Oía murmullos a lo lejos, pero no sabría decir de donde provenían, a pesar de tener los ojos cerrados estaba mareado, así que los abrió, no podía pasar nada peor a no ser que el mareo se intensificara. No ocurrió.

Rápidamente se alteró al recordar el ataque del bicho de Hagrid, miró su brazo temiendo que no estuviese donde debía. Estaba. Lo sorprendente es que lo tenía intacto, ni un rasguño siquiera. Lo tocó con temor, posiblemente era una ilusión y no estaba, pero si, en el mismo sitio de siempre, movió la mano, el codo, estaba perfecto, increíble.

Miró hacia las voces que por fin pudo ubicar y vio quienes eran, Snape, Dumbledore, la enfermera Pomfrey que hablaba animadamente con el director y por último el profesor Lupin. Este lo miró y con una sonrisa caminó hacia él.

- ¿Cómo estás Harry?, ¿te encuentras bien?.

- Estupendo, un poco mareado quizás, pero nada más. ¿Qué ha pasado Remus?

- ¿No te acuerdas?, si me hubiese pasado lo que a ti yo lo recordaría seguro, jeje.

- Recuerdo que me mordió un Tasko y que me salía mucha sangre, creo que me desmayé porque no recuerdo nada más, ¿me han operado o me han dado poción crece huesos?.

- Ni uno ni otro, no han tenido que hacerte nada Harry, te has curado tu solito.

- ¡Bromeas!

- ¡No!, ¡en serio, has sido tu solo!, ¿te acuerdas de lo que te conté?, pues ahí tienes mas pruebas, incrédulo.

- ¡Pero esto es genial!, o no, no se, ¿y la sangre que perdí?, ¿eso no afecta? Quiero decir, cuando me cortaste, la sangre volvió sola, pero es que había mucha en el suelo.

- Por eso has estado aquí unas horas, tenías que fabricar más, la que deja de tocar tu cuerpo, parece ser que no vuelve.

Remus le miro con ternura y acaricio su cabello. Su expresión cambio y se levanto de donde estaba.

- Esto me recuerda que debes hablar con Severus. Vístete, te espera en su despacho.

Mientras hablaban no se dio cuenta de que Snape se había marchado. Se levantó y se vistió y antes de poder salir la enfermera lo miro de arriba a bajo y bufo. Parecía enfadada, quizás porque este año no vería a su enfermo favorito tan a menudo como solía. El director lo retuvo un poco hablándole de las maravillosas nuevas propiedades que su cuerpo tenía ahora. No le hizo mucho caso, pero le prometió que hablaría con él más tarde.

Cuando salió de la enfermería se encontró con sus amigos. Estos tenían cara de preocupación, pero les cambió en cuanto lo vieron.

- ¡Harry, fue genial, no veas que cantidad de sangre!

- ¡Ron!, ¡¿tu estas tonto o que?¿cómo se te ocurre decir eso?!, que poco tacto tienes.

- Tranquila Hermione, no pasa nada, si no me hubiese pasado a mi posiblemente pensara lo mismo.

- Es que todavía me parece increíble lo que te pasó, ¡tenías el brazo totalmente destrozado Harry, el hueso mas grande no media mas de dos milímetros y la cantidad de sangre que salía, ufff, horrible!

- Esto....Mione, creo que Ron a tenido más tacto que tu ahora mismo. No me des detalles por favor.

- Si claro, lo siento Harry.

- La pena de todo esto es que salvaste a ese imbécil de un buen bocado. Como me hubiese gustado que el mordisco se lo llevara él, ¡seguro que hubiese chillado como cuando le ataco Buckbeack!, jajaja.

- ¡Ron!, ¿cómo se te ocurre decir algo así?, si le hubiese mordido a él, posiblemente hubiese perdido el brazo. Menos mal que Harry lo salvó, ¿qué oportuno, no Harry?

- Eh.. pues si, menos mal que estaba yo allí, esto...chicos, tengo que irme, Snape me espera, quiere hablar conmigo, luego nos vemos ¿vale?

- Claro Harry, hasta luego.


