera intentarlo, ¿para qué?, tenia miedo, miedo por lo que podría venir en esos sueños, quizás por lo que todavía podía mostrarle, mas cosas escondidas de el, cosas que a lo mejor el sabia pero su mente se negaba a dejar salir.

Para obligarse a despejar la mente intento pensar en otra cosa, pero se complico un poco mas su existencia al acordarse de Draco.

Cierto era que su vida había cambiado en muy poco tiempo, pero nunca pensó que podía cambiar tan radicalmente. Sus mejores amigos salían juntos y apenas los veía, cosa totalmente lógica y que comprendía a la perfección, no podía ni quería estar en medio de una relación. Bastante tenia con la suya propia, que ni siquiera sabia de donde había salido.

No hacia mas de una semana que había entablado una amistad muy peculiar con Draco, se toleraban mutuamente y poco mas, la imagen del chico llorando en su hombro le hizo estremecer, todo aquello fue muy rápido, el beso, todavía notaba los suaves labios en los suyos y la calidez del momento, la confesión, cuanto dolor tenia escondido el hasta entonces su enemigo, el día que le hizo el amor, cuanta entrega y amor en un acto tan banal, cuanto amor le demostró y cuanto encontró dentro de si para dar, no sabia que le quedara.

Y entonces llego, no tenia bastante, siempre había algo mas en su vida, algo que le hiciera sufrir un poco mas. Todavía no podía creer el giro de la situación, de ser un chico con poca o escasa opción de victoria, había pasado a tener la derrota de lord Voldemort en sus manos, irónico, muy irónico resultaba todo.

Tenia que recabar mas información, ese hechizo, en alguien debió de confiar su padre, alguien a quien contárselo, seguro que “ el “, lo sabría.

Sus pensamientos eran volutas de humo que se mezclaban en la fría noche, humo de inconsciencia que llegaba poco a poco y lo sumía en el sueño, no quería dejarse vencer por el sueño, pero esta batalla no la ganaría, durmió un sueño rápido, plagado de....nada, vacío de miedos, pesadillas y otros temores, en sueños sonrió, que placer saber que su mente por primera vez en mucho tiempo, era solo suya.


La mañana llego demasiado pronto, y tenia forma de búho, este repiqueteaba en el cristal de la ventana, con los ojos todavía pegados se levanto y le dejo pasar, este le tendió la garra y dejo que cogiera la nota.

Se restregó los ojos todavía crédulo por lo que acababa de leer, así que lo leyó de nuevo.

“ Harry, necesito verte, necesito oírte decirme que me amas, necesito saber que no tuve un mal sueño y que tu estas a mi lado, solo te necesito, nada mas, no anhelo nada mas que quererte.
Búscame después del desayuno, estaré en el lago, donde nos miramos por primera vez sin ser enemigos.

Te quiero. Draco”.

Debía de tener cara de estúpido, ya que así se lo hizo saber Ron, que se reía abiertamente.

- ¡Jajaja!, ¡que cara tienes!, ¿quién te escribe cartitas de amor tan temprano eh Harry?.

- Solo porque tu no seas un romántico no te lo voy a decir, ya podrías tomar ejemplo y hacer sentir a Hermione un poco mas especial de vez en cuando, soso, que eres un soso.

- ¡Ehhh, que yo soy muy romántico, sino pregúntale!.

Levanto la barbilla de forma altiva y se dirigió al baño preguntándose todavía quien le escribiría a Harry, si que tenia que ser romántico quien le escribiese para que se pusiera de esa manera.

Harry mientras tanto sonreía, le había picado el orgullo al pelirrojo, hasta que se acordó de la nota y su sonrisa se borro, le tendría que decir a estos dos sobre su relación, pero quería estar mas preparado, no era el momento.

Fue hasta su baúl y saco su ropa, se vistió rápido y bajo a la sala común, Hermione ya estaba ahí esperándolos.

- ¡Hola Harry!,¿que tal has dormido?.

- Como nunca ¿y tu?.

- Muy bien, ¿hoy no has soñado con el?.