Dirigió sus pasos hacia las mazmorras, mientras pensaba en lo increíble de la situación, en lo increíble que era su vida desde que empezó el nuevo año. A pesar de todo lo que había vivido desde los once años, este prometía ser el más sorprendente de todos. Último año de estudios, por fin podría hacer magia en verano, quizás no tendría que volver con sus odiosos parientes, esto que le había pasado y Draco...lo que menos podía imaginar era lo de Draco, eso que lo del hechizo se llevaba la palma... quizás su deber era pensar en otras cosas mas importantes, como matar a cierto Lord oscuro que no le dejaba en paz y que aterrorizaba a el mundo entero, pero se creo sus propias prioridades. Nadie volvería a negarle la opción de amar y ser amado. 17 años sin amor eran demasiados, así que ese ser tendría que esperar.

En estos pensamientos andaba cuando alguien lo cogió y lo besó, no lo esperaba, pero cuando notó el sabor de esa boca supo quien era.

- ¡Draco!, ¿no eras tu el que se preocupaba de que nos viesen?.

- Me da igual, estaba muy preocupado, no sabía lo que pasaba y esos estúpidos que tienes por amigos no me dejaron quedarme, dijeron que yo allí no pintaba nada, si supieran...

- Estoy bien, en cuanto a mis amigos, no los insultes y si, si que sabrán pero más adelante. Quiero que todo el mundo lo sepa, pero ahora tu tienes que saber algo, acompáñame donde Snape, tengo que hablar con él.

Así que juntos se adentraron en las mazmorras, a la vez Harry le iba contando a Draco todo lo ocurrido desde aquella noche. Este alucinaba y no sabía que decir, solo atinó a decir que eso era genial. Estaba como colapsado por la información, Harry comprendió su reacción, tendría que asimilar el temor de Draco frente al hecho de que así no se retrasaría demasiado su lucha con el ser despreciable que lo forzó.

Llegaron al despacho del profesor, después de llamar entraron los dos y Snape les recibió con una mueca de desprecio en el rostro.

- Señor Malfoy, ya puede irse, gracias por acompañar a Potter hasta aquí pero ya no es necesaria su presencia.

- Preferiría que se quedara, si no le importa.

- ¡Claro que me importa!, ¿a que cree que juega Potter?, ¡esto no es una tontería más de las suyas, esto es serio y no quiero que él este implicado!.

- ¡Pero da la casualidad que él está conmigo y si quiere implicarse tiene todo el derecho del mundo!¡Usted no es nadie para ordenarme nada!

- ¿Se ha olvidado tan pronto de que soy su profesor y me debe un respeto?, 50 puntos menos para Gryf...

- ¡Ahora no estamos en clase y si va a quitarme puntos por algo, tenga un motivo coherente, no lo haga por celos!

- ¡Vaya!, me salió respondón, no me rete Potter, no sabe hasta donde puedo llegar...

- ¡No puede hacerme nada, llámeme engreído, recuérdeme que soy como mi padre, humílleme, nada de eso me afecta! ¡Si esto es personal, deje todo lo demás de lado y dígame que coño le pasa conmigo!

- Muy bien, quiero que no vuelva a acercarse a mi ahijado, nada más.

Harry iba a contestarle cuando Draco le puso la mano en el pecho deteniéndolo. Este se adelantó hasta su padrino y habló, con voz rotunda y madura.

- Sev, te olvidas de que estoy aquí y de que tengo opinión propia. No entiendo tus motivos, quizás hace un tiempo yo pensara como tu, pero ahora no puedo, por fin tengo algo noble en mi vida, por fin soy feliz... Hace mucho que no lo era, si tengo que elegir, no te gustará mi decisión, solo te pido que recuerdes que eres como mi padre, eres mi amigo y lo único que me queda en el mundo, aparte de mi madre, así que, ¿estas conmigo, o contra mi?

Su mirada era fría y desafiante, pero eso no ocultaba el profundo afecto que sentía por el hombre que tenía delante, su mente rogaba porque este tomara la decisión acertada.

- ¿Estas seguro de que esto es lo que quieres?, ¿cómo sabes que no es una trampa?, no sabes hasta que punto pueden ser rastreros los Gryffindor en cuanto a venganzas se refiere.