- Nop, jeje, ya te digo que en mi vida he dormido mejor, ¿raro no?, pero me da igual, no me voy a preocupar con eso, pero le daré las gracias por dejarme dormir cuando lo vea.

- Muy gracioso, ¿Ron no seguirá durmiendo no?, como lleguemos tarde lo mato.

- ¡Ya estoy aquí, asesina despiadada, aunque si quieres matarme se una manera buenísima.

- ¡Ron!, eres de lo mas vulgar.- Se dio la vuelta enfadada y salió por el retrato sin mirar atrás.

- ¿Qué he dicho?, solo quería que me matara a besos.

- Jajajaja, ay Ron, te matan las formas, anda vamos.

Cuando llegaron al comedor este ya estaba lleno, así que Harry aprovecho la algarabía para mirar la mesa de Slytherin. Allí estaba, mirándole, moviendo los labios sin emitir sonido le dijo, “te amo”, Harry contesto de igual forma y sosteniéndole la sonrisa se giro hacia su mesa y se sentó.

- Mione, a ver si tu le puedes sacar quien es su amante secreta, la cual le manda notas al amanecer.

- ¿Te mandan notas?, ¿y dime quien es, la conozco, de que casa es, es guapa, ay, venga dímelo?.

- Si, no te lo digo, si, es de...mejor tampoco lo digo y si, es guapísim...

- Pero que misterioso te has vuelto, ¿una pistita?.

- Jajaja, vale, es rubi...

- ¡¿No será Pansy?!.

- ¡Por favor, no tengo tan mal gusto!, además, de este tema tenemos que hablar, pero ahora no, mejor cuando este preparado, pero prometo que será pronto, sabéis que sois lo que mas quiero, así que esto lo hablaremos tranquilamente, lo tendréis que asimilar.

- Harry me estas asustando, hablas como si no nos fuese a gustar, si tu te fijaste en ella es que algo tiene, así que no será tan mala.

- Bueno, ya acabe así que me voy, tengo prisa, ¿qué clase tenemos ahora Mione?.

- Vosotros adivinación, yo tengo runas antiguas, así que os veré mas tarde.

- Vale, ya si me voy....chicos una cosa, no es ella, ya hablaremos.

- ¿Cómo que no es ella, que quieres decir?, ¿no será .....?, ¡Harry!.

Abandono el salón y corrió hasta el lago. Pensó que seria mejor ir soltando pequeñas verdades en vez de soltarlo todo de golpe, seguro que luego lo acosarían a preguntas.

Sabia que Draco ya estaba allí, lo vio salir del comedor cuando discutía con sus amigos, así que bordeo el Haya con la intención de sorprenderlo, pero el sorprendido fue el, no esperaba esa cara.

- ¿Ya os habéis reído bastante de mi tu y tus amiguitos?.

- ¿qué dices, no entiendo?.

- Te vi reírte con ellos, seguro que le contaste todo a esos dos y se lo pasaron en grande riéndose de mi.

- No seas ridículo, porque tu no te rías con tus amigos no significa que yo no lo pueda hacer, además no les he contado nada...todavía.

- ¡¿Y lo vas ha hacer?, ¿les vas a contar que te reíste de mi, que me engañaste....que no me quieres?¡.

- ¡¿De donde sacas esas cosas?, ¿qué mente enferma te comió la cabeza?, eso es una sarta de estupideces y no se como puedes pensar así después de todo lo que hemos pasado en estos días¡.

Draco estaba al borde de las lagrimas, pero no lloraría, estaba muy dolido por lo que le habían dicho, y el era tan tonto que se lo creyó todo, ahora lo veía, veía en sus ojos la decepción, la ira, y también el amor, que ciego, que celoso, que idiota.

- Yo...lo siento, creí en lo que me dijeron, no debí hacer caso, no tendría que haber escuchado, por favor, ¿podrás perdonarme?.

Harry se sentó a su lado y lo rodeo por el hombro con su brazo, su cara se calmo, pero se juro que le daría una lección al que incito esta pelea(ósea a mi, jejeje).

- Claro que te perdono, pero si empezamos nuestra relación con estos malos rollos, mal vamos, ¿quién te dijo tantas cosas para hacerte dudar de mi?.

- Pues....fue mi padrino, esta mañana después del desayuno me cogió aparte y me contó que no podemos estar juntos porque tienes una enfermedad muggle, dijo que era SIDA o algo así y que mi vida corría peligro, que me saldrían pústulas por la cara y el cuerpo, que mi cuerpo se deformaría horriblemente....

- Que bien te conoce, te dio en tu punto débil, ¡pero que creído eres, jajaja, serias capaz de dejarme para que tu preciosa carita no corriera peligro, ays pero que tonto eres!, te lo has tragado todo, eso es mentira.

- Pero no entiendo entonces por que dijo todo eso, me podría haber dado unas razones lógicas no una sarta de mentiras.

- No quiere que su precioso ahijado este conmigo, piensa que voy a hacerte daño y que bastante daño has sufrido ya como para encima tener que sufrirme a mi, solo eso, pero no se va a salir con la suya, tu ya eres mío y nada de lo que diga cambiara eso.

- ¿Tuyo?, ¿y yo no obtengo nada a cambio?, que injusto, ¿no?.

- Tu eres mío y yo tuyo, no creo que sea poco, yo te quiero y tu a mi, perfecto ¿no?, aunque aun queda mucho por delante, solo de pensarlo me vuelvo loco, hay unas cuantas cosas que resolver primero, como por ejemplo, matar a cierto profesor, lo demás por ahora puede esperar.

- Las clases creo que no, así que vamos.

- Se te olvida algo.

- ¿El que?.

- Todavía no me has besado y sin un beso no me voy...y tu tampoco.

- Pero podrían vernos, es muy arriesgado y adem....

Ya no pudo decir nada mas, Harry lo cogió por la nuca y lo atrajo hacia si envolviéndolo en un suave beso, nada importaba, que los mirase quien quisiera, dentro de poco eso no importaría. Despacio abandono la boca amada y lo miro por largo rato, tuvo que soltarlo, no se sentía dueño de la situación y no sabia lo que pasaría, así que se alejo un poco y lo alentó hacia el colegio. El mohín de Draco le hizo sonreír, miro alrededor y le beso de nuevo.

Sus manos se separaron al llegar a la gran escalera, pero no sus ojos que se decían muchas cosas, cosas que tendrían que esperar hasta mas tarde para ser pronunciadas.


Ron lo esperaba en la entrada del aula, no parecía de muy buen humor, así que lo esquivo y entro en clase, se sentó en la parte mas alejada donde tendrían tranquilidad para hablar, Ron se sentó a su lado empujando a Thomas para que se fuese de allí, este compungido se alejo.

- Pero que borde eres, no hacia falta tratarlo así.

- Peor te voy a tratar a ti sino me dices ahora mismo que lío te traes entre manos y con quien.

- Ya os dije que cuando estuviera preparado hablaría con vosotros.

- Harry, somos amigos desde hace seis años, este año es el ultimo, no para nosotros ya que estudiaremos juntos para Auror, así que serán muchos años mas estando juntos. Nunca has tenido novia, yo lo sabría si la hubieses tenido, así que en nombre de esta amistad, exijo saber quien te ha sorbido el seso y porque insinuaste eso que creímos oír, porque yo todavía espero haber oído mal.

- Si te pones así de serio me lo voy a creer, no tengo porque darte explicaciones, pero si así lo quieres. Si, oíste bien, no son imaginaciones, estoy con un chico y eso es todo lo que voy a decirte por ahora, hay cosas mas importantes que debo contarte ahora.

- Pues yo creo que esto lo supera todo, así que empieza, ¿quién es?.

- Lo que tengo que decirte supera a todo lo que puedas imaginar.

- Prueba.

- Tengo una nueva baza contra Voldemort.

- ¡¿Qué?!.

- Chicos un poco de silencio ahí al fondo, me desconcentráis el aura.