- Esto no es una venganza Sev, no te guíes por tus experiencias, esto es amor. Se que esa palabra esta muy manida por el uso indebido que todo el mundo hace de ella, pero es lo que yo siento. Yo también me sorprendo de hablar de amor incluyendo un Gryffindor en la misma frase, pero es así, nunca espere que fuese él quien el destino me deparaba, pero debo admitirlo y amarlo, y así lo haré, por eso pregunto de nuevo, ¿estarás conmigo y me apoyaras?

La cara del profesor no podía ocultar lo que su mente pensaba. Hizo un mohín de desprecio hacia Harry y luego miró a Draco, fijó sus ojos en los del chico e hizo un gesto distraído de asentimiento.

- Ya eres mayor para tomar tus decisiones, espero que estas no traigan consecuencias graves, pero me imagino que no te olvidas de tu tía, ¿qué vas ha hacer con respecto a ella?.

- Matarla en cuanto tenga ocasión.

- Recuerda que el Lord te dejó bajo su custodia y que si estás aquí ahora es porque ella así lo quiere. No te conviene retarla, aun no.

- ¡No pienso volver a verla a no ser que sea un cadáver y tenga que atestiguar que es ella ante el ministerio!, ¡nada en este mundo me obligará a volver con ella!.

- ¡No seas chiquillo Draco!, tendrás que hacerle frente, pero como un hombre con principios. Recuerda que tanto tu como yo estamos en peligro, así que no podrás volver a tu casa ni ver a tu madre hasta que esto acabe.

- Si no tengo mas remedio lo haré, pero por nada del mundo estaré delante de ella si no es en la guerra.

- Bueno señores, aclarado todo podemos hablar de lo que motivó su visita a mi aula.

Harry le tendió una mano conciliadora a su profesor, este le miró sorprendido, pero una mirada de su ahijado lo insto a estrecharla. Solo era un primer paso hacia una relación, sino amigable, si de tregua. Los dos querían lo mejor para Draco, así que se tendrían que aguantar, pero no como enemigos.

- Gracias por su comprensión profesor. Pero no vuelva a decirle nada tan dramático a Draco, no me gusto nada su mentira.

- Vale ya Potter, eso es asunto mío y no se haga ilusiones con nuestra actual situación, esto no quiere decir que le vaya a adoptar, ni que vaya a hacerle regalitos por navidad, solo le digo una ultima cosa: encontraré la manera de matarte si le haces daño. Mañana empezaremos con unas clases prácticas sobre inmunidad mágica, teoría de la levitación, proyección de la magia y uso indebido de la magia sin varita. Vaya a la biblioteca, Madame Pince le esta aguardando para darle los libros necesarios.

- Pe..pero, no entiendo.

- OH dios mío, ¿es que piensa enfrentarse a Voldemort sin haber practicado antes?, si cuando digo que es estúpido no me equivoco, no pensaría que porque tiene esas nuevas facultades todo iba a ser un camino de rosas ¿verdad?, madure por favor y piense un poco.

- Claro, tiene razón, esto tiene que controlarse, en verdad no lo pensé, lo siento, a primera hora estaré aquí.

- Muy bien, me alegra que me de la razón, por una vez. Hasta mañana entonces. Draco, ven a verme más tarde.

Ambos chicos se despidieron y se fueron hacia la biblioteca. Madame Pince le dio los libros con cara de no entender para que los quería y se marcharon, sabían muy bien donde querían ir y hacia alli dirigieron sus pasos.

Cuando entraron Harry emitió un sonido de sorpresa. La habitación estaba muy cambiada, dejó los libros y la observó. Lo primero es que estaba limpia, muy limpia, hasta las frías paredes de piedra resplandecían... ahora era luminosa y eso se debía a las grandes antorchas que adornaban las paredes... dos de ellas enmarcaban una bellísima cama con dosel que estaba cubierta con una colcha negra de terciopelo. Cuando Harry se acercó a mirarla de cerca, se le hizo un nudo en la garganta. No esperaba aquello. La colcha tenía un gran bordado central en el cual se dibujaban los emblemas de Slytherin y Gryffindor.

- ¿Esto a sido idea tuya?, me sorprendes Draco, ¿dónde queda tu orgullo Slytherin?, ¿o es que me amas tanto para olvidarte de él?.

- Pues mi orgullo esta muy presente, así que no te pases o la quito de inmediato.

- Vale, vale, no he dicho nada.

Siguió con su recorrido por la habitación. Las paredes estaban cubiertas de tapices, pero había uno que le llamo la atención, parecía un árbol genealógico, luego le preguntaría a Draco que significaba aquello. El espejo estaba ubicado al fondo de la habitación y dos antorchas más lo flanqueaban. Cogió a Draco de la mano y fue hacia el espejo, juntos lo miraron.

- Todavía no me has dicho lo que veías en él.

- ¿Es necesario que lo recuerde?, hace días que ya no lo veo, a veces me da miedo no verlo.

- ¿Tan malo era lo que veías?.

- No, era solo un sueño, la imagen de mis padres era lo que veía, junto a mi, queriéndome... mi padre ya no existe, así que es una simple ilusión. Desde hace días solo veo una cosa, ¿todavia quieres saber que es?.

- Claro que si.

- Pues antes, cuando estabas en la enfermería y no me dejaron entrar, vine aquí y vi algo que no veía desde antes de que mataran a mi padre. -A lo lejos se ve una montaña, muy verde, pero con nieve en la cima, el cielo es claro y ofrece una vista singular. Todo esta lleno de árboles, grandes pinos que tocan el cielo con sus puntas y entre estos ahí una casita blanca con un bonito tejado de madera a dos aguas. De la chimenea sale humo y un gran perro cubre con su cuerpo el felpudo de la entrada. Yo también estoy, me encuentro fuera de la casa, estoy sentado en una tumbona y me deleito con el paisaje, observo a unos niños que juegan cerca de una piscina pequeña, parecen tan felices, creo que son dos niñas, no las veo muy bien, están lejos, pero si se que son rubias, tienen el mismo color que yo, así que me imagino que son mis hijas...

- Es muy hermoso eso que ves Draco, suena idílico y si me permites hasta un poco cursi.

- ¡Eh, deja mis sueños en paz!, recuerda que lo que vemos reflejado es lo que anhela nuestro corazón, así que no te metas con eso.

- Ya me callo, sigue.

- Muy bien, eres capaz de romper el encanto de todo, en fin... Hoy vi algo más. Estaba sentado en la tumbona, pero a mi lado había otra, estaba vacía, así que busque al supuesto ocupante, lo vi a lo lejos, estaba con las niñas, jugaban a pasarse el balón y se reían felices, casi podía oír sus risas... era un hombre y creo que eras tu... ese pelo por muy lejos que estés es inconfundible.

- ¿De verdad piensas que soy yo?, ¡increíble¡, yo también veo eso, ahora mismo lo veo, desde otra perspectiva, si soy ese hombre y juego con las niñas, son gemelas y preciosas, tienen tu pelo, te veo a lo lejos, no estaba muy seguro de que fueses tu, pero al mirar a las niñas lo comprendo, son iguales que su padre, jeje. ¡Te quiero, te quiero tanto que no veo el día de hacer real ese reflejo!, porque lo haremos real, ya lo veras.

- Creo que si será así... Ven quiero enseñarte una cosa.

Lo cogió de la mano y lo guió hasta el tapiz que había llamado la atención de Harry, efectivamente era un árbol genealógico.

- Este árbol lo conozco, es el de los Black, vi uno parecido en casa de Sirius.

- Este es diferente, aquí están las dos ramas que conforman mi linaje, los Malfoy y los Black, ves, aquí es donde se juntan las dos familias-Dijo señalando la unión de sus padres, de estos descendía una fina línea que llegaba hasta el nombre de Draco. Como ves soy hijo único, ¿ves la pequeña línea que sale de mi nombre hacia la derecha?, ¿sabes lo que significa?.

- Pues ni idea, pero seguro que tu me lo dices.

- Podrías pensar un poco, aunque claro, se me olvida que eso a los Gryffindors no se os da muy bien.

Draco lo miro con su típica cara de Slytherin, aquella que hace tiempo que no veía y que le encanto ver en ese momento.

- Bueno, significa que he encontrado a quien a de ser mi esposa, esposo en este caso, por eso estoy tan seguro de que me quieres Harry, si no fuera así, esta línea no estaría aquí...