- Si profesora Trelawney perdón.

Harry procedió a contarle el capitulo de la noche pasada, omitiendo detalles obviamente, a medida que contaba la cara del pelirrojo cambiaba de color, hasta alcanzar el de su pelo y pasarlo de largo, cuando termino, este estaba blanco.

- Harry no entiendo nada, ¿cómo es posible que tu padre hiciese algo así?, tuvo que ser un genio o algo así, muy pocos magos ahí hoy en día que sean capaces de inventar un hechizo nuevo y mas tan poderoso.

- No lo se Ron, tengo que investigar mas, a mi tampoco me quedo muy claro, me faltan trozos de la historia, así que en la hora libre que tenemos después de este peñazo voy a ir a enterarme.

- ¿Pero como vas a investigar?, si lo invento tu padre dudo que este escrito en algún lado Harry, a no ser...!claro¡.

- ¿Qué esta tan claro Ron?, explícate.

- Dumbledore te dijo que encontraron los escritos de tu padre, puede que el los tenga, si se los pides a lo mejor te los da.

- Si, claro, tan fácil, a veces creo que mas que ayudarme lo que quiere es que sea un soldadito de juguete en sus manos, ya no confío en el, me oculta demasiadas cosas y todas “por mi bien”, me tiene harto, además ya se con quien tengo que hablar.

- ¿Quién es el que sabría sobre eso?........¡ahhh!, ¡que listo eres Harry!, jajaja.

La clase termino por fin y quedo con Ron en verse en una hora para la clase de cuidado de criaturas mágicas, le pidió que pusiera al día a Hermione, así ahorraría saliva y tiempo.


Espero a que salieran todos los alumnos y entro cerrando la puerta, fue hasta el primer pupitre y se sentó.

- Necesito hablar contigo.

- ¡Harry!, ¿podrías ser mas ruidoso la próxima vez?, me has dado un susto de muerte.

- Lo siento, no lo pretendía. Casualmente así me sentí yo el otro día cuando algo me paso y no estuve prevenido.

- ¿Qué te paso, estas bien?-El profesor se acerco y se sentó a su lado mirándole fijamente.

- podría haber estado mejor si hubiese estado informado de cierta cosa que seguro tu sabes.

- Déjate de rodeos y habla, me estas asustando.

- ¿Tu sabias lo de el hechizo de mi padre?, el que hizo para protegerme.

- Si.-Su repuesta fue rotunda, mas de lo que esperaba Harry.

- ¿Por qué no me lo dijiste?, podría haber hecho mucho mas por todos si lo hubiese sabido, quizás Sirius estaría aquí, tenia la solución en las manos y nadie me lo dijo, ¿es que no confiáis en mi?.

- Si, claro que confiamos en ti, pero no queríamos lanzarte en brazos de ese loco solo para que tu probaras una teoría. Tu padre invento ese hechizo pero nunca lo probo, tendría que haber muerto para probarlo, así que hizo lo que pudo cuando le ataco ese monstruo, no se si fue el hechizo o su fuerza de voluntad lo que hizo que funcionara, ¿por qué funciono no?.

- Si, creo que si, me siento muy extraño, poderoso, alguna vez me sentí así, pero nunca con tanta convicción, ahora se que lo soy y se que podría vencerlo, pero tengo miedo, ¿y si es solo mi ego el que se siente así, y si es mentira ese poder?, no se que pensar.

- Se que es difícil, pero funcionara, ¿quieres saber como lo hizo?.

- ¡Por supuesto!.

- Tu conoces el hechizo protego ¿verdad?.

- Si, tu lo sabes, lo use en el torneo, pero no veo la relación, ese hechizo solo sirve para pequeñas maldiciones, así...

- Cállate y escucha, ese hechizo, como bien dices solo sirve para pequeñas maldiciones, pero tu padre lo modifico y le agrego otros hechizos de protección, también invento una pócima para que estuvieses protegido dentro de tu madre, jeje, no lo parecía pero tu padre era muy listo, me acuerdo de la cara de Lily cada vez que la hacia tomarse esa pócima, recuer....