- ¿Eso es cierto?, entonces eso demuestra que tu también me quieres, no sabes lo feliz que soy, creo que nunca sentí tanta dicha, exceptuando el día que supe que era mago, aunque nada supera el día que te besé y comprendí que eras para mi, que te estuve esperando tanto tiempo y por fin llegaste.

- ¿Ahora quien es el cursi?, jaja, si, yo también te estuve esperando, que tontos fuimos todos estos años... tengo que pedirte perdón por todo el daño que te hice, por todas las malas pasadas que te jugué, por...

- Por nada, eso ya pasó y aunque confieso que no lo esperaba, ahora me alegro de que seas tu a quien amo, en cuanto a lo de las malas pasadas, se como cobrarme...pero todo en su momento, ahora debemos irnos, tenemos citas ineludibles.

- Si, mejor vamonos, Snape seguro que me espera y no tengo ganas de otro enfrentamiento. Luego nos vemos.

Salieron de la habitación y dándose un beso se despidieron. Draco fue hacia las habitaciones de Snape, en un recodo del pasadizo lo perdió de vista, que poco le gustaba dejar de verlo.

Harry debía hablar con Dumbledore, todavía no le había dado su punto de vista el director y eso era algo que nunca había pasado.

Por otra parte estaban sus amigos, había decidido que ya era hora de hablar con ellos, no quería retrasar mas esto.

Decidió que hablaría primero con el director, así que casi sin darse cuenta se encontró de pie frente a su despacho- cucurucho de cucarachas-, la gárgola se apartó lentamente y dejó paso a las escaleras, entró y estas empezaron a elevarse. Cuando llegó a las puertas las golpeo flojito con los nudillos y esperó.

- ¡Ah Harry eres tu, pasa!.¿Un te?.

- Eh...si gracias .

- Muy bien, siéntate.

Harry se sentó en una cómoda butaca que estaba justo enfrente de Fawkes. Este lo miró y salió volando hasta él, se posó en su pierna y acarició su cabeza con la mano que se le acercaba... como le gustaba ese pájaro, tenía un halo de misterio que lo rodeaba, cada vez que lo tocaba sentía que sus problemas o miedos se desvanecían. El pájaro se enroscó en el hueco de sus piernas y se dispuso a dormitar.

Dumbledore se sentó frente a él y con un gracioso movimiento de varita hizo aparecer un juego de te y lo colocó sobre una mesita cercana, sirvió este en dos tazas y le acercó una de ellas. El vaporcillo que salía de la taza le empañó las gafas.

- Hummm, delicioso... Bueno Harry, Remus ya me contó todo lo referente al hechizo de tu padre, es prodigioso lo que logró hacer, siempre fue brillante en clase, pero nunca hasta el extremo de inventar un hechizo nuevo, de verdad que te quería, solo el amor sincero es capaz de ayudar de esa manera a una mente que busca soluciones.

- Pero no entiendo porque mi padre lo hizo, el no sabía nada de la profecía, no tenía porque relacionarme con Voldemort.

- Te equivocas. De tus padres y familia, él era el único que la conocía, por eso se esforzó tanto, su prioridad cuando lo supo fue protegerte.

- Ahora si lo entiendo, ¿pero él como se entero?.

- Yo se lo dije. Cuando me enteré de la profecía lo primero que hice fue contárselo, sabía que el haría lo posible por protegerte y vaya si lo hizo, de la mejor manera, ¿te das cuenta de que ahora eres casi inmune a Voldemort?.

- ¿Casi?.

- Si, existen muchas maneras de hacerle daño a una persona y él las sabe todas, cuando se de cuenta de que a ti no puede dañarte, intentará dañar a quienes amas. Este año va a ser muy duro Harry, por eso te pido tu colaboración, no te metas en líos, sobre todo con Slytherin, puede que use a alguno de los hijos de sus mortifagos para dañarte aquí ya que él no puede hacerlo directamente, por eso has de estar pendiente de tus amigos y de...Draco, el ahora es su objetivo al igual que tu y no me extrañaría que intentase llevárselo junto a su tía para controlarlo.

- Pero él no sabe que nosotros estamos juntos, además Snape no permitirá que su tía se lo lleve.

- Recuerda que el quiere controlar a Draco, ahora que no tiene a su padre piensa convertirlo en la mano derecha que era él, le da igual que él no quiera, eso no le preocupa, con un imperius lo solucionaría, por eso es necesario que lo vigiles muy de cerca.

- Pues estando con esas serpientes me va a ser muy difícil.

- Eso déjalo de mi mano y no te preocupes. Deberías irte ya, es tarde y mañana hay clase, así que hasta mañana y vuelve a verme cuando quieras.

- Muy bien, hasta mañana y que descanse.

- Gracias Harry.

Salió del despacho y bajó por las escaleras, no había nadie ya circulando por el colegio, así que se fue rápido hacia su torre deseando no llegar, todavía tenía una conversación pendiente y esta es la que mas temía.

Llegó ante el retrato de la dama gorda y dijo la contraseña-Goyle es un troll con conmoción cerebral-, no pudo evitar sonreír, este era el tercer año que Hermione era prefecta y cada vez era más original poniendo contraseñas.

Pasó por el hueco y entró en la sala común, aun estaban algunos alumnos rondando por allí, miró alrededor y vio a sus amigos, estaban sentados muy juntos en el sofá de enfrente de la chimenea al calor de esta. Hablaban animadamente y sonreían, solo esperaba que esas sonrisas no se borraran de sus caras después de hablar con ellos.

Esquivando al pesado de Colin se acercó hasta ellos y se sentó en el sillón de al lado.

- ¡Vaya!, ya era hora de que aparecieras, ¿dónde estabas?.

- Pues estuve hablando con Snape y ahora vengo de hablar con Dumbledore.

- ¿Y has perdido toda la tarde con ellos dos?, menuda charla que te han dado entonces.

- No Ron, toda la tarde no he estado con ellos.

- ¿Entonces?, ¿has estado con tu novi...amigo?.

- Si.

- ¿Nos vas a decir ya quien es, o tenemos que acudir a Trelawney?.

- ¡Muy bueno Hermione!, si vamos a Ver a esa loca es capaz de decirnos que esta liado con Malfoy.

- Ron, cállate y déjalo hablar, esto no es cosa de broma y seguro que para él no es fácil decirnos quien es, ¿es así Harry?.

- Pues si, no es fácil Mione, a mi me cuesta creerlo y se que a vosotros os costará mucho más, pero antes de hablar ahí cosas que debéis saber, os diré ahora todo lo que ha pasado hasta estar con él y cuando estemos solos os diré quien es.

- Pues empieza amigo, esta noche es tuya.

- Gracias Ron, muy amable. A ver, vosotros sabéis que desde que desapareció Sirius he estado un poco depresivo, ya se que hace casi tres años de esto, pero me cuesta asimilarlo, quizás por eso a veces he estado tan insoportable.

- ¡Eso es decir poco!

- Ya Ron, ya cállate y déjalo hablar.

- Gracias. Después de lo que pasó, volver a casa de los Dursley no fue fácil para mi, otra vez tenía que aguantar sus berrinches y maltratos, así que me tire todo ese tiempo encerrado en mi habitación. Cuando comenzó el curso pasado creí morir al volver al sitio donde conocí a mi padrino y ser consciente de que quizás nunca más lo volvería a ver, menos mal que vosotros siempre estuvisteis ahí, conmigo, apoyándome, gracias por eso.

- Para eso somos tus amigos Harry, te queremos y siempre estaremos ahí.

- Ejem... ¿ahora quien interrumpe Mione?.

- Fue un curso muy difícil, sobre todo cuando atacaron Hogsmeade y el ministerio hizo la vista gorda, ¡mira que decir que habían sido Trolls cuando todo el mundo sabe que no son capaces de organizarse para tener descendencia, como iban a organizarse para atacar Hogsmeade!, maldito Fudge. Menos mal que el año acabo sin mayores problemas, Voldemort estaba todavía débil y no intentó nada más que jorobar, así que de vuelta con los Dursley, gracias Ron por invitarme a ir a tu casa ese verano.

- De nada compañero.