- Que te desvías, deja las anécdotas para luego y sigue.

- Vale, vale, en el carácter te pareces a tu madre, bueno, como iba diciendo, nada mas enterarse de tu próxima llegada a este mundo empezó a estudiar, en ese tiempo era peor que Snape, todo el día encerrado entre probetas y libros, un caso vamos. Cuando tu madre estaba de cuatro meses dio con la solución, creo una pócima que convertía el útero en casi un acorazado contra maldiciones, se ve que también le añadía peso porque tu madre cada día pesaba mas, jejeje.

- Ejem, ejem.

- Yaaa, bueno esa pócima reforzaba no solo el útero sino también a ti, ¿nunca te has preguntado porque tus heridas sanan antes de lo normal?, me acuerdo que en el parto casi no pudieron cortar el cordón umbilical, se cargaron varias tijeras, ya sigo. El efecto de esa pócima es imperecedero, es decir, seguirá contigo hasta la tumba, así como el hechizo, este iba dirigido a que aquel que quisiera hacerte daño sufriese en sus propias carnes las heridas que te infligiera, tal y como paso, la combinación de el hechizo con la entrega de tu madre hizo que al decir Voldemort la maldición prohibida esta se volviese en su contra.

- Pero dijo Dumbledore que el hechizo lo implanto mi padre en el, ¿como entonces no lo protegió?.

- Fácil, el quería dañarte a ti y aunque el hechizo estaba latente en el, te defendió a ti, aun así el no murió, parte de el hechizo actuó en el, eso fue un fallo de tu padre, al no poder llegar a ti lo puso en el y eso le dio protección también, así que parte de la culpa de que el este aquí es suya, pero si no lo hacia así hubieses muerto, ¿lo entiendes?.

- Creo que si , aunque todavía me cuesta creerlo.

- ¿Quieres mas pruebas?-se levanto y cogió un abrecartas de su mesa-¿confías en mi?.

- Sabes que si, pero....¡Aysss!, ¡ que haces!. -El profesor le hizo un profundo corte en la palma de mano.

- Mírate la mano y di que no crees.

Harry se miro la mano y la mandíbula le cayo hasta el estomago, esta brillaba y despedía un humillo blanco, la sangre que segundos antes broto de la herida volvía a esta y la carne se cerraba sin dejar cicatriz, cerro los dedos sobre su palma sin sentir dolor, cuando los volvió a abrir nada indicaba que allí había tenido una herida, miro al profesor y miro su mano de nuevo, no sabia que decir hasta que se obligo.

- ¡Esto es alucinante, increíble¡, un momento, tu no sabias que esto pasaría ¿verdad?-el profesor lo miraba con los ojos brillantes y risueños.

- No, no lo sabia, pero quería hacer la prueba, si no hubiese funcionado Poppy me estaría matando ahora mismo, pero ya ves que funciono. Tu padre no era un gran mago, pero te quería y por ti mira lo que hizo, estudio mas en esos nueve meses que en toda su vida, juro que nunca lo vi tan aplicado.

- Entonces tengo mucho que agradecerle, no estaría aquí sino fuese por el, me dio la vida dos veces y juro que no será en vano.

- así me gusta que hables, los tres estarían muy orgullosos de ti Harry, yo también lo estoy.

- ¿Sabes que eres lo único que me queda?, cuando llegue la hora de la batalla, no quiero que te separes de mi, odiaría tener que enterrar a mi tercer padre, jajaja, que suerte tengo, nadie a tenido mas padres que yo.

- ¿Sabes que eres un cursi?, te quiero como a un hijo, pero en la hora de la batalla estaré luchando, no estaré escondiéndome detrás de un niño, espero que lo comprendas.

- Claro que lo comprendo, pero tu debes comprender que no quiera perderte.

- Eso no pasara. Lo que tienes que hacer es echarte una novia a la que proteger, espero que no me hagas abuelo muy tarde, pero tampoco mañana ¿eh?.