- Este verano a sido duro para mi, muy duro, no sabía nada de vosotros, cosa que tardaré en perdonaros. Casi no podía salir de mi casa, menos mal que por lo menos Duddely no me dio la lata, lo amenace un par de veces con la varita y como sabía que ya podía hacer magia me dejo en paz. Ahora ya hemos vuelto aquí, al sitio que considero mi hogar pero que tantos recuerdos amargos me trae, este año va a ser el peor de mi vida, siento que la lucha se desencadenara en breve y que esta va a ser terrible.

- Sabes que todo saldrá bien, acabaremos con él y todo volverá a la paz.

- Como quisiera creerte Mione, pero eso está por ver, con el hechizo de mi padre todo se ha complicado, Voldemort ya debe de saber que a mi no puede dañarme, por eso Dumbledore quería hablar conmigo. Ahora mismo debe de estar rabioso, aquello que lo protegía lo ha abandonado, ha vuelto a quien debía, a mi, eso hace que se plantee otras formas de dañarme.

- ¿Pero si no puede hacerte nada como va a conseguir dañarte Harry?.

- Muy fácil Ron, os dañara a vosotros, a quien considero mi familia, a Remus, a tus padres, a todo aquel que muestre afecto por mi, así que ahora mas que nunca debemos estar juntos...eso incluye a mi pareja.

- Eso lo comprendemos Harry, no sería justo relegarlo y dejarlo aparte.

- Bien, después de todo esto que os he contado entenderéis más mi punto de vista. Me he sentido muy solo, Ron, no interrumpas, no os reprocho nada, cada uno es dueño de su vida y nadie debe interferir, por eso al empezar el curso me aparte un poco de vosotros, acabáis de empezar algo hermoso que hace tiempo que esperaba y no quería molestar.

- Tu nunca molestas Harry.

- Lo se Mione, pero una pareja necesita tiempo a solas y lo comprendo, por eso empecé a querer estar solo, no ahí nadie más en el colegio que aprecie como a vosotros, así que preferí estar solo y pensar. Hasta que alguien se me acerco, nunca espere que él se me acercara, pero se ve que las almas con penas se buscan, así que nos encontramos e iniciamos una relación, no de amigos, sino más bien de tolerancia mutua, poco a poco empezamos a hablar y a contarnos nuestros problemas.

- ¿Dónde fue eso Harry, nunca te he visto con nadie?.

- El primer acercamiento fue en el haya a orillas del lago, después ambos descubrimos un secreto escondido, bueno el antes que yo, ¿te acuerdas del espejo de Erised Ron?.

- ¡Claro que si!¿no me digas que lo has encontrado?.

- ¡Pero Harry, Dumbledore dijo que lo escondería y que no lo buscaras!.

- No lo buscaba, pero lo encontré y el también, no Ron, no puedo decirte donde esta. Bueno, fue ahí donde empezamos a hablar y llegar a ser amigos, un poco extraños pero amigos, el me contó los graves problemas que tenía y yo descargué mis penas y quejas. No se como paso (si que lo sabe) pero una noche nos besamos, el huyó y a la siguiente noche me contó el porque, se que no le hará ninguna gracia pero os lo diré igualmente. Voldemort lo violó.

- ¡¿Qué, pero eso es una crueldad, como pudo?!.

- ¡OH dios mío, pobrecillo!.

- Que no te oiga él decir eso o te matará, no quiere que nadie le tenga pena. Ese día también mataron a su padre, así que recurrió a alguien de su confianza y huyó, ahora esta aquí, a salvo y protegido.

- Que horrible por todo lo que ha pasado, debe de sentirse fatal.

- Yo intento que no piense en eso, pero a veces me cuesta hacer que lo olvide. El resto de la historia ya la sabéis.

- Harry, hace rato que estamos solos, creo que estamos preparados para que nos digas quien es.

- Bien, espero que no me odiéis por esto, él ha cambiado y ya no es quien era, así que espero que lo admitáis en vuestra vida como parte de la mía.

- Harry nos estas asustando.

- No, solo quiero tener a mi pareja y seguir teniendo a mis amigos.

- Vale, dilo ya, eso no pasara nunca y lo sabes, no puede ser tan malo si esta contigo.

- Bien el es...Draco Malfoy.