- Pues lo de ser abuelo va a estar difícil.

- ¿Por?, o no, no te gustan las chicas, ¿es eso?.

- ¿Interrumpo?.

La puerta se abrió mostrando la cabeza de Ron, el siempre oportuno Ron, entro y saludo a ambas personas.

- Hola Remus. Harry llegamos tarde.

- No ron, tu nunca interrumpes.-Dijo con sorna el profesor.-Harry tenemos una conversación pendiente y espero que se zanje pronto.

- así será y no te preocupes, te gustara, jeje.

Los dos chicos salieron del aula y siguieron camino hacia la cabaña de Hagrid, por el camino le explico a Ron lo del hechizo, casi se le salían las orbitas de la cara, estaba muy gracioso, pero la cara le cambio cuando llego y vio a los Slytherin.

- Ya llegaron esos indeseables, que pena que no este aquí Buckhead, así podría darle un buen arañazo a ese imbecil a ver si así se desaparecía de una vez.

- ¿Ya quieres meterte en problemas, o peor, meter a Hagrid?.

Este no dijo nada y siguió andando hasta llegar a la altura de Hermione, esta estaba hablando con el guardabosques y miraba recelosa una caja enorme que tenia este al lado y que hacia ruidos muy sospechosos.

- ¿Que has traído hoy Hagrid, no será peligroso no?.

- No...o eso creo, compre unos animalillos muy monos a un comerciante, creo que era Australiano, me los dejo muy baratos, a ti te van a encantar Mione, son una ricura.

- Mientras no echen fuego o algo así, me conformo.

- Bueno situaos allí que vamos a empezar.

Se colocaron al lado del grupito de Draco, Harry no pudo evitar mirarlo, casualmente el pensó lo mismo y se encontraron sus miradas, sonrieron y volvieron a su sitio, estaban juntos, uno al lado del otro, por detrás de la túnica Harry sintió una mano, la suya no tardo en llegar, así estuvieron unos minutos hasta que llego Hagrid con la caja.

- Bueno chicos, hoy voy a enseñaros a estos animalitos, son Taskos, una extraña leyenda de muerte les persigue pero no se porque, ¿a que son encantadores?.

Saco uno de los animales y lo mostró a los alumnos, el bichejo en verdad era bonito, tenia el tamaño de un Tití, pero era mas ancho que este, su pelo era marrón dorado con betas blancas a la altura del lomo, parecía una bola de algodón suave y esponjoso, tenia dos graciosas orejas circulares en lo mas alto de la cabeza, casi parecían un lazo, los ojillos eran vivos y redondos como canicas y su nariz grande y chata como la de un Koala , lo único alarmante de su anatomía eran sus uñas, largas y afiladas, Hagrid le había puesto pequeños corchos para inutilizarlas.

Sin poder evitarlo todas las chicas lanzaron al aire un sonoro “¡ Ohhh!”, eso si, ninguna se acerco, ya sabían los peligros de los animales de Hagrid, así que la ternura se acabo ahí.

- Podéis tocarlo si queréis, no hacen nada, yo he dormido con ellos esta noche en mi casa y no me ha pasado nada, a ver Harry tócalo a ver si se animan.

Harry en verdad apreciaba al semi-gigante, pero a veces lo mataría, no tenia ni chispa de ganas de tocar aquella cosa, pero hizo un esfuerzo y acercó su mano, antes de llegar a tocarlo una mano adelanto a la suya.

Todo paso muy rápido, el animal al sentir tantas manos cerca se asusto y se lanzo hacia lo primero que pillo, la casualidad hizo que Draco fuera su objetivo, se agarro a la túnica por la parte del pecho y abrió la boca mas inmensa que Harry había visto jamás, justo cuando le iba a atacar, este metió su brazo entre las mandíbulas y el animal quedo allí colgado, Harry no parecía notarlo, solo se volvió hacia Draco y le pregunto si estaba bien, Draco solo le miraba y le hacia aspavientos con las manos, Harry se miro el brazo y se desmayo, en el suelo había un gran charco rojo